Partida Rol por web

Alex quiere reflejar sus ataques de energía con el espejo, así que decide hacer un nuevo movimiento. Con un giro de espada, Valion acaba clavando profundamente la hoja en el suelo y la energía se transmite rápidamente por el suelo como si nada. Levantando parte del suelo, fracturándolo.

Algo que no se puede reflejar en el escudo.

Reflejar, no. Pero si envía la energía por el suelo va más lenta. Se puede esquivar y aprovechar para atacarla mientras tiene la espada clavada en el suelo.

Eso hago. Con suerte la alejaré de su espada.

Está esperando eso. Salta por encima de él, usando la espada como apoyo. De pronto, la espada cambia de forma. Se vuelve más pequeña. Al hacerse más pequeña, se desclava del suelo rápidamente y entonces pasa lo que tiene que pasar. La espada "corta" la espalda de Alex. No hay herida, no hay nada, pero lo que siente es peor que todo lo que haya sentido nunca y puede que peor de lo que nunca podrá llegar a sentir físicamente. Es que ni una patada en las joyas de la corona.

Se siente roto. Se siente muerto.

Y pasa lo que tiene que pasar, la diosa me corta. Es una agonía indescriptible que no me deja pensar, no me deja hacer nada. Y es aún peor, si cabe, por la futilidad del gesto. Y es que en los breves instantes que dura el combate, cuando salta y la espada encoge queda claro que habría dado igual mi habilidad, mis intenciones, mi...lo que fuese. Es una diosa, yo no. Punto. Si quiere cortarme, me cortará. Pero ¿Para qué? ¿Qué sentido tiene? Es una estupidez inmensa.

No hace falta saber que si metes la mano en el fuego, te quemas. Que si pones la cabeza debajo de la rueda de un carro, revienta. Es simple lógica. No es necesario experimentar esas cosas para saberlas. Un torturador sabe lo que duele arrancar una uña, por eso lo hace. No necesita arrancárselas a sí mismo. Podría poner mil ejemplos...

Mis pensamientos se difuminan cuando recibo el corte...desaparecen en una nube de...nada. Es un dolor que ciega todos los sentidos. Con el tiempo, no sé cuanto, vuelven a mi. Y me incorporo. La miro, obviamente, molesto. No por el corte, sino por su capricho.

-¿Algún capricho más, diosa? Puedo entender que quieras que experimente algo, por absurdo que para mí sea el hecho en sí puedo entender que tenga otro significado para ti. U otro motivo. Que sea necesario por tal o cual cosa. Me es igual: debe hacerse, lo hago. Pero ¿Por qué el capricho de hacerme luchar sin posibilidad alguna? Bastaba con que me cortases sin más. ¿Es que te parece divertido?

Suspiro, aún con náuseas por el dolor e incluso un leve mareo.

-Yo...es que no lo entiendo. Es...¿Podéis invocar un melón? ¿Una sandia? O una fruta grande. Quisiera ilustrar una cosa. Es algo muy sencillo y que creo que mostrará lo que pienso. Lo que no entiendo.

-Ni que fuese maga.

Responde Velion, sin duda molesta porque la ha llamado caprichosa. Le mira desde donde está. La espada ya no está junto a ella... en realidad, no está en ninguna parta de la caverna y tampoco hay ninguna de las otras espadas. Ella está sentada a unos pasos de él.

-Imagina lo que has sentido en tu cuerpo cuando la espada te ha "cortado". Un corte real con esa espada llevaría a sentir ese dolor al cortado por toda la eternidad. Un castigo de dolor perpetuo mientras esté con vida.

Sigue mirándolo.

-Me da igual que pienses que ha sido un capricho hacerte luchar o hacerte pasar por eso que según tú puedes entender sin haberlo vivido. Ahora piensa esto: ¿lucharías contra ese tal Emperador sabiendo que es más poderoso que tú? Incluso teniendo las armas forjadas por los dioses.

Se levanta.

-Otra cosa que debes entender es que mi espada es el castigo y la lanza de hermano es la redención. Libera a los inmortales de este dolor eterno. Si él quiere, por supuesto.

