Partida Rol por web

¿Y ahora qué? Sin duda esa era la pregunta que Celarian Vaamar le tenía reservada a ese tipejo escurridizo para ese preciso instante. Lastima que se le hubiera adelantado. Había perdido todo el efecto que esperaba dar.

Si aquel orco había huido y sabía pese a que vestían de paisano que eran policías, algo relacionado o no con el caso, tenía que ocultar. Pese a que no parecía tener escapatoria posible no se podía fiar de él, cualquier truco podía poner en jaque la investigación.

La elfa sacó su HK reglamentaria y apuntó al orco. Con un gesto de si cabeza le indicó a Ryan que fuera posicionándose a la espalda del sospechoso.

- ¡Ahora al suelo! - Gritó la elfa. - ¡Y las manos donde pueda verlas o te lleno de plomo! ¡Alegraré que trataste de tirarme!

El morador de la vivienda no dió más señales de vida que esas.
Aquello, sumado a la inacción de su compañero acabó con la paciencia del orco que, tomando unos pasos de carrerilla, estampó su pesado hombro contra la puerta que crujió en cuanto impactó con ella, cediendo por la parte de la cerradura.

La primera imagen que pudo ver de aquel apartamemto que apestaba a tabaco fué a un individuo con medio cuerpo sacado por una de las ventanas del comedor, dispuesto a encaramarse a la escalera de incendios.

El orco sorprendió al sospechoso intentando huir por la ventana, el primer instinto del agente fue sacar su arma y encañonar al sospechoso que huía, pero perder su única pista del caso le hizo repensarselo, por lo que optó por guardar su arma y emprender una persecución a pie por su parte, ya que si por algo eran conocidos los enanos no era por la carreras.

-Maldita sea O'Malley! guarda el punto y pide refuerzos por radio! yo le seguiré a pie. Dijo el Orco saliendo por la ventana como un tigre cazando una gacela.

Durante su bajada en rapel por las escaleras el agente optó por requerir a sus compañeros que debían estar esperando abajo como habían quedado, eran fundamentales pues literalmente el fugitivo iba hacía ellos. tocó el botón de su pechera activando la radio que portaba en la chaqueta tratando de advertirles.

-Bravo1 y Bravo2 aquí bravo 4!!, el sospechoso está huyendo por la escalera de incendios que estáis cubriendo, máximo cuidado por si fuera armado y sobre todo que no escape, marcho detrás de él. varón humano caucásico moreno, camiseta roja y pantalones vaqueros. estamos a menos de un minuto para llegar a la calle. Copiado? ... repito Copiado? 

Tras mirar a ambos lados buscando una salida, el orco acabó por emitir un bufido de disgusto.
-tss ¿llenarme de plomo por un puto bolso? había olvidado lo rápido que los maderos sacáis la pipa a pasear cuando se trata de orcos... tiró un bolso de mujer a los pies de los policías que le habían dado caza, para luego subir las manos enseñando las palmas.

-No vale la pena... ahí tenéis- ladró mostrando la dentadura con rabia.

Aquel humano podría recibir muchos apelativos, pero estaba claro que el de "atlético" no era uno de ellos.

Su huida a trompicones era torpe y casi ridícula, por lo que a Everton no le estaba costando demasiado recortarle distancia a cada paso que daba.

Parecía que no iba a ser necesario alcanzarlo, puesto que cada vez se acercaba más y más al punto en el que el otro binomio debía estar esperando por si se daba un intento de huida como aquel. Muy al contrario, al girar la esquina Everton pudo ver como el sospechoso seguía corriendo sin oposición, no habiendo rastro de sus compañeros.

La suerte para el policía fue que parecía que aquel que corría delante suyo empezaba a pagar el esfuerzo dado que su velocidad había pasado de ser una rápida carrera a algo más parecido a un trote cochinero.

Haciendo un último esfuerzo, el policía logró alcanzarlo, aprovechando el impulso para derribarlo en el suelo, aplicando una llave inmobilizante en el brazo derecho.

El humano que había caído en sus manos no hacía más que chillar de dolor.

