Partida Rol por web

Tras el conjuro del clérigo noto como las pequeñas quemaduras que quedan, le agradezco el gesto con un ademán de cabeza y cuando el encapucha comienza ha hablar levanto el puño para darle otro coscorrón. A este le enseño maneras antes de bajar de esta montaña. Bajo el puño y golpeo la coronilla del encapuchado con los nudillos al tiempo que la maga comienza ha hablar. Tienes la lengua muy suelta salteador. Adopto una postura en jarra y le dirijo una mirada de reprimenda hacia El encapuchado.

Gabriel escucho a todos y cada uno de los nuevos compañeros de equipo, le hizo un poco de gracia la forma de hablar del encapuchado, y así de rápido olvido el pequeño mal entendido del panfleto, escucho a la jefa del grupo (juraba que era el paladin sin animos de ofender) le llamo la atención lo del anterior clerigo a lo que pregunto, Qué le paso al antiguo clérigo? Por qué no esta? Yo pienso que si no hay limite de tiempo para la misión deberíamos recargar nuestra energía pero si no se puede lo mejor es continuar...

Luego vio al paladin dar un coscorron al encapuchado, al parecer no se llevan muy bien pensó, estaba algo emocionado, quizás después de todo podrá también encontrar a el Elegido!!!

- Nuestro anterior clérigo murió en una lucha contra un enano bastante poderoso, del que tuvimos que escapar para no correr la misma suerte que el pobre... Y luego se nos unió otro clerigo, de la misma orden que Sentry, el primer clérigo, pero no llegamos a conocerle lo suficiente. Una trampa en la habitación del mago del que hablamos se lo llevó, junto con nuestro viejo compañero Davkas. Y mi vieja amiga, Helena, una guerrera sin parangón también ha desaparecido, sin dejar rastro. Me temo que ahora mismo, soy la,que lleva mas tiempo viva de la cuadrilla. Pero como acabas de comprobar he estado a punto de morir quemada a la parrilla por el aliento del dragón. - Aprovechó el tiempo que tenían para informar al clerigo sobre los sucesos recientes. 

Tras educadas presentaciones, se respira el buen ambiente entre ellos, vuelven a ser 4 , y todo parece indicar que esta vez duraran mas, veremos cuanto tarda en morir alguno , si se llevan tan bien como parece seguro que falta mucho

La atracción del anillo te lleva lejos, y finalmente has llegado a la cima del Godsword Peak. El sensor de seguimiento dado por el anillo levanta los ojos hacia arriba, y mientras miras al aire libre, ves un majestuoso grifo en aleteando, esquivando por poco las garras de un ave de rapiña gigantesca,

La insistencia del anillo es inconfundible. Te lleva a una conclusión inevitable: o el grifo o el roc es el rey perdido, y el objeto de tu búsqueda. El anillo de recuerdo no ofrece pistas sobre qué criatura es realmente el Rey Lareth. Hay varias formas de averiguarlo.

¿Lograran los hereos resolver el puzzle?

"Por lo que me contó la desafortunada Helena" dice tallando piadosamente un par de trozos de madera, a modo de cruceta para honrar a la amiga

"Resultó que tanto él, como un ladronzuelo con el que viajaban cayeron en una trampa. Por lo que cuentan, no se darian siquiera cuenta"

La imagen de aquellas dos enormes bestias tan majestuosas y luchando en pleno vuelo, no presagiaba nada bueno para el grupo. Por fortuna, el anillo,indicaba que alguna de esas criaturas se trataba en realidad del rey al que trataban de ncintrar en aquel lugar.

- Mirad ahí. El anillo indica que una de esas criaturas se trata en realidad del Rey. - Anunció la transmutadora al grupo. - ¿Quién creéis que será? Por una parte, este hábitat es propio de los rock, que viven en altas montañas y forman sus nidos con ramas y árboles, así que no seria raro que estuviese aquí y que se sienta amenazado por el grifo o proteja a sus crías. Podría ser que el grifo fuera el rey, pero no estoy del todo segura... - Aerith se mesó la barbilla y siguió pensando un rato mas, mientras daba tiempo a sus aliados a dar sus opiniones, antes de que se matasen esos dos enormes seres.

El encapuchado simplemente mira al grupo

"Tenemos un Paladín con nosotros ¿No?"
"Gente que detecta el mal con la mirada"

- Y, ¿Quién dice que el Rey fuera buena persona? Nunca conocí a ninguno que lo fuera... En fin, me tocará a mi hacer algo al respecto. - Respondió la maga al encapuchado rojo.

Aerith se concentró en los dos seres y trató de discernir cual de ambos tenía algún tipo de rastro mágico. Se concentró todo lo que puedo y...

