Partida Rol por web

—¡Maldita sea! ¡Es que esas cosas no mueren joder! —Bramó antes de sacar su arma y disparar una ráfaga de tiros contra aquel espectro que tenía más cerca.

Los muertos avanzan sin titubear hacia Killer, que ha iniciado los tiros en un acto de valentía sin precedentes, o de estupidez sin límites. A menudo los dos términos se llevan de la mano y en ambos casos habitualmente terminan en el cementerio de la misma forma. 2 de los alzados se avalanzan sobre él tirándolo al suelo, mientras otro empieza a morder agresivamente la mano en la que tenía el gatillo de su fusíl. Un enorme chorro de sangre mana cómo una fuente del lugar en el que estaban sus dedos índice, anular y corazón mientras Killer emite un grito de dolor y un juramento al dios católico al que venera bajo todas las cosas. —¡Padre todo poderoso, protege a tu siervo más fiel en éste día tan impío! Arrrgrhhhghhhh—

Ahora mismo no podríais decir si Killer puede salir de esa terrible situación, y la urgencia por ayudar a vuestro amigo se hace cada vez mayor, pero la figura encapuchada todavía sigue ahí, y no parece que os vaya a poner las cosas fáciles. Justo debajo de los pies de Frye, comienza a crearse una nube amoratada, exactamente igual a la que visteis en el campo de maizales y que terminó por corromper todo lo que hallaba a su paso. Los tiros de la ametralladora fallidos no han impedido que el disforme acólito haya impregnado el ambiente de un salmo atroz que es más parecido a guturos y chasquidos de lengua que a una palabra comprensible. Solamente roto el trance por la palabra MIASMA justo antes de formarse la horrenda nube, que no parece ser afectada de ninguna forma por la terrible lluvia que azota la región.

El resto de alzados avanzan cada vez más rápido hacia la posición de Chance, que disparando cómo un loco ha errado toda su ráfaga llamando la atención de los monstruos.

Un rayo cae cerca y podéis notar la sensación de las tierras moviendose puntualmente, mientras el estruendo latente ensordece el lugar absolutamente. El lo alto del castillo, se escuchan los petardeos típicos de los disparos amotiguados por la insonorización de las ventanas y paredes actualizadas no hace demasiado tiempo, y los fogonazos que ellos conllevan.

De la garita aún no ha salido nigún soldado y teméis cuál haya podido ser el desenlace de Margareta que actuaba en solitario.

Al quedarte quieta observando, los dos soldados soprendidos por tu aparición repentina en esta oscura y terrible noche de clima adverso rien mientras te hacen señas para que entres mientras te ofrecen una silla y una bebida caliente.

Hablan en alemán cerrado, muy del acento berlinés, y te preguntan:

—Guapa, qué demonios estas haciendo aquí? No es una buena noche para salir a pasear y perderse, con esta lluvia y este frío. Entra con nosotros, vamos, que te podemos hacer entrar en calor.

El soldado que manipulaba la radio se pone de pié y te coge la muñeca obligándote a entrar a la garita, echando el cerrojo tras él, y obligándote a sentarte en la silla en la que estaba hace unos segundos. El otro saca una pistola y encañona el arma contra tu sien.

—Esta es una zona restringida guapa, y tenemos carta blanca para hacer con los intrusos lo que nos de la gana. Una chica tan hermosa cómo tu, mojada, y húmeda es exactamente la diversión que nos hacía falta hoy con este tiempo de mierda que hace en este puto país de mierda. Ponte cómoda o no, me da igual, me voy a dar el gustazo contigo.—
 

La cosa se había desmadrado en apenas segundos, solamente podían intentar salir de allí por patas. Los disparos a lo lejos demostraban que la misión había adquirido el nivel de suicida, si acaso no lo poseía anteriormente.

-Huyamos, aquí no hay nada que podamos hacer.

Ron trató de acercarse a Killer para arrastrarlo lejos de los muertos que querían acabar con él. La situación era de vida o muerte...

Las opciones de Frye eran varias hasta que de pronto advirtió la aparición de la miasma. Aún estaba vivo en su memoria el recuerdo del encuentro que tuvo en el sembrado el día anterior y antes de nada decidió poner los pies en polvorosa. Sólo cuando pasó a sentirse seguro, evaluó la situación nuevamente para identificar la amenaza más severa aunque todo apuntaba al maldito encapuchado.

Tratando de cubrir a Ferret, Chance soltó otra ráfaga de Thompson mientras se retiraba.

 -Ron, arrástralo hacia nosotros. Te cubriremos. ¡¡Frye, fuego sobre esas cosas!! ¡¡Todos hacia el cobertizo!! 

Los peores temores de Chance se habían vuelto realidad. Ahora se trataba de una carrera contra el tiempo y estaba muy cerca de perder a uno de sus hombres...

El sigilo se había ido a tomar por culo. Ya sólo quedaba la supervivencia cruda, así que William empezó a desgañitarse con su ráfaga:

—¡Morid cabrones! ¡Por los vivos!

Las ráfagas de sendas ametralladoras vomitaron una enorme cantidad de balas que los alzados acogieron grácilmente en sus cuerpos. La carne se desprendía de sus huesos cómo lo hace de un asado bien hecho, pero dejando regueros de sangre negra y  coagulada. No emitieron más que algún gruñido fruto del roce de sus cuerdas vocales de forma involuntaria. Del ajuste que lanzó Frye solamente quedaba uno en pie que se avalanzó sobre él, intentando morder su brazo, aunque fallando por pocos milímetros. De la hondonada que resultó del ataque de Chance en un intento por liberar a su compañero, igualmente sólo quedó uno que arrancó de un mordisco parte del cuello de Killer, que gritaba cómo podía un severo y rasgado —¡¡¡Corred!!!!— mientras dejaba caer la anilla de una granada de mano, obviamente intentando ganar tiempo para vosotros, espacio contra el acólito, e intentando llevarse a más alzados que se acercaban hacia él.

Os giráis cómo podéis para poneros mínimamente a cubierto y os tiráis al suelo. La granada explota y de Killer ahora solo queda una nube rosácea de polvo y sangre que se va disipando con la lluvia torrencial.

La nube morada que ha invocado el acólito se empiza a expandir y a marchitar todo lo que toca. La hierba sevuelve gris, los insectos mueren, la carne putrefacta de los alzados se corroe, y de no ser porque Frye se ha movido con rápidez, hubiera quedado muerto en el acto, o tremendamente herido.

Ron está estupefacto por la muerte de Killer, heróica, pero innecesaria pues estaba seguro de que pudiera haberlo salvado.

El acólito muestra ahora un símbolo dorado con forma de sol, y pinturas negras en su centro con motas del color de la sangre. De nuevo comienza a salmodiar algo horrible.

– ¡Mierda! Hay que acabar con él antes de que vuelva a hacer eso. –Opinó el soldado y sin esperar orden de ningún tipo, en aquel momento a lo único que obedecía era a su propio deseo de sobrevivir; empezó a cargar el arma mientras empezaba a dar un par de pasos hacia atrás por supervivencia.

Esta vez vaciaría el cargador entero en aquel ser.