Partida Rol por web

El año comienza triste, pues no hay en el horizonte las celebraciones habituales de fin, y de comienzo del año con vuestro señor. No habrá grandes banquetes, ni los regalos del señor. Más bien sobriedad y tensión, pues comenzareis el año, pero no sabréis si lo sobreviviréis. No parece mal luchador sir Portius, y no es de esperar, que el que escoja   Cornualles para batirse, sea un manco. 

No hay miedo en el castillo, pues sir Bradwen no consentiría tal temor. Lo que sí que hay es tensión, sobriedad, y músculos y cabeza prestos para el futuro desafío.

No hay de momento, ni vuestro salario de 6L, ni vuestro cambio de muda anual, por lo que llevareis la del año pasado. Estaréis pasados de moda, pero eso os parece importar bien poco, y hacéis bien, pues hay cosas en las que entretener la cabeza.

Hay otro personaje en el castillo, al menos en este invierno, que demuestra gran empatía hacia vosotros. Antes no le habíais prestado mucha atención, en parte, porque no residía demasiado, más bien a temporadas, entre esos muros.

No era el páter Félix de los que se quedasen en castillo habiendo almas a las que acompañar. En invierno era distinto, pues el frio clima, y los caminos con agua y barro, aconsejaban resguardarse, y no era el castillo, mal lugar para dar misa, evangelizar y confraternizar, con otros tipos de pecadores. Todos pecadores, pero los de aquí con más dineros.

Podéis elegir, entre tener un trato cercano con el páter, o pasar de él. Tirar por devoto/ mundano os puede ayudar a decidiros, si es que no tenéis claro una postura al respecto.

Si decidís hablar algo con el páter, podéis Rolearlo a modo de resumen. Como prefiráis.

Puede que la cercanía del duelo con Portius, un duelo que será a muerte, haya terminado afectando a Sir Cadwallon. Pues en el invierno pasó gran parte de su tiempo entrenando con su espada, tan pronto como pudo recuperarse de la grave herida que sufrió en la aldea a la que les llevó engañados el traidor Portius. Pero también comenzó a frecuentar la compañía del páter Félix, un sacerdote que frecuentaba el castillo de Dimilog. Quizá fueron los días escuchando misa cuando ese era el único entretenimiento al que podía dedicarse, mientras su herida curaba. O puede que simplemente la necesidad de ponerse en paz consigo mismo si el combate al fin terminaba con su propia muerte. 

Pues aunque Sir Cadwallon tenía claro que estaba en condiciones de acabar con Portius, no se llevaba a engaño: aún un traidor y felón indigno del nombre de caballero podía vencerlo en combate, del mismo modo que un simple soldado le había clavado una lanza en las tripas hace apenas unos meses.

Quizá ese es el tipo de experiencias que hace que un hombre, aún un caballero, se preocupe un poco de los asuntos puramente espirituales.

El invierno se hace aburrido. Al principio está recuperarse de las heridas, momento en el cual poco más que ir a misa puedes hacer. Luego volver a recuperar la forma entrenando continuamente y probando mi habilidad con la espada y la lanza.

Aparte está el hecho de intentar recuperar parte del honor que ese malnacido de Portius me hizo perder con su traición.

Voy a confesarme varias veces a lo largo del invierno, pero no mantengo una especial relación con el pater, al menos no tan cercana como Cadwallon. Siempre soy respetuoso con él, pero no doy paseos ni largas charlas con las que quizá me quedaría dormido.

Procurasteis hablar  algo con el páter.

Cosa juiciosa, y  buena para el espíritu, y para combatir el largo invierno,

No acertó sir Flain a interesarse por las cosas de este mundo y del otro.

Sir Cadwallon en cambio, mostró unas inquietudes no pequeñas en el asunto de Dios y los Santos. Como consecuencia, que tire CADWALLON  (Solo)  por religión 2 veces.

Cada fallo  te  da +1. Interpretare esto, como que estás recibiendo enseñanzas teológicas, que desconocías, de ahí la subida con el fallo.

