Partida Rol por web

Ron estaba completamente desencajado, no esperaba que sin haber entrado en el castillo las cosas se torcieran de tal forma que uno de ellos acabase muerto. Era un absoluto desastre, pero la misi'on era prioritaria. Vio como Frye trataba de recargar la ametralladora, pero no tenia muchas esperanzas que fuera posible acabar con el mago. Lo mejor era salir de allí por patas.

-Frye, Nathan, la mejor manera de seguir vivos es correr!!!

A Chance le dejaban pocas opciones válidas, ya que sus hombres se habían dividido. Permaneciendo juntos Ferret podría haber hecho fuego sobre el alzado y el acólito mientras los demás retrocedían, pero el valor no era el punto fuerte del cabo. Aunque en esta situación parecía que la discreción iba a ser la mejor parte del valor.

-Ron, busca una salida. ¡¡Frye, déjalo, salgamos de aquí!! ¡¡Recuerda la misión!! esperaba que su superior velocidad fuese suficiente para ponerse a cubierto antes de que el maldito acólito finalizase su conjuro...

El cobertizo aledaño a la pared sur del castillo parece ofrecer un mínimo de cobertura contra el clima adverso y sería un buen punto de reunión improvisada para saber cuál es el siguiente paso que váis a dar, además de que siendo más rápidos que los alzados os daría también algo de tiempo para pensar y recargar.

El acolito se acerca al lugar en que ha explotado la granada de Killer para verificar si esta muerto o no. Allí solamente queda una neblina rosacea y pedazos de varios cuerpos pasto del aera de destrucción ignea de la granada del irlandés. El acólito alza de nuevo su mano y comienza un nuevo salmo gutural. Parece que ahora mismo os ignora, aunque los 5 alzados siguen centrados en perseguiros lentamente. Después de todo los muertos no suelen tener prisa.

Siguiendo lo realizado por sus compañeros, Ron decide que la mejor opción es tirar de Thompson y tratar de abatir por saturación a los alzados. Alguna de las ráfagas salieron demasiado alejadas pero otras tantas fueron directas a los cuerpos de los zombies golpeando de forma hueca.

-Retirada al cobertizo.

¡¡Maldición, les he dado una orden directa, caballeros!! ¡¡He dicho retirada!!

Chance estaba desesperado, se sentía como un académico venido a más en medio de un tiroteo y sus hombres parecían ignorarlo. En el fondo no podía culparles. Él también tenía ganas de mandar a ese hijo de satanás al infierno, pero debía hacerles entender que la misión seguía siendo la prioridad, incluso tras la muerte de Killer.

La ráfaga que escupe Ferret sobre los antinaturales que se oponen al grupo consigue abatir a otro de los alzados. El cobertizo parece ser la única zona donde los tres hombres restantes parecen poder refugiarse de las inclemencias del tiempo y de los incesantes ataques que provienen de sus enemigos. La luz cegadora de un rayo ilumina la parte más alta de la torre del castillo seguida de un terrible estruendo. Una explosión sacude los cimientos de la estructura amurallada de piedra, que hace que salten pedazos por todas partes. Varios cascotes terminan aplastando a los alzados otorgando a los tres soldados un minuto de respiro, aunque es rápidamente cortado por el acólito que ahora carga contra ellos con una enorme y preocupante cimitarra en mano. Varias preguntas os vienen a la cabeza. ¿Qué ha sido esa explosión? ¿Quién es el responsable? ¿El poder mágico del acólito se habrá agotado?. Hay un viejo dicho entre los más rudos veteranos, " No traigas una navaja a una pelea con pistolas" y parece ser que os toca enseñar al acólito una valiosa lección.

—¡Por fin! —Exclamó William en cuanto el cargador hizo el familiar click al encajar nuevamente en el arma. Un tirón a la corredera y la primera bala entró en la recámara.

El desgraciado estaba cerca, no podía fallar... Un apretón fuerte al gatillo fruto de los nervios y la ametralladora empezó a escupir muerte a discreción vaciando la totalidad del cargador en el cuerpo del Acólito.

No se volvería a levantar.

La terrible ráfaga de balas que escupe el arma de William hace que el acólito parezca un colador. Por los agujeros sanguinolentos de su cuerpo se puede ver el otro lado del camposanto en el que os encontráis. Su cuerpo inerte cae a plomo y la espada curva se clava en el suelo . Su cadaver emana una sangre negruzca que emana un olor vomitivo. La lluvia sigue intensa pero es incapaz de disolver el extraño almizcle que sale del cadaver del peligroso acólito que yace en el suelo para encontrarse con su creador en el descanso eterno de su alma.