Quedo sentado, mirándola, cuando ella se sienta. Y la escucho. Podría replicar, explicar por qué pedía la sandía para mostrar como con una misma espada la profundidad de los cortes puede ser distinta...incluso letal. ¿Cómo experimentar todo eso en mi mismo con la espada corta-almas? Pero no lo hago, de hecho ella misma admite que no me ha cortado de verdad.

Y después me hace una pregunta que me lleva a reír entre dientes, con no poca amargura, mientras apoyo la nuca en la piedra.

-¿Qué pregunta es esa? Lucharía contra tí y tus hermanos, primos y abuelos SIN las armas forjadas por los dioses si hiciese falta. Claro que me enfrentaré al Emperador con ellas. Esa pregunta que me haces...esa supuesta elección, ya la tomasteis por mi al traerme. Vosotros, o quien lo hiciese. Si la pregunta es que si quiero hacerlo, la respuesta es que no. Me aterra fallar. Pero al final no quedará otro remedio. Este es el camino que debo seguir, lo haya elegido o no, y lo seguiré hasta el final.

Dejo de apoyar la cabeza y la miro de nuevo.

-No tengo intención de usar la Devoradora. Ni la lanza. Ni el escudo siquiera. Salvo que no tenga otra opción. Y aún así...no soy ningún Dios. ¿tienen los dioses derecho a decidir castigos y demás? No voy a entrar en eso porque seguro que es un debate intenso, para los humanos al menos. Lo que tengo claro es que no es mi potestad decidir sobre el sufrimiento o la muerte de unos u otros. Y si puedo elegir, prefiero matar que hacer pasar por eso a...nadie. Ni siquiera a Él. Claro que, no podré decidir.

-Entonces ¿por qué me llamas caprichosa? Dices que pelearías conmigo, pero cuando yo he propuesto pelear, es por un capricho mío. Debes aclararte antes.

Le mira cuando se pone en pie.

-Tú haces juicios de valor sin conocer. Crees que los dioses somos entes caprichosos que aplicamos la justicia sobre los humanos como queremos y sin tener en cuenta como afectará. Pero lo que no sabes es que los dioses nunca toman parte en las cuestiones de los hombres. Lo que no sabes es que estas armas nunca de emplearán para castigar a nadie que no sea inmortal. Ser inmortal implica que has dejado atrás todo lo que te hacía humano.

Se comienza a alejar.

-Mi hermano no hizo bien en marcarte como su paladín. Eres un niño que cree saber como funciona el mundo o que tiene todo el conocimiento necesario. Puedes volver a la superficie. Debo considerar si te cedo mi espada o no.

-Diosa, que yo acepte pelear o no...no cambia el hecho de que sea por un capricho tuyo o no. Son asuntos distintos, no tengo nada que aclararme en ese sentido. Puedo estar errado, pero no confuso. Y, ahí está de nuevo. ¿Soy indigno de esto o aquello? ¿Entonces por qué se me marcó? Por que un dios lo decidió así, sin más. A mi no se me preguntó. No se me ofreció la opción de rechazarlo o no. Se me sacó de mi mundo y se me trajo a este. ¿Que otra cosa puedo pensar más que los dioses sois caprichosos? Claro que no conozco, no he tenido tiempo de aprender nada aquí. Y sin embargo, vosotros me ponéis a prueba. Hago lo que puedo con lo que tengo. Aplico los valores que conozco ¿No coinciden con los tuyos? ¿Fallo las pruebas? ¿Y qué le voy a hacer? ¿Qué esperáis? No puedo contentar a todo el mundo y menos si ni sé quienes son o que quieren de mi.

-Y, o bien mientes o, de nuevo, no se me da toda la información ¿cómo voy a comprender nada si no se me dice todo? ¿Dices que los dioses no intervenís en los asuntos mortales? ¿entonces qué es todo esto? ¿Qué es este viaje? ¿Para darme formación? Me has enseñado dos cosas...pero eso es intervenir. ¿Por qué lo haces? Explícame las cosas, en lugar de marcharte. Enséñame, no es culpa mía que se me eligiese sin saber nada.

