Han pasado más de dos décadas desde que el mundo terminó tal y como se conocía, devorado por el Cordyceps y la violencia de los que sobrevivieron. Ahora solo quedan ruinas cubiertas por la vegetación, caminos vacíos y monstruos ocultos en las sombras. Lo que resta de humanidad sobrevive aferrándose a pequeños asentamientos donde la esperanza es más una necesidad que una certeza.
Jackson es uno de esos últimos lugares. Un asentamiento fortificado, con cultivos, electricidad, y patrullas que se alejan a diario para mantener a raya a los infectados que se aproximan. Sus habitantes intentan llevar una vida, buscar algo más que simplemente sobrevivir. Pero incluso en un sitio así, donde la civilización intenta resurgir, el peligro nunca desaparece.
La magia existe para servir al hombre, nunca para gobernar sobre él. Así habló nuestra profeta Andraste cuando expulsó a los magos que regían el Imperio de Tevinter. Un imperio que llevó al mundo al borde de la ruina.
La Guerra de los Cinco Reyes hace temblar los cimientos de de los siete reinos. En las Tierras de las Tormentas, mientras las grandes casas miran en otra dirección, se están fraguando nuevas alianzas que podrían cambiar el curso de la historia.
¿Se mantendrá Joffrey en el Trono de Hierro? ¿Stannis se impondrá? ¿Acaso aparecerá un tercer nombre? ¿El Norte y las Islas del Hierro serán capaces de mantener su recién proclamada independencia?
En ausencia del Duque de Transilvania, el Caballero Durius quedó al cargo de la Corte, del castillo, de la capital, y, en cierta medida, de toda Transilvania.
Lo que tenía que haber sido una doble boda de alianzas y festejos que sirvieran para cimentar buenas y sólidas relaciones se acabó convirtiendo en un desastre de proporciones catastróficas. Se produjeron muchas muertes, mucha confusión, y al final la Casa Basarab al completo acabó exiliándose a Polonia.
A su regreso al país, el Duque Gyula Kadar no estaba contento, no confiaba en ninguno de sus fieles seguidores, por lo que los exilió a todos al devastado feudo de Slobozia con la excusa de repoblarlo y hacerlo próspero.