El año nuevo ya ha empezado, y vuestras manos comienzan a recuperar el vigor. No hay mejor forma que hacerlo que agarrando la espada, y eso hacéis. Aun no habéis comenzado a poneros la armadura y entrenar con ella, pues no estáis sanos del todo, y aun estimáis un par de meses aun para el desafío. Confiáis en Dios y en vuestras fuerzas para llegar recuperados a la cita.

Vuestra rutina se ve alterada por una curiosa visita.

Cierto día, antes de la temprana anochecida, se presentan en el castillo una compañía de soldados a caballo, no menos de 50, capitaneados por 3 caballeros. Esperan fuera de los muros, y hacen llamar a voces, al castellano sir Bradwen.

Ante el requerimiento de los caballeros, preparo a mi Dextrero y mi armadura, pese a mis heridas, preparado para seguir las órdenes del castellano. Ahora mismo estamos 4 caballeros en el castillo, supongo que lo normal será que le acompañamos los cuatro o, al menos, tres.

Los días pasados con el pater hacen aprender a Cadwallon muchas cosas. Era grande mi desconocimiento sobre las vidas de Jesucristo y de tantos Santos de la iglesia. Le resultó agradable aprender más sobre ellos, pues había muchas enseñanzas que sacar de sus historias de sacrificio y martirio.

El día que llegaron los caballeros al castillo, Cadwallon se asomó a la ventana junto a otros habitantes del lugar, aunque no reconoció a ningún caballero desde allí.

Entre lo que vuestras entendederas os permiten entender, y lo que preguntáis a los sirvientes y soldados de los alrededores, conocéis y reconocéis a los visitantes.

Hay 3 caballeros, y entre ellos el más principal es sir Jaradam. Lo acompaña una tropa de soldados experimentados a caballo, duros, prietos y con cicatrices. No son novatos en el arte de matar y sangrar. La compañía trae un carro de mulas con ellos. A buen seguro que serán las provisiones, pues parece que no está vacío.

Son de logres, y son recibido con alegría por el castellano sir Bradwen. Creo que es la mayor alegría que ha recibido, acaso la única, el castellano en meses.

Bajáis al patio, mientras se les da de beber a ellos y a los caballos. Tendrán tarea extra los sirvientes del castillo con la nueva tropa de invitados.

Sir Harchet y sir Borlock, parecen estar a las órdenes de sir Jaradam, aquel campeón, con el que intercambiasteis palabras y alguna cosa más, antes de marchar a la frontera con Cornualles.

Sir Jaradam,  dirigiéndose al castellano:

Bonita tierra y magnifico clima, si non fuere por el barro, la ausencia de posadas, , el agua et el frio. ¿ he mencionado la humedad et el frio?

Non sus tenia, señor campeón de Logres, por de aquellos de queja fácil et vida acomodada.

jejejej.

Non lo soy, et vos lo sabéis.

Sé que non sos de esos, sois de los buenos et más de los meioes que solo de los buenos.

Bien, sabe bien, que vuestra visita es muy bien recibida, et espero que vuestra marcha se dilate

al menos un par de meses, pues acá habemus dislate.

Dichoso et honrados estaremos si el castellano de acá, nos acoge con bien et armonía,

ad me et a la mi compañía.

 Et si sus ponéis, poetas  tiernos et amorosos, pudiéramos buscar a un páter para que oficie la vuestra ceremonia.

Invitadme solo si hay de de comer.

Non soy de aquellos que gusta de romper escenas de amor, pero si non nos sacas alguna vianda, contundente et meior caliente, creo que más que boda asistiereis al mi funeral.

¿De verdad que non podéis seguir con los besos et abraxos entorno a una mesa et no lejos del  fuego de una hoguera ?

Con risas y entre abrazos, con cordial camaradería se resuelve la escena. Vosotros y sir Gravent, unos por prudentes, y otro por natural silente, os habéis quedado al margen, ejerciendo de espectadores.

No obstante, ya habrá tiempo de intimar y confraternizar con los visitantes, pues como no se espera de otra forma, sir Bradwen ejerce de anfitrión, y decide adelantar la cena. Obviamente allá se os espera, y habrá tiempo de parlamentar.