Partida Rol por web

El ave majestosamente grande y bella , es un magnifico ejemplar que contemplarias anonadados, si no fuera porque no quereis ser, su cena . Esta se posa con todo su peso en el suelo, despues de hacer un chirrido de esceptico atontamiento, tras los hechizos de la maga del grupo, y os mira como si nada le hubiera pasado , aun asi la veis torpe pues se mueve con mas lentitud de antes (Efecto slow efectivo que entro)

Aun moviendo las alas ,como no creyendose su torpeza, se deleita enfrente de vosotros como un pavo real delante de un esplendido pienso, o raton , que mas bien por su tamaño un raton de un pajaro normal podia ser muy bien para este un ciervo o una vaca pequeña

No hace nada mas este turno, eso si os mira desafiante como evaluando lo peligrosos que podeis ser para esa aguila gigante (efecto de slow solo movimiento se pone delante del paladin)

El ser de la capucha roja maldice "¿Ni provocar a un pajarraco sabes?" y aun así, toma su conocida guardia de ataque. Esta que le permite flanquear aun desde posturas bien separadas

"Capitán Cancionacero, te apuesto un cobre y una cerveza helada a que yo le hago más daño!" No hay ni reparos, ni admiración ni sorna. Nada de lo que puedes esperar de un pícaro. Simplemente compañerismo. Como si lo tratase de dos caballeros guerreros, de sendas nobles órdenes lanzándose un amistoso desafio "¿Te hace?"

Y dicho esto, suelta una retahila de cortes, tajos y sajaduras con ambas dagas. Una es de hierro, la otra de plata. Una se llama "Willow" y la otra "Tiryon Lannister". Parece que el herrero intentó hacer sendas espadas cortas, pero le salieron demasiado enanas

El inmenso animal era de un tamaño formidable, pero mientras apretaba el mango de mi espadón con el guantelete bien ajustado de mi armadura completa sonreía mientras escuchaba al pícaro como me retaba mientras de un salto atacaba al ave por la espalda. Picaros. Pero acepte su reto con un ademan afirmativo con mi cabeza y ataque al Roc como toda mi furia.

- ¡Hoy no comerás carne pajarraco!

No pretendo matar a este animal, seguramente somos nosotros los intrusos, pero algo de violencia puede disuadirlo de seguir con su beligerancia hacia el grupo y el Rey.

Gabriel vio como de la nada apareció el pícaro por la espalda del enemigo y empezó a cortarlo como carnicero a chuleta de puerco, tras esto vio salir al paladin con un poco menos de gracia en su ataque contra la criatura, afortunadamente por su forma de moverse el hechizo de la maga hizo efecto pues estaba mucho más lenta que antes.

Gabriel estaba algo indeciso en este momento, podía ir a atacar al ave sin ningún tipo de problema pero eso dejaría a la maga sola e indefensa, al menos en teoría, y los 2 adelante estaban haciendolo bastante bien.

Aerith, una pregunta, tienes como defenderte aún? te quedan hechizos? es para saber si me quedo a defenderte o voy a ayudar al paladin, dependiendo de lo que respondiera la maga se quedaría a cubrirla o se lanzaría al ataque.

El pajarraco, al fin, se posó en el suelo. A juzgar por la lentitud de sus acciones, la elfa comprendió que su hechizo había surtido efecto y su enemigo emplumado sería más lento que de constumbre.

- ¡Cuidado! He conseguido que sea más lento, pero sigue siendo peligroso. Aprovechad eso y esto otro... - Murmuró, mientras volvía a conjurar una suerte de hechizo sobre todo el grupo, gesticulando con sus pequeñas y delicadas manos y añadiendo las palabras adecuadas.

- ¡Mhachin - pawaaaaaaa! - Gritó de pronto, acabando su hechizo al fin.

- ¡Vamos, aprovechad esto también! ¡Ahora seréis más rápidos y más difíciles de acertar por ese roc! - Gritó al grupo para que aprovechase el hechizo de pirsa que lanzó sobre ellos.

El clérigo recién llegado, Gabriel Belmont, había preguntado a la transmutadora sobre sus recursos arcanos mientras esta gastaba uno de sus hechizos, motivo por el que tardó en contestarle. En cuanto acabó le miró y le contestó.

- Tranquilo Gabriel. Se cuidarme solita. Además, si estáis en melee con ese bicho, tendrá que mataros antes de llegar a mi. Aún tengo algún que otro hechizo y mi arco, por supuesto. - Añadió sonriente, mientras volvía a prender su arco y se alejaba un poco de la contienda.