El Orco casi había alcanzado al sospechoso cuando este llegó al punto donde le esperaban sus compañeros "maldita sea, lo van a pillar ellos" pensó. Pero el Sr. Mirón siguió "corriendo", no había rastro de sus compañeros y había riesgo de que escapara por alguna intrincada red de huida diseñada previamente por este para escapar de la policía.

-JODER BRAVO 1, BRAVO 2 DONDE COJONES ESTáIS????!!!!???? gritó el orco babeando de pura rabia e incredulidad a su pinganillo. El sospechoso está escapando por vuestro puto punto!!! 

Tras darse cuenta que estaba solo ante el peligro el genial agente aumentó el paso, tumbando a todo aquel que se le cruzara y le intentara retrasar de su objetivo.

-Alto en nombre de la Ley!!! grito mientras placaba a una pareja de turistas chinos los cuales cayeron al suelo como bolos en una bolera, ante lo que el portentoso oficial de policía siguió como si nada. 

Pero por suerte lo que parecía un intrincado plan de huida no resultó ser mas que el desesperado intento de un don nadie de librarse de sus deberes, pues el hombre, casi agonizante, a duras penas arrastraba sus pies con un destino incierto cuando el Orco cargó contra él tumbándolo en el acto.

-Sr. Foretti queda detenido en relación con el asesinato de la Elfa que ambos sabemos, asi como por desobediencia, resistencia a la autoridad y desordenes públicos! Dijo mientras le retorcía el brazo y le colocaba duramente sus grilletes Hiatts, impasible ante los gritos y quejas de puro dolor del fugitivo capturado.

-Alfa 2 de Bravo 4, tengo al sospechoso, lo subo de vuelta al piso, pide refuerzos y una patrulla para desplazar a un detenido a dependencias. 

La decepción se plasmó en la mirada de Vaamar. Aquella carrera a través de callejones y azoteas había sido una completa cagada. Todo indicaba que estaban siguiendo al sospechoso adecuado, pero lo cierto era que no se trataba más que de una pista falsa fruto de la alta delincuencia que padecía Nueva York.

Celarian chasqueó la lengua mientras Ryan Raynor se encargaba de esposar al detenido. Lo cierto era que el soldado sabía utilizar bien los grilletes. Se notaba que lo hacía con cierta destreza y naturalidad.

- Perdona Bravo 4. Hemos seguido una pista falsa. Nosotros también volvemos con un detenido. Cambio. - Habló la elfa a través de su emisora.

- Tiene derecho a guardar silencio. Cualquier cosa que diga puede ser usada en su contra en un tribunal. Tiene derecho a la asistencia de un abogado durante el interrogatorio. Si no puede permitirse un abogado, se le suministrará uno de oficio. ¿Entiende usted estos derechos? - Dijo de forma mecánica la elfa mientras descendían al ahora detenido a través de las escaleras interiores de aquel bloque de edificios.

Ryan se encargó de la conducción del detenido hasta el vehículo oficial mientras que ella se hizo cargo del bolso robado. Una vez a pie de calle buscó con la mirada a sus compañeros y abrió la puerta del patrulla facilitando la labor de su compañero. Habían detenido a un maleante que estaría en la calle antes de que ellos acabaran con las diligencias, pero por suerte Foretti no se había escapado. Zoddert sabía lo que se hacía.

El orco escuchó por su emisora las excusas de su compañera elfa pero prefirió no contestar, estaba muy cabreado, sus compañeros habían abandonado su posición sin informar, sin un pequeño y rápido mensaje por el pinganillo para no dejarles vendidos,... pero se habían ido a detener a un delincuente común sin pensar en cual era su prioridad,... esa falta en el procedimiento era garrafal y deberían discutirlo seriamente,... hoy no había pasado nada, pero podría haber resultado herido o perder su única pista.

El detenido se quejaba a cada paso, no queria colaborar, pero no era rival para un fornido Orco que le apretaba las muñecas a cada intento de forcejeo.

Pasaron junto a unos abuelos que estaban a punto de salir del edificio donde residía, la anciana se hizo una cruz, pero le miraba mas a él que a su vecino, seguramente le alarmaba ver mas a un policía Orco que a un vecino con problemas con la ley.

-Buenos días! saludo el afable orco con un movimiento de cabeza ya que tenía las manos ocupadas.

