Partida Rol por web

Los cuatro agentes, encabezados por el joven detective descendieron hasta la zona de garaje de la comisaría, donde se asignó a Johnson un Honda Civic de unos 10 años de antiguedad, color blanco sin rotular.

Sin demasiada ceremonia se montaron en el vehículo, conducido por Peter y salieron por la rampa que daba a la vía pública, mezclándose inmediatamente con el tráfico que saturaba a aquellas horas la zona centro de la ciudad.

-No está especialmente lejos, pero no creo que tarmenos menos de cuarenta minutos...- dijo en tono algo seco el conductor, mirando por el retrovisor a los ocupantes de los asientos traseros.

Jeaninne no dudó en sentarse en el asiento de atrás, no solo podría evitar verse obligada a conversar con el detective, sino que podría entrecerrar un poco los ojos, por lo menos hasta llegar hasta la escena del crimen.

Se acomodó de forma que la mitad de su espalda quedaba apoyada contra la puerta, y la otra mitad contra el asiento. De haber podido, tal vez hubiera subido los pies al asiento. Sacó su celular, conectó un auricular y se lo colocó en la oreja que quedaba apoyada contra el cristal del coche.

Buscó unas pistas de The Whitest Boy Alive y se dejó sumergir en aquella música, era perfecta para un viaje tranquilo. 

Lyara también se situó en uno de los asientos de detrás. Notaba como el cansancio le pesaba y aspiraba a poder descansar un poco durante el trayecto: no pudo evitar mirar de soslayo a Jeaninne y darse cuenta de que se encontraba en una situación similar.

- Mhmm... Cuarenta minutos, seguro que pasan volando -comentó de forma aparentemente optimista, aunque en realidad se veía motivada por la idea de que no iba a ser suficiente tiempo de descanso.

Hizo amago de recoger las piernas sobre el asiento pero terminó por contenerse, sentándose con normalidad apoyando bien la espalda contra el respaldo del asiento.

Jefferson emitió un leve gruñido al escuchar que les llevaría aún unos cuarenta minutos llegar a la escena del crimen. Echó un vistazo a su reloj. Por una parte, se encontraba demasiado cansado como para sacar algún tema de conversación a sus dos compañeras y, por el otro, estaba bastante ansioso por llegar a la escena del crimen y rastrearla a fondo.

Sin mucho que añadir y, tomando ejemplo de Courier, sacó su MP4 y sus auriculares y procedió a escuchar la que consideraba una de las mejores baladas orcas de todos los tiempos: Hard Rock Hallelujah, del grupo finlandés Lordi.

Durante el trayecto, Jefferson agitaba la cabeza, dejándose llevar por el ritmo de la música, mientras tarareaba la letra de la canción en tono bajo.

EL tiempo pasó en silencio. Johnson se limitaba a conducir de forma eficiente evitando perturbar el descanso del resto de los pasajeros que habían dejado bastante clara su intención de no ser importunados con conversación.

Cuando llegaron, a Woods empezaban a cerrársele los ojos debido al cansancio acumulado durante la noche anterior. A Jefferson en cambio la música lo había mantenido despejado, mientras que Courier se había limitado a observar por la ventana, con una expresión taciturna y algo ausente, dejándose llevar por la música de su dispositivo.

En cuanto Peter estacionó el Honda a uno de los lados de la calzada de un callejón secundario del barrio de Upper Manhatan, todos se espabilaron de golpe.

Ya estamos... aquí fue donde encontraron a Polvo Lunar-dijo el detective en cuanto apagó el motor.

Aquel lugar sin duda casaba con el callejón típico donde un camello se establecería en busca de privacidad para sus negocios. Al ser una calle trasera, no existían entradas directas a negocios o viviendas. A ambos lados de la calle había contenedores metálicos destartalados por el tiempo que llevaban a la intemperie y, justo en una esquina, tras uno de esos contenedores aún quedaban vestigios de que allí se había cometido un crimen, puesto que aún colgaban parte del precinto policial del contenedor, así como que en el suelo la silueta del cadáver seguía siendo visible, marcada con pintura blanca, pero ya no había ni rastro de policías, pues sin duda se había dado por finalizada la investigación de aquel escenario de forma oficial.

-Vale, supongo que apestamos a polis, pero tampoco vayamos a mostrar las cartas de primeras... demos un repaso por la zona a ver que podemos sacar en claro... quizá algún habitual del barrio o algún tendero de las calles principales puedan aportar algún dato...

Lo cierto es que al entrar en el callejón con el coche habían podido ver a un individuo orco con pinta de vagabundo deambulando por allí, así como un grupo de 4 jóvenes humanos con ínfulas de pandilleros, si bien no parecían más que muchachos descarriados del sistema educativo con ganas de hallar un sitio para ellos en ese mundo despiadado de las calles de Manhattan.