Frunzo en ceño ante las palabras de la maga. Puede que los reyes no sean de tu agrado, pero los paladines SIEMPRE servimos a reyes JUSTOS. Concentro mis energías divinas y lanzo el conjuro de detectar el mal a las dos majestuosas aves que luchan sobre nuestras cabezas. El grifo parece la apuesta segura, pero nunca se sabe con estos magos y sus trucos. Sea como fuere parece que tendremos que pelear para traer al rey sano y salvo hasta su castillo. Desenvaino mi espada y su fulgor hace que mi figura se vea con facilidad en esta cima como un faro.

Gabriel solo había preparado hechizos de curación por lo que a nivel mágico era inútil en esta sección del camino, pues al parecer se debía utilizar magia y no la de él en este momento precisamente.

Solo se dedico a escuchar y ver las diferentes ideas de cada uno de los miembros del equipo y al mismo tiempo que sacaba su maza por si acaso nos tocaba alguna batalla de imprevisto.

Era agradable tener nuevos amigos y emocionante al mismo tiempo pues no se sabe que imprevisto pueda aparecer en el momento menos indicado para cambiar el rumbo de los acontecimientos. Algo así como un dragón juvenil en una exploración a una cueva, Julius sonrió un poco y se preparo.

El encapuchado rojo iba a hacer un comentario mordaz ("Eso son los paladines INTELIGENTES, Capi ") en la tradicion de ruines pícaros contra nobles paladines.

Pero cuando escucha el ruido de la batalla, le entra el miedo y se bloquea otra vez

"¡Socorrito!" Dice con su acento cubano
"Socorr... (click)" y algo vuelve a hacer contacto en su sesera.

"¿Este imbecil ha dejado morir a Helena?" Dice con su otra voz " Ya organizaremos cuentas luego... Aerith, Capitán, y... hijo de Pelor, voy a atraer su atencion hacia mi. El resto, es cosa vuestra ¿Hace?"

El anillo de recuerdo no ofrece pistas sobre qué criatura es realmente el Rey Lareth. Hay varias formas de resolver este rompecabezas. Una prueba exitosa de Spellcraft (DC 20)* revela a Aerith que el grifo, tiene un fuerte aura mágica. Ademas parece que se ser el grifo Lareth es elocuente en sus gestos y está desesperado por obtener ayuda.

El encapuchado dispara y falla debido a la distancia , si hubiera estado a corto alcance hubiera acertado

"Cht!" maldice la consciencia que sea que está moviendo ahora el cuerpo del alelado Encapuchado Rojo "Tanto rey de los pícaros y tantas monsergas ¿Y eres incapaz de traer una ballesta normal y corriente? De veras que este tio es lo maldito peor"

Resuelto, carga otra flecha y apunta. Es un disparo dificil, y los sucios ojos de color del excremeto que tiene el Encapuchado negro no son los más precisos. Sólo puede intentar refugiarse en la cadencia, mientras siguie apartandose del grupo para intentar provocar al Roc.

Y dispara otra flecha. Con aun MENOS puntería que la anterior

"¡Venga ya!"
"¡La próxima vez que vaya a dejar este cuerpo de vuelta a su dueño, lo dejaré en un burdel de elfos!"
 

No había muchas mas dudas al respecto, el rey debía ser el grifo, pues trataba de defenderse de una manera inusual de aquel enorme roc que le acosaba.

Aerith pensó en lanzar una poderosa bola de fuego, pero sabia que el poder destructivo de su hechizo dañaría muy seguramente también a la criatura que era ahora el,rey Lareth. La Elfa dudó unos,segundos, mientras veía como el encapuchado rojo erraba su disparo por la lejanía. En ese momento se le ocurrió que tal vez podría crear una pequeña distracción para que el grifo huyera de su agresor, el roc.

- Aghui luxo pher thras! - Conjuró y gesticuló con las manos para invocar un águila celestial detrás del roc, con un color parecido a la plata en su plumaje.

Mientras la pequeña ave trataba con poco éxito de arañar con sus garras la dura piel del roc, la transmutadora gritó al grifo, esperando que aun entendiese sus palabras y, de paso, dando a entender su plan al resto de los allí presentes.

- ¡Grifooooo.... Rey Lareth! ¡Venimos en su ayuda! ¡Aproveche ahora y aléjese! ¡Mejor aun, venga hacia nosotros, aquí abajo! - Gritó todo lo,que pudo.

La cosa estaba clara. A esa distancia, Yenros, John y, posiblemente, el clerigo, no podrían atacar a la,bestia, pero si el grifo huía a donde estaban ellos, con toda seguridad el roc le seguiría, poniéndose al alcance de las armas del grupo. Su conjuro, pese a no ser el mejor, trataba de ser la distracción para llevar a cabo el plan.

- ¡Preparaos, camaradas! ¡Si ese pajarraco viene hacia aquí nos atacará también a nosotros! ¡Si el rey se aleja lo,suficiente le lanzaré una bola de fuego! - Anunció.

Resoplo soliviantado tras el fallo de mi conjuro y miro de reojo con desaprobación al encapuchado después de sus dos disparos. Es capaz de matar al Rey. Tras escuchar a la maga e intuir su plan me posiciono a unos pasos delante de ella y en postura defensiva por si el Roc o el Rey la atacan. 

