Partida Rol por web

Estabas disfrutando de una célebre cena en casa de tus padres, por muy raro que eso pareciera. Tu padre no parecía tan borracho, o eso creías antes de que arranzara medio brazo a tu madre de un mordisco. Sí, un mordisco. Aún estabas petrificada en la mesa mientras tu madre se desangraba, y tu padre, con la cara desencajada volvía a morderla. ¿Qué droga había tomado? Distes un respingo hacia atrás y caíste de espaldas, rompiendo la silla en varios trozos. Gateastes hasta poder levantarte. Cuando lo hiciste tu madre había vuelto a la vida y se dirigía hacia tí, con la cara más horrorosa que jamás hubieras imaginado. ¡Había que hacer algo! En el mismo salón de tu casa había un hacha de adorno, pegado a un escudo. Tu padre lo idolatraba, pero eso era antes de que se comiera a tu madre...

Pero el principal problema de ahora era que ambos se dirigían hacia tí, y precisamente no era para besarte...

Joder ¿y ahora qué?

Ambos venían por la derecha y yo tenía el arma a mi izquierda. Di un rápido empujón a la mesa hacia ese lado, girándola y ofreciéndome una barrera momentánea.

Corrí hacia el hacha conmemorativa de mi padre y de un salto me agarré a ella mientras ponía ambos pies en el escudo tratando de arrancarla de él, ya que no podría usarla unida a este. En un par de segundos salió del soporte. Me giré hacia ellos y mi madre empezaba a girar ya por la punta de la mesa mientras a mi padre aún le quedaban algunos segundos.

5 segundos.

Agarré un jarrón lleno de agua y flores y, tras quitar las flores lancé el agua bajo la mesa, para proveerme de una zona deslizante.

2 segundos.

Corro hacia la mesa.

Un leñador zumbado asesinado con su herramienta de adorno. Digno de Wisconsin.

Salto por debajo de la mesa y me deslizo por el suelo mojado, ya con el hacha preparada para golpear a mi padre en una de sus piernas.

¿Por qué coño no le regalarían por sus 20 años en el sindicato una motosierra conmemorativa… y que tirase?

Natalie intenta escabullirse de sus padres para coger el hacha del fondo de la habitación...

Natalie tira fuertemente del hacha, pero ésta está muy bien enganchada al escudo y al tirar el escudo cae también de la pared. Pesa mucho para ella. Sus padres ya estaban encima de ella otra vez, rifándosela para devorarla...

Golpeo con el armatoste a mi madre (que asumo que será la primera por mi narración anterior). Noto como el impacto en su cabeza hace que estalle internamente, devolviéndome un reflejo blando al contacto con los huesos fracturados. Cae al suelo completamente exánime y con la mirada perdida.

Aprovecho la propia inercia del golpe para dejar que el trasto, ya con una esquina hundida y algo mellada tras el terrible impacto, me arrastre lejos de mi “padre”, ganando unos metros muy valiosos.

Intentas levantar el armatoste del suelo tirando del hacha, pero solo consigues levantarlo levemente y hacer que caiga encima de tu pie y quede entre el armatoste y el suelo. Un dolor agudo recorre tu extremidad. Ahora estabas atrapada con tus padres intentando agarrarte para darte un mordisco. Mueves los brazos y no logran morderte, pero se echan aún más encima.

El pánico me ayuda en el siguiente intento, que esta vez sí me permite alzar el "arma" frente a mis padres.

Golpeo con el armatoste a mi madre (que asumo que será la primera por mi narración anterior). Noto como el impacto en su cabeza hace que estalle internamente, devolviéndome un reflejo blando al contacto con los huesos fracturados. Cae al suelo completamente exánime y con la mirada perdida.

Aprovecho la propia inercia del golpe para dejar que el trasto, ya con una esquina hundida y algo mellada tras el terrible impacto, me arrastre lejos de mi “padre”, ganando unos metros muy valiosos. Hago una rueda sobre el arma, que uso como si de un escudo medieval se tratase tratando el hacha como un mango. De nuevo en pié y con el arma de nuevo lista aunque apoyada por una de las esquinas en el suelo para no cansarme espero con tranquilidad a la llegada de mi padre, que recibo con una carga que le lleva al suelo, quedando su cabeza bajo el escudo, con lógicas y sanguinolentas consecuencias.

Parece que la sala está en orden ahora. Fuera se escucha cómo golpean la puerta de tu casa. Tu padre no sólo usaba hachas para cortar la madera, sino que también usaba una sierra eléctrica de color plateado muy bonita. Debía estar subiendo las escaleras de la sala de estar, que estaba dos habitaciones más allá. ¿O quizás en la pequeña cabaña donde guardaba las herramientas, fuera de casa? no estabas segura. 

Para llegar a la cabaña solo tenías que salir por la puerta principal y llegar al jardín, que daba con la carretera. 

Trato de arrancar de nuevo el hacha.

En vista de que el hacha no sale me lo llevo todo a ver si encuentro algo mejor. Primero pruebo arriba, no sea que afuera tengamos más gente con hambre.

Compruebo mi ropa para ver si estoy muy manchada de sangre.

Tienes bastantes salpicaduras de sangre, más grandes en la parte de arriba.

Subes hacia arriba arrastrando el escudo y el hacha y vas donde crees que está la motosierra, que es en el despacho de tu padre. Al llegar observas lo descuidado que era, lo tenía todo por medio, aunque casi todo son libros baratos. Te acercas al estuche de la motosierra pero no la encuentras allí. Está vacío. 

Ves un flexo, una grapadora pequeña, y un cenicero lleno de cigarros.

Natalie tira con fuerza de nuevo, pero la jodida hacha no se separa...

Abajo se escucha el sonido de unos vidrios rompiéndose... parecía la ventana. ¡Oh oh!

Me quito la camisa, con tanta mancha voy a tener que cambiarla y prefiero no estar pegajosa.

Giro la silla de mi padre para ponerla horizontal y golpeo las patas en la base con el escudo para tratar de arrancarlas, logrando así palos de cierta longitud y contundencia.

Consigues los palos sin problemas

Ya mejor armada me dirijo a mi habitación y busco a ver si puedo encontrar algo de interés que llevarme. De paso aprovecho para mirar por la ventana del despacho y la de mi habitación para juzgar la situación.

Entras a tu habitación. Encuentras a tu osito de peluche donde siempre, encima de tu gran cama. En el escritorio de tu habitación no hay nada de interés. Unos lápices y cuadernos, tu silla de ruedas y una ventana que da al exterior. En el exterior parece haber una auténtica manada de zombies, unos 50 alrededor de toda tu casa, aunque están a su bola. Un poco más allá está la caseta donde tu padre guarda las herramientas. Escuchas como alguien corriendo sube las escaleras, y cuando te das cuenta está en la puerta de tu habitación corriendo hacia tí. Parece un zombie, pero más rápido que los otros... podría ganar una maratón él solo.

Trato de levantar el escudo, controlando que tenga espacio. En vista de que no es posible por esta vez, lo dejo donde está y espero a que el zombie me alcance. En ese momento salto a un lado y pasa de largo, estampándose contra la cama. Agarro los palos y corro hacia él, que aún está tratando de girarse. Hago un primer ataque hacia arriba, impactando directamente en su mandíbula, que sale volando mientras acompaño el movimiento con un giro que me coloca a su espalda, donde lanzo otro golpe lateral directamente contra su sien, que vuela con el resto del craneo contra un espejo. Todo acompañado del ritmillo de mis senos bamboleando sin camisa, aún.