—Parece que ya no nos seguirá ninguna de esas cosas. —Confirmó William tras dedicar una mirada hacia atrás—. Podemos seguir yendo hacia el castillo, hay que reventarlo entero y con todos esos hijos de puta dentro a ser posible.

La sangre fría demostrada por William disparando el arma en condiciones más allá de lo explicable había sido increíble.

-Buen trabajo. -dijo a su compañero.

Por un momento Ron dudó si ponerse a rebuscar entre los cadáveres para ver que podían llevar encima de interés, por unos instantes el miedo lo frenó pero al final triunfó su naturaleza de comadreja salió a la luz.

-Esperad, voy a ver si queda algo de utilidad por aquí. -Después de un rato mirando se dió cuenta que cualquier cosa importante iba a estar bajo los cascotes.

Nathan se quitó con la manga de la chupita de cuero el sudor mezclado con el agua de lluvia, polvo y restos de tierra del camposanto que tenía en la frente. Al sacudirse el pelo también cayeron trozos de carne muerta y alguna masa sanguinolenta de lo que ha deducido era o bien un alzado reciente, o sus peores temores, parte de lo que explotó con Killer.

—No tenemos tiempo para honrar el cadaver de nuestro camarada. Si salimos de esta, ya lo haremos en casa. Ahora debemos movernos y si podemos reunirnos con Margareta o con el Padre Andrej: Lo primero que pase.—

El aplomo con el que decidió musitar en alto estar palabras cogió por sorpresa al resto del equipoque apenas había tenido tiempo para asimilar la situación.

—Es hora de que me comporte cómo el lider de misión que se supone que soy. A partir de ahora nos moveremos en silencio, usando las señales que hemos aprendido. Intentarémos evitar en la medida de lo posible el conflicto salvo que A; sea obvia nuestra ventaja o B; sea absolutamente necesario.—

Chance se acercó al cerrojo del cobertizo y tentado estuvo de usar la culata de su arma para intetar reventar el candado, cuándo pensó que una acción algo más sutil sería mucho más beneficiosa para el equipo.

—Yo estoy mucho más versado en los libros y en el academicismo así que si alguno sabe abrir cerraduras será mucho mejor que hacerlo a golpes para no llamar la atención.—

Ron guardó entre sus pertenencias el reloj de oro de bolsillo y la espada curva del acólito.

-De acuerdo, sigamos entonces, completemos la misión y salgamos lo antes posible. Cada segundo que pasamos aquí tengo la sensación de que estoy más cerca del final de mi vida.

Miró el candado que indicaba Nathan pero sus conocimientos sobre aperturas sutiles no eran su fuerte.

—Me temo que no soy un ladrón así que sólo se me ocurre por el método ruidoso... A la fuerza o con ayuda de ésta. —Contestó señalando su arma.

—No obstante si os preocupa el ruido, ahí atrás hemos montado del bueno.

Con pocas opciones, Chance miró alrededor buscando algo que pudiesen usar como ariete y luego observó su pistola.

-Salvo que alguien tenga alguna idea, supongo que un disparo va a ser lo más rápido.

Viendo la escasa capacidad del equipo de acción inmediata y encubierta del ejercito de su majestad para actuar en momentos de discreción, Chance decide meter un tiro a la cerradura con su pistola. La lluvia impactando contra el suelo sigue creando un ruido inmenso, y tal y como se ha mencionado, después del tiroteo llevado a cabo, poco importa una salva más.

La cerradura de la puerta salta en varios trozos, y algunas astillas salen disparadas hacia la cara de Nathan, que es capaz de cubrirse con la manga de su chaqueta justo a tiempo para no perder un ojo.

La habitación siguiente da a un pequeño chozo, con una letrina, un camastro y unas escaleras de piedra que parecen conectar directamente con la torre. Si esto os lleva a encontrar a Von Kammerstein con más rapidez será todo un logro.

Tras buscar en el chozo algo que os pueda ser útil pero sin éxito alguno, decidis subir las escaleras. Con forma de caracol y tallas directamente en piedra, muestran cada pocos metros un candelabro de hierro forjado con una bombilla en su interior para iluminar los tramos de la escalera. Tras varios minutos de subida, y justo al llegar a un rellano, donde podéis ver una puerta de madera entreabierta, escuchar ruidos de forcejeo, palabras extrañas, un disparo, un grito. El aire está algo embotado aqui arriba y a todos se os erizan los pelos de la nuca. ¿Estática? os preguntáis, no tendría mucho sentido sin un generador de alta potencia que alimente al castillo entero. Pero si no es eso...¿Qué es?.

