Partida Rol por web

Menea el culo mientras saca las granadas "debería hacer misiones con ella más seguido" se dice a si mismo mientras toma las granadas de ella y saca la suya -bien, tenemos tres... ahora la pregunta es quien irá- mira a sus compañeros a ver si alguien se anima, si no es ninguno, él no tendrá problemas en hacerlo.

Marcus parece estar absorto en sus pensamientos, y la chica le estaba ofreciendo sus granadas, así que no cabía duda de quién sería el que tendría que hacer la siguiente mini-misión.

Estira su mano y pretende alcanzar las granadas de la chica pero le aprieta el culo y finge disculparse -ups... lo siento.- toma las granadas y agrega la suya para dársela a Marcus -Bien, Marcus, tu mismo eres... sé el héroe.- le entrega las granadas en la mano grande que tenía el soldado y le señala al sur -Intenta alejarlos lo más posible de la entrada.-

Tras ello revisa sus armas y se dispone a ver a los aliens más cercanos a la puerta, posiblemente quienes no irían a ver que pasa de inmediato.

Me veía venir la jugada de Arthur, muy suya, pero lo cierto es que nunca le decía que no a matar una buena horda de aliens por un claro motivo.

“No hay nada mejor que matar una puta horda de alienígenas de mierda antes de tomar una cerveza y echar unos buenos polvos…”, digo, cogiendo las granadas, mirando las curvas de Huong, “…aunque no tiene por qué ser en ese orden”.

“Bueno, tengo el arma más grande así que bombardearé a esos cabrones desde la cima. Con la altura y reventando el terreno bajo sus pies, les va a costar un puto dios alien llegar hasta mi… y ahí están las granadas y ésta preciosidad…”, explico, señalando el tomahawk. “Se van a cagar”.

Marcus se pone en posición y se prepara para la fiesta. Bajo sus pies hay una gran cantidad de aliens dando vueltas, ajetreados como una colmena de insectos que prenden fuego a la madriguera. Olían el peligro, y estaba muy cerca...

Comienzo a tirar granadas lo más lejos posible, pero este exoesqueleto es muy jodido y no deja lanzarlas muy bien, por lo que las explosiones nos delatan. La cosa se pone fea... así que intento buscar algún sitio donde esconderme y aguantar hasta que el trabajo esté hecho.

- Mierda tío, ¿no sabes tirar unas putas granadas?.- digo mientras comienzo a correr entre los árboles y arbustos haciendo ruido, para separar un poco el grupo... Dios... son cientos de ellos.- ¿Se te ocurre algo Arthur?

Joder, me muevo junto a Huong y le respondo a la vez que activo la radio para que Marcus me escuche.

Todas las granadas fallaron, repito, todas las granadas fallaron.

Pero van a estalmar de todas maneras así que cuando lo hagan salimos disparando como locos, Huong intenta llegar la puerta y abrirla mientras Markus y yo te liberamos el camino.-

- Es una locura, hay demasiados para ir yo sola.- dice sin atreverse a actuar.

Entonces vamos no me separo de ti y punto.
Replica apresurado.

No había más que decir o hacer, de una buena vez Arthur salía de su escondite comenzando a disparar como loco apuntando como podía mientras avanzaba apresurado hacia la puerta de la nave.
ahhhhh!!!

- AAAAAAAAAAAAAAHHHHH.- digo mientras avanzo disparando a bulto a todo lo que se mueva. La ametralladora acompaña mi grito de guerra, mientras el retroceso del arma hace que la escena quede más épica aún.

Las granadas... digamos que no había sido mi puto mejor día, así que más me valía volatilizar a los cabrones más gordos que se me pusieran por delante. 

Comenzáis a disparar sin contemplaciones a todo lo que se acerca, acribillando a balazos literalmente a esos putos aliens. Justamente cuando más gente se concentraba se escucha un grito de guerra. Son las militares, que corren enfurecidas disparando también de frente, al otro lado del campo. Eso hace que haya gran confusión y que finalmente podáis entrar en aquella misteriosa nave por una compuerta que Huong vuela sin contemplaciones usando un aparatito muy pequeño, era una especie de láser que si se fijaba en la puerta la recortaba literalmente.

Tras esperar unos diez segundos entráis finalmente en la nave.

- Vale, tenemos que ir a la zona de comunicaciones... debe de estar por allí.- dice Huong muy segura de sus palabras.

-Bien, entonces no nos separamos...-

Tras lo dicho y luego de recobrar al aliento de aquella locura de guerra que pasaba fuera carga su arma laser con un nuevo cartucho, descartando el usado que ya tenía pocas balas de energía y activa el botón para dar el leve sonido de listo para disparar; así Arthur comienza liderando la exploración de la nave.

Arma en manos pasos apresurados pero atentos a cualquier alien que se aparezca frente a ellos.

Llegasteis sin problema a la zona de control, pero entonces escuchasteis pasos muy pesados yendo hacia vuestra dirección. Cuando la joven se puso a colocar los chips necesarios y a empalmar cables os pidió que vigilárais la puerta. Por la rendija que queda podéis ver como una masa enorme se acerca hacia vosotros a paso apresurado, aunque para vosotros es un paso lento. Ocupa todo el pasillo, por lo que es imposible ver una posible escapatoria.