Partida Rol por web

Vamos.- digo mientras asiento con la cabeza

Litius acepta el trozo que le da Rennard que tiene el honor de despellejar al animal por ser el que lo ha matado, y luego lentamente se dirigen hacia al fortaleza pensando en como sera el próximo día, y que peligros tendrá que afrontar después?

El clímax de la cacería había sido mucho más rápido y violento de lo previsto en un principio, aunque, gracias a Su Benevolencia, no ha habido ninguna baja entre nuestras filas. Y, a pesar de recibir severas heridas por la embestida de Xrar, Rennard se ha comportado según su rol y ha acabado con la bestia en un combate de meleé magnífico.

A pesar de la buenas noticias, una sensación desagradable me amarga la garganta. En los últimos momentos momentos de caza, al oír el feroz aullido del Xrar, no pude mantener la posición y me replegué aún sabiendo el peligro que afrontaban mis Hermanos. Esto me molesta y, ante el Sagrado Trono Dorado , juro que no se volverá a repetir. A mis Hermanos meintras hablan sobre la caza de la bestia Camaradas y Hermanos míos, creo que deberíamos recoger la piel de este animal y regresar al Monasterio. Recordad que Iah nose caracteriza por ser paciente, precisamente...

A Rennard en particular Un golpe margnífico, Hermanos, y un ritual de tránsito perfecto.

Recogen sus cosas y marchan, buscando el camino de vuelta. Litilus carga con honor el hacha de Rennard, quien avanza con Fé pero su pierna lo traiciona cada varios pasos.

Al cabo de media hora de marcha, el valiente recluta debe resignarse y aceptar el brazo de Temán, quien camina a su lado sosteniéndolo para evitar que apoye la pierna herida. Nadie quiere decirlo, pero se ve mal.

Los gruñidos a su alrededor se van perdiendo a medida que vuelven al terreno del Monasterio. Los Xrar evidentemente os estaban escoltando fuera de su territorio. En una oportunidad, al volverse para revisar la retaguardia, Graven y Micah notan los ojos amarillentos en las últimas sombras de la noche, observándolos a la distancia.

Cuando por fin rompe el alba, una figura se junta a ustedes desde los árboles. 

- Ha sido un buen combate, dice Cleptus mientras señala a Temán para que coloque a Rennard en el suelo. Inmediatamente procede a inspeccionar la herida. Solo un razguño, sonríe.

Busca en su cinturón, y extrae un cilindro metálico. Al romperlo entre sus fuertes dedos, sale de él un líquido de fuerte olor, el cual desparrama sobre la herida.

Rennard reprime el grito de dolor, es como una cápsula de fusión explotando en su pierna. Cuando los rastros de lágrimas se aclaran sobre sus ojos, ve que una masa amarillenta ha cubierto su herida, sellando el sangrado. Además, si bien arde como mil demonios, el dolor de los músculos desgarrados empieza a remitir.

- Con eso bastará hasta que llegues al Apotecarium. Si tuvieras armadura y el resto de los implantes podrías seguir sin problemas... te apoya la mano, rústica, firme y fuerte, en el hombro; y sonríe. Pero diría que vas por buen camino.

El explorador se incorpora y se dirige al resto. Seguid en esa dirección, les quedan aproximadamente dos horas de camino. Me adelantaré para dar la noticia.

Rennard se para al darse cuenta de que no estan solos y como ve que es Cleptus dice:

Gracias, espero ir con armadura la proxima vez.

Hemos cumplido y sin bajas, creo que no podía haber sido mejor.

Temán rezuma optimismo por todas partes.

Según lo dicho por el explorador, daba a entender que había presenciado la lucha....curioso-pensó Temán.

Bueno, solo quedan 2 horas para llegar, y parece que la pierna de Rennard aguantara, así que seguimos andando tranquilamente hacia la fortaleza.

No abandoneis la guardia hermanos, son dos horas y a lo mejor nos quieren probar una vez más.- dice Temán para luego añadir-seremos Marines hermanos, pero hasta entonces que sepan que hemos aprendido, no quisiera ver al Sargento Iah decir que hemos bajado la guardia solo porque nos sentiamos seguros, además es probable que tambien este vigilandonos.

Tienes razón, 2 adelante, 2 atrás, y 1 en cada lado, el resto con Rennard en el centro. Los arqueros en el centro, los luchadores en el exterior del circulo.

dicho esto me coloco en la retaguardia por si aparecieran algún Xrar u otra amenaza.

-Bien dicho Temán. Aún Iah no nos ha dicho que la prueba ha terminado. Vamos Litilus, se hará como tú digas- Micah retomó la posición que tenía cuando abandonaron el sitio de la lucha, protegiendo uno de los flancos

La jungla tupida dió paso al bosque, los árboles comenzaron a ralear para escasear y mutar el ambiente a matorrales. Por fin divisaron a lo lejos la casilla que llamaron hogar estos dos años; al costado de la estructura podían divisar la familiar figura de Iah, junto con Aectus y un Marine con vestiduras blancas.