Una vez se pusieron a resguardo de los elementos y el resto de horrores que pudieran estar acechando en el exterior y del que pudieran no ser testigos, Frye empezó a ascender lentamente la escalinata. No debían seguir tentando su suerte levantando otro escándalo en el interior de aquel lugar fuese o no parte del castillo al que aspiraban llegar, de pronto se detuvo y levantó la mano para hacer que todos se callasen.

Se hizo una seña a los labios pidiendo silencio y señalando hacia arriba, asintió al ver las órdenes de su superior y en cuanto se adelantó Ferret, lo siguió. Subiendo más lentamente con la intención de sorprender a quienquiera que fuese el que estaba allí, podían ser amigos, enemigos o incluso algo peor, de otro mundo como los muertos alzados de antes.

Chance siguió los pasos de Frye mientras ascendían las escaleras en silencio. Si no estuviese tan tenso por los eventos recientes, habría disfrutado de la arquitectura del castillo mientras ascendían por la escalera de caracol.

Al llegar al rellano, cerró la mano en un puño para dar la orden de detenerse al grupo. Luego señaló a Ferret y a continuación a la puerta entreabierta. Dado el historial del cabo, seguro que era el más indicado para echar un vistazo sigilosamente. Hizo señas a William para que éste y él se colocasen a ambos lados de la puerta en cuanto Ron les diese orden de avanzar.

El ascenso permitió que la adrenalina fuera bajando poco a poco, pero Ron estaba seguro que no iba a ser más que una pequeña pausa, antes de que la misma saltase de nuevo por los aires. Fue a la espalda de William y Nathan hasta que llegaron a situarse cerca de la puerta.

El gesto realizado por Nathan fue claro, él debía de avanzar en primer lugar para tratar de descubrir lo que había al otro lado. Con la mano en el revólver trató de acercarse lo más discretamente posible, pero no vio un pequeño cable cercano a la puerta...

Por suerte para Ron el cable no desencadenó una explosión y ni siquiera hizo que una trampa ingeniosamente colocada accionara cualquier tipo de mecanismo diseñado para aplicar dolor y cercenar o mutilar incautos. El cable estaba ahí, simplemente mal colocado, aunque fue suficiente como para estorbar el avance del militar, que terminó estampando su cara contra la puerta entreabierta.

 Con el factor sorpresa totalmente desperdiciado, la puerta se abre y deja revelar una grotesca y extraña visión. El Padre Andrej sostiene un arma humeante y en su otra mano un libro de aspecto similar al que tenéis. Eso no puede ser bueno.

—Que la luz del divino te lleve por el camino que no has sabido seguir en vida, malnacido— grita al cadaver que hay en el suelo.

Un hombre con un enorme agujero en la cabeza yace inerte en el suelo. Su aspecto es parecido al de un doctor; con bata blanca aunque ahora está impregnada del demasiado conocido color y olor de la sangre además de un viscoso y gelatinoso líquido gris. Trozo de su cerebro estan esparcidos por el suelo como pequeños pedazos de carne picada. Desde luego nadie en su sano juicio podría pensar en una hamburguesa ahora ¿o sí?.

En su mano todavía caliente y dura agarra una jeringa con un líquido de color oscuro y verdoso. La última vez que habéis visto algo de ese tipo de tono fue.....en aquella terrible visión.

El lugar se ha empezado a cargar de estática y los pelos de los antebrazos comienzan a erizarse. El Padre Andrej parece sorprendido, ilusionado, y a la vez aterrado de lo que está sucediendo.

Una enorme bola de masa oscura comienza a tomar forma de la nada. Engulle metro a metro de forma lenta y vomitiva todo lo que encuentra a su paso. Un terrible hedor muy parecido al de la miasma que expulsaba el acólito os empieza a llegar a la nariz provocando algunas arcadas. EL padre Andrej no parece tener intención de moverse mientras abre sus brazos ampliamente con la intención de abrazar a lo que sea que está saliendo de ese otro plano. —El divino!!! Mi señor, tóma mi cuerpo si es lo que deseas. Soy tu siervo, tu más humilde y fiel seguidor!! Tú me diste una misión y la he completado. No habrá más sacrificio de niños, no habrá más experimentos. No habrá más Von Kammerstein—