Partida Rol por web

Bueno, vayamos a comprar todo lo necesario para realizar este viaje.

- No es mucho, no. ¿Alguien sabe pescar?

 Jonova estrecha la mano del capitán, asintiendo satisfecha ante el cierre del trato.

 - Tenemos mucho que hacer, vayamos.- Mirando al capitán.- Quedamos mañana al alba.

 Sin más el grupo parte en busca de los pertrechos necesarios para la expedición.

Pasais, en general, toda la tarde de compras.

Comida, utillajes varios para aventuras y demás. Crumod ha hecho una buena oferta y por el camello os pagan la mitad de vuestro equipo.

Sólo os quedan 200 mo.

El sol se pone y deja paso a una noche brillante y transparente.

Yo, a parte de vender mi montura, me gustaría preguntar por mi familia...

Busco, si me es posible, a alguno de mis hermoanos para comunicarle que mi Maias Satai ha terminado. Les comento que debo partir a tierras del sur y que si el destino está de mi lado, traeré buenas nuevas a esta ciudad.

Os despedís de vuestras famílias y os vais a dormir. Algunos de vosotros estais algo nerviosos, os cuesta dormir. Mañana emprendereis un gran viaje.

Justo al Alba os reunís delante de la embarcación. Sale el marinero y os saluda a todos.

- Buenos dias grumetes!! Podeis subir a bordo!! Pelirroja, luego te cobraré la factura. Ahora dejad vuestro equipaje bien sujeto y descansad un poco.

Poneis vuestras pertenencias a buen recaudo. Si hace falta las atais donde sea o las meteis en el camarote (las más menudas). Os tumbais con una mantita y dormis un poco.

Tras unas horas de plácido sueño, poco a poco os vais despertando para encontraros en medio de la mar. No podeis ver la costa, pero intuís que no estais demasiado lejos de ella. Por otro lado, si mirais a babor (izq) podeis ver la cortina de tempestad, violenta, salvaje y peligrosa.

El navío lleva una velocidad de crucero bastante rápida. Sopla un viento suave y templado, muy agradable y el sol, a media altura, proporciona una temperatura perfecta.

El capitán fuma la pipa mientras navega el barco a la vez que tararea alegremente alguna vieja canción.

Jamal parece feliz. Intenta ayudar en lo que puede, recordando viejos tiempos y empieza a cantar una vieja canción marinera.

El viejo capitán, obviamente, conoce la canción y se suma al cántico:

- A babor un tambor, a estribor un tenor; en la popa hay una mopa y en la proa una boa. Lalalallalalalala..

En vista del buen humor reinante en nustro primer día de travesía, intento unirme percutiendo cualquier cosa que haga ruido y acompañando en los partes más fuertes de la canción. También, intento dar alguna voltereta y algún paso de baile improvisado.

Es la primera vez que me encuentro en alta mar, intento disfrutar el momento e intentar grabar todos los detalles que pueda en mi cabeza. Olores, sabores, sensaciones, sentimientos. En general men gusta, aunque me siento un poquillo mareado.

 Jono, sin su rígida armadura se pasea feliz por la nave, tranquilizando a Rantanplan, todo neguitoso. Sonríe y participa de las bromas y las labores para conducir la nave.

 - Por cierto, nuestro buen capitán, ahora que lo pienso, aún no sabemos como os llamaís.- Sonríe afablemente Jono.- Como podemos llamaros a parte de capitán?

El capitán se fija en la jóven Jono mientras le da otra calada a la pipa. Puedes ver el fuego de ésta reflejado en sus ojos.

- Buena pregunta. Eres audaz... La verdad es que, al igual que mi navío, no dispongo del privilegio de tener un nombre. Soy huérfano de muy pequeño y jamás me he puesto uno. No lo intentéis. Aunque, podeis llamarme Capitán.

Notas un intenso orgullo en su tono de voz. Un hombre que no esconde nada, transparente como el agua, orgulloso de lo que es.

El capitán se fija en la jóven Jono mientras le da otra calada a la pipa. Puedes ver el fuego de ésta reflejado en sus ojos.

- Buena pregunta. Eres audaz... La verdad es que, al igual que mi navío, no dispongo del privilegio de tener un nombre. Soy huérfano de muy pequeño y jamás me he puesto uno. No lo intentéis. Aunque, podeis llamarme Capitán.

Notas un intenso orgullo en su tono de voz. Un hombre que no esconde nada, transparente como el agua, orgulloso de lo que es.

En menos de 10 minutos el cielo se vuelve negro, rápidamente todo queda oscurecido bajo la sombra de núbes gigantes cargadas como esponjas.

Aún con el viento que se acaba de girar, el viejo lobo de mar es capaz de dar órdenes, navegar y fumar la pipa a la perfección.

- Preparaos para el temporal chicos. Jamal, tú pareces tener experiencia. Mientras yo sujeto el timón tu pliega las velas. Los demás, amarrad todos los paquetes con cuerdas.

Va a ser un viaje movidito...

Jamal corre a obedecer las ordenes del capitán.

- Una tormenta... el mar quiere presentarse a nuestros novatos.

Crumod, que el mar le había sentado como una patada en el culo, se asoma a la cubierta con la cara bien pálida debido al mareo.

-Que es tanto murmu...llo la última silaba se le escapa al quedar boquiabierto, viendo la tormenta que se acerca.

Escucha las ordenes del capitán y se adentra en la bodega a atar todo las mercancías que se encuentra.

Jono avanza lo más rápido que puede por la cubierta, ayudando a atar y asegurar las mercancías (dejando a Rantanplan en un rincón, bien cobijado) y continúa ayudando. Intentando no quedarse asombrada ante la muestra de poder que la naturaleza estaba a punto de ofrecer. Mejor me ato la cintura antes no salte por la borda...

 El capitán, que parece no tener temor alguno grita:

- Chicos, agarraos fuerte que aquí llegan las olas!

 Jonova, con la cintura afianzada por una cuerda unida al poste mayor, sigue las indicaciones que Jamal y e lcapitán van aullando por encima del rugido del viento.

 Primero un tanto insegura, pero a medida que coge la onda de las olas, se siente segura, fluyendo en el violento vaiven de la nave, corriendo por la cubierta a aferrar cabos, afianzar mercancías, aferrar la vela mayor para que no se desgarre ni rompa el poste mayor. Sus moviminetos són ágiles, hermoniosos.

 A los primeros compases de la tormenta ya se mueve empaparda de agua marina, con su pelirroja melena empapada, suelta y desordenada.

 Viendo que algunos de sus compañeros tienen algun problema intenta ayudarlos, dejándolos a buen recaudo.