Partida Rol por web

    No importa cuanto observaron y buscaron, nada encontraron*, el lugar era remoto y agreste, comun y ordinario, sencillo y primitivo, no habia runas ni grabados. Threkor no hallo trampas, de haberlas estaban bien ocultas.

-...

Tras ver las joyas brillar

Deliberaron, consensuaron,

Era hora de continuar

En el lugar nada tomaron

Al bardo se le dio cantar

Y ellos, la vida conservaron...

Se le venia a la mente al bardo. Poco podian hacer mas que volver por donde habian venido. No habiar puertas secretas siquiera.

-Habra que regresar por donde vinimos, no veo puertas, y los elfos somos buenos para encontrarlas.

Dijo el pequeño clerigo de un metro cincuenta valanceando su maza y apoyandola en el suelo.

-No quedara otra que tomar el tunel del suroeste ahora. Por suerte hasta ahora no hemos encotrado trampas ni enemigos. Aunque no hallemos tesoros, la experiencia es gratificante. Ya veremos si podemos tomar esas joyas. Y volver luego.-

Tras observar atentamente las joyas y el altar, unos versos se me venían a la cabeza sin parar... eran como una advertencia.

-Tras ver las joyas brillar

Deliberaron, consensuaron,

Era hora de continuar

En el lugar nada tomaron

Al bardo se le dio cantar

Y ellos, la vida conservaron...

Canturreó en voz algo más alta que antes.

-Estimados compañeros, creo que debemos dejar esto como está. De verdad. Cojamos el otro túnel. -Lo dijo seriamente. Esperó a que Therkor abriese la comitiva para regresar por donde habían venido.

Cuando entra el bardo cantando, no puedo menos que mirarle con mala cara.

-¿Te importaría no anunciar a los cuatro vientos que estamos aquí? Cualquier enemigo podría oírte.- Dije, malhumorado.

Seguí guardando mi posición, dejando a los que supiesen algo de estos temas que intentasen averiguar algo de información. Tras escuchar la nueva canción del bardo, mirando hacia arriba con exasperación, asentí sin embargo, no pudiendo evitar estar de acuerdo con él y con Druco.

-Estoy de acuerdo amigos. Creo que esas joyas ahí puestas son cuanto menos sospechosas. Si fuese tan fácil robarlas hace años que alguien lo habría hecho, llegar hasta aquí ha sido por ahora un paseo.

Recupero la antorcha y la levanto acercándome a la salida, espero a que el pícaro salga para ir tras él iluminándole el camino.

El esfuerzo que empeñé en buscar dentro de aquel recinto parecía ser vano, pues nada que permitiera abrir alguna puerta secreta u otro túnel para seguir mostraba su existencia. Luego, al escuchar la retirada no hice más que incorporarme y unirme a la fila de regreso, pero esta vez, empuñando la espada larga, pues con tanto alboroto que el enano y, nuestras presencias con la antorcha y pasos causan, seguro ha dado aviso a quienes puedan habitar por aquí...

-Shhh, seguid con cautela, que con tanto aviso vamos a salir en el jornal que se publica en todas las plazas de la región... decía dirigiéndome al resto para que no perdieran la concentración, aquello era obscuro, mal oliente y desconocido, no podíamos permitirnos bajar la guardia ni por un instante...

Con la daga en la mano y viendo que nom había peligros, iba a intentar sacar las joyas de su lugar, cuando unas estrofas cantadas por un bardo llenaron mi mente. Además Marlob tenía razón. No iban a estar allí preparadas las joyas para que yo las robara. Si alguien mas había pasado por allí, con toda seguridad se las habría llevado. Con mala cara y un gesto de disgusto, volví a guardar la daga en su funda y me puse de nuevo en cabeza del grupo para inspeccionar el camino ante nosotros.

Dejadme ir delante. Iré explorando la cueva.

Y me adelanté.

Los aventureros con prudencia evitaron llevar las joyas aunque eran jugosas tentaciones, tal ves inogensivas, o tal ves guardaban algun peligro. Inspeccionaron la cueva, y tampoco encontraron trampas ni puertas secretas.
No era mas que un altar rudimentario en el medio de una montaña.
Continuaron explorando, para regresar por tunel hasta la anterior cueva. Ahora quedaban dos opciones, tomar el tunel de la derecha o volver. Giraron y tomaron el tunel de la derecha, aunque la luz del exterior ya casi no se veia desde donde estaban. Avanzaron cautelosos por el tunel oscuro con antorcha en mano. Giraba veite pies hacia el suroeste y terminaba en un derrumbe abruptamente sin lugar a donde continuar...

-¿Que pasa?!... pregunto el clerigo desde el fondo con una voz muda que viajo entre los tuneles silenciada por el encierro. Y tropezo de golpe con quien hiba delante de el al frenarae todos de golpe...

Levantando la antorcha, vi el derrumbamiento. Vaya fiasco. Iluminé lo mejor que pude a Threkor para que con su pericia buscase algo que, seguramente, estaba al otro lado del derrumbe.

-Mierda. ¡Parad!-Grité a los de atrás que se agolpaban- No se puede seguir.

Mientras Threkor miraba aquí y allá, yo también echaba un ojo a ver si encontraba una puerta oculta, una trampilla o lo que fuese, aunque mi habilidad para eso es muy limitada.

-¿Cómo lo ves Threk?-Le pregunté al pícaro.

El camino se detenía aquí. Un derrumbamiento bloqueaba cualquier posibilidad de avance. Marlob me habló desde atrás. Me giro hacia él y me encojo de hombros.

No lo sé. Déjame mirar por aquí a ver si veo algún hueco por el que podamos escabullirnos. Si no, no se por donde podemos continuar. Quizás aquella joyas del otro pasillo fueran el mecanismo de apertura de algo o quizás se nos haya pasado algo por alto.