En vez de saludar, los ancianos se abrazaron con claros signos de miedo ante el agente del orden que les había hablado.

-Pues que no sean buenos! gruñó el orco entre dientes mientras seguía hacia el ascensor, ya había agotado la paciencia. el siguiente recibiría un puñetazo en la cara. No empezaba con buen pie en la unidad.

Ryan se limito a realizar las tareas de esposar al orco, sin decir palabra alguna limitándose a recuperar el aliento, y empezó a leerle los derechos. – Tienes derecho a permanecer callado, cualquier cosa que digas puede utilizarse en su contra en un tribunal de justicia, si no puede pagar un abogado, el estado le asignara uno de oficio…- recito cual letanía, y ayudo a avanzar al orco llevándolo con una mano en las esposas y otra en su nuca.
Escucho las explicaciones de Vaamar, y como el Orco del otro lado de la línea no decía nada. ¿Quizas imagino un bufido? Ya se habia terminado de formar la idea sobre Everton, y el mismo era un clásico actuo primero y pienso después. O sea la imagen que el vendia sobre si mismo. Claro que en su caso era una postura para tomar a los demás por sorpresa. En el caso del orco, le parecía que no era el caso.
Parte de la instrucción oficial era seguir tus instintos. Y seguir a un posible fugitivo era mejor que no hacerlo.

En apenas media hora un furgón de la NYPD de transporte de detenidos se personó en el lugar donde se habían acabado reuniendo los 4 agentes junto a los dos sospechosos de diferentes crímenes.

Sin demasiada ceremonia, dos policías uniformados se encargaron de hacer subir al transporte los dos reos mientras que otro policía joven, vestido de calle se encargaba de rellenar los formularios con los datos que le estaban aportando los cuatro policías de paisano.

-Está bien, agentes, nosotros nos encargaremos a partir de ahora. Más o menos en una hora los tendréis en los calabozos de la central. La próxima vez no vengáis al territorio de la noventa y nueve sin inviitarnos a la fiesta, ¿vale?, me habéis pisado una detención que habría roto el empate que me traigo con Santiago...me debéis una cerveza. refunfuñó el policía con una sonrisa en el rostro a la vez que les daba la espalda y hacía una seña a los otros dos policías uniformdados, indicándoles que ya estaba todo listo para partir
-Vámonos, muchachos, ¡antes de que el capitán vuelva a mandarme otro encargo de taxista!

Zoddert  seguía incredulo, sus "compañeros" habian abandonado su posición sin informar para detener a un simple orco carterista... estaba estupefacto; por lo menos la elfa se había disculpado y argumentado lo sucedido, pero el humano parecía resuelto en haber actuado correctamente... no sabía quien habia instruido a esos dos, pero parecían incapaces de correr detras de un orco y la vez informar por radio, eso era peligroso para sus compañeros, lo dejaría anotado sin duda.

-Bueno pues tenemos el piso del sospechoso para nosotros solos, conviene revisar todo soporte informatico y de papel para ver que descubrií y luego llevarlo a dependencias para una revisión mas a fondo. Yo me pongo con el PC a ver que descubro.

- Lo vi bastante claro. – Dijo la elfa casi en un susurro. – Salió corriendo desde alguna parte del edificio en el momento en que se suponía que debíais entrar en el apartamento de Foretti. Llevaba capucha y pensé que era se trataba del tipo que buscábamos. No pensé en nada más que en atraparlo y realmente era rápido. – Vaamar chasqueó la lengua disgustada. – Pensaré en vosotros la próxima vez que abandone el puesto, pero con las prisas del momento…

Celarian miró a Ryan. Se estaba manteniendo muy silencioso. Era algo raro en él. ¿Podía ser que se sintiera avergonzado por la actuación que habían llevado a cabo? El orco parecía enfadado con ellos, pero tenía que haber estado en su piel en el momento en que una presa salía corriendo delante de sus ojos. ¿Habría pensado en la emisora? Puede que sí, le gustaba mucho hablar por ella, lo había demostrado durante todo ese día.

- ¿Me llevas a base? – Le dijo la elfa al soldado. – Quizás allí, con los ánimos más calmados podamos averiguar algo referente al caso.

