Partida Rol por web

Fiuuuuuuuuuuu SPLAK

A tal corta distancia, una flecha de calimero se clava en el vientre del guardia como en un saco de heno. Los ojos desorbitados de la victima empiezan a mirar en todas direcciónes con una mueca casi cómica.

El golpe preciso del canto de la espada de Amorgos en la mano del siguiente contrincante hace que éste suelte la suya con un grito de dolor.

Kiwn estaba preparado para luchar, pero entonces los temorosos dos guardias de tres al cuarto que tenia defrente decidieron huir, soltando sus armas y corriendo por donde habían venido. Pero al final de la sala estaba su oficial, el tipo duro que mandaba sobre ellos. Con voces pavorosas los jóvenes secuaces suplicaron a la carrera.

-Por favor!! dejenos ir!! nos matarán... yo no quiero morir...

En medio de la escena, su oficial contestó de mala gana.

-Muchachos inútiles! no sois merecedores del honor de servir a vuestro maestro tahedorán!

Y acto seguido, puso en practica una de las técnicas del arte del tahedo, el arte de desenvainar lanzando la espada hacia adelante inclinada un mortifero ángulo hacia arriba, el ángulo justo para que la "kisha" (la parte final de la espada) estuviese a la altura del cuello del oponente. La técnica llamada como "Yagartei"

ZOMP ...  ZOMP

Dos cabezas como dos melones caen a ambos lados del misterioso oficial. A sus lados, los cuerpos sin vida (y sin cabeza) de sus secuaces caen como cocos de un arbol. Ha sido una Yagartei contra dos oponentes al mismo tiempo!! Algo totalmente habilidoso!!

La espada del oficial chorreaba débilmente sangre, así que haciendo un pequeño corte al aire, logró limpiarla. Luego con ojos amenazantes y voz tranquila dijo.

-Ahora os toca a vosotros! Os enseñaré algunos truquitos que me enseñó tah vordomant!

- Uy, estoy a punto de morirme de miedo. ¿Un tahedorán te ha enseñado truquitos? ¿Y qué harás cuando te enfrentes a un tahedorán de verdad?

Sin dar más oportunidad, entro en protaiteí y voy hacia el jefe, aprovechando que ha tenido la amabilidad de librarnos de los dos tipos que estorbaban el paso.

El Maestro siempre tan seguro de sí mismo... -piensa Kiwn al ver la respuesta de Amorgos, siempre tan segura de si misma. POr el contrario, el aprendiz tiene dudas, ha aprendido a temer a su espada y a respetar su filo con el que poder matar; el miedo a su propia espada le ha enseñado a respetarse a si mismo y a sus adversarios. Esta vez sabe que puede morir y ese miedo le paraliza un instante que parece una eternidad. Kiwn aferra su espada con fuerza mientra ve lanzarse a Amorgos contra el oficial. Un tahedorán no duda, no siente; solo es la simbiosis de sangre, huesos, carne y acero que realiza la danza de la muerte. No hay rencor, ni odio, solo técnica y trabajo duro. Acaso no quieres mejorar estúpido...no he llegado tan lejos para cagarme de miedo ahora! -piensa mientras una dolorosa punzada en los riñones le lleva a la primera aceleración,tras lo cual se lanza al ataque.

Le lanzo una flecha al nuevo enemigo. -A por él chicos!!

Desgraciadamente la flecha no da en el blanco, Calimero está demasiado nervioso.

Tah amorgos consigue golpearle, pero el espadachín no es para nada torpe, se desenvuelve con presteza incluso luchando contra 3 enemigos a la vez! La "kisha" de su espada parece una serpiente moviendose a una velocidad de vértigo!

ZAS ZAS!

De la nada aparecen dos heridas en los cuerpos de Calimero y Kiwn! Cada uno pierde 3 puntos de vida

-Maldito! Dijo Calimero mientras le lanzaba otra flecha - Esta vez no te escaparás!

ZOMP!

La flecha esta vez encaja de lleno en la pierna del contrincante!

Maestroestetipoescomounalagartija!!
El corte que Kiwn recibe es casi indoloro gracias a la aceleración que su pequeño cuerpo sufre, sin embargo, es consciente que ese guerrero es muy hábil y que tendrá que esforzarse más. Unafintaalaizquierda,golpealaderecha,parasuestocadaygolpeadeabajoarriba -va recitando su cerebro a toda velocida, entonces, la flecha de Calimero le una oportunidad al impactar en el blanco-, ahora!Hadejado un puntodescubierto!!!

¡Porlosdiosessíqueesrápido!

Exclamo al ver que con un solo movimiento ha logrado esquivar a Kwin, atacarle aprovechando que el golpe fallido dejó un hueco en su defensa, y, de paso, herir también a Calimero. Pero al final ha mordido más de lo que podía tragar, porque después se ha quedado momentaneamente descolocado, y le han llovido los palos de todas partes. Mi último golpe casi no es necesario.

Arrrg!

El oficial cae tras recibir vuestros poderosos ataques, realmente ha durado mucho si tenemos en cuenta a quien se enfrentaba.

Podeis cojer del suelo las espadas (+1 Ataque) y armaduras (+1 Defensa) de los guardias. Del oficial guarda se puede obtener un botín más jugoso: Una espada afilada (+1Ataque, +1Fuerza).

Calimero, tras ver semejante exibición del arte del tahedo, aprendes el desenvaine rápido Yagartei, cuando te equipes una espada podrás usarlo.

Cojo una de las espadas normales.

