Partida Rol por web

El elemental se movió como un torbellino, impulsado por el hechizo de gracia de gato que le había imprimido Panacea.  Voló hasta el cristal de Khyber y ahí comenzó a zafarlo para llevárselo de regreso a la druida.  Confiaba en que, actuando primero, las lenguas de los cannoloths no lo alcanzarían hasta allá arriba.   Y es más quedarían expuestos al ataque por misiles de los demás.

- ¿Un barril? - No parecía tan mala idea. Solo tenía que acertarle a aquellos bichos de mil padres entre ceja y ceja, así que abrió ligeramente las piernas para tener mejor sugeción y un centro de gravedad más bajo, enfiló el arma hacia su enemigo y cerró uno de los ojos para volver a disparar esta vez con algo más de precisión.

El el elemental para un canaloths de ese tamaño y ya en el primer ataque con su legua le impacta y con un graple inmediato (ataque especial) lo atrae a hacia su boca y lo mastica hasta destruirlo

Sinembargo, este perro mordedor recibe en su defensa del cristal una bala , y es tal la furia de su compañero, que el segundo salta hacia vuestra plataforma, en un salto limpisimo y repite la operacion con el vaquero , la lengua cual urotsodijio, pasa a traves del hueco entre vosotros para captarlo y hacer una traccion que se lo lleva a la boca , desgraciadamente para el cowboy es demasiado grande e indigesto para poder hincarle el diente 

Observó como el elemental que había aparecido era abatido como si nada por uno de los cánidos infernales y el otro sin pestañear saltaba hasta su posición y alcanzaba a Marcus con su larga lengua. Si bien le había dañado acaba de colocarse en la posición perfecta para que pudiera eliminarlo de una vez por todas.

Avanzó hacia aquella bestia de piedra con el alfajon alzado mientras susurraba unas palabras arcanas. Bajó el alfajon, del que emanaban unas pálidas luces que se movían por el filo de esta, impactando sobre la criatura. Con un poco de suerte si el hechizo tenía efecto sobre aquella masa de piedra lo teleportaría al vacio para que cayera sobre la lava.

Maldita sea, acaben con esas cosas antes que vuelvan a esconderse. - digo mientras tenso la cuerda de mi arco.

Mi reserva de conjuros se encontraba casi vacía y los canoloth seguían acosándonos sin piedad.

¡Mierda! - grito mientras la flecha surca el aire completamente desviada de su objetivo.

Panacea estaba triste por lo del elemental de aire, por haberlo expuesto así.  Aunque estaba también consciente de que el cannoloth había tenido mucha suerte en haberlo podido golpear así.  Balanceando ambos sentimientos tomó una de las piedras mágicas especiales contra los ajenos y la disparó con toda la fuerza y tino de sus correosos brazos.  Sin embargo, esa ambivalencia de sentimientos, o una básica impericia temporal, le había impedido dar con la piedra en medio de los no-ojos de la criatura. 

Apretó los dientes con coraje y volvió a cargar la honda. 

Tras acertarle a la primera criatura, siguió concentrando sus ataques en ella. Cerró uno de los ojos, en pro de afinar aun más el disparo cuando una lengua, o esperaba que eso fuera, salió de entre sus compañeros para agarrerle el brazo y tirar de él. - ¡Por todos mis demonios! - levantó la voz, quejándose de lo ocurrido y forcejeando para que no lo tirase al suelo y lo arrastrara.

- ¡Te voy a... ! - comenzó a maldecir, mientras sentía como apenas podía moverse, y todos sus esfuerzos iban dirigidos, unicamente, en liberarse.

https://app.roll20.net/join/1113270/GGlFaw

AL haber un hueco vacio, el segundo canaloths salta, y ahora el problema de los heroes se multiplica por dos, la mala suerte o la mala baba que se gastaba el primer mastin de los avernos, hizo que el hechizo aunque bueno de la filo del ocaso fallara y ademas se llevara una mirada de odio junto a un ataque que por reflejos agiles la guerrera maga evito

Ya no habia subterfugio la batalla era frente a frente y encarnizada , rodeados por la abrasadora lava

Malditos sabuesos del infierno. ¿Por qué mierda no regresan por dónde vinieron? - rezongo al ver como marcus queda paralizado por el veneno de su lengua.

Rápidamente coloco otra flecha envenenada en la cuerda de mi arco.

La flecha surca el aire buscando nuevamente al canoloth.

Su cara de sorpresa delató la confianza con la que había realizado el ataque, no entendía como había podido resistirse aquella criatura a su ataque. Esquivo con unos reflejos asombrosos el ataque de la criatura y vio como comenzaba a acumularseles el peligro al caer frente a él otro de aquellos sabuesos.

Cambió la estrategia esta vez debía dañar también a la criatura por si volvía a resistirse a su conjuro. Realizó su ataque sobre la dura piel de la bestia que tenía delante esperando que no se resistiera en esta ocasión y cayera sobre la lava.