El encapuchado rojo avanza hacia el Roc.

De algun modo se siente extraño, cono si debiera de usar unas habilidades diferentes. Pero no plr ello va a amilanarse

Venga gentes. A por todas!!" Dice rodeando al Roc y buscando la forma de incrustarle a Turion Lannister (su daga) por donde mas le duela

El Roc chirria herido, por un momento parece que duda , pero ve acercarse por un lado al sacerdote, con su maza y armadura brillante y le parece buen aperitivo*

KRRRAAAACKK¡¡¡¡ espeta el ave al tiempo que alza su pata y aplasta a vuestro curador 

(Siento lo escueto no se interpretar a un pollo gigante cabreado jajaja)

"Maldita sea, so cretino ¡VEN A POR MI!" ruge el encapuchado, o lo que sea que está ahora a los mandos del encapuchado "Gabriel es un buen hombre ¡Atrevete con la escoria de Dresburg, ave del diablo!"

Y empieza a apuñalar. Ya no tiene la soltura sobrenatural de su guardia de Swordsage, pero haciendo uso de las manos diestras, no le faltan trucos. Hace un amago con una daga (Que casi sale volando de su mano, por vacilón) pero clava la otra en el mismo "sobaquillo" plexo solar, uno de los puntos mas crueles y dolorosos ¡Que impacto más crítico!
Y luego, gracias a los poderes que la clérga Aerith nos ha dado, puede desgarrar bien deprisa al sacar el arma ¡Que carnicería!

"Vamos Capitán ¡Te lo he ablandado, y ahora es tuyo! ¡Por el rey y por el reino!"

El clérigo recibe un feo golpe de la pata del Roc y enciende mi furia al derramar la sangre de una persona santa en mi presencia. Sostengo mi espada sobre mi cabeza y arremeto poderosamente contra el ave para hacerlo retroceder. El animal es poderoso, quizás la solución no sea combatir.

- ¡Retrocede Maldito!

Mi espada descendido como un torbellino de fuego sobre el Roc impactando salvajemente sobre la cabeza del mismo, volví a blandir mi espada pero mi enemigo en su frenesí tras el daño sufrido pudo esquivar mi ataque, por suerte la velocidad arcana del hechizo de la maga me permitió realizar un ultimo ataque horizontal que de nuevo impacto en el Ave haciéndole una herida muy fea a la altura del vientre.

La transmutadora no daba crédito a lo que veía, pues aquella enorme ave había atacado al pobre recién llegado, el bueno de Gabriel, quien momentos antes había ayudado a sanar sus heridas. Pese a todo, el castigo al que estaban sometiendo al roc era monumental. Por un lado, la estrategia de hacer más lenta en el combate a la criatura y más rápidos a los combatientes, estaba dando sus frutos, pues los golpes se sucedían uno tras otro y no tardarían en dar con las plumas de su enorme enemigo en el frío suelo.

- ¡Cuidado! ¡Gabriel, apártate! ¡Ven conmigo, retrocede y aquí aprovecha para sanarte! - Gritó al clérigo, que se había llevado la peor parte en el reparto de tortas.

El cambio en la forma de combatir del bardo negro era palpable, se veía que algo estaba haciendo mal todo este tiempo pues ahora parecía combatir mucho mejor. Por su parte, el paladín daba rienda suelta a sus instintos belicosos y descargaba tremendos golpes sobre el lomo del animal. La maga no quiso ser menos y, también para ayudar a la retirada del clérigo, invocó un pequeño hechizo para atacar al animal, aunque seguramente no tan destructivo como los golpes de los combatientes.

- ¡¡Giganto Misairu hachá!! - Gritó mientras gesticulaba con sus manos, señalando al roc.

De pronto, tres pequeños misiles de energía salieron disparados hacía su enemigo emplumado, quien recibiría otro gran castigo por parte del grupo.

No lo vio venir!!!

Gabriel se dio cuenta que había sido golpeado cuando tenía una enorme y pestilente pata sobre su armadura y se sentía como masa para pizza, de no haber contado con su armadura y los hechizos de la maga y el apoyo de sus compañeros sería historia literalmente, su cuerpo apenas pudo soportar ese ataque y no se veía sufriendo otro por lo que cuando escucho a la maga decir regresa pensó para sí Ni que lo digas*!!!

Se incorporó y de la misma manera como entro salió del área de amenaza de la criatura**! para después intentar curarse un poco las heridas y volver a apoyar!!!

