Partida Rol por web

Nerea se ha vuelto a quedar sola en el cuarto de baño. Cierra la puerta y se acerca al lavabo, mirándose en el espejo. Intenta ver reflejado qué siente, ya que ella misma no lo sabe. Por un lado se siente feliz, aunque un atisbo de la furia que ha sentido durante todo ese tiempo todavía permanece allí, latente, preparada para saltar. Es como si tuviera en un lado un personajito, llamado ángel, conciencia, o como sea, que le dice que ha hecho bien, que es lo que necesitaba desde hace mucho tiempo. Y en el otro lado, se encuentra el otro personajito, llamado rabia, dolor, demonio... Quién sabe... Que le dice que es tonta, que debería haberle cerrado la puerta en las narices y dejar que sufriera, al igual que ella ha estado sufriendo durante todo ese tiempo.

Mueve con fuerza la cabeza, intentando quitarse todos esos pensamientos de ella. Aunque todavía no tiene nada claro, en el fondo se alegra de haber hecho las paces con Mariano... Sonríe a ese reflejo ceñudo y cuando se siente preparada se dirije nuevamente hacia el salón.

Regresé con una sonrisa de oreja a oreja.

No podía ocultar mi alegría después de lo que sucedió en el baño, así que, qué más da lo que piensen los demás.

Menos mal que escuché hablar por fin a Diego y a Emily.

Es gracioso, jústamente he pensado lo mismo que acaba de decir.

- Bueno, ya estoy aquí. - Dije sin poder dejar de sonreir. - ¿Qué se cuece por aquí? -

Miré a Emily y le guiñé un ojo.

Si, te he escuchado. Pero no pasa nada. Pensé.

Sam observa la enorme sonrisa y no puede evitar que se le contagie.

Bueno, pues mi turno de ir al servicio.. Dice guiñándole un ojo al pasar.

Y con tranquilidad se dirige al lugar por el que ha aparecido Mariano.

Nerea sale del cuarto de baño, en sus labios se dibuja una tenue sonrisa al ver llegar a Sam toda decidida. Ya se imaginaba que su amiga enseguida querría hablar con ella, pero así, tan de repente, le sorprende...

- Qué rápida... - Le dice abriendo nuevamente la puerta del baño y entrando ya que sabe que querrá hablar con ella.

Sonrio con aire de culpabilidad al guiño de Mariano. Mira que soy bocazas a veces. Aunque por su gran sonrisa parece que da exactamente todo.

Ummm, se han arreglado, o eso parece. Buen comienzo de fiesta.

- Pues elegiamos juego a la consola. Diego ha mirado la guitarra como si fuera una víbora a punto de morderle.... ¿Tú que eliges?

Miré enfuruñado a Emily.

- Mira mis manos... - Las moví delante de su cara. - son pequeñitas, no puedo coger una guitarra y hacerlo bien. Pero, ¡eh!, no voy a ser yo él que arruine la fiesta y más con la alegría que ha venido este pringado del baño que parece cualquier cosa menos que se arregló las cosas con Nere. Así que... -

Me puse al lado de Emily y la cogí del brazo como una novia agarra a su padre al ir al altar.

- Ella dice que sabe, así que ella es de mi equipo. -

Sam también sonríe entrando con ella.

Por supuesto, siempre quiero saber si mis broncas y charlas surten efecto... Dice entrando con la cabeza alta.

¡Venga cuenta! Dice guiñandole un ojo, apoyandose con una mano en el mármol del lavabo.

Nerea suspira mirando a su amiga. La puerta nuevamente está cerrada, y se apoya en el lavabo cruzando sus brazos.

- Bueno, me pidió perdón, y le he dicho que vale... Que podemos ser amigos. Sí, ya sé... Supongo que me he precipitado, pero yendo a la misma clase, teniendo amigos en común... No sé, cuesta mantenerse indiferente. - Le dice mirándola con los ojos brillantes. Intenta parecer fría, pero en su mirada se puede leer perfectamente lo feliz que se siente, aunque en el fondo no quiera reconocerlo.

- Vale, acepto el reto. - Dije con una sonrisa picarona. - Yo me quedo entonces con Mariano, que si toca la guitarra, esto lo tendrá chupado. -

Pero ahora necesitaba que Nerea esté en mi equipo.

Quiero verlos otra vez juntos riéndose como hacían antes.

Sam levanta una ceja.

Nerea... ¿quién crees que le ha dado la charla a Mariano para que se decidiese a hablarte? No me voy a enfadar porque le hayas perdonado... Sí, te ha puteado... pero... os queréis demasiado... Me parece bien que empecéis de nuevo o poco a poco... Que se gane tu confianza otra vez.. Le dice sonriendo y guiñando un ojo.

- Supongo. Aunque sabes que me gusta más el de futbol. - Le dije a la rubia, aunque me daba absolutamente igual. Como si quisiera darme con la guitarra en la cabeza. Ahora mismo, lo que menos me importa es lo que hagamos. - Pero va a ser un robo con este, que es un pardillo jugando a todo lo que sea jugar con las manos. Sino es contemplar las estrellas, Diego va muerto, y lo sabes. Emparejemos los equipos ahora cuando regresen Sam y Nerea, ¿no? -

Y estaba claro que me gustaría jugar con ella en mi equipo, pero después de lo sucedido, con tenerla cerca ya me vale.