Logró soltarse, retrocediendo un solo paso. - ¡Hijo de mil canes! - se quejó mientras sentía el dolor en sus carnes. Aquello no iba a quedar así, y por unos segundos, se aisló de lo que estaba ocurriendo a su alrededor. Mientras todo parecía ir a una cámara mucho más lenta a su alrededor, todo parecía fundirse en colores grisaceos, sus ojos se centrarón en la bestia más peligrosa del grupo enemigo y estiró ambos brazos encañonando al monstruo.

¡¡Por un barril de cerveza!! ¡¡Y por tocarme los cojones!! Aquello lo pensó, pero después soltó por su boca. - ¡Dos hienas muertas! - Puede que el vaquero confundiera aquellos bichos con hienas. Animales que tampoco había visto nunca, pero que más daba... un animal que se usaba para maldecir, era un buen animal para compararlo con el enemigo.

Entonces, soltó el aire por la boca y apretó ambos gatillos, con dos disparos mortales y limpios. - ¡En toda la boca! -

Panacea se movió al punto con mayor ventaja para sus tiros a distancia.  Cargaba la honda y tiraba, cargaba la honda y tiraba.  Su primer objetivo era aquel cannoloth que traía enrollado en la lengua a su compañero (Como tantas mujeres en su tierra habrán hecho.)  Si este había sucumbido a la balacera (¿quién no con esa ráfaga?), se iría sobre el siguiente, por más cobertura que este tuviera.

 ¡Por el elemental!

Fin del combate

La hechicera filo del ocaso, no se rendia facilmente y a un segundo intento consiguio crear el portal pese la resitencia del abominable perro, este casi estuvo a punto de enroscarla con su lengua y arrastrarla pero se solto en el ultimo momento. 

Por el otro lado el vaquero de gatillo rapido habia estado muy fallon ultimamente , pero esta vez acerto en plena cabeza ,, el disparo se llevo parte de armadura de metal, huesos y hasta sesos y el demoniaco ser seguia vivo le miro con odio y desaparecio como por arte de magia, tall vez viendo lo que le paso a su amigo se fue a su plano

Sonriendo por el éxito obtenido, Panacea se subió a la plataforma con sus compañeros para avanzar hacia donde antes estaban los perros-insectos acorazados para buscar pistas sobre lo que habían sido enviados a traer.  

¿Podían bajar el cristal de Khyber? ¿Les serviría para algo ahora?  

Gotas de sudor caían de la frente del elfo tras el esfuerzo realizado con su último conjuro, esta vez si que había dado resultado y el último cánido desapareció de su vista con pocas ganas de probar la lava como le había sucedido a su compañero. Envainó el alfajón y miró a sus compañeros fijandose en las heridas de Markus que le habían infligido.

- ¿Estás bien? le pregunto sincero mientras relajaba su postura. Era la hora de seguir avanzando. El cristal estaba más a disposición de ellos ahora y el camino para continuar por las plataformas estaba libre. Se quedo a la espera de que sus compañeros decidieran si alcanzar el cristal o dejarlo para después y continuar avanzando por el pasillo que tenían al otro lado de las plataformas.

Sí que te ganaste ese barril de cerveza amigo mío. - digo a modo de felicitación al pistolero, para luego pasar a la plataforma transportadora.

Una vez con los sabuesos abisales derrotados, decidí tomar mi tiempo para desprender el fragmento de Khyber y empezar a manipular su energía con el objeto de hacerme con mi propia fuerza de canoloths particular.

Esta habitacion les habia costado en tiempo y esfuerzo, pero su finalizacion significaba un paso mas cerca de conseguir su objetivo. Ante, la imposibilidad por falta de conocimiento y poder de valinor de manejar un objeto tan complicado al desprenderlo de la pared quedo inservible , roto, por lo que no quedaba mas de interes y pasaron a la siguiente

En los últimos cincuenta pasos a lo largo del corredor se alza un ruido constante en tus oídos y finalmente entiendes por qué. Abajo algunos pasos cortos, la cámara en frente de vosotros tiene unas columnas con las láminas giratorias del metal. Las guadañas salen de los canales delgados en las paredes, el techo y el suelo, mientras que las columnas giratorias hacen girar peligrosamente las cimitarras.

En el extremo más alejado de la cámara, los escalones se elevan para encontrarse con una sólida puerta de piedra. Los heroes deben navegar por las aspas peligrosas para llegar a la puerta del otro lado de la habitación. Los personajes que no toman las precauciones adecuadas corren el riesgo de ser cortados en pedazos por las palas que se barren de las paredes y el suelo. Afortunadamente, las cuchillas golpean en alturas y ángulos específicos, de manera que es posible que un PJ arrastrarse debajo de las hojas de la pared y evite cuidadosamente las hojas.

- ¡Joder! dijo el elfo sin poder reprimirlo, una vez más se encontraba ante una prueba mortal que no veía como traspasar, la sala en sí era un instrumento mortal y pasar por ella una odisea. - Tiene que haber algún modo de parar esto. les dijo mirándoles desesperado. Seguramente el activador estaría al otro lado de la sala, pero si dependía de él hasta allí habían llegado.

Dependían de la habilidad de Markus y de posiblemente la agilidad y estatura de Panacea. Quizá entre ellos, dejaran paso a los dos elfos usuarios de la magia.