-Esa espada afilada es para uno de vosotros, yo no le sabré dar tanto uso...

Con mi nueva espada practico a desenvainar lentamente al estilo Yagartei, espero cojerle el truco poco a poco.

-Ahora qué hacemos? Bajamos a ver a los prisioneros o continuamos por donde vinieron estos tipos?

Maestro, esta espada no es la suya pero seguramente sea mejor que la que lleva -le ofrece el aprendiz a Amorgos mientras recuerda su espada perdida Ennua con algo de melanconlia-. Por otro lado, yo ya tengo una armadura que le robe a un guardia y usted...casi está desnuda -dice con respeto pero siendo incapaz de evitar sonrojarse al entrever las curvas del maestro.

Luego, respondiendo a CAlimero:
Deberiamos volver a las celdas a ver que est ocurriendo con los que dejamos alli

La observación de Kwin hace que yo también me sonroje.

Sí, creo que va a ser mejor que yo también me vista. Lo malo es que con estas armaduras puede que nos confundan con el enemigo. Supongo que es un riesgo que hay que correr.

Rápidamente me pongo una de las armaduras de los muertos, y recojo la espada del lider con una mirada de agradecimiento a mis dos compañeros por dejarme la mejor arma.

Me doy cuenta de que lo correcto sería ir a ver qué ocurre con los prisioneros. Están cansados y desarmados, y serán las víctimas más fáciles, pero de repente recuerdo que Calimero dijo que el Gran Maestre estaba preso en el castillo.

No es que sea una admiradora del Gran Maestre, por el contrario, estoy completamente en desacuerdo con su forma de hacer las cosas y su manía de cumplir las normas por más absurdas o perjudiciales que sean. Pero soy un tahedoran y mi deber es protegerlo. Además, si él cae o permanece en manos del enemigo, la moral en Udafiun caerá por los suelos, o, peor aún, empezará una guerra interna entre los posibles candidatos a sucederle, y eso es lo que menos nos conviene ahora.

Id vosotros a ayudar a los presos. Yo tengo que buscar al Gran Maestre. No es que piense que su vida valga más que la de los prisioneros de abajo, pero es algo que tengo que hacer. No es necesario que me acompañéis añado, mirando directamente a Calimero sé que el anciano no despierta las simpatías de mucha gente. Sin embargo, yo sí que debo ir. Probablemente somos los que estamos más cerca de él, pues somos los que más nos debemos haber adentrado en el castillo. Calimero... ¿tienes idea de donde lo pueden haber encerrado? No creo que esté en una mazmorra normal... ¿o sí?

No tengo ni idea de donde lo habrán apresado. Pero, siendo alguien peligroso para sus captores, seguro que no está en una celda normal, y es muy posible que esté bien vigilado. Lo mejor será buscarle todos juntos por las mazmorras, por cualquier cosa que pueda pasar. Venga, no hay tiempo que perder... -anuncio a los demás, para ponernos en marcha lo antes posible.

Mmm...no creo que lo hayan llevado a las celdas aun. Si le han capturado el tal Vordomant querrá regocijarse de su victoria y demostrarle lo fuerte que es en persona. No creo que quiera encerrrarlo...más bien tengo la sensación que antes de matarle, quiere que el Zemalnit vea caer a sus hombres; dejarlo sin esperanzas, que sepa, que una vez muerto no quedará nadie que pueda hacerle frente y que toda la fuerza de la Espada de Fuego, estará en su poder...
De todos modos, el Maestro ha dicho que va a buscar al Gran Maestre. Creo que nosotros podemos mirar por las celdas y el Maestro -o tal vez deberia empezar a decir Maestra- se las puede arreglar por si solo

Tras desearos buena suerte, os separais. Amorgos decide ir a buscar al gran maestre por la puerta que da al interior del castillo mientras Calimero y Kiwn bajan de nuevo a las mazmorras donde están los pobres presos.

Descendeis a toda prisa la escalera circular y volveis al pasillo donde están las celdas. Desoyendo vuestro consejo, los presos están fuera hablando entre ellos y cuando os ven gritan emocionados todos a la vez.

-Qué ha sido esa explosión??
-Habeis sido vosotros?!
-Hay ruido de pelea ahi fuera!
-Qué está pasando?!
-Dadme una espada y acabaré con toda esa gente!
-A por ellos!
-Podemos! Podemos!!

De pronto, una voz se hace oir entre todo el griterio.

-Callad todos! Mirad lo que he encontrado!! Durante todos estos días había escuchado pasos y guardias en este lado del pasillo y ... resulta que hay una puerta secreta!!

Efectivamente, tras un estandarte de un dragón rojo se perfila prefectamente la silueta de una puerta.

Entras solitariamente al interior del castillo. El ruido de lucha es más audible aquí, parece que abajo se está librando una batalla tremenda.

Ante tí hay un pasillo de palacio, muy bien amueblado, no como las rocosas piedras de la mazmorra, en el suelo hay una gran alfombra roja y a los lados hay linternas con velas encendidas. Caminas aceleradamente cuando aparecen por la esquina dos guardias con una armadura igual que la tuya.

Los guardias ven tu armadura manchada con sangre y miran se extrañados. Luego miran la empuñadura de tu espada (la del oficial que acabas de matar) y la reconocen inmediatamente.
-Quién eres tú? Donde está Oswald! Tira tu arma inmediatamente!

El otro, fijandose en tu cara un poco demacrada dice:
-Dios mío, alguien ha liberado a los prisioneros! Qué diablos!