Peter se rascó la barbilla por un momento.
Jefferson y yo iremos a hablar con los niñatos, y el vagabundo... vosotras id a la calle principal y mirad a ver si averiguáis algo. Y sobre todo, id con cuidado, ¿vale? y no os separéis.La mirada del detective, tiznada de preocupación, le jugó una mala pasada en aquella última petición, puesto que de formas involuntaria se posó en la pequeña elfa, demostrando sin quererlo que se preocupaba por ella de un modo diferente al resto.

Jeaninne se bajó del auto y se desperezó. Luego se sacó los auriculares donde todavía se seguía escuchando la música. Escuchó las ordenes, respondió afirmativamente y se dirigió con su compañera a las calles aledañas para ver que podían sacar de todo aquello.

Mientras caminaba junto a Lyara le dijo:

- Me vas a contar que es lo que pasa entre tú y Peter? La noche del cuarto asesinato se encontraban juntos verdad? Y lo de recién fue raro jaja, se nota que siente cosas por ti. Pero al parecer, Ryan les está diciendo a todos que la agente Vaamar está detrás tuyo. Dime que no estás jugando a dos puntas. – se detuvo y le sonrió, no sabía si se había extralimitado. 

Lyara asintió ligeramente a las indicaciones. No tenía nada que objetar, a fin de cuentas parecía un inicio tan apropiado como cualquier otro en aquel lugar. Una vez bajó del vehículo alzó una ceja al escuchar a Jeaninne. Una nota de rubor se dibujó en su rostro al escuchar a su compañera.

- Sí, estaba con él. Pero no es un interés romántico para mí, somos amigos, nada más -hinchó un poco los mofletes- Sois un poco cotillas Ryan y tú, ¿no? -luego suspiró agachando la vista- También he notado que está especialmente encariñado conmigo. Pero lo achacaba a que nos conocíamos de hace ya un tiempo, no sé si debería decirle algo de modo directo, tampoco querría herirle.

Luego carraspeó, casi sin dar oportunidad a que Courier replicara, como si se hubiera dado cuenta de la misión que tenían por delante.

- No sé si tendremos mucho tiempo por aquí, así que será mejor aprovecharlo -cabeceó discretamente hacia la zona aún marcada con intención de evaluar desde qué lugares había una visión clara del lugar del crimen. A fin de cuentas aquella zona sería minimamente concurrida en el momento del asesinato, si no recordaba mal estaba vendiendo material cuando el camello encontró su inesperado final.

Caminando se adentraron en la calle principal, bastante más animada que el callejón del que acababan de salir.

A simple vista se distinguían varios comercios abiertos en aquella calle.

Un puesto de Döner Kebab del que salía un fuerte olor a especias, un pequeño supermercado 24 horas regentado por coreanos y una licorería con neones en el escaparate resaltaban entre el resto de edificios, la mayor parte de los cuales eran bloques de viviendas.

Lyara evaluó los edificios que llamaban más la atención, sopesando por donde empezar. Lo cierto es que a simple vista no veía ningún caballo ganador... pero suponía que por aquella razón estaban investigando y no dando un mero paseo. Frunció los labios durante un segundo y luego miró hacia Jeaninne.

- ¿Tal vez el 24 horas? En esos negocios a veces los propietarios se pasan el día vigilando tanto el interior como el exterior del local... -comentó aquello no demasiado alto.

Jeaninne también miró los alrededores. Sin duda debían interrogar tanto al vendedor de kebab, como a los dependientes de las dos tiendas. Pero empezar por el “24 horas” sonaba bien. Asintió a su compañera.

- Tienes razón, a lo mejor es probable que alguien en esa tienda haya visto algo.

Comenzarían a investigar por allí. Se dirigieron a la tienda y preguntaron por el encargado.

Aquel establecimiento de tamaño mediano recibía a los clientes con varios carteles manuscritos en coreano fotocopiados y pegados al mostrador.

La tienda era de tamaño pequeño. únicamente ubicaba 3 pasillos de estantes en su interior junto con el mostrador que estaba situado cerca de la entrada y del que se intuía un fuerte olor a Kimchi, el encurtido picante con base de col fermentada. Junto al mostrador una vitrina expositora mostraba varios tipos de humeantes bollos rellenos.

Tras el mostrador, un asiático cincuenton escrutinaba un periódico coreano a la vez no perdía detalle de cada persona que pasaba por delante de su establecimiento.

Al entrar las dos mujeres dobló el periódico y se quedó mirándolas inquisitivamente

- Quizás tras comprar alguna cosa se muestre más receptivo -comentó por lo bajo a Jeaninne, mientras se acercaba al mostrador. Señalaría uno de aquellos bollos rellenos, lo cierto es que estaba hambrienta y no le hacían mala pinta. Se percató de que aquel hombre cumplía con el estereotipo, así que procedió a tantearlo.

- ¡Buenos días! ¿Me puede poner uno de esos...? -asintió ligeramente mientras llevaba la diestra al bolsillo, con intención de pagar- Si pudiera ser, nos gustaría hacerle algunas preguntas -presentó de manera distendida su interés, dando cierto margen a su compañera para que continuara si lo consideraba oportuno, por tal de ir rotando.

