Partida Rol por web

Tom le da una patada como puede al hombre, y eso les da unos segundos para salir corriendo de aquel lugar, obviamente sin el cadáver de la chica.

joder....pensaba que ya escapabamos XD

(le di sin querer la segunda vez)

Creo que he dado los pasos necesarios para que el decoro quede bien cubierto. Elli esta interesada por mi. Ella misma lo ha dicho. Lo suficiente como para ir a la selva por la noche con alguien que es casi un desconocido, y ante rumores de cabezas cortadas nada menos. No se puede pedir mas.

Dejo de sacar comida, hemos comido una buena racion aunque no excesiva. No quiero que tanta comida ponga en peligro lo que espero que suceda en breve.

Toco la jarra en la que esta el chocolate y le sonrio con picardia a Elli. He pensado, que antes del postre podriamos nadar un poco en el estanque. Asi bajamos un poco la comida y hacemos sitio para el postre...que te parece?.

Sin esperar una respuesta, me pongo en pie y me quito la camisa con un par de movimientos precisos. Lo bueno de la ropa de verano es que es ligera y no se aferra mucho.

Finalmente acaban perdiéndolo de vista... pero si no se dan prisa no será por mucho tiempo...

a vale, menos mal!! gracias por mantenernos con vida master, eres grande! XD

Cojo de la mano a Tom tirando de él con fuerza y corriendo lo más rápido que puedo con él. Haz un esfuerzo Tom, solo un pequeño esfuerzo, no podemos seguir aquí.

-Ya lo intento Marie, pero tengo tengo una puñalda en la pierna!! no puedo correr mas rapido, si salimos de esta te debo una, nena-

Gritaba Tom mientras intentaban salir de la selva y llegar a la playa donde estarian "a salvo"

A Sonya le llegaba el olor del pelo, mezcla de sal, sudor y sexo cuando Sami agachó la cabeza. Colocó su mano en la nuca de este y cerró los ojos para potenciar sus sentidos, mezclando la sensación de succión de su pecho con el aroma corporal del chico.
Cuando notó que Sami acababa su trabajo agachó la cabeza y busco su lengua, que repasaba los últimos centimetros de piel. Le dió un rápido lamentón abarcando desde la barbilla hasta la punta de la nariz mientras aún tuviese la boca abierta y luego le mordió el labio inferior solo un instante casi imperceptible.
La chica sintió en su entrepierna el miembro que crecia y ya no pudo más. La parte baja de su bikini se empapaba por momentos y aumentaba de temperautra a un ritmo alarmante.
Soltó los testiculos de Sami y se puso de cuclillas arañando el torso cincelado del pelirrojo, abriendo bien las piernas y colocandose a la altura perfecta para alinearse con el duro miembro del chico.
La raya tenia una zona aplastada y humedecida, como azúcar glas, pero no le importó. No era la primera vez que probaba sus propios fluidos.
Así que esnifó en dos tandas la raya, tomandose su tiempo con la zona conflictiva. La coca le golpeó el fondo de la cabeza como una aguja de calceta, y la euforia le inundó cada poro de piel.
Cuando el efecto se estabilizó abrió los ojos, y se relamió pensando en el festín que tenía delante.
Recogió con la lengua unas gotas de fluido preseminal que adornaba la punta de la polla como una gota de reluciente ámbar. Tenía un leve toque amargo, pero a Sonya le encantaba, era como habituarse a una bebida especialmente fuerte.
Cogió el enorme pene con una mano y lo usó como un bastón dandose golpecitos en la lengua, luego lamió todo el tronco hasta los huevos y los succionó gentilmente, mientras masturbaba muy lentamente al chico.
Notaba la piel deslizarse y como la sangre caliente imflaba el magnfico trozo de carne.
Tras trabajar cada testículo, le tocaba el plato principal.
Primero fué el glande. Lo succionó y acarició con la lengua haciendo circulos. Arriba y abajo.
A cada nuevo empujón avanzaba un centimetro más, salivando todo lo posible para que la polla se deslizase sola. Cuando llegó a la entrata de la garganta, recorrió con las manos los muslos del chico hasta llegar a las nalgas, las cuales apretó y usó como apoyo para acabar de tragarse el miembro.

