Partida Rol por web

Lentamente Kwin se pone detrás del tipo y se prepara para actuar si hace falta o si lo ordena el maestro.

¡Eh soltadme! -digo a los guardias- ¿Acaso es un delito pasear por estos jardines? Me gusta venir aquí a relajarme. No creo que este sea un trato correcto para simples viandentes. Si me disculpáis, estoy intentando relajarme, he tenído un dia algo duro...

- Y por qué escapabas de nosotros ahora? Algo estás tramando! Espero que no tenga nada que ver con el banquete del Zemalnit!- Digo entrecerrando los ojos.

¿Quién escapaba? Señor, me temo decirle que se equivoca. Acabo de girarme porque he visto una preciosa flor, y quería verla de cerca. Nada más lejos de la realidad. No tengo nada de lo que huir. Y ahora, si me disculpáis, estaba tranquilo hasta vuestra aparición...

Y cuál es esa flor que tanto llamo tu atención?-pregunta Kiwn con deconfianza

Aquella de allí -digo señalando a una preciosa flor de uno de los jardines- ¿Acaso hacen estas preguntas a todo el mundo que pasea por los jardines? -pregunto con cierto interés

Maestro, este tipo parece bastante sospechoso. Nunca he visto a nadie tan sombrío interesarse por una flor... ¿Le detenemos o le dejamos ir?

Estais discutiendo sobre la sombriedad de Calimero cuando depronto una explosión enorme sucede en el pabellon principal.

BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM!!

Piedras, rocas y paredes salen volando en todas direcciones convertidas en bolas de fuego incandescentes, algunas de las cuales se precipitan justo en vuestra posición! Teneis que esquivarlas o sereis aplastados brutalmente. Calimero y su acreditada agilidad se lanzan al suelo y escapan de la muerte. Por contra, Kiwn, que estaba distraido hablandole al maleante no puede reaccionar a tiempo. Pero El tahedorán entra en la segunda aceleración y moviendose más rapido que el propio viento, logra salvarse y salvar a la vez a Kiwn agarrandolo y tirandolo al suelo.

Cuando os levantais veis como las rocas incandescentes han aplastado a Ashcare y a Alpenor, serán bien recibidos en el cielo con el dios Tarimán.

Aun paralizados por las repentinas muertes de los dos ibhatanes, veis a algunos hombres, rapidos como gacelas, con la cara tapada, entrando a toda velocidad (obviamente en primera alceleracion) en el pabellon de las ceremonias, del cual sale humo y fuego.

Contemplo horrorizado los cuerpos sin vida de mis alumnos ibhatanes:

- NOOOOOOOOOOOOOO!!!

Luego contemplo a los 'ninjas' entrando a toda velocidad en el pabellon.

Seguro que es un atentado contra el Zemalnit... o peor.... contra el Gran Maestre!!

Luego desenfunda su curvada espada y dice mirando con odio a Calimero:

-No se te ocurra moverte!! Seguro que eres uno de los asaltantes!! ¿Qué habeis hecho?!

No seas estúpido. Si queréis hacer algo, es el momento de que vayáis a ver que sucede y no quedandoos aquí mirando mi cara.

Vamos, no os entretengáis mas...

-Está bien! Pero vendrás con nosotros y nos ayudarás! o ... te mataré!- Dice con los ojos inyectados en sangre.

Vale, pero no hace falta ponerse nervioso. Vamos...

Aún sorprendido por la explosión y la velocidad del maestro, Kiwn da un par de pasos hacia un lado. Los cuerpos de sus compañeros yacen en el suelo.

Ni si quiera pudieron morir bajo una espada...vaya destino... -piensa sintiendo como un resorte, la insignificancia de la existencia. Es una dura lección que el joven Kiwn tiene que aprender.

Vamos maestro... -dice conteniendo las lágrimas que no quiere dejar escapar para mostrarse fime y sereno.

Entrais a toda velocidad dentro del pabellon dañado. Criados y gente por todas partes, gritos, algunos manchados de sangre, otros se empujan por salir del lugar.

Avanzais por ese pequeño caos y por fin lo veis, algunos hombres de la Horda Roja luchando con unos encapuchados, pero desgraciadamente mueren en rapidas estocadas de estos ultimos. Los asaltantes desaparecen por un pasillo estrecho.

Avanzais hacia el pasillo con decisión cuando una flecha silva la oreja de Calimero. Mirais sorprendidos atrás y observais a dos hombres encapuchados, uno con un arco y el otro con una espada, parece que tienen la intencion de mataros...

-Kiwn! y tú!- Digo a Calimero.- Vosotros ocuparos de estos dos! Yo voy a por los que se fueron por el pasillo, tengo que proteger al Gran Maestre, puede que la explosión le haya afectado! Esto no es un juego, matadlos ántes que os maten a vosotros!!

Despues de decir eso me marcho corriendo por el pasillo por el que desaparecieron los hombres.

Vaya, que divertido... -digo rebuscando uno de mis cuchillos en mi camisa.

¡Eh tú!, mira al pajarito... -grito a la par que lanzo una daga a uno de los matones