Partida Rol por web

Tras observar detenidamente las enredaderas ves que algunas están pisadas y rotas, tambien la pintura de las paredes a saltado en algunos tramos. Sospechas que aqui ha pasado algo y sigues investigando.

En el suelo, a unos cuatro metros de la casa, hay unas pequeñas manchas de sangre. Barajas dos posibilidades, que hubo una lucha en la calle, o que alguien saltó de la ventana y se hirió al caer.

Sangre...aquí ha pasdo algo, y es una curiosa coincidencia con el hecho de que hoy esté aqui alguien importante... Kwin mira a la ventana para ver si está abierta, en cuyo caso, empezará a trepar por las enredaderas.
Será mejor que suba...

La ventana está cerrada, pero si quieres puedes intentar trepar de todas formas.

Será mejor que vaya con el Maestro y le informe piensa kiwn mientras sale corriendo en dirección a la entrada.

Regresas a la puerta de la posada donde sólo está Ib Ashcare.

Kiwn llega hasta su compañero con algo de prisa, fruto de la impaciencia por contar su inspección en la parte de atrás de la casa. Ashcare amigo, no hay puerta trasera pero alguna ventana es accesible. Voy a buscar al maestro -termina diciendo algo acelerado-.

Ib Kiwn Reing entra en la Posada aceleradamente.

En ella hay un gran mostrador y un tipo bien vestido anota algo en una libreta.

A la izquierda hay algunas mesas, en las cuales una, un hombre está comiendo con bastante afán su ración de desayuno con su mano derecha. Al lado de su silla está una gran mochila y una caja de madera, que lleva esposada por una cadena a su mano izquierda.

Una vez dentro, Kiwn lucha para aparentar tranquilidad. pese a la emoción que la primera misión le produce, es consciente que Tah Amorgos no ve con buenos ojos esos esas formas. Tras respirar un par de veces, echa un vistazo en busca de su maestro y su compañero.

Cita:

Ese debe de ser el cliente...y esa comida parece apetitosa -piensa el joven descentrándose del tema-. Y el maestro, ¿dónde está?-dice mentalmente centrándose.

Kiwn tampoco se olvida de mirar dónde estan las escaleras que llevan al piso superior.

Alpenor entro en a la posada e intento disimular su nerviosismo puesto que esta seria su primera misión.

Tranquilízate, alpenor todo saldrá bien.

Estoy a punto de acercarme al hombre que se encuentra desayunando, pues imagino que debe ser él el cliente, cuando Kiwn entra aceleradamente. Así que, sin quitar el ojo de encima al otro hombre, me dirijo al Ibhatan para ver que es lo que ha ocurrido. Debe ser algo importante.

- ¡Kiwn! ¿Ocurre algo? ¿Qué pasa?

La seguridad de su maestro hace comprender a Kiwng su aún latente inmadurez, y por consecuencia, su constante precipitación a la hora de actuar. Realmente, todo lo que pienso son solo conjeturas...me falta mucho por aprender...

Ehhmm,disculpa maestro -empieza diciendo timidamente a la vez que hace una reverencia -, no hay parte de atrás, pero las ventanas son accesibles.Siendo hábil no sería difícil colarse dentro...

Bueno, parece que me ha tocado la parte mas aburrida, aun así hay que mantener los ojos bien abiertos.

Mantengo una postura relajada, observando a los viandantes que transitan las calles a estas horas de la mañana, y viendo las reacciones que en ellos produce mi condición de ibathan. En esta ciudad, donde se encuentra el templo, dicha reacción no es tanto de miedo como de respeto, pero aun asi me siento halagado de alguna forma de que mi esfuerzo y mi dominio del are de la espada sea reconocido de forma tan patente.

- Ufff, que susto me ha dado, pensé que había pasado algo.

- Bien, en ese caso, echa un vistazo al interior, no sea que se haya colado alguien. Alpenor ¿puedes ir tú a vigilar las ventanas entre tanto?

Después de haber hablado con los ibhatanes, me dirijo al hombre esposado al a caja de madera.

- Buenos días señor, vengo de Uhdanfiún por orden del Gran Maestre para escoltar a un mercader. ¿No seréis vos por casualidad?

- Ni siquiera se como se llama ese supuesto mercader. Pero eso ha sido fallo mío. ¿Cómo no se me ocurrió preguntarlo al Gran Maestre?

El comensal levanta la cabeza del plato y se limpia sus bigotes con el brazo:

-Si soy yo! Turein a vuestro servicio! Ya he acabado de desayunar. Cuando ustedes quieran partimos hacia la Academia.- Luego levanta la mano que está esposada a la caja de madera.- Aquí está el susodicho vino.- Dijo guiñandote un ojo.

Miro alternativamente al jovial comerciante y a la pequeña caja de madera.

- Yo soy tah Amorgos, y los que me acompañan, Ib Kiwn e Ib Alpenor. ¿Sólo lleváis ese vino? La verdad es que esperábamos... mayor cantidad. ¿Viajáis solo?

-Como usted ordene, maestre.

Al acabar de decir esto se dirige hacia las ventanas.

Kiwng se acerca a las escaleras que dan acceso a la planta de arriba y observa al resto de los clientes de la posada.

Ves delante tuyo un pasillo con tres puertas y una ventana al fondo. No hay nadie más en la posada.

El hombre responde al Tahedorán:

-Sí esta es toda mi mercancía, viajando sólo es más facil esquivar a salteadores y asaltacaminos.- Dice con lo más parecido a una sonrisa que puede hacer.