La verdad es que no sabía por donde continuar pero miré por alrededor. También aguce el oido por si escuchaba algo al otro lado

El gnomo se golpeó, teatralmente, la frente con el dorso de la mano.

-¡Oh, que contrariedad!

Por una gran necedad

Los héroes atascados

en un túnel, pasmados.

Una risotada siguió a los versos, en teoría cómicos, que pronunció. El Gnomo, que iba de los últimos, se giró,mirando en torno a él.

-¿Por dónde seguirá el camino?

¿Cuál será nuestro destino?

Este bardo no es tonto

a ver como lo afronto.

Sin hacer mucho más de utilidad, espera a que sus compañeros, más dotados, decidan el camino a seguir.

Apenas lo podía creer, un segundo camino y, con dirección hacia la nada. El elfo se acercó para verificar si el derrumbe había ocurrido recientemente o tenía tiempo allí...

-Revisad si es fresco éste derrumbe, tal vez, podríamos mover algunas rocas y encontrar el otro lado, pero si es más denso de lo que espero pues ni hablar, seguro tendremos que buscar con mayor atención un mecanismo o puertas secretas, abrirnos paso por algún lugar, pero volver a donde el altar, no me parece muy apropiado Threkor. Allí no había nada, salvo el riesgo de quedar con una maldición como ha dicho el clérigo... terminaba exclamando el explorador al tiempo que se ponía manos a la obra buscando entre los escombros...

Eres el unico en intuir o en llegar a la conclusion, que si quieren avanzar, simplemente tendran que escarbar y escarbar hasta abrir paso hacia el otro lado, o aunque sea intentarlo para descubrir si es factible o el camino esta totalmente truncado...

No escuchas nada, ni encuentras nada, a tus ojos esto no es mas que un derrumbe llano y sencillo. No encuentras palancas, ni botones ni resortes ni nada que se le asemeje, es solo un tunel y un derrumbe...

Los cantos del bardo te distraen y no escuchas nada...

Adelante de todo va Threkor, detras de el Marlob, y detras Värhamis, los demas oyen tus consejos, pero tu no llegas a ver nada... Intentas hacer memoria en tus saberes dungeonisticos, peri no recuerdas nada que te familiarize con estas cuevas y tuneles... Solo lo peligrosos que pueden ser los derrumbes si caen sobre tu cabeza...

El gnomo no aporto demasiado en la situacion mas que distracciones y avisar a todos los peligros que ellos estaban ahi, y tal ves crear alguna avalancha... En algun lugar de la montaña, o tal ves los tuneles se empezaban a desmoronar de odio escuchando al gnomo cantar... ¿Quien sabe...?...

(actualizacion general)

Van, adelante de todo va Threkor, detras de el Marlob, detras Värhamis, detras Garrik, atras Abel y al fondo Druco.

Se agolpan en el estrecho tunel de 5 pies y los dos primeros entorpencen la vista al resto, pero no hay mucho que ver, solo es un derrumbe.

Al frente, Marlob y Threkor trabajan asiduamente por encontrar una solucion, Värhamis da algunos consejos y Gârrik los anima a todos con su musica, mientras que Abel y Druco poco pueden hacer y ver desde el fondo de la fila...

De a poco van sacando conclusiones sobre que sera lo mejor por hacer, tal ves este es el final de la expedicion de este tunel y tienen que ir en busca de otra. Tal ves esta no era la famosa caverna de la que todos hablaban y han fracasado abruptamente!...

¿Que haran los aventureros?... ¿Sera este el fin de la exploracion de esta caverna y tendran que ir a buscar tesoros a otro lado? ¿O buscar otra caverna?...

Chan, chan, chan,... to be Continue...

Antes de conclusiones presipitadas y de tomar alguna decicion, una roca pequeña cae sobre la cabeza de Värhamis,... Lo que no aporta nada de especial a esta historia, solo un chichon en la cabeza del elfo...

Tal ves la montaña se esta vengando por los malos versos del gnomo, pero tiene mala punteria y le acesto el golpe a Värhamis...

Ante la negativa a volver al otro pasillo quedaban pocas opciones.

Pues entonces sólo nos quedan dos opciones. O salimos al bosque de nuevo y buscamos otra entrada o intentamos abrir un paso en este derrumbe. ¿Qué opinas Marlob?

Miré al guerrero esperando respuesta. Tal vez entre los dos pudiéramos separar un número suficiente de piedras Par a hacer un camino quw avanzará.

La musica corre innata por las venas de Gârrik y fluye naturalmente a travez de él queriendo salir al mundo, y una pegajosa melodia viene a su mente...

-vamos a las mazmorras...

-a pasear, a pasear...

-...

-vamos a las mazmorras...

-a pasear, a pasear...

-...

-al gran liche cazaremos...

-al drago domaremos...

-...

-vamos a las mazmorras...

-a pasear, a pasear...

-...

Muchos mas versos van y vienen a la mente del bardo como acaudaladas cascadas de pura inspiracion bárdica milenaria...

Asiento y, dándole la antorcha al que está detrás de mi, Värhamis .

-Intentémoslo. Total...-

Empiezo a retirar rocas, procurando evitar que se cree un desprendimiento, y parando cada vez que retiramos una roca para coger la antorcha y acercarla  a las piedras a ver si se ve el otro lado, o acaso una brisa haga que la llama se mueva.

Echo una mirada hacia atrás al maldito gnomo. A ver, es simpático, pero ahora no me hacen falta versos cómicos, me hacen falta brazos musculosos.-O decidle que cante bajito y no aporree el tambor!!!