Debí haber traído hechizos de ataque pensó!!!

El ave es un ser majestuoso y grande, pero nada tiene que hacer ante el ataque del estilo lobos a su presa que los PJ estaban ejerciendo sobre el. Ademas con que golpes , mas bien parecian entrenando con saco de boxeo y dandole unos golpes demoledores, que podrian tumbar un elefante

El pajaro se volvio un poco cobarde y como una gallina que no puede volar estaba afectada por el hechizo de ralentizar de la maga , por lo que remontar el vuelo se le hizo dificil , con tales enemigos, pero afortunadamente , la naturaleza es sabia, y escapo pese a los ataques de oportunidad de su huida, y volvio al cielo que le correspondia

EL grifo salvado del ataque del grifo os mira complacido y en pose como si fuera un hombre

["Estupido encapuchado, a ver si tus manos son capaces de una vez en un momento como este"

Sea lo que sea aquello que esta al mando de El Encapuchado ahora, considera que el roc es un monstruo peligroso. Igual que el dragón. Y si su acero, flechas y destreza no lo devuelven al reino de Llerg, la deidad de las bestias... pues al menos que se asuste TANTO que no quiera volver por aqui.

"¡Sus!" Le grita mientras dispara de nuevo, merced a la velocidad "¡Largo de aqui, ave cobarde!"

Dando unos rápidos pasos, Aerith se acerca hacía el bardo del grupo que no para de disparar a distancia al roc. Posa su mano suavemente sobre su arma y la baja.

- ¡Déjale, John! Creo que ha aprendido la lección. Tardará mucho antes de que quiera volver a vérselas con algún que otro aventurero como nosotros. - Regañó al encapuchado rojo.

Al momento, volviendo la mirada, se quedó observando unos instantes al enorme grifo que se había posado y acercado a ellos, haciendo una pose extraña, casi como si se tratase de un hombre, mientras miraba complacido al resto del grupo. La transmutadora no lo dudó y se acercó lentamente al fiero animal, mientras iba concentrada, usando un poco de su poder arcano para ver si emanaba algún tipo de hechizo del grifo¹. Sin dudarlo, la elfa realizó una pequeña reverencia con la cabeza y miró a los ojos al hermoso animal que tenían frente a si. Después de todo, lo habían salvado de las garras del enorme roc, así que trató de hablarle, para que le entendiese.

- Me cachis, debería de haber apuntado ese hechizo... Seguramente ahora sabría como comunicarme con esta criatura si no fuera por... - Comentaba entre dientes por lo bajo antes de hablar al grifo. - ¡Hola! - Lo saludó con la mano en señal amistosa. - Por favor, no ataques. Te hemos ayudado con ese roc, espero que estés bien. Somos aventureros. Venimos desde el reino vecino, buscando el paradero del desaparecido rey. Este anillo que llevo puesto nos ha traído hasta aquí, pues me indica la posición de su último poseedor. ¿Sabes algo al respecto? - Preguntó, mientras enseñaba el anillo a la criatura.

Sigo con la mirada a la maga mientras se acerca al grifo mientras me acerco al clérigo herido, posando una mano sobre su hombro sosteniendo su cuerpo por si se desvanece.

- ¿Os encontráis bien hombre santo? Temí por vos al ver ese tremendo golpe que os dio el Roc.

Sigo mirando a la maga y asiento con aprobación a la reverencia que le hace al "Rey". Quizás fui demasiado duro con ella. Escolto a Gabriel y juntos nos acercamos al Grifo.

- veamos que podemos hacer, vamos.

Deje hacer a la maga, los asuntos arcanos no son mi especialidad, y bien sé que interrumpir a un hechicero nunca acaba bien.

Gabriel guarda su arma en su cinto y ve sus manos al momento en que el paladin posa su mano en el hombro de este, las heridas se cierran producto de la magia sagrada.

A la pregunta responde, si, estoy bien, se necesita un poco más para derrotar a un servidor del Dios Sol, aunque de no ser por la magia de Aerith la historia podía ser diferente, tu estas bien? hay alguien herido?. Al igual que Yernos, Gabriel mantuvo un ojos sobre la maga quien se acercaba a el imponente grifo.

Bajo la escolta del paladin me acerque a la criatura y dí un pequeño examen clínico a este buscando heridas que pudiera tener a simple vista!

