Partida Rol por web

Lesniak: llevas encima sable y dos pistolas.

BUM! El español cae fulminado.

Ahora a abriros paso hasta el Ayuntamiento entre la maraña de gentes: sacadme una tirada de Cabalgar, y si fallais, dos de esgrima a la mitad.

LESNIAK:Tú dispara cuando quieras, los españoles vienen con malas pulgas...

Jean-Baptiste trata de abrirse paso a caballo entre la gente, pero hay demasaida confusión y su caballo se espanta. Suelta un sablazo a la derecha que consigue apartar a algunos de los transeúntes, pero falla por mucho el de la izquierda, y a punto está de caerse de la silla, si bien consigue recuperar el equilibrio en el último momento.

Marcel maldice mientras inclina su cuerpo a un lado y al otro, tirando secamente de las riendas y apretando las piernas contra el costado de su montura para que vaya moviendose lo justo para esquivar a los españoles que empiezan a llenar la calle y no se pare y queden trabados. Más de una vez tiene que liberar la pierna del estribo y, sin miramientos, propinar un puntapié en la cara a quien pille cerca, pero mas mal que bien logra abrirse camino hasta una zona más despejada, donde menos gente les estorba y puede moverse con relativa libertad.

Al volverse, no obstante, ve que Chamberlac no tiene tanta suerte. Está trabado, y tiene que abrirse camino a espadazos. El veterano soldado parece no tener problemas, y Marcel sonríe levemente al ver como los españoles tienen que apartarse del fulgurante arco de su sable, pero poco después ve con alarma como Chamberlac falla un tajo y queda vendido.

Marcel desenfunda la pistola que aún no ha usado y apunta. El primero que trate de sacar ventaja de la mala posición de su camarada se va a llevar una esfera de plomo entre pecho y espalda, y esperemos que eso le de tiempo a recuperarse y salir él, y sobre todo, los caballos, de esa trampa.

vuelvo a cargar mi pistola y vuelo a disparar mientras desenfundo mi sable para luchar mientras veo que se une a nuestra fuiste Marcel....el disparo le impacta al hombro de un soldado mientras saco mi sable y al primer soldado que me pase por el frente.

empizo a lucahr y cuadno estoy por cortarle el brazