Partida Rol por web

Sir Loren Leblanc vs oso 

Motivo: Daño

Tirada: 2d6

Resultado: 9(-2)=7 [5, 4]

Motivo: Espada

Tirada: 1d20

Dificultad: 21=

Resultado: 9 (Fracaso) [9]

Motivo: Daño

Tirada: 5d6

Resultado: 27 [5, 6, 5, 6, 5]

Gastó talento de sobra sir Loren en atacar al oso, y eso que la bestia intento de un zarpazo dejarle marcado. No fue asi.  Sir Loren le dio, y no poco.

Sir Cadwallon de Catterick vs oso:

Motivo: Daño del oso

Tirada: 2d6

Resultado: 10(-2)=8 [6, 4]

Motivo: Espada

Tirada: 1d20

Dificultad: 19-

Resultado: 10 (Exito) [10]

Motivo: Daño

Tirada: 6d6

Resultado: 5, 2, 3, 2, 1, 4 (Suma: 17)

Poco le faltó a Sir Cadwallon de Catterick, para no llevarse la garra del oso marcada en su cara. Fue su agilidad, propia de un caballero luchante, pero impropia de un caballero luchando con armadura, la que le hizo evitar el ataque del oso, y contratacar con feliz maestria.

el daño no fue vano, y bien que lo notó la bestia.

Sir Flaín de Figsbury "Piel de Hierro" vs oso. 

Motivo: Daño recibido

Tirada: 2d6

Resultado: 6(-2)=4 [1, 5]

Motivo: Ataque espada

Tirada: 1d20

Dificultad: 15-

Resultado: 14 (Exito) [14]

Motivo: Daño

Tirada: 5d6

Resultado: 22 [4, 6, 5, 5, 2]

No reparó el oso en sir Flain, y no hubiera sido mala cosa haberle tenido presente, pues tambien sabe usar el arma. 

No pudo el oso con otra ronda, pues sus tripas colganderas, fruto de 3 dignos espadazos, quedaban mas fuera que dentro.

No pareció la caceria del oso del interes de sir Portius, que se mantuvo ajeno en todo momento de la contienda.

Los aldeanos tuvieron, ahora si, la posibilidad de cargar con la caza de los nuestro caballeros. Al oso no le hicieron ascos tampoco, pero lo prepararon y escondieron, con la promesa de volver con refuerzos a por el. Tal vez la piel dañada por las espadas, podria remendarse, y como ya se dijo, no era cosa de dejar aparte carne, que buen seria, bien para   bestias o bien para personas, siendo en no pocas ocasiones, la misma comida para ambos.

Con la matanza cargada a modo de fardo, marcharon los aldeanos porteadores, y vosotros con ellos. No quisisteis que fueran ayudados por vuestros escuderos, por no ser ella tarea de escuderos.

Al pueblo llegasteis tarde, pero no eso cosa que impidío que se formase rápida una compañia de porteadores, traidores de osos. Asi que, muchos hombres marcharon por el oso, y  quedaron las mujeres preparando el venado cazado. Parecia claro que el venado cazado seria para los caballeros y los soldados, y el oso para los lugareños. A nadie le pareció mal tal reparto, tácito, pero entendible e imaginable por todos aquellos que lo protagonizaban.

No hay razón para alargar más acá la estancia. Marchemos mañana mesmo a la otra aldea. Juntemos aquella tropa a la nuestra tambien, y todos a donde el castellano. Sin novedades, et sin problema ninguno.

Ninguna queja por mi parte, sir Portius. Pero, si me lo permitís y los lugareños nos entregan, quisiera festejar la cacería y que saliéramos solo con algunos rasguños con una pequeña fiesta. Podemos degustar el venado y algo del vino de la zona.

Realmente empezaba a pensar que Sir Portius era un cenizo. O, al menos, que atraiga la mala suerte para aquellos que le rodeaban. Asintió ante su propuesta, pero no se dignó a intervenir más en la conversación

Antes de regresar, de todos modos, me acerco a mis dos compañeros, comprobando sua heridas. Las limpio y las vendo con algún trozo de tela o con un emplasto de hojas. Con esto espero que sea suficiente.

La zarpa del oso le había dado, pero la adrenalina del combate no le había hecho sentir dolor ninguno. Cuando todo acabó, el dolor vino de golpe y me senté en el suelo para descansar.  Me sentía cansado y herido. Sir Flaín acudió a mi para curar mis heridas después de atender a Sir Cadwallon. Las sanó y las tapó. 

La propuesta de Sir Portius no le pareció mala. De todas formas, en aquella decisión no tenía ni voz ni voto.

Nuestros caballeros, cenan duermen y se levantan temprano. Sin novedad.

Montan en sus caballos, tras dar orden de  recoger el campamento, y se dirigen guiados por sir Portius a por el resto de la compañía. Deciden ir al galope para sí ganar tiempo.

Llegan a la aldea y ven a los soldados en postura poco castrense, tumbados y ociosos. Esa estampa se altera cuando ven llegar a los caballeros, momento en el que aceleran, y recogen para levantar el campamento.

Esta vez sí, sir Portius parlamenta con el líder del campamento, a buen seguro para asegurarse del buen hacer de sus hombres. El líder de los soldados allí acantonados, tampoco da novedades, así que se disponen a montar para partir. Si todo va bien, hoy dormirán en el castillo.

¿hacéis algo en esta aldea?

Todos agrupados y dirigidos por los caballeros, y de entre todos por sir Portius, la compañía se aleja de allí, con intención d cercarse al castillo de Dimilog.

El viaje transcurre sin incidencias, y de noche llegan al castillo. Cansados pero satisfechos por la labor cumplida, por haber salido y llegado con bien, desmontáis con intención de acomodaros en vuestra torre.

Sir Bradwent y sir Gravent,  avisados por los guardias,  salen a recibir a la compañía.  Sir Portius relata un viaje sin altercados y todo según lo estipulado.

¿deseáis añadir algo al relato de sir Portius?

Sir bradwent.  Bene est. Descansad pues, et mañana será otro día.

Dicho lo cual, os recogéis y dormís sin más alteraciones. ¿o no?

Los días se suceden en el castillo. Sir Bradwent parece satisfecho con la expedición vuestra, y  no manda hacer ninguna otra más. La rutina se sucede así varios días, hasta que un hecho rompió la paz existente.

Cierta atardecida, un jinete, al galope entra en el castillo, y da novedades a sir Gravent, caballero que estaba para aquellos menesteres en aquel momento. Ordena dar aviso a sir Bradwen que comparece en el patio. El resto de caballeros también sois llamados al patio.

Un jinete, campesino más que espía o soldado, informa que una aldea ha sido atacada y saqueada. La aldea resulta ser aquella en la que días  atrás pernoctasteis.  Sir Gravent recibe sobrio  sereno la noticia, muy en su línea. Sir Bradwen, manda  movilizar a todos los soldados del castillo, y hacer llamar a la leva de campesinos que habitualmente  entrena en el castillo. Es sir Portius el que más desazón y rabia demuestra. Promete ajusticiar a los culpables y no cejar en su empeño. Sir Bradwen no corrige las intenciones de su caballero.

Se movilizan y dejan la guarnición mínima de soldados en el castillo, 5, y a toda la leva a cargo de la defensa. Mientras la leva se organiza y se viene, la compañía se dirige al lugar.

-----------------

Los 15 soldados y todos los caballeros, incluidos sir Bradwen, pertrechados para la guerra, se disponen a ir a la aldea asaltada. También acompañan a la fuerza militar, algunos aldeanos y sus perros, para las labores de rastreo.

A un trote ligero, enfilan su destino.  Mientras se acercan, el olor a humo hace temer, que los mensajeros no mentían. Efectivamente, la ladea que albergó a los jugadores, ha sido saqueada y quemada. Aun yacen los cuerpos de los campesinos muertos y esparcidos por los suelos. Otros fueron quemados dentro de las chozas. El panorama dantesco es evidente.

Los cadáveres son solo de hombres. No hay niños ni mujeres entre ellos. Se estima, que han raptado a las mujeres y niños, probablemente para venderlos.

Sir Bradwen, a pesar de sus ojos de odio y supremo enfado, mantiene la calma, y no hace ningún gesto que denote debilidad ni pesadumbre. No así sir Portius, que es el único de los allí cabalgantes que desmonta.  Grita venganza y gesticula muy afectado.

Sir Bradwen sobrio y serio, manda a su tropa, trazar un perímetro de defensa y vigilancia alrededor, y ordena a los rastreadores que busquen rastros.

¿Hacéis o decís algo?

Yo tiro 3 rastrear a 18 psr a ver

La vigilancia de la aldea y sus alrededores, no ha traído ninguna novedad.

Afortunadamente sí que la hubo en cuanto a seguir rastros se refiere. Los campesinos y sus perros han dado con un camino por el que se supone que los incursores entraron y salieron. En él aseguran ver rastros de pisadas, de lanzas y de mulas de carga. También han encontrado unos restos de pies más pequeños, casi seguro niños y mujeres.

El castellano, manda montar a sus tropas y seguir el camino.

Los rastreadores siguen avanzando, los rastros se siguen y se van alejando de lo que antes era una aldea. La comitiva va al paso del caballo, y alerta. Aún están en territorio del condado de Tintagel.  Tras un tiempo largo, pues aunque sean pocos minutos, la tensión y la alerta hacen que hasta los segundos parezcan horas,  los rastreadores se paran.

El castellano y los caballeros, cabalgáis hasta ellos. En verdad el rastro sigue, pero es que las tropas hostiles se han adentrado en territorio de Cornualles.

Todos esperan la decisión del castellano. Sir Portius es partidario de entrar y seguir con la persecución en tierras enemigas, es sir Gravent, el que con un severo gesto con la cabeza, recomienda al señor no entrar. Podría ser una trampa, y una declaración de guerra implícita, y está  la cosa muy tensa entre ambos reinos.

Se espera que vosotros también deis la opinión.

Que tire bradwent por prundente 8 y que saque la tirada

Asin no.

Sopesados los pros y los contras, opta sir Bradwen por la prudencia. Y manda hacer retornar a las tropas.

Sir Portius bracea contrariado. Da igual. La decisión está tomada.

Las tropas vuelven al castillo sin más problema. Las levas son disueltas y todo vuelve al orden habitual.

.--------------------------