Partida Rol por web

Sin duda era una situación desesperada, no se les ocurría nada a los PJ peor que les persiguiera un dragón rojo de cerca. Este no era muy grande , debía ser de tipo juvenil, pero un dragón después de todo, que tras de planearlos como un buitre , se lanzó en picado listo para soltar un arma de aliento, en forma de bocanada de fuego.

El mas listo o el mas habil seria el ladrón que rapidamente , vio un pequeño saliente de roca donde ponerse debajo, que amortiguaría por completo la bocanada de puro infierno. El paladín con su pesada armadura , no pudo hacerlo tan bien ni de lejos , sus movimientos eran lentos y no encontro protección, la situación de la maga era todavía peor, no planeando que cada uno iría por su lado a salvar su propia vida. Aun así y gracias al terreno escarpado de la montaña el paladín encontró media cobertura*1  La maga se ve abandonada y esta a punto de decir: oh oh! pero con pocas probabilidades también esquiva la mayor parte de la llamarada y logra ponerse a salvo. El golpe es claramente mayor , pero la buena constitución de la maga es lo que le a salvado*2

Una ver protegidos la imposibilidad de aterrizar en ese terreno, les salvo la vida, y tras un rato el dragón se marcha, salvando el pellejo menos Helena que la pierden para siempre. POdian decir que habian sobrevivido a un dragon rojo.

El encapuchado sale de detrás de un roble donde se habia refugiado del aliento.

El árbol está convertido en simples ramitas de carboncillo para los artistas, pero al menos, el cobarde encapuchado rojo puede asegurar que sigue con vida.

"¿Estais vien, amiguitos?" dice emergiendo de las sombras... y entonces ve que no. Que ellos no tuvieron la suerte que él "¡Por los dientes de Tymora! Yenros, Aerith... Necesitais reponeros ¿Y donde está Helena?" Conociendo a la brava guerrera, espera que se haya salvado mejor incluso que él "Debemos de reponernos, y entonces... entonces quizá podamos urdir un plan. No tiene sentido que el falso mago haya cruzado una montaña TAN peligrosa, burlando gigantes y dragones sólo con trucos de salón"

"EOOOO ¿HELENA?"

En esta ocasión la magia no pudo hacer nada por salvar a la pobre Aerith. Una elfa poco entrenada físicamente no era rival contra aquel fiero dragón, menos para esconderse de su aliento flamígero a tiempo. Con todo, la maga se llevó un tremendo fogonazo, que la dejó tirada en el suelo, respirando con dificultad y con toda la ropa medio chamuscada. Su pelo también estaba quemado en varias partes.

- Necesitamos un clérigo... No se si podré continuar... - Murmuró mientras se ponía en pie, la transmutadora del grupo, sacudiéndose sus ropas del hollín y las cenizas.

"Tengo esto" dice sacando tres humildes pociones de curar leves "Pero no se si bastará. ¿Capitan?" Le dice a Yernos "¿Tienes alguna idea? Creo que Helena tenia una varita magica de curar"

Veo como el dragón se aproxima para realizar su ataque y no puedo hacer nada más que apretar los dientes y aguantar su fuego, el dolor incrementa mi ira y mi desesperación al ver como mis temores se hacen realidad y el dragón sigue volando sobre nuestras cabezas listo para otra pasada. Helena, debemos llevarlos a lugar seguro, ¡Helena! Por más que miraba alrededor no veía a la guerrera del grupo, pero mis ojos si vieron a la maga parcialmente quemada en el suelo y tras hablarme al encapuchado escondido y a salvo. Resérvalas, por ahora, aguanta Aerith. Diciendo esto me concentro y poso mi mano sobre el hombro de la maga entrando una calidez sanadora en su cuerpo y curándose casi totalmente de sus heridas.

Yo... Al intentar dar un paso he de apoyarme en mi espada. Ni siquiera recordaba haberla desenvainado. Necesitamos refugio, YA. Me concentro en mi amado dios y lanzo un conjuro sobre mi.

Gracias al toque curativo del paladin, la transmutadora pudo levantarse del suelo, mientras se sacudía las ropas y tosía de forma abusiva.

- Cof, cof, cof... Gracias por tu magia senadora, Yenros. Me temo que no somos rival para ese dragón. Creo que será mejor esconderse en alguno de esos salientes y pensemos como continuar, antes de volver a ponernos en peligro de muerte. ¿Donde está ese gato y su magia de invisibilidad, cuando lo necesitamos? - Preguntó algo irónica la maga, que también tenía sentimientos de enfado por las quemaduras sufridas por el aliento flamigero del dragón.

Una vez a cubierto el grupo, Aerith se cruzó de brazos y comenzó a pensar en las alternativas que tenían para poder continuar con su búsqueda.

- Me temo que mis hechizos más dañinos son precisamente de fuego, con lo que no tiene sentido usarlos contra ese dragón. Aun tengo algún hechizo preparado para nublado sus sentidos o ayudarnos a ocultarnos, como intenté antes,muero no dió resultado alguno. Si os decidís a subir, yo lo haré volando, pues aun tengo fuerza arcana para ese hechizo. Si optáis por enfrentar al enemigo yo tengo algún as bajo la manga. Podría haceros más rápidos en combate, o entorpecer al dragón para que sea mas lento... Bien, ¿Qué va a ser? - Preguntó, tras su explicación, a sus compañeros de grupo.