Al llegar al callejón donde se había producido la muerte de Polvo Lunar, el agente orco observó al vagabundo compañero de raza, así como a los cuatro jóvenes pandilleros.

-Señor, si no le importa me dirigiré a hablar con el indigente -propuso Jefferson, tomando la iniciativa-. Lo más probable es que si ve a dos polis y uno de ellos es humano, el pobre tipo se ponga un tanto nervioso o incómodo pensando que lo podríamos arrestar o algo por el estilo. La raza siempre tira más, así que quizá si me acerco solo yo se muestre más tranquilo.

Peter asintió ante la propuesta de su subordinado circunstancial.
-Yo iré a ver a los niñatos aquellos.

Bajo sus gafas con cristal de culo de vaso achinó algo más los ojos.
Jjinpang de cerdo dolar cincuenta centavo, Hoppang judía dolar.dijo en un tono no demasiado amable.
-¡No preguntas!, dolar cincuenta centavo o dolar. no preguntas azuzó el periódico como si espenatase una mosca.

Jefferson se acercó entonces al indigente orco con paso decidido y las manos en los bolsillos, tratando de generar una sensación de espontaneidad frente a la actitud más severa de otros agentes cuando hablaban con los testigos.

-Buenos días, señor -saludó al vagabundo, levantándose durante un instante su sombrero morado a modo de saludo-. Verá, soy agente de policía. Mis compañeros y yo estamos inspeccionando la zona del crimen que se produjo hace unos cuantos días. El asesinato del narcotraficante elfo, seguro que sabe a qué me refiero. -Bajó un poco el tono para, acto seguido, añadir-: Fue la noche del 21 de Febrero. ¿Vio usted algo o alguien fuera de lo normal o que le llamase la atención? Quizá un elfo de la alta sociedad deambulando solo por callejones donde no debía, o un elfo que portaba un arma de aspecto ceremonial...

El agente orco terminó sus palabras, con la esperanza de que el indigente pudiera serle de ayuda para esclarecer lo que pudo suceder en la escena del crimen.

Hmp! gruñó el indigente en cuanto el policía orco se identificó como tal.
Así que ahora los maderos envían a un desclanado a habalar con los sucios orcos...
Dió un trago de una botella cubierta con una bolsa de cartón.
Si, si... Se de quién habla y se el día que ocurrió... Hablas del orejas picudas aquel que se cargaron... Es curioso como sois los maderos...prestáis más atención a un solo elfo que vende polvo y no a las decenas que se lo compran...
Escupió un gargajo al suelo.
Si, puede que viese cosas aquella noche, pero ¿Para que iba a deciroslo? ¿QUe saco yo de todo esto?-preguntó achinando los ojos.

Jeaninne miró a su compañera y luego revoleó sus ojos hacia arriba, estaba segura de que perderían el tiempo con aquel sujeto. Sacó su cartera para pagar lo que había comprado la agente Woods, cuidando mucho de abrirla para que el asiático pudiera ver su placa de la NYPD.

- Sí, preguntas! – le dijo para que entendiera que no se libraría fácil de ellas. – Tú contestas, nosotras te dejamos en paz.

Los ojos de aquel coreano se abrieron más de lo normal al ver la placa de Courier y una expresión de asombro se dibujó en su rostro.

-¿Policias? ¡Ahh! yo conoaco a tú! dijo señalando a la elfa.
-¡Usted Policía agente Guods! ¿Si? Empezó a pasar páginas del periódico que había estado leyendo, mostrando una noticia acompañada de una foto de la rueda de prensa con Woods en primer plano.
¡Agente Policía Lyala Guods, policía elfa en contla sistema elfos!dijo señalando parte del texto, escrito en coreano.
¡Ahh! ¡Policia famosa en mi tienda!yo invito a Jjipang! dos Jjipang cerdo asado para las dos policias agentes. siDijo mostrando una mellada sonrisa a la vez que tendía uno de aquellos bocados coreanos a cada una de las policías.
¿Que preguntas puede ayudar Song Woo?

Lyara parpadeó dos veces algo sorprendida. No esperaba tener reconocimiento, menos aún en un lugar como ese: no es que menospreciara en absoluto el negocio, pero no sabía por qué motivo alguien como el encargado le tendría especial respeto. Se le dibujó una amplia sonrisa en el rostro, no obstante.

- Vaya, tampoco me consideraría una antisistema -rió un poco- Sólo defiendo lo que considero justo.

Alzó una ceja mirando la noticia, si bien no entendía ni palabra se percató de la fotografía. Es cierto que igual debió revisar qué se decía exactamente en los artículos de prensa...

- Queríamos hacerle unas preguntas con relación al caso -comentó en un tono más confidente, como si en cierto modo lo estuviera convirtiendo en un colaborador activo- Concretamente si vió o escuchó algo inusual en la noche del 21 de Febrero.

No pudo evitar darle un bocado a aquella pieza. Se sentía cada vez más cerca del estereotipo de policía zampadonuts, y aquello la deprimía un poco.