-Ni que se me mande a matar a un inmortal.

-¿Es caprichoso querer liberar el mundo de un ser oscuro, malvado y maldito? Entonces, sí. Somos caprichosos. El Emperador dejo de ser un asunto de los mortales hace mucho tiempo. Digamos que no es Emperador desde hace 2 días.

Le mira alzando una mano.

-El viaje que has empezado no es un viaje para conseguir las armas divinas, es un viaje de contemplación. No esperes aprenderlo todo en una noche y con una simple explicación. Vivirás en este camino cosas que te harán aprender. Que te hagan más sabio o no es otra cosa.

Con un chasquido, se encuentran de nuevo en la primera caverna. Cerca de la entrada.

-Ya se te ha puesto a prueba para la última de todas ellas. Cada paso que hagas te acercará más o menos a la última de las armas. Sobre mí y mi Segadora, encontrarás la respuesta al final del camino.

Antes de desvanecerse de nuevo, le mira.

-Allí deberás escoger. Una elección difícil.

Puede teletransportarnos pero no invocar una sandia. Algo falla...

Salgo de la caverna y me encamino al lugar donde acampamos, donde dijimos que Sir Lance y Thomas me esperarían. Espero que estén bien y no hayan sido atacados.

Pero, al dar un paso, me detengo. No voy a dejar que este viaje haya sido en vano. Nada más que palabras y recriminaciones. Esperan que sea lo que no soy así sin más.

-¿Por qué se me trajo aquí si quien soy y como soy no sirve de nada? Si queréis que cambie y que sea de otra manera ¿Por qué traerme a mi? Podríais haber traído a cualquiera.

Cada vez estoy más frustrado con todo y enfadado con el mundo.

Saco mi espada, quiero practicar ese golpe...esa forma de lanzar la energía. Tengo que aprender al menos eso para que no haya sido todo una inmensa y estúpida pérdida de tiempo.

Estúpidos ellos. Estúpido yo. Estúpido todo.

Alex siente la mirada de alguien mientras está "practicando". Al mirar, se encuentra el campamento ahí. La última vez, dejaron el campamento en ese lugar, junto a la boca de la cueva, así que no hay necesidad trasladarlo a otro lugar.

-¿Y ese entrenamiento?

Es Sir Lance.

Estando aún dentro de la caverna, me sorprende ver a sir Lance ahí. ¿O es que he salido demasiado?

-Practico algo que...no sé si puedo hacer o no. Se me ha dicho que sí pero no como. Así que, como todo en este viaje por cierto, vendrá con el tiempo...si es que viene. Dime sir Lance Si no soy adecuado como soy ¿Por qué se me ha traído aquí? sin duda hay cientos de personas que saben más y están mejor preparadas que yo ¿Por qué se me recrimina no ser lo que quieren que sea, si no es algo que yo haya elegido?

Tras cada frase doy un golpe al aire con el arma, tratando de sacar esa fuerza...ese golpe a distancia.

-No conoces suficiente...no eres digno...no hicieron bien en marcarte...Hago lo que puedo con lo poco que se. Sigo un camino que se me ha impuesto, sin pensar en abandonarlo. Pero no...nada vale nunca. Dime, sir Lance. ¿Qué hago aquí?

No pretendía soltar ningún discurso ni parrafada. Pero estoy harto de todo. Nada sirve. Nada es suficiente. ¿Por qué se me escogió si no valgo? Suspiro.

-Es igual, no respondáis. Voy a acostarme.

Paso por su lado, camino a mi saco.

-No tengo una respuesta clara a lo que me preguntas, pero algún motivo te habrá llevado a donde estás. No sé qué métodos usan los dioses para designar a sus elegido...

No puede acabar de responder porque Alex se aleja hacia el campamento. Le sigue los pasos.

-Ya te dije una vez que debes tomarte este camino como un aprendizaje. Quizá te sorprendas cuando llegues al final y puedas encontrar la respuesta a todas las preguntas que te haces. Por el momento, yo solo puedo ayudarte a entrenar y a hacerte más fuerte.