Por un momento al verle como un perfecto grifo de su especie ,tiene cierta pose mayestatica y honorablemente humana , para ser un animal . Si no fuera porque lo teneis delante , diriais que es un grifo noble sacado de un escudo feudal. Lo mas gracioso resulta cuando afirma y niega con la cabeza como si os entendiera 

La vuelta con el , resulta sin ingun incidente apreciable, y cuando en palacio recurren a un mago de alto nivel , para disipar la magia, el rey por fin os puede dar las gracias y  enseguida pregunta por el estado de las cosas de sus reino, aunque , dice que echara de menos la libertad de volar como un grifo, 

Pasado un tiempo de asueto y descanso , se decidde convocar una cena de celebracion en palacio, en conmemoracion de la vuelta del rey y la felicitacion de los heroes por el noble trabajo que realizaron para su vuelta. Se promete, una comida fastuosa que os pilla con hambre y hartos de las raciones de viaje

Antes de partir, el sagaz encapuchado mira al cielo, aliviado.

"Capitán Cancionacero, los reinos están a salvo contigo. Ojalá que nunca necesites la ayuda de esta chusma de encapuchado, pero si hace falta, y el muy imbécil se asusta... cuenta conque volveré para ayudarte"
"Y Aerith, cada dia te veo como una mejor maga, más completa y sabia ¡Suerte con todo, amiga mia!"

Casi dudando, se acerca como para darle un abrazo a la elfa, como si fuesen amigos de mucho tiempo, y no como si acabasen de conocerse esta mañana. Y tambien como si se despidiera de alguna forma -aunque parece que no va a ir a ninguna parte-

Pero de pronto sus ojos se vuelven vacios y atontados, su acento vuelve a ser más agudo y chirriante, y toda la confianza en si mismo desaparece.

"Eh'tooo ¿Ar finá que ha sido del pájarraco malo?" dice volviendo a ser el mequetrefe de siempre.

En cambio, con la recepción, el encapuchado se comporta como si el hubiera batido al roc el solo "Oh, si. El animal sabia que estaba frente a una fuerza de la naturaleza... ah si, y a sus amiguitos. Claro"

"Eh-to... zu "arteza" ¿Puede hablarnos "assserca" del mago de la corte, y por qué le maldijo en convertirlo en un grifillo?"

Asiento a las palabras del encapuchado en la montaña y envaino al fin mi arma de manera solemne al ver que el grifo no es hostil.

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Una vez en la mesa se me nota algo intranquilo, las cortes no han sido nunca de mi agrado y preferiría estar instruyendo a las tropas, el rey esta a salvo pero su reino sigue bajo la amenaza de un ataque bárbaro. Entonces mi querido compañero abrió la boca y tuve que darle OTRO capón con el puño cerrado. 

- Te diría que si no vas a decir algo inteligente no hables, pero siendo tu simplemente no hables, quizás así incluso te libres del calabozo.

Fruncí el ceño y cruce los brazos en la mesa, reprender al encapuchado se había convertido en algún tipo de juego, pero me gustaría no tener que pedir disculpas por su culpa en palacio.

Al parecer habían acertado con el grifo y se trataba del rey en persona, cosa que la transmutadora no podría arreglar con sus hechizos. Fue por eso que pusieron rumbo de vuelta al castillo, con la alegría del deber cumplido. Antes de partir, Aerith fue testigo de las palabras del encapuchado rojo, el último de los encapuchados que se había unido al grupo.

- Me gusta más este encapuchado que el otro. Es más educado que el negro Jhon y habla mejor, sin ese acento tan ráncio que solo el entiende. En fin... - Murmuró a espaldas del encapuchado rojo, tratando de que Yenros y Gabriel si la escuchasen por lo bajo.

El camino de regreso fue bastante tranquilo y no tuvieron que hacer muchas paradas, o al menos no más de las necesrias al llevar un grifo con ellos. En cuanto entraron a palacio todos fueron recibidos entre vítores y alegrías por haber traído de vuelta al rey, aunque aún en su forma de grifo. No tardó en llegar un mago de alto nivel para romper el hechizo y devolver al rey a su forma original. Muy agradecido por nuestra labor, prometió un festón digno de reyes para el grupo al completo, no en vano habían conseguido rescatar sano y salvo al rey. Pero aún había una pregunta rondando la cabeza de la maga del grupo, pero Jhon se le adelantó.

- Jhon tiene razón, majestad. Aunque yo no pienso que fuera una maldición. Puede que fuera un hechizo rápido para ponerle a salvo u otra cosa... ¿Sería tan amable de explicarnos como es que acabó convertido en grifo y tan lejos del castillo? ¿Y qué hay del mago? - Volvió a preguntar.