Fuera como fuera, lo cierto era que habían cogido al sospechoso y por si fuera poco habían apartado por unas horas de la calle a un carterista. No habían salido tan mal las cosas como las pintaba el orco, ni era para estar tan enojado como parecía Raynor. Del que no podía hablar era de O’Malley. Aquel enano parecía ajeno a todo lo que estaba sucediendo. No hablaba, no participaba, no hacía nada. Sin duda le faltaba un buen trago de gasolina irlandesa para empezar a funcionar por la mañana.

El Ex- Marine pareció que iba a decir algo al respecto a Everton, quien obviamente esperaba una explicación. No había ninguna. En cambio agrego.

Te dejamos el piso a ti y a Don. indico Ryan al Orco. Buen trabajo, muchachos. Yo ire con Vaamar a Base. Nos vemos allí.

Ryan estuvo serio todo el viaje, y asintió directamente cuando la elfa le indico de volver a Base, cosa que realizo de inmediato. De modo que cuando estuvieron en la patrulla, aclaro las cosas.
- Déjalo. No te tortures, Vaamar. Si creyese que te mandaste una cagada, lo diría de inmediato, nos conocemos. No hiciste nada malo. Tuviste que tomar una decisión y la tomaste, esta vez no fue la acertada, pero no te equivocaste en ningún momento. ¿Si lo dejabas ir, y resultaba ser foretti? Tuviste que tomar una decisión rápida sin la información necesaria. Lo importante es que actuaste, quedarse paralizado es el peor escenario. dejo pasar unos momentos, solo para agregar. Quieres que prenda la sirena por unas cuadras? Se que te hara sentir mejor…

Celarian arqueó una ceja a la vez que esbozaba una sonrisa. Realmente no era eso lo que esperaba oír. La primera parte si, entraba dentro de la lógica. Nadie era perfecto y menos en ese trabajo en el que debían decidir en cosa de segundos. Lo que le sorprendía era el hecho de que Ryan quisiera encender los rotativos. No por el hecho en sí, sino porque quería hacerlo para que ella se sintiera mejor.

Vaamar no dijo nada, pero sin dejar de mirar fijamente al soldado, se abrochó el cinturón y fue en ese preciso instante cuando Raynor accionó el botón que activaba las señales luminosas del vehículo oficial.

Aquello no iba a hacerle sentir mejor. Era una chiquillada que podía acabar en un expediente, pero tampoco quería más conflictos y ya que Ryan estaba siendo amable...

- Ese Zoddert es un capullo engreído. - Dijo agarrándose bien al asiento. - ¿Ya le has sacado un mote?

Al final iba a resultar que el soldadito no era tan insoportable cómo le había parecido de buenas a primeras. Podía ser que aquella hipótesis sólo estuviera fundamentada en el hecho de que el orco era mucho peor compañero de lo que podría llegar a serlo jamás su actual binomio. Al fin y al cabo hasta comenzaba a caerle bien y habían actuado de forma más que correcta en la detención de aquel carterista.

- También tú has hecho un buen trabajo, Raynor. - Exclamó entonces Vaamar. - Si el trabajo nos lo permite igual deberíamos celebrarlo en el Hoogan's. Tú, yo, Woods y quizás Jeaninne... ¿Si?

¡Oi-oi-ouuuuuuuuuuuuuuuu! El sonido y las luces de las sirenas del vehículo oficial se encendieron, y Ryan piso el acelerador, disfrutando un poco como podía pasar por las calles con el vehículo. Aprovecho para bajar las ventanillas, y dejar que el viento diera en el rostro de ambos.

El parecía disfrutar de la chiquilinada, aunque no dejo que fueran muchas cuadras las que mantuvo con el sonido puesto, primero porque era molesto, segundo porque era solo un gesto. Apago las mismas y le sonrio, habiendo disfrutado del momento.

- Oh sí, es un verdadero patán. – dijo, ahora que el trafico lo habia obligado a bajar la velocidad. Ademas, que tampoco nos aviso que iba a entrar por la puerta para que podamos accionar mejor. Pero son detalles que hay que pulir. Como esta el hecho de que no me puse un chaleco para la incursión. Se ve que la excitación del momento me ha hecho olvidar lo fundamental. Mi sargento me hubiera molido a golpes.