-Ya...y lo aprecio sir Lance. Pero van dos pruebas, dos fracasos. Y ambos por ser "yo" y no lo que, no sé por qué motivo, esperan que sea. Si conseguí el espejo fue por...suerte, no sé. No por pasar la prueba que se supone debía pasar.

-¿Sabéis algo de ese tipo de ataques*? Proyectar la energía a través de la espada, o algo así. Sería muy útil si debo enfrentarme a ese tal Konrad...aunque ojalá no ocurra.

-Puedo explicarte tu error en la prueba del espejo. Bueno, no es un error. Es algo que haría cualquiera en tu situación.

Le ofrece un sitio al lado de la hoguera. La sopa se está cociendo en esos momentos.

-Verás, lo que buscaba la prueba en el bosque, y no culpes a la Reina de las Hadas por ello, es la verdadera naturaleza del Paladín. Como ya te dije, un paladín y un caballero se rigen por los mismos principios, pero los siguen cumpliéndolos en nombre de diferentes personas.

Le ofrece agua.

-Un paladín o un caballero, habrían combatido hasta el final al ser poderoso y le habrían dado todo lo que tienen al necesitado. Pero tú no lo hiciste. Pero se debe a que estabas influenciado por el hecho de haber perdido a Nicky en manos del enemigo. La Reina intentó darte otra oportunidad, aunque no estuviese permitido, pero el resultado fue el mismo.

Le mira.

-El asunto de ese ataque lo aclararemos después.

-¿Eso os contó la reina? Una niña perdida, que lloraba. Intento ayudarla y solo grita que no lo sabe y que se lo devuelva. Me ataca. Me defiendo, usando las técnicas que me enseñastes tú, sir Lance, y me hago daño a mi mismo. Tras eso todo cambia y estoy en el suelo y la criatura es un paladín con un mandoble. Acaba de quedar claro que algo manipula todo, que no puedo defenderme ni queriendo. Así que ¿Para qué? No es lógico luchar contra una ilusión cuando sabes ya que es una ilusión. En resumen: el necesitado quiere algo que no puedo darle porque no es decisión mía dárselo sino de otro. Y el poderoso...¿cual es la mejor manera de vencer una ilusión? ignorándola.

Me encojo de hombros.

-Y, según la reina eso es fracasar. Es decir que si no hago algo específico, que no se me ha dicho, de una manera concreta, que tampoco se me ha dicho, fracaso. Un aplauso para quien diseñó la prueba. Es sarcasmo, por cierto. Quizá vengo de un mundo demasiado lógico para comprender estas cosas. Uso demasiado la cabeza, algo que parece que no sirve para ser Paladín.

Me siento, cansado.

-Es un problema, porque no es algo sencillo de cambiar. Igual no es posible.

Se pasa las manos por el pelo y resopla sin saber que decir o como hacerle entender lo que intenta explicarle.

-Un paladín o un caballero habría antepuesto las necesidades del otro a las suyas. Para ellos, para nosotros, los demás son los importantes. ¿Qué pasó para que la Pastora te diese el escudo?

-Entiendo eso perfectamente, sir Lance. No antepuse mis necesidades, sino las de otro. Nicky, concretamente. Y la Pastora me dio el espejo porque comprendí que no puedo centrarme solo en salvarla a ella. Eso lo sé. No lo sabía cuando la a....la reina me hizo la dichosa prueba. Aún así...¿conocéis el concepto de triage?

-Entonces comprendes lo que tienes que comprender. Puede que no lo hagas durante las pruebas, pero lo consigues durante tu camino. No debes preocuparte. Hay personas que necesitan más tiempo que otras. De todas formas, tú nunca has soñado con esto...

Pone una mano sobre su hombro para animarlo.

Agradezco su gesto con un cabeceo.

-¿Cuánto he estado ahí dentro? ¿Ha habido algún problema con los rhun?- pregunto mientras me siento a prepararme algo de comer. Tengo más hambre que sueño, como acaba de confirmar mi estómago rugiente. -¿Qué puedes decirme sobre esa forma de luchar? ese ataque a distancia.