Partida Rol por web

- En ninguno, por eso me extrañaba que estuvieses tan dispuesto a jugarte el tipo contra algo que seguramente esta por encima de tus posibilidades y menos si no consigues algo con ello  – respondo con una sonrisa cordial – Además, como bien has dicho, aun debemos cumplir con dos misiones. Pero si alguno de vosotros esta dispuesto a enfrentarse a una bestia del otro lado, yo os ayudare, aunque solo sea usando los poderes curativos de Pelor – termino diciendo mirando a Karag y a Gitze. 

Parece que nuestra agenda, ayer vacia, se ha llenado de repente, jejeje, propongo encargarnos de los lupinos, por la noche busquemos el colgante y ya mañana volvemos aqui. Vamos, en movimiento lentos, lillian, hasta mañana

Sabias palabras las tuyas amigo, se nos acumulan las tareas y mengua el tiempo, cumplamos primero el encargo y luego ya vendremos de vacaciones…Sentencio el monje y sin decir nada mas dio media vuelta tranquilo y comenzó a caminar  observando todo a su paso y sopesando la actitud del fantasma…

Orden del equilibrio, ¿acaso necesitaba más equilibrio? Eran monjes no había criatura en la tierra más equilibrada.

La compañía se despidió de la mujer con un saludo y esta simplemente sonrió y se desvaneció tan rápido como había desaparecido. Con ella, la DarkGate que brillaba justo por detrás de dónde estaba Lillian, se desvaneció también, con un par de temblores de la puerta, como de golpes desde el Otro Lado.

Los aventureros regresaron al camino principal, y tal como habían dicho, retomaron lo que era su actual misión.

Avanzaron por el camino un par de cientos de metros más, y allí, descubrieron que volvía a bifurcarse. Un camino, el más grueso y más transitado, continuaba recto, mientras tanto, otro camino más pequeño, se dirigía hacia el sur. Desde ese camino se podía sentir el olor de una brisa muy fresca y de hierba húmeda.

¿que dicen tus exploradoras? - musito hacia Morgion - Supongo que el camino más adecuado sería el que continua recto, pero deberiamos echar un ojo a esa bifurcación, es mejor no dejar nada atrás. En marcha.

Me deslizo hacia el sur, como una sombra, mirando a Gaedir y Gitze, este era un juego que repetiamos con frecuencia y que la mayoria de las veces salia bien.

Sonrío hacia Karag cuando nos mira. La verdad es que no suele salir mal la cosa cuando los tres nos fundimos con el entorno, pero nunca se sabe lo que podemos encontrarnos.

- Nos vemos en la bifurcación, amigos. Si alguien ve algo de interés o corre algún peligro, que grite.

Os adelantáis unos cientos de metros escondidos y en perfecto silencio, hasta el final del camino. Los árboles se abren para dejar paso a un gran claro, en el cual podéis ver un espejo de agua circular.

Es un lago.

Aún estáis justo en la entrada del mismo, por lo que no podéis ver mucho, ni si hay algo o alguien por allí rondando. Lo único que podéis ver es el reflejo del cielo y de los árboles en las cristalinas aguas del lago.

No me suena nada un lago, aunque según nos dijeron a la bestia que tiene el collar la gustan las cosas brillantes, supongo que se referia a las joyas y demás, pero tener aqui un gran espejo natural, puede sernos de utilidad cuando intentemos acabar con ella - susurro a mi compañera - regresemos con el resto

Asiento sin decir nada a las palabras de mi compañero. Desde luego, el lago brilla con un resplandor propio y, de día, su brillo puede llamar la atención más que el de cualquier joya. Espero a que Karag se empiece a mover hacia nuestros compañeros para hacer lo propio.

Sólo es un lago, tranquilo, quizá nos sirva de algo contra la criatura que robó el collar - digo tras regresar junto a mis compañeros - sigamos en marcha.

vuelvo a encabezar la marcha, por el lindero del camino

Karag y Gaedir avanzaron por el camino menos transitado mientras esperábamos con la mirada clavada en el frente. Las palabras de Lilian sobre la orden del equilibrio me habían dejado con ganas de saber más de ellos, hombres y mujeres que se enfrentan a seres del otro lado… Cuanto menos sonaba interesante, tal vez tras el término de la misión, les hiciese una visita para saciar mi curiosidad.

Las palabras de Karag cuando regresa hasta donde nos encontramos, me saca de mis ensoñaciones.

