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Me gustan los juegos de rol no habituales. Salirse de la zona de comfort es un ejercicio sano y permite aprender cosas muy interesantes que no se te ocurrirían se otra forma. Lo último que me he echado al cuerpo es...

Capitalites es un juego de rol de Samuel Mui definido como "urban asian slice of life". Es un juego de cafés de hipsters con paredes de ladrillos, redes sociales que echan humo, sexualidades demandadas y teléfonos móviles como bandejas.

El autor admite que es muy autobiográfico y que los libretos de personajes están basados en conocidos suyos (todos parte de la diversa fauna que pueblan las ciudades del sudeste asiático, algunos realmente exóticos). Dedica muchas páginas (y sólo tiene 100) a explicar este concepto que para mí podría resumirse en "niñatos que no dan golpe", "delincuentes post universitarios" o, empleando un término más actual,  "intensitos" (Así soy: tengo ya una edad que sintetizo los rollos patateros en pocas palabras y pienso que el lugar de la juventud es LA CÁRCEL. No me piséis el césped, malditos gamberros. Voy a llamar a la policía).

Se echan en falta más explicaciones sobre ese "entorno de campaña" (aunque recomienda varias series y documentales al respecto), no tanto el "ser joven y confuso respecto al futuro" sino "cómo funciona a grandes rasgos esa sociedad del otro lado del mundo" que es una parte importante de lo que hace a los personajes jugadores lo que son.

Ampliando un poco más, el juego gira en torno a jóvenes durante el paso a la edad adulta que buscan su lugar en el mundo, sus turbulentas relaciones, sus sentimientos hormonados y demás movidas propias de la edad. El juego anima a ser jugado como los capítulos de una serie después de decidir el tono (drama, comedia, romántico...) y poco más porque, esto es lo más sorprendente, NO HAY SISTEMA.  No se tiran dados, las acciones tienen éxito automático y la figura del narrador es prácticamente opcional. Narrativo a tope y muy de hablar largo y tendido en la Sesión Cero para que nadie salga escaldado.

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El plato fuerte de las 100 páginas del juego son los personajes: hay 22 arquetipos para elegir.
Las posibilidades van desde los que se quieren follar a todo lo que pillen (The Player, The Sensitive Man, The Slut) hasta los que renuncian a todo por su trabajo (The Career Woman, The Hustler) pasando por jóvenes creyentes que chocan con su fe (The Hypocrite, the Materialistic Budha), despojos humanos que les ha dejado la novia o les han echado del trabajo (The Leftover, The Washout), pobres niños ricos (The Crazy Rich Kid, The Actual Celebrity) y algunos que huelen a polémica pese a lo que el libro incide en herramientas de seguridad, inclusividad y tolerancia. Dos días después de su publicación, por ejemplo, ya ha habido quejas porque la imagen del Hypocrite (un cristiano que tiene grandes problemas para renunciar a los placeres terrenales) va en silla de ruedas y un discapacitado se ha sentido ofendido porque ha interpretada que la hipocresía del personaje es que su discapacidad es falsa (?). Así que  le han cambiado el nombre a The Heathen. Hay que tener en cuenta que en Asia el peso de la tradición es importante y aún te puedes meter en muchos problemas si te sales del molde establecido, de ahí que haya un libreto para The Queer (que no es que el resto de personajes no puedan pertenecer al colectivo LGTBA+ pero en este es el eje de su existencia por cuestiones familiares y culturales).

Para crear un personaje, simplemente eliges opciones de una serie de listas para determinar cómo eres, qué quieres realmente, tus inseguridades... y ya está. Se pueden llevar varios, intercambiarse entre jugadores, los PNJs funcionan  exactamente igual.

Al final se incluyen varios "entornos de campaña" y una serie de tablas de generación aleatoria de PNJs y lugares, lo que resulta chocante porque el resto del juego no emplea dados.

El libro es bonito de leer gracias a sus abundantes ilustraciones a todo color pero da una fundada impresión de que es un producto muy personal del autor. Y por "personal" quiero decir "lleno de referencias privadas". Entiendo que no todo el mundo pertenece o conoce la parte de sociedad que simula  el juego (yo, señor mayor, ya os digo que muchas cosas me resultan muy marcianas). Le añadiría algunos ejemplos más específicos de posibilidades de lo que puede hacer el narrador (¿Qué te sugiere "fuck it up"? ¿Decirles a los jugadores que, de repente, todos tienen tos y diarrea?  ¿O es más que entra tu ex del brazo de tu padre? ¿Que de repente todos tienen picos y palas y tienen que ponerse a cavar zanjas? ¿Todo a la vez?).

LO MEJOR: es bonito y resulta novedoso. Para esas partidas de rolletes y enredos sentimentales es ideal porque el sistema no puede ser más sencillo (aunque se recomienda madurez y templanza o, lo que es lo mismo, hablad primero para evitar mosqueos innecesarios). Los dibujos me parecen muy cucos.

LO PEOR: le habrían venido bien más páginas para hablar del sudeste asiático donde se ambienta el juego. Bien pensado, igual me veo algún documental. Y es carísimo (20 dólares el pdf: hay juegos de grandes compañías por bastante menos) aunque puede que eso sea otra referencia a la clase alta de Crazy Rich Asian que protagoniza el juego.

Es sano y enriquecedor como dices salirse de la zona de confort ;)

El juego tiene puntos en común con otros de temática similar, si bien hay conceptos y dinámicas interesantes. No creo que lo vaya a jugar (nunca se sabe desde luego, que lo mismo se monta una partida y me anoto), pero sí que se pueden usar esos detalles para otras partidas de corte semejante (a mí me gusta mezclar sistemas, recoger de aquí y allá y darle forma a la "criatura"). 

Gracias por el aporte ;)

Y tanto. 

Yo no soy muy de este tipo de partidas  pero este reglamento me entró por los ojos.  Además, sentía genuina curiosidad por ver las mecánicas (debo reconocer que, hasta para un fan de los reglamentos minimalistas, aquí igual se pasan un poco de sencillez). He leido otros reglamentos de corte "social" o con una parte social importante pero la portada de los chavales echándose un selfie en un bar me llamó la atención. 

Por poder, dado que sólo son rasgos de personalidad, los libretos se pueden adaptar a cualquier sistema (sería gracioso ver a un guerrero elfo traumatizado porque le dejan todas las novias).

Me encanta visualmente y el tema me parece muy chulo, es probable que caiga pronto en otro juego que no se si podré jugar XD

Esa pila de la vergüenza no se va a construir sola...

Ya es bastante alta, he tenido años de ausencia en la afición para ir construyendola