Mundo Friki: Comics

Barrio lejano

Argumento

Barrio lejano

Hiroshi Nakahara es un señor de 50 años que, de vuelta a casa después de un viaje de negocios, se equivoca de tren y llega a su pueblo natal.

Invadido por un sentimiento de nostalgia, recorre las calles de su infancia hasta que sucede algo extraordinario: vuelve a ser un adolescente, vuelve a tener una segunda oportunidad en su vida.

Datos técnicos

Guionista: Jirô Taniguchi

Dibujante: Jirô Taniguchi

Editorial: Ponent Mon

Clasificación

Temática:
Juegos a los que puede adaptarse:

Opinión de Dumah

Hace años me leí este manga y no me gustó. No entendía al personaje, ni sus pensamientos ni (sobre todo) sus actuaciones. En ese momento pensé que era una mera cuestión de diferencia cultural: las obras de Taniguchi son, a veces, muy «japonesas» y me cuesta ponerme en la piel de los personajes y entender su actitud. Y bueno, uno se hace más viejo y decide retomar la historia que, años atrás, dejó a la mitad. Y ahora la percepción que tengo sobre el libro es distinta.

La historia está bien contada, no es una de ésas rebosantes de acción o que engancha por su trama complicada, pero es una bonita historia sobre como cambia la opinión y la percepción de las cosas según vas avanzando en la vida.  SPOILERS La reflexión que tiene al final el protagonista me encantó, me pareció genial como luchó por evitar la huida de su padre pero, cuando éste le explica por qué se va, él lo entiende y es incapaz de retenerlo, porque Hiroshi ha vivido lo suficiente como para poder empatizar con su padre y comprenderle.

En cuanto al dibujo, siempre tengo un «sí-no» con este autor. Por un lado, los paisajes, las casas, las calles, están dibujadas hasta el más mínimo detalle: hay una viñeta que muestra el techo de la estación de tren que es una maravilla. Las calles siempre parecen muy reales porque están llenas de detalles y la perspectiva está muy lograda. Pero no puedo decir lo mismo de los rostros: las caras están muy acartonadas y son poco expresivas. Incluso hay veces que los sentimientos de los personajes se adivinan por el texto mucho más que por el dibujo.

Es, junto con «El almanaque de mi padre», el manga que más me ha gustado de este autor.