- Te sigo, Karag, cuanto antes lleguemos y acabemos con ellos, antes podré volver a tomar una buena jarra de hidromiel, y gozar de la compañía de… - toso ligeramente - ejem… continuemos – termino diciendo.

Avanzáis un poco más por el camino principal y como era de esperar, hacia el norte aparece otra bifurcación. Como las anteriores, está claro que no es el camino principal, ya que el más transitado continúa hacia delante, sin embargo, otra nueva bifurcación hace que nuestros amigos se detengan nuevamente a cavilar que hacer.

Hacía delante, a ambos lados en el camino, se podían ver las marcas rojas que indicaban que a partir de allí, era territorio de los licántropos.

Esperad aqui, es mejor que si no nos han visto, no lo hagan aún, iré a investigar las ramificaciones y volveré despues de cada una para que sepais que nada ha pasado, cuando todo esté cubierto, iremos a ver a esos persigue-ovillos.

Morgion encongió los hombros, como si algo le diera absolutamente igual.

Primero me piden que envíe a mis pequeñas a explorar, y luego, antes de que diga nada, se van ellos mismos. razonaba su mente oscura Pues muy bien, que exploren.

El mago siguió dos veces el mismo procedimiento: en cuanto aparecía una bifurcación y los demás corrían a investigarla, él se sentaba sobre alguna piedra del camino, y se dedicaba a consultar sus arcanos tomos, aprovechando el tiempo para estudiar en lugar de perderlo como los demás.

Una vez mas, el enano desaparece entre en el camino, dejando a Morgion sentado con su sequito de no – muertos esperando sus ordenes mientras el dedica a dedicarse a leer sus textos arcanos y prohibidos.

Me cobijo bajo la sombra de un árbol dejando a mis compañeros mas hábiles en las tareas de exploración hagan su trabajo y regresen con buenas nuevas, rogando a Pelor que no sufran ningún ataque por sorpresa de los hombres lobo, mientras mi mente recuerda entre pequeños flashes lo ocurrido hace dos noches con cierta dama…
 

El monje caminaba algo absorto en sus pensamientos, asintió cuando Karag dijo que iba a explorar las ramificaciones...El estaba de sobra capacitado, conocía sus habilidades a la perfección.

- No tardara mucho en regresar, confirme a mis compañeros cuando el enano partio de nuevo.

Karag se adelanta primero hacia el camino angosto, el que parece menos transitado. El suelo parece de adoquines, y en las juntas un poco de hierba crece. Parece que hace mucho tiempo que nadie pasa por allí, pero un par de ramas rotas en uno de los árboles de los lados te da a entender que algo grande ha pasado por alli hace poco, pero no ha ido por el camino, sino entre los árboles.

Recorres el sendero unos cientos de metros hasta que se abre un pequeño claro, y tus ojos pueden ver la entrada de una cueva bastante oscura.

Regresas rápidamente por el camino, y te internas en el camino principal...

Karag se adelantó por el camino marcado con montículos que indicaban que estaban entrando en territorio licántropo. Lo hizo como él sabía hacerlo, en silencio, escondiéndose entre los árboles para no ser detectado. Delante de él, a unos cien metros más o menos, había una pequeña fogata a un lado del camino, y allí pudo ver a tres hombres sentados a su alrededor, masticando lo que parecía ser una especie de ciervo ya que había un trozo de cornamenta a un lado de la fogata.

Los hombres parecían estar tranquilos, no hablaban, pero si miraban a un lado y al otro, como si estuvieran guardando algo.

Uno de ellos pareció ver algún tipo de movimiento por el rabillo del ojo, y se giró directamente hacia dónde estaba escondido Karag. Al parecer, lo habían descubierto.

Ese hombre miró al pequeño hombre, y después pareció gruñir. Al mismo tiempo, el cuerpo de ese hombre y el de los otros dos, cambió rápidamente, hasta convertirse en unos lobos enormes, de casi dos metros de altura con unas garras en las manos que bien podrían ser pequeños puñales. Los dientes de su boca brillaban y la saliva les caía por la comisura de los labios...

Se pusieron en cuatro patas y salieron a gran velocidad al encuentro de nuestro aventurero...

vuelvo para atrás, manteniendo la distancia con ellos (muevo 70', 280' en carrera). No quiero que me pierdan, asi les llevo directamente a mis compañeros y voy atento no vaya a ser que sea yo el que me meta en una emboscada, te hago unas nuevas tiradas de percepción