Sami sintió cómo Sonya le lamía la cara y se puso a cien. A él mismo le encantaba hacer eso a las chicas cuando se acercaba al orgasmo. Se notaba que ambos eran parecidos en su lujuria, Sami tendría que luchar por conservar la iniciativa en aquel juego.

Cuando Sonya ya no pudo más y se puso por fin de rodillas a sus pies, bajo su rabazo, y empezó a lamerle los huevos, Sami le aplastó la polla por toda la cara y le dió golpes en las mejillas. Las drogas lo volvían todo borroso a veces, ultradefinido, otras. De repente la vió engullendo la punta y Sami pensó "Esta quiere tragar polla como si no hubiera un mañana".

La conducta de Sonya le dió la razón cuando se metio en la boca todo lo que pudo. Sami sintió la presión en las zonas más sensibles y se retorció de placer, como un gusano ensartado en un anzuelo. Su polla crecía y crecía y, cuando Sonya pegó  el apretón final, aferrada a sus nalgas, y Sami se coló en su tráquea, la erección alcanzó su cenit. Sami la notaba tan dura que pensó que poría levantar a la chica del suelo solo con la polla. Sabía lo que se hacía , aquello estaba claro.

Sami cerró los ojos una vez más y las drogas inundaron su mente de imágenes y fantasías en las que se follaba aquella cara preciosa como si fuera un melón maduro. sin embargo, a la vez, quería colmarla, satisfacerla, quería que mojara las bragas chupando su rabo, que se la sacara y le suplicara que se la follara ya. Allí mismo.

Cuando abrió los ojos, se dió cuenta de que estaba demasiado emocionado, prácticamente follándose su boca, como un paleto de pueblo.

-Madre mía... se me va de las manos- dijo mientras bajaba el ritmo y se amoldaba al que Sonya parecía considerar un ritmo cómodo. 

Su rostro, hinchado y sus ojos, achinados, ardían con fuego, como una leona. Sami sonrió de nuevo, disfrutando.

-Dios, ¡cómo te voy a follar! -dijo con una risa juvenil, casi infantil

En el momento en el que Ryan se levanta, ella le mira "sorprendida" -Al fin algo de movimiento, y vaya movimiento... Le mira fijamente como se quita la camisa, sin perder ni un detalle, y posteriormente se levanta ella también, quitándose el vestido fino de playa y dejándolo caer al lado de sus pies.

Me parece una idea perfecta. Comienza a andar despacio hacia la laguna, con las manos en su espalda con la intención de quitarse la parte de arriba ella directamente, pero en este caso no había sol, por lo que no había excusa y no quería parecer una fresca, por lo que se dejó el bikini.

Mientras sigo a Elli a la laguna, echo un vistazo a nuestro alrededor. No se si tendremos un asesino cortacabezas en la isla, pero seguro que si tenemos una multitud de fiesteros borrachos. Si un camarero conoce este sitio, es posible que pronto estemos rodeados de gente, cosa que seria un inmenso cortarrollo. Asi que decido que me voy a lanzar al agua, en los dos sentidos.

Cuando veo que las manos de Elli hacen un movimiento hacia los lazos del bikini y se detienen a medio camino, no se que pasa por mi mente pero acelero hasta ponerme justo detras y son mis dedos los que aflojan el nudo de la prenda hasta dejarselo suelto. El roce contra la piel calida de Elli hacen mas por mi libido que el marisco, y no digamos ya el suave aroma que desprende sus cabello.

Si este no es el paraiso, poco le falta para ello.

Pense que los bañadores eran opcionales...le digo con cierta malicia o travesura en el tono de voz al susurrarselo al oido. Antes de apartar el rostro, le muerdo un hombro con suavidad.