"El dragon esta justo donde quiero qje este" dice el encapuchado, mostrando su mejor sonrisa. "Está LEJOS" Sep, unasonrisa aterrada de dientes castañeteantes entre escalofrios "y a enemigo quebhuye, puente de platatata"

El dragon sobrevuela unos instantes la escarpada montaña buscando supervivientes y finalmente os da por muertos o desaparecidos. Aun asi espera un rato mas por si sois lo suficientemente inconscientes como para enfrenteros a el o si algo se mueve. Tras un rato se marcha , como gato, al que se le han escondido los roedores, en la madriguera

Los heroes del grupo Garra 7, o tambien conocido por el nombre de los buscadores del "Ojo del contemplador" que trabajaban para el archiduque Jilokasin (U otro nombre que querais daros que sea epico y molon) se hicieron los primeros auxilios como podian

Casualmente pasaba por ahi un clerigo de Pelor, -"Gracias al cielo que, mi dios me ha enviado en un sueño a buscar el elegido por hombres y dioses para liderar este reino" no se a que se referia, pero he visto pasar el dragon y ien puedo ayudaros con mis habilidades ¿Vosotros no sabreis de paso a lo que mi dios se referia no?"

Quizá el buen hombre de fé lo perciba de un simple golpe de vista, o quizá le cueste un poco más el advertir la presencia de El Encapuchado Rojo.

A todas luces, no se separa mucho de un arbol bastante recio que hasta el momento le ha protegido. ¡Y vaya si le ha protegido! La parcela donde se encuentra tanto El Encapuchado cmo sus amigos se encuentra calcinada. Parece el interior de una chimenea al amanecer, tras haber mantenido a la familia acurrucada en el hogar.

Solo que la escena no es en absoluto tan acogedora y humana, sino un escenario de autentico pavor.
El rostro del Encapuchado Rojo sólo muestra MIEDO, TERROR. Como si el peor de los demonios estuviera volando alrededor.

"Socorrito" dice con acento africano "¡Socorrito! ¡Por mi amiguita y mi amiguito!"

El dragón finalmente se había marchado y un aire de alivio empezó a sentirse, Gabriel se acerco hasta el grupo llegando a la salida del dragón, esos sueños que tuvo le revelaron este lugar pero no sabía a ciencia cierta a que persona se refería pues como la mayoría de los sueños, eran algo cripticos.

Se acercó al grupo y tras decir su introducción continua, permitanme presentarme, mi nombre es Gabriel Belmont y soy un clérigo seguidor del Dios Sol, en ese momento vio a quien parecía a sus ojos ser un paladin por lo que sintió confianza, un paladin jamás estará al lado de malas personas pensó, si se encuentran heridos puedo ayudarlos un poco a sanar, no puedo revivir a nadie pero sus heridas puedo ayudar a sanar si así lo desean. En ese momento saco algo de su armadura, era una especie de panfleto y conforme lo mostraba pregunto, Alguien sabe algo de esto???

Mientras esperaba la respuesta de los integrantes pudo ver no muy lejos lo que parecía un cuerpo chamuscado por el fuego, colocando su maza de pelor en su cinto y su escudo del Dios Sol a su espalda se acerca hasta el cuerpo dispuesto a darle sepultura.

Gabriel era un clerigo que no parecía ser sino más bien irradiaba un aura de tranquilidad y paz, era la tipica imagen de un sanador que iba de pueblo en pueblo atendiendo a los heridos y representando a su Dios con mucho orgullo.

Atento aun al cielo mientras el dragón se aleja la presentación de Gabriel me sobresalta y me hace ponerme en guardia, relajo el gesto de inmediato tras ver que es un clérigo. Los dioses nos son loados, mi compañera Aerith necesita curación, si sois tan amable... Mis palabras se apagan un poco al ver como descubre el calcinado cuerpo de Helena. Merecía algo mejor. Ayudo a Gabriel a enterrar el cuerpo.

Tras completar el sepelio insto a Gabriel que cure a Aerith. No me gustaría perder otro compañero. Y me dirijo al grupo. Si conseguimos avanzar sin llamar la atención del dragón cumplir la misión todavía es posible, dada su naturaleza parece vital para este reino. Hago una pausa y miro a Aerith. Sois la que tenéis la ultima palabra, tenéis mi apoyo si lo seguís necesitándolo. Miro ahora hacia Gabriel. Vuestra ayuda seria más que bienvenida, sabed que la misión recae sobre los hombros de ella y que sus detalles corresponden a ella revelarlos, pero serviréis a las fuerza del bien si nos acompañáis, eso puedo confesaros. Termino de hablar y envaino mi arma mientras sacudo algo de carboncilla de mi armadura. 

- Cof, cof, cof, cof... Maldijo hollín, tengo aun en la garganta... - Se quejaba la transmutadora del grupo, mientras veía como se acercaba aquel clerigo.

