Partida Rol por web

El garaje está despejado, aunque por el sur se oyen unos alaridos zombis, como un canto de sirena macabro, aunque éste provocaba la sensación de huir en vez de la de atraer. La idea de ser devorado no me atraía demasiado, por lo que pensé que la opción del chico del hacha no era tan mala.

Huir por la entrada lateral era una opción buena, y es la que escogí.

El garaje había quedado libre, Mike aún no sabía cómo había pasado. Sujetando el hacha con sus manos cansadas, salió por la puerta lateral del garaje y miró hacia el coche. Grupos de zombies rodeaban al pobre hombre que había aparecido por la calle junto con ellos. No era una noche adecuada para hacerse el héroe, pero aún así...

-¡Eh podridos! ¡Aquí, aquí hay otro happy meal con piernas!

Si pudiera atraer la atención de algunos el hombre aún tendría una oportunidad.

Los zombies rodean a Paco sin dejar vía de escape alguna. Uno de ellos está los suficientemente cerca como para alzar torpemente los brazos en un intento de agarrar al cocinero, que se escurre sin problemas del abrazo mortal.

Un puñado de zombies, alertados por el ruido hecho por Mike, cambian de dirección en pos del policía y el antiguo capitán del equipo de beisbol.

Mientras los demas zombies le rodeaban, Paco volvió a apuñalar al zombie que tenia delante con el destornillador, con tan mala pata de que, en una de las puñaladas, el mango del arma se le quedó atascada entre las costillas del zombie.

La idea del chico me pareció buena cuando la dijo, muy buena... huir por la puerta lateral causaba menos problemas que si iba a lo loco por la entrada principal. Sin embargo, el chaval se quedó bloqueando la salida. Supongo que querría encararse a un muerto moribundo si se le acercaba, pero yo vi la salida obstruida y me había cambiado de calzoncillos esta mañana. Así que no me apetecía mancharlos mientras vaía como me quedaba medio atrapado por los monstruos asesinos. Si moría, al menos que fuera corriendo, huyendo como un corredor de los 100 metros. Mi mamá me decía que mejor vivir como una nena que morir como un valiente. Iba a poner en práctica ese consejo, al que aún no había echo mucho caso.

En fin, espero que al final no muera como una nena...

La casa se había vaciado de zombies, ahora era la ocasión de entrar en ella e intentar atrincherase. Mike pensó que el agente le seguía, pero cuando vio que se dirigía a la puerta principal del garaje pensó que tendría mucha suerte si escapaba con vida. En cuanto al otro, era mejor olvidarse. No tenía ninguna oportunidad, él mismo se había encerrado en un callejón sin salida.

Los zombies se lanzan sobre Paco, dientes podridos y cubiertos de baba reflejando la luz de la luna y brazos alzados. La tragedia se repite y el grito de horror y dolor cruza de nuevo la noche.

Mike y el agente Parsons no necesitan más pistas para saber lo que ha ocurrido: el cocinero se ha convertido en el segundo plato. Tampoco pueden permitirse distracciones, pues tienen sus propios problemas.

Mike debe llegar a la casa rápidamente mientras aun tenga el camino libre —sin saber lo que le puede esperar dentro— y Samuel tiene a dos zombies tras él.

Otro alarido sobrenatural, otro muerto. Esta vez le tocaba al cocinero... iban muriendo poco a poco como en una mala peli de zombies. la última vez que me miré en el espejo era negro, así que me estremecí, en esas películas de serie B los hermanos siempre morían, y solían hacerlo al principio. Eso ya no sería posible, porque ya ha muerto más gente, pero recapacitando también habían muerto los más típicos, una rubia tonta (aunque esta tía murió de forma más raruna), un porretas y un inmigrante hispano.

Temeroso por mis propias ideas huía del garaje tan rápido como podía, que al parecer no era mucho, y también caía en la cuenta de que el chico estudiante también cabía en el papel de víctima en esas pelis absurdas... ¿nos salvaríamos?

El policía había huido en la dirección equivocada. Intentaba rodear el garaje para librarse de los no muertos. Mike pensó que si estaban todos en el jardín, habrían menos en la casa y sería más fácil de defender... Esperaba no equivocarse.

Tras el festín que se han dado con el pobre Paco, los zombies se desperdigan en busca de nuevas presas.

Joder con los zombies, me siguen de cerca, un poco más y me mordisquean las orejas... tendré que correr una vez más, mientras maldigo al ser supremo por crear armas que se rompen cada vez las toco. Si sobrevivo a ésta, palabrita de niño Jesús que tiro mi tarjeta de la NSA.

La puerta del jardín ya estaba ahí. Mike podría entrar y atrincherarse dentro de la casa. Seguramente en su interior habrían objetos útiles. Ya no oía al policía, suponía que se encontraba dirigiéndose hacia aquí pero no quería gritar llamando la atención para no atraer a más de esas criaturas. Entonces, tras la puerta acristalada vio que dentro de la habitación había otro de esos podridos.

-Mierda -murmuró por lo bajo sujetando con más fuerza su hacha.

Poco a poco el agente Parsons gana terreno a los zombies que le persiguen. La maniobrabilidad del humano es mucho mayor y uno de los espectros queda atras atascado a la salida del garaje.

Mientras tanto Mike ve como un muerto con sospechoso parecido a un famoso cantante se le acerca tambaleando.

Solo me quedaba seguir corriendo. Mi corazón empezaba a estallar y a mandarme a la mierda por todo lo que he corrido hoy, pero lo golpeé con un puño todo lo fuerte que pude para que siguiera bombeando

-Aquí mando yo, gilipollas, así que tú no te paras hasta que yo te lo diga.

Estúpido corazón.