Al aproximarse los últimos 300 metros, numerosos exploradores fueron apareciendo por los flancos, como guardia de honor. Cleptus, el más cercano por la derecha, les dedicó una sonrisa y un saludo fugaz con la mano sin romper el paso.

Por fin llegaron frente a Iah. El sol alto en el cielo, a punto de comenzar su descenso, sacaba brillos de su bruñida armadura, con el manto de ceremonia sobre sus hombros. 

Rennard no pudo evitar colocar una rodilla en tierra, pues el viajo había agotado sus fuerzas. El marine con túnica blanca, sobre la cual se advertía ahora claramente bordada en rojo la señal del Apothecarium, rápido se inclinó sobre él para revisar la herida y proceder a inyectarle distintos tipos de drogas.

El Sargento se acercó, y observó el montón de piel, así como los "recuerdos" traidos por los reclutas. Asintió con la cabeza, palmeó a Rennard y el Apotecario le confirmó que estaría todo bien.

- Aquí estamos hoy, recibiendo la ofrenda de estos reclutas que imploran el pertenecer a los Dientes de Sable.  

Aectus dio un paso adelante, colocándose al lado de Aectus.

- Que el Emperador ilumine sus almas, pues el relato de la cacería quedará guardado en los anales del Capítulo.

Habiendo dicho esto, se dispuso a anotar el relato de los reclutas en su tablilla de datos. Con voz autoritaria, agregó: Ordenadamente, por favor. 

Con una miarada seria, y con un sentimiento de algo superior, es cuando haces algo bien pero eso te presenta una infinidad de posibles salidas, y en todas ellas se veia el camino del emperador sagrado es.

Con el trozo de piel en la mano la sangre seca, ya se cae reseca, este recuerdo perdurara por siempre, y la cara de cada uno de los hermanos que lo ayudaron ha quedado marcado a fuego.

Solo hay algo que puede decir, y entre dientes se me escapa un - Gracias!! -

Rennard observa como los demás parecen estar esperando algo, alguno de ellos incluso miran hacía él, parece que le tocara lidiar otro tipo de batalla. Se aclara la garganta y dice:

Cuando el Hermano Explorador Cleptus nos dejó, indicandonos el camino a seguir, entre los hermanos decidimos como abordar la situación que ante nosotros se abria, nuestros diferentes origenes nos hacían seguir diferentes razonamientos, aún así un consenso afloro y empezamos a avanzar por el bosque. No paso mucho tiempo antes de que Temán, Czorf y Arnulf usaran diferentes formas para detectar donde podiamos encontrar un Xrar.

Temán se separo un poco para investigar algo, y yo le acompañe decidido a no dejar solo a nadie, nos continuamos adentrando en la jungla lo más silenciosamente que pudimos, una vez dentro detectamos un claro, allí vimos a cuatro de esas criaturas y al menos una de estas nos olió o vió y lanzo un rugido que jamás habiamos escuchado, yo tardé unos instantes más en recitar las letanías que me habian enseñado y Teman ni se inmutó.

Mientras el que parecia el jefe de la manada permanecía vigilante, el resto de Xrar se fueron y Temán no dudo en disparar su flecha a la par que mis hermanos aparecían desde diversas posiciones alrededor del claro, el enorme animal se acercaba a nosotros dos y yo decidí acercarme a Temán, yo iba preparado con el hacha y Temán aún tenía su arco en la mano, luego solo recuerdo que tenía que luchar por la vida de mi hermano y la mia propia hasta que la bestia cayó, con mis hermanos alrededor nuestro, apoyandonos...

Los dedos del Lexicanum revolotearon sobre la placa de datos como ágiles insectos, tomando nota de los dichos del Recluta Rennard. Luego observó a los demás, esperando ver si alguno se animaba a agregar algo más. 

Litius se acerca y sabiendo que les han estado observando todo lo que hacían añade lo siguiente:

Después de que Teman y Rennard se alejaran un poco todos los demás les seguimos, cuando encontramos a los Xrar aparecimos por diferentes sitios para desconcertar al enemigo, y esperamos hasta que los mas débiles de la manada se hubieran ido, ya que nuestro objetivo estaba centrado en el Macho alpha, al momento siguiente estábamos enfrascados en un combate en el cual se dispararon flechas incluido yo, pero al comprobar que el Xrar atacaba y Teman y Rennard quizás tuvieran problemas me lance al combate  CaC y juntándome con Czorf ayudamos a Teman y a Rennard a vencer al Xrar. hace una pequeña pausa y mirando la pierna de Rennard añade, Lastima que el aullido del Xrar limitara un poco nuestra ayuda para evitar el que le golpeara en la pierna.