Partida Rol por web

- La noche es fría por estos lares... - dijo alzando un poco la voz mientras se levantaba

La voz del hombre que se encontraba en el bosque respondio "incluso cuando el sol brilla"

- Acercaos... - autorizó

Un hombre encapuchado al que no pudiste verle el rostro se acercó, entregandole una carta a Marco y acto seguido se fue por donde vino.

Dante abrió los ojos instintivamente, como los de un animal que está en alerta. Sus ojos se encontraron con Marco, que le avisó de que no se moviera. La mano del espadachín se colocó en la guarda de su daga de vela.

Cuando su compañero dio la autorización apartó unos pocos milimetros la mano. Sin embargo, permanecía despierto, escuchando.

Al parecer, se llevaban algún tipo de clave.

Una vez el encapuchado abandonó la escena. Dante se incorporó, quitándose el chapeo.

-¿Trabajo?

Inquirió, pero no preguntó sobre qué.

- Si

Volvio a acercarse a ti y tomo asiento donde antes

- Ve despejandote partiremos de inmediato

Abrio la carta y leyó (tu personaje no sabe leer, asi que no lee nada seguro).

- Esta más cerca de lo que pensaba, se trata de un diplomatico de Castilla que viene a negociar apoyo militar para la guerra contra Montaigne. No tiene que llegar a su destino.

Echó la carta al fuego para que no quedara rastro de ella.

Dante escuchó a su nuevo "patrón" fiándose de su palabra, de igual modo, no sabía leer, antes siquiera de saber vestirse ya estaba cargando una mochila con polvora y comida detrás de su amo, en el fuego de la batalla.

Asintió despacio y se pasó los dedos por los ojos.

-¿Contamos con algo más que no tengamos encima? como pistolas. ¿Cual será su primera parada? ¿Villanova o Numa?

Negó ante tu petición de armas adicionales

- No hará noche en ningun lugar hasta llegar, tendremos que interceptar su carruaje.

Se puso en pie y montó su caballo, esperando que tu hicieras lo propio.

Dante hizo un gesto con la cabeza y chistó con la lengua, pasándose la mano por la nariz. Luego se incorporó, cogió algo de carne seca para el viaje y montó en su corcel.

Espoleó con dureza a la bestia para que cabalgara rapida. No había tiempo que perder.

- Se discreto, nos limitaremos a pasar de largo para saber cuantos son, no sabemos si vaya solo o con escolta. Seguiremos adelante y decidiremos que hacer despues. El carruaje pasó por el cruce cuando el hombre vino a entregarme la carta. No nos llevan mucha ventaja.

Cuando salisteis al camino y miraste al suelo, todavia quedaban las marcas de las ruedas de un carruaje recientes en el barro.

El Vodacceo asintió a su compatriota y se caló en su capa, dejando fuera solo sus manos, que agarraban las riendas del caballo. Bajó mucho el ritmo de la carrera del animal, dada la nueva, si no había que levantar muchas sospechas, sería lo más conveniente que hiciera poco más que trotar al corcel.

No tardasteis mas de una hora en alcanzar al carruaje, dos hombres a caballo a cada lado lo escoltaban.

Hizo todo y cuanto estaba planeado: siguió de largo y se fijó en las escoltas y en el carruaje. Tal vez, incluso el cochero tendría algun trabuco delante.

-Nos vendrían bien esas pistolas...

Anunció a Marco, mirándolo de reojo.

-Lo principal es aniquilar a los dos escoltas. Podriamos encargarnos uno de cada, o bien que uno llame la atención y el otro salte al carruaje y detenga al cochero.

Opinó, hablando con su patrón.

- Si ellos las llevan solo tienen un tiro y es de noche, no deberia preocuparte demasiado. No temas el arma, teme al que la empuña... estan agotados del viaje y nosotros estamos frescos - te susurró ya pasando de largo - si les atacamos el carruaje pasará de largo alejandose del peligro, busquemos un lugar en el que puedas esperarles y volveré atrás a por la escolta.

La idea del patrón era bastante más acertada que la suya, más tirando por la entrada a lo bruto, a lo soldado.

-De acuerdo. El cruce.

Recordó, mirando a Marco.

-Es un buen lugar para una emboscada.

- No falles Dante... por lo que más quieras en este mundo no falles. Asegurate de que ha muerto. Volveremos a vernos en el claro para repartir las ganancias y luego, tu decides si sigues conmigo.

Dio media vuelta a su caballo y lo espoleó a la carrera, desenfundando su espada ya por el camino. No pudiste evitar pensar que lo que estaba haciendo era suicida.

El antiguo soldado y espadachín a sueldo era analfabeto, pero no estupido, sabía que aquello era un maldito suicido, y se preguntó por que era tan importante eso para él, aparte de por el vil metal.

-Descuidad. Dejadlo en mis manos ¡Jiah!

Dejó de darle vueltas y espoleó al caballo, ahora si, para darle brio. No usó el camino, sino la zona más discreta, intentado ir al cruce de caminos.

Como Marco habia prometido, no tardaste en ver venir al carruaje solo a toda velocidad. Ahora todo estaba en tus manos.

Dante salió al encuentro del carromato, galopó hasta acercarse a él, si había suerte igual no le reconocería de antes. El espadachín alzó la mano para que se detuvieran.

-¡Por el diablo! ¿!Por que huis asi?!

Gritó para hacerse oir por encima de los cascos de los caballos, intentando comunicarse con el cochero. Tuvo que sujetarse el sombrero para que el viento no se lo llevara. Quizá podría hacerle bajar un poco la velocidad.

- Bandidos - llegó a decir

Estaba claro que el cochero no te habia reconocido

Su artimaña había dado resultado. Tal vez si tiraba más del hilo....

-¡Por dios!

Dijo, mirando hacia atrás.

-¡Conozco una ruta fuera del camino! ¡Seguidme!

Su intención era llevarle al bosque, allí donde era más dificil avanzar en un carruaje y tendría que pararse...sería entonces cuando haría el trabajo.

- El carruaje se trabaria, necesitamos seguir el camino - dijo

No iba a ser tan facil.