- Yo seré tu escudo, ¡no te alejes!

Poco más podía hacer, mis habilidades solo habían sido refinadas en el combate cuerpo a cuerpo y esas bestias voladoras estaban por mucho fuera del alcance de mi espada.

El aguila sanguniaria y enorme , destroza con sus patas el obstaculo que le habia , puesto la maga en forma de ave de apoyo , no envano habia visto el refulgor de la creacion magica y averiguo con un vistazo que provenia de unos seres insignificantes para el , en el suelo alla en un risco

Su cena se escapo ,pero en sustitucion podia tener 4 maravillosos tentempies, que resultaban ser los heroes, asi que se lanzo hacia ellosm eso si los hereos tendrian tiempo para utilizar algu hechizo mientras que venia , pues el combate parecia terrible y el un bicho enorme, nada tenia que ver con el anterior combate y las cosas se iban a poner muy dificiles

Por suerte para el grifo, la distracción generada pr Aerith había tenido efecto, aunque no más del deseado. La pobre águila celestial no era rival para aquel enorme pajarraco, y tendrían que estar preparados si querían sobrevivir a tan tremenda criatura.

- Adiós, pequeña águila. Lo hiciste bien. Ahora descansa, hallá donde estés... - Murmuró la maga en tono de despedida por la poca suerte de la pequeña ave plateada.

Después de eso, puso sus ojos en el enemigo. Cuanto más se acercaba más grande parecía y esas garras eran más grande que la pequeña elfa, que tragaba saliva mientras trataba de pensar un plan.

- ¡Chicos, recordad que es un pájaro! No tienen mucho cerebro, espero. Voy a tratar de ralentizarla y después haré que vosotros vayáis más rápido, quizás eso nos salve del primer golpe y nos de ventaja en el próximo asalto. ¡Atentos, que voy! - Anunció la transmutadora.

Ajena al ruido y los graznidos de la enorme criatura, Aerith se concentró, gesticulando con sus manos y cogiendo un puñado de "algo" de su bolsa de componentes. Cerró los ojos, concentrada y luego los abrió, exclamando unas palabras - ¡Khy - hetto - phara - oh! - Y completó su hechizo, tratando de volver más lenta a la criatura, dándole tiempo al grupo de prepararse y contraatacar, si es que querían seguir viviendo.

Como aún tenía algo de tiempo, sacó de su saquillo de componentes una bolita de guano de murciélago y una pizca de azufre, arrojándolas al aire, en dirección al roc, mientras lanzaba su hechizo. - ¡Buresto Faya! - Pronunció, y una enorme bola de fuego salió dirigida contra su enemigo emplumado.

Por su parte, con el trabajo hecho, la elfa sacó su arco y lo sostuvo en una de sus manos. Pensó que, llegado el momento, si se quedaba sin hechizos era la única opción que tendría.

Por su parte, el encapuchado rojo sonrie.

Sus dientes blancos como un hueso calcinado al sol contrarresta con su piel negra. Y es una sonrisa de confianza y arrojo que no esperabais ver jamás en un "Cagueta" como es el encapuchado.

"Capi... ponte a la defensa, porque le voy a abrir un ano nuevo" le advierte a Yenros mientras enarbola ambas dagas, "¡Y que tanto El Doctor como Heironeus nos vigilen!"

El encapuchado rojo parece mezclarse con el ambiente hasta desaparecer ¿Que narices habrá hecho este tio tan raro?

Gabriel solo pudo ver como el ave conjurada dejo de ser materia en las garras de su enemigo, por ese tipo de ataque sabía que no se podía estar con juegos acá, pudo ver como la maga empezó a conjurar un hechizo, también desde el rabillo del ojo vio como el encapuchado desaparecía, a su criterio el paladin se veía lo suficientemente fuerte como para defenderse solo por lo que no debía preocuparse por este.

El punto debil y a la vez fuerte de todo grupo siempre es un mago, pensó que lo mejor sería cubrir a Aerith del ataque a puerta, no dudo en moverse delante de ella y decirle, Yo seré tu escudo! para llegar a ti primero deberá pasar sobre mí!. Levantando su escudo y diciendo, Sol de Pelor, que tu luz nos guíe hacía la victoria, permite a tu servidor ayudar. De esa manera el escudo resplandecía provocando un efecto semejante al anterior, mientras que el clerigo asumía una posición de defensa total delante de la maga para escudarla.

Tras acercarse el clérigo me pongo hombro con hombro con él para defender a la maga, mientras digo en voz alta una plegaria a mi dios. 

- Ayúdame en estos momentos de necesidad, yo soy el instrumento de tu gloria, cádeme tu favor para esta batalla.

Tras esto el conjuro de favor divino me da fuerzas para luchar con energías renovadas contra el formidable enemigo. Esta es la batalla final, vamos a por la gloria. Pienso mientras no puedo reprimir una sonrisa mientras miro al Roc que cae en picado hacia nosotros y levanto mi espada.