Ya esperaba que Sami aumentara el ritmo cuando se pusiese en serio con la mamada, los hombres suelen perder el control de la cadera para satisfacer el deseo descontrolado.
Sonya aguantó todo lo que pudo, la cantidad de carne que estaba tragando le cortaba la respiración y comenzó a ponerse roja y a emitir esos caracteristicos ruidos ahogados con cada embestida, pero a ella le gustaba lo duro, y la asfíxia producía un placer difícil de describir, como si su cuerpo se llenase de zonas erogenas ocultas al mismo tiempo y con cada bocanada negada se activasen a la vez.
Cuando no pudo más la sacó. Respirando rápida y ruidosamente, la boca de la chica estaba conectada al miembro por pegajosos hilillos blanquecinos.
Sonya lo recogió todo usando la lengua como pala y luego lo escupió sobre el glande para seguir masturbandolo con fuerza.
Le dedicó una sonrisa y le clavó los ojos cuando recogió por segunda vez toda la saliva y fluidos que se estaban acumulando. Algunas gotas vayeron pesadamente contra el suelo con un particular tamborileo.
-Túmbate - Dijo mientras se ponía de pie.

Sami se tumbó. Estaba deseando que Sonya s emontara encima. Quería notarla estremecerse con cada centímetro de su pepino. Sentir sus muslos sobre los suyos, verla boquear en busca de aire cuando estuviera rellena de polla. Podía notar su miembro más que lubricado. Además, estaba durísimo. La coca le hacía bailar la vista allí tumbado pero a la vez lo dotaba de una energía extra que amenazaba con hacerle reventar de dureza.

-Hazme lo que quieras, guapa. Pero luego me toca a mi.

Complacida con la obediencia, la chica rodeó la cama con parsimonia y se puso de pié encima de ella, con las rodillas entre la cabeza de Sami y mirando hacia los pies de este.
Ante el comentario del pelirrojo, Sonya torció la boca en un gesto de desafío.
-Cállate.
Y se sentó en su cara. Comenzó a frotarse en ella, desde la barbilla a la frente, usando la nariz y los huesos faciales para estimular su clitoris. A pesar del bikini, notaba esto y como sus calientes fluidos empapaban la tela y los rasgos del chico. Follarse la cara de un tio siempre era divertido.
Se llevó las manos a la espalda y deshizo el nudo de bañador, dejando al aire los pequeños pechos de la chica, blancos y tiernos como el pan de leche, con dos pequeños pezones rosados engalanados con el metal de los piercings.
Se inclinó hacia adelante mientras mantenia la cara del chico ocupada y ató con la tira de la parte superior del bikini la base del pene, apretando con firmeza para retardar y controlar la eyacuación.
Al acabar, volvió a su posición y levantó un poco las caderas, metió un dedo en la parte inferior del bañador para estirar la tela que habia estado en contacto con Sami.
-Muerde esto -dijo mientras acercaba la tela a la boca del chico, revelenado el inicio de los labios vaginales.

Sami se vió usado como un objeto, obligado a servir de instrumento de placer a merced de Sonya. Era divertido. Un rato. Finalmente, la chica retiró el bañador y le ofreció  el premio gordo. Sami apresó sus labios con los dientes y empezó a roerlos controlando la presión, haciéndolos frotarse unos con otro. A intervalos, en medio, usó su lengua para estimular la roca solitaria que alzaba entre aquellas olas de carne. Su lengua se movía arriba y abajo alternándose con los pellizcos de sus dientes y podía sentir cada sacudida de placer que enviaba al cerebro de Sonya por su sistema nervioso. 

Sus manos agarraron las nalgas de la chica y las amasaron y estrujaron, empujándolas para que tuviera que echarse hacia adelante, hasta notar la cabeza de Sonya en sus muslos. Cuando aquello pasaba, Sami volvía a levantarla, tirando de sus caderas mientras seguía trabajando sus entrañas con su lengua, que cada vez encontraba menos resistencia.

Finalmente, Sami la empujó del todo hacia delante, haciendo que cayera sobre sus piernas y él se incorporó sobre sus rodillas. Le cogió el brazo izquierdo y lo plegó en su espalda, en un Hammer lock y, con la mano libre, deslizó dos de sus dedos en su interior.

-Ayudaaaaaa!!! tios por favor ayudarme!!-

gritaba Tom mientras salia de la selva corriendo casi arrastrado por Marie que tiraba de el con una fuerza que parecia increible que pudiera tener, justo al llegar cerca del bar, Tom cayo finalmente a la arena victima del cansancio y de el corte que tenia en su pierna izquierda

-Buscar un botiquin o algo, traed alcohol para desinfectar la herida y algo para cortar la hemorragia, ¿¿no habra por casualidad ningun doctor en esta maldita isla??-