Partida Rol por web

Cuando te pegas a la pared la luz del fondo se paga. A pesar de la distancia escuchas rumores y susurros de al menos dos personas.

-¿Un tipo con abrigo largo? Pero que diablos.- El clérigo se hallaba desconcertado ante tan curiosa presencia en las minas, quizás fuera un demonio o algo peor.

-Que está mirando hacia aquí dices, entiendo que nos ha visto, asi que adentrarse en el tunel ahora mismo sería un suicidio, ¿tiene sus armas a la vista?-

Albrek no quería meterse en medio de una ensalada de tiros sin asegurarse de era o que hacía allí el individuo en cuestión.

- Antes sí, por eso veíamos el puntero pero ahora no, comenta Caín que sigue observando por la mira.

Apostado según las indicaciones de Albrek. Noto como el agua se escurre de mi pelo hacia el cuello resultando una situación bastante incomoda, la humedad, el frio, me empiezo a enfurecer. Avanzamos a ver que es lo que es o lo freimos desde aquí. susurro mirando al grupo, con un tono de impaciencia.

Albrek aprieta los dientes, un tanto indeciso, pero sin perder de vista a su objetivo responde a la pregunta de Atellus.

-Cain, ¿eres capaz de realizar un disparo de advertencia sin llegar a impactar sobre nuestro extraño descnocido? Acepto sugerencias, realizar un disparo sería avisar de nuestra llegada con una campana, resonaría le disparo por cada jodido recoveco de esta mina.-

- Si es un explorador no necesitará avisar de nuestra llegada, no llevo silenciador.

Sigo tratando de acercarme de la misma forma, deslizando mi espalda contra la pared, sólo que esta vez mucho más lentamente. Mientras, afino mis oídos para ver si descubro qué hablan esas voces, girando mi cabeza con tal de que haya los menos obstáculos entre las fuentes de las voces y mi sentido del oído y así llegue más nítido y claro a mí.

Mientras habláis Caín detecta que la figura se acerca lentamente pegada a la pared

Agarro el arma con un poco más de fuerza, apostado preparado para cualquier tipo de incidente. De vez en cuando miro a la charca de atrás ya que todavía sigo pensando en que algo me había tocado la pierna.

- No podemos seguir aquí para siempre ¿qué hacemos?

Albrek se incorpora y le hace una seña con la mano a Atellus para que le siga, pero antes de avanzar se gira a Cain.
-Cain, cubrenos con el rifle, mientras Atellus y yo avanzamos-

Dicho esto, el sacerdote comienza a avanzar, pegado a una de las paredes y con el revolver en ristre, apntando a la figura que se encuentra delante.

Escuchas pasos y roces de metal que te indican que alguien se acerca a ti por la pared contraria a la que tú estás pegado.

Asiento mientras avanzo lenta y sigiloamente por el tunel.

Ya fueran soldados o herejes, alguien venía hacia mí y no tenía forma humana de ver quién o qué era sin ninguna fuente de luz. Disponía de mi quimilámpara pero encenderla expondría mi posición. Retrocedo sobre mis pasos ayudado por la pared por la que he venido para no desorientarme, esperando una mejor oportunidad para atacar.

Escucháis por vuestro comunicador: Aquí Caín, sujeto en retirada pegado a la pared.

-Y un cuerno- responde Albrek a la vez que aprieta un poco el paso, fijando su vista en el fondo del tunel atento a cualquier movimiento extraño.

-Vamos Atellus, esa cosa no va a librarse de nosotros, atento a las paredes y cualquier cavidad.- dice el sacerdote por el cmunicador a su compañero.

Oyes una exclamación que no puedes distinguir y de pronto los pasos se aceleran hacia ti, parece como si te vieran.

No saben con quién están jugando...

- ¡En nombre del Emperador, un paso más y juro que abriré fuego! - grito desde las sombras apuntando a la dirección que ya he ubicado como la procedente de los ruidos y las voces.

Activo el visor láser de la escopeta para que vean que no bromeo con mis amenazas. Sé que la oscuridad juega en mi contra pero la voluntad del Emperador está de mi lado y por eso no hay rastro de duda en mi voz.