- Por todos los dioses, mis plegarias han sido escuchadas. No me importaría que pudiera sanar a Yenros y a mi misma. Aun tengo quemaduras por todo el cuerpo y me escuecen mucho. ¿Donde estabas cuando atacó ese dragón?

Por otro lado, la elfa, observadora como de costumbre, se mesó la barbilla mientras quedaba pensativa mirando el panfleto que mostraba.

- ¿Donde he visto eso antes? ¡Ah si, ya me acuerdo! Nuestro anterior clerigo... Bueno, el anterior al anterior, porque Noir no tuvo ocasión ni de demostrar que era clerigo... Verás, un clerigo formaba parte de nuestro grupo. Se llamaba Sentry y tenía en la mochila centenares de esos panfletos. Se ve que buscaba con ahínco a ese tal John Swift... - De pronto, la maga se acercó al panfleto y lo observó detenidamente, mientras su cara iba cambiando el gesto a medio enfadada, a la par que miraba al encapuchado negro, de uno a otro, como en un partido de tenis. - Oye, John. ¿Soy yo o este del cartel se parece a ti? ¿Tienes algo que contarnos? - Preguntó al encapuchado rojo que se les unió recientemente.

El Encapuchado Rojo toma el panfleto.

Y se lo come (La celulosa es un tipo de azucar, lleno de nutrientes)  "Ah... que hambre tenia"
"John Switf? ¿El pícaro de Dresburg, el sumo engañabobos? No se quien es... pero suena interesante ese nombre" dice haciendose el tonto.

"Aparte, fijate que lo que sea que habia en el cartel llevaba una capucha blanca, y la mia es roja"

"Pero gracias a todas las deidades de la justicia, os ruego maese Belmont que cuideis de mi querida amiga Aerith. Haré lo que sea necesario... cualquier cosa... bueno, casi cualquier cosa"

Gabriel se queda viendo al encapuchado, con algo de incomodidad y dice, Sr John ese panfleto lo estaba usando, muy aparte de ello una capucha es muy fácil de cambiar, con una pieza de oro quizás puedas comprar hasta 4 o 5 diferentes, por lo que las respuestas a medias no son de fiar para mí.

Tras ello colocando cerca al paladin y la maga, y sujeta su medallon de oro con la figura de su Deidad y canalizando energía positiva su maza empieza a brillar, tras esto toca el suelo con la punta de la maza y un área de 60 pies empieza lentamente a brillar como si los rayos del sol emergieran de la misma tierra restaurando la salud de todo ser viviente en el área incluyendo la mismas plantas que hayan quedado vivas. (se curan 3 puntos de vida durante 4 asaltos para un total de 12)

Si necesitan más por favor digan, Pelor me ha concedido muchos favores y aún me queda energía para ayudarles, mi función principal como clerigo es la de sanador, no soy muy hábil en combate pero igual puedo apoyar, pero cuando se trate de sanarlos de verdad pueden confiar en que lo haré sin dejar nada que desear.

Al Encapuchado Rojo le caen muy bien los clérigos. Sobre todo los que son tan amables y desinteresados como Gabriel. No tiene mucha idea de quien puede ser su deidad, pero desde luego, tiene todo el aspecto de ser alguien desinteresado

"A mi me llaman El Encapuchado Rojo, porque peleo con dos cuchillos" se presenta "Aerith, nuestra jefa aqui presente, aceptó una misión para encontrar al rey legítimo de estas tierras, que desapareció hace semanas. Y hacerlo antes de que el reino se rompa en guerras de sucesión.

"Estabamos siguiendo los rastros de un mago que parece que lo secuestró. Alparecer el grupo lo conformaban más gentes, pero los han ido matando."
"Tengo miedo. Quiero encontrar al rey e irme a casita. Si tuviese una casita" Queda claro: si el miedo fuese un superpoder, el Encapuchado Rojo sería el ser más poderoso del mundo.

La canalización de energía positiva inundó el lugar donde se encontraban y Aerith, que conocía aquellos trucos de clérigo, sonrió y cerró los ojos, mientras dejaba que el poder curativo de la deidad de Gabriel, fuera la que fuera, adentrara en ella y sanara sus heridas. Al cabo de unos instantes, no había ni rastro de heridas en el débil cuerpo de la transmutadora que agradeció al seguidor de Pelor su acción.

- Muchas gracias, Gabriel. ¿Dónde has estado todo este tiempo? Desde que andamos sin clérigo en nuestro variopinto grupo, no paramos de sufrir heridas por todo el cuerpo.

Después, viendo que Jonh seguía hablando con Gabriel y explicándole los pormenores de nuestra misión, volvió a revisar su anillo, el que se colocó en la habitación del mago y señalaba hacia el lugar en el que estaban.

- Este anillo es el culpable de que estemos aquí. El mismo indica la posición de su anterior poseedor, que era el mago de la corte, supuestamente quien escondió al Rey. El caso es que debería estar por aquí, porque es donde nos ha traído, pero me temo que ese dragón no nos deja buscar más de la cuenta. ¿Alguna idea? - Preguntó al grupo.