Galería Umbriana

Subida por Venifer

[en el tren...]

Venifer: Bueno, cuando lleguemos, tengo dos planchas en mi casa, y sé de dónde ir para conseguir las otras tres...

Montano: Pará, ¿qué planchas?

Venifer: Planchas, de ropa.

Montano: Pero, ¿qué hacen?

Venifer: Planchar... la ropa. ¿Qué van a hacer?

Tal como yo en un principio, Montano estaba confundido respecto a la prueba. Ambos creíamos que la "plancha de ropa" era la pila de ropa doblada que se pone en un comercio para la venta [Montano] o la tela marcada pero aún sin cortar que tienen en las fábricas para hacer X prenda de ropa [Venifer]. Pero al final nos vino la iluminación, y comprendimos que la cosa era más simple de lo que aparentaba. Cinco planchas de ropa juntas en una misma foto, ¿cuál podía ser la complicación, una vez que se había identificado dónde se podían encontrar todas?

Okey, la complicación es meter una plancha en una mochila sin revisar si está llena de agua o no.

Cuando llegamos a la casa en la que tres planchas nos estaban esperando [la misma casa de las pruebas 23, 46 y 66], nos reciben alegremente los dueños en la cocina. Sobre la mesa de allí, apoyo la mochila y saco una plancha, pero cuando voy a sacar la otra que estaba dentro de una bolsa de plástico, comienzo a notar una cierta humedad naciente y creciente en la palma de mi mano... Tuve que sacar todo corriendo entre burlas de Montano y los dueños de la casa por mi clara incompetencia. La bolsa de plástico era la inundación misma, comparable quizás con el diluvio universal, pero todo [la plancha incluida, y mi dignididad] sobrevivió.

Tras hacer un rejunte de todas las planchas de la casa, y de pasar por la cara de WTF? de la dueña de las dos planchas en horizontal en la foto ["¿Una foto de cinco planchas? ¿A quién se le ocurrieron las pruebas de ese concurso?"], las acomodé sobre la mesa de la cocina con el mayor arte que pude. En la fotografía se puede apreciar el codo de Montano, que estaba increíblemente divertido viendo cómo me enredaba las manos con los cables de los cincos aparatos, y que se dedicó simplemente a cubrir el espacio vacío que dejó mi ausencia transitoria en el corazón de los dueños de la casa.