Ryan le sonrio a Vaamar, directamente, mostrándole los blancos dientes.- Oh, por supuesto que si tengo uno para el. 21 JumpStreet. ¿Lo recuerdas? ¿Por esa serie adolescente donde Johnny Deep iba de encubierto en los colegios? luego le respondió. Si, no es mala idea. Cuenta conmigo.

Un auto le paso algo cerca y Ryan lo esquivo, aguantándose las ganas de insultarlo, o perseguirlo para hacerle una multa. Ya tendría tiempo para ello si fracasaban en atrapar al asesino.

¿Dime… que tan bien visto esta que un elfo se enrole en el cuerpo de policía… para la sociedad elfica?

Una buena pregunta. No era el primero que se la hacía, ya la había tenido que encarar en otras ocasiones y lo cierto era que todavía no tenía clara la respuesta.

- Bien... - Dijo sin demasiado convencimiento. - Bueno, lo cierto es que actualmente está bastante aceptado. Ya ves que no soya única de los míos en el cuerpo. Con la era de la tecnología creo que todos nos hemos igualado bastante. Es cierto que los elfos siempre han dicho estar un escalón por encima de las otras razas y dejaban éstos oficios para humanos o enanos principalmente, pero creo que hoy en día ya no. - Hizo una pequeña pausa. Suponía que Ryan no se había quedado satisfecho. - Es cierto que las castas más conservadoras ven con malos ojos que miembros de la raza elfica se metan en la policía. Mis propios padres no lo aprobaron se inicio, pero tenían tantas cosas que asimilar conmigo... - Sonrió para si misma.

El recorrido se desarrolló sin incidencias. El trafico era relativamente fluido y les costó poco más de media hora llegar hasta la comisaría central de la Policía Metropolitana de Nueva York.

Mostrando su placa, Ryan no tuvo problemas para que el agente que controlaba la barrera del aparcamiento oficial le permitiesen el paso.

Estacionaron el vehículo en la plaza asignada y al pasar por la garita de control entregaron las llaves, que recogió el mismo policía malhumorado que les había hecho entrega de las mismas horas antes.

El interior de aquel apartamento estab sucio y desordenado, el enmoquetado apestaba a tabaco y el ambiente estaba cargado y polvoriento.

La pequeña vivienda parecía disponer únicamente de un salón, un aseo, una pequeña cocina y una habitación; todas las estancias terriblemente sucias y desordenadas.

En el centro de la sala un escritorio con un ordenador encendido presidía la estancia. En la misma mesa varios rollos de papel higiénico a medio usar compartían espacio con el teclado y el ratón y justo al lado del escritorio una papelera que excretaba un repugnante hedor humano.

A Zodert le entraron arcadas del estado de ese insalubre apartamento, había estado en cubiles orcos mucho mas limpios y perfumados que aquel lugar.

-Joder O'Malley que puto mal olor! Maldito pajillero asqueroso! que pretendía contaminar todo el edificio con su fragancia masculina?? Sin duda le vamos a apretar bien las tuercas en el interrogatorio. Dijo tapándose las fosas nasales con un pañuelo de rombos que llevaba en su bolsillo.

-Busca por los cajones y las cómodas y yo miraré de desconectar los equipos informáticos, todo esto se viene con nosotros. 

El orco procedió a coger y embolsar todos los aparatos, discos duros y dispositivos magnéticos que iba encontrándose, en la mayor parte de los DVD estaban escritas a mano las siglas XXX continuando con lo que parecían descripciones de su contenido "lesbico elfas, interracial Orco-enanas, elfas con hobbits, elfas con orcos, elfas con humanos, anal elfas,..." Lo curioso era que la mayoría contenían a elfas, sin duda debía ser alguna filia enfermiza que tenía con esa raza y cuadraba con lo que sabían del sospechoso y su relación con la última víctima, sin duda algo con lo que acercarse a él en el interrogatorio.

Cuando tuvo todos los equipos recogidos y su compañero dio por revisado su parte  del inmueble, cerraron la puerta con unos clavos y colocaron cinta policial para dejar claro que entrar ahí era un delito y volvieron a dependencias policiales bien cargados.

-Cada dia parece navidad en esta unidad, por lo menos para los informaticos eh O'Malley?