Aún no entiendo como es que me ha perdonado así tan rápido. Supongo que también Sam ha hecho de las suyas... y Emily...

Menos mal que después de todo, recapacitaron y comprendieron lo que había sucedido, y qué, aunque la haya cagado de esa manera, si te arrepientes de corazón mereces otra oportunidad.

Miré hacia el baño y me puse las manos en la boca para hacer una bocina.

- ¡Vamos! ¡Que las estamos esperando! -

- Tampoco te precipites tanto... No sé qué pasará... Todavía no puedo olvidar lo que hizo... Quizás si se hubiera liado con otra, me sería más fácil aceptarlo, perdonarlo... Pero con Diana no... Me cuesta mucho. Le he perdonado, sí, pero todavía no puedo olvidar. - Nerea suspira profundamente tras decir esas palabras. Mira a su amiga y se encoge de hombros. - Bueno, supongo que era lo que tenía que pasar, con todos vosotros espectantes y manipulándonos. - Le termina diciendo mientras le saca la lengua.

No quiere reconocérselo, pero en el fondo le agradece que haya intercedido. Todavía quiere a Mariano, le quiere muchísimo, aunque se repita a diario que lo suyo ha terminado, en lo más profundo de su corazón siente que no es así. Pero... No para de repetirse que si volviera con él, ¿sería capaz de olvidar?

De repente escucha la voz de Mariano llamándolas. - Vamos, que nos están esperando... - Le dice mientras se acerca a la puerta.

Sam sonríe.

Me parece la decisión más correcta que he oído en mi vida. Dice guiñándole un ojo. Sin duda, Nerea había vuelto a ser la misma y no había cosa que le alegrase más.

Se encoge de hombros y sale por la puerta.

La puerta del baño se abre y salen Sam y Nerea, bastante sonrientes.

Ya vamos hombre... qué maleducado, metiendo prisa a unas damas en el baño... Dice riendo poco después.

¿Para qué nos necesitáis? Pregunta interesada.

- Ehhhh, chulito, que no eres el único músico de la sala. Vale que yo le dé más al piano, pero no hace falta ser Mozart para jugar a esto, y Diego te va dar una pasada que vas a flipar.

Poso la mano sobre la de Diego, y me dirijo a por la guitarra.

- Sam, están haciendo los equipos para el Guitar, Gimena va con Mariano... Tú con Diego y conmigo ¿no? - Cruzo una mirada con Gimena, suponiendo que ese era su plan, juntar a Mariano y a Nerea en el mismo equipo.

Nerea llega al salón detrás de Sam. Su mirada se cruza por un momento con la de Mariano y una sonrisa asoma a sus labios. De momento parece sencillo, su temor a como se sentiría tras haber hecho las paces empieza a disolverse dándose cuenta de que puede actuar con normalidad.

Al darse cuenta de que la partida que han puesto es el guitar hero hace una mueca con los labios. Tan sólo ha jugado una vez y es muy mala. Nunca conseguía darle a los botones a tiempo, y cuando lo hacía los soltaba antes de lo que tocaba. Bueno, sólo es un juego... Se dice intentando convencerse a sí misma.

- Aviso que yo soy muy mala con eso... - Dice alzando las manos y dejándoles a ellos que decidan en que equipo juega. Aunque no es tonta y se da cuenta de lo que buscan todos...

- Pues si eres mala, cosa que no cre, vente con el equipo que tiene al mejor guitarrista. Seguro que ganamos y les destrozamos la vida a estos tres y... - Miré a un lado, dónde había un chico callado mirando los Cd´s desde hace casi media hora. - ¡Hey! Tú, autista, ¿vas a jugar o te vas a quedar allí empanado durante toda la noche? Si no juegas, te toca servir las bebidas, que lo sepas. -

Es extraño que no participe. ¿Le sucederá algo?

No creo que esté mal por alguna cosa, no me había contado nada, pero como es Manu, bueno, puedo esperar cualquier cosa de él.

- ¡Manu! ¡¿Estás con nosotros o no?! -

Miré a Mariano con una media sonrisa por un segundo, mientras seguía mirando los cd de la cómoda del salón.

- Eh, no, no. Empezad vosotros, que yo tengo que mirar estos cd´s... ¡son geniales! Hay de todo para organizar una buena fiesta. - Dije mientras pasaba los discos con los dedos. - Dadle vosotros al tema que yo me quedo por aquí y si eso, pago y recojo las pizzas cuando lleguen. -

Me giré otra vez con el pulgar levantado para que todos sepan que estoy perfectamente.

- Yo estoy genial aquí. -

Sam se encoge de hombros. En realidad tocaré el violín en vez de la guitarra, pero bueno... aguantaré un rato más.. Piensa resignándose.

Al ver la facilidad con la que Manu se escabulle le mira de reojo. Chico listo... Piensa.

Bueno, venga. Empecemos... Dice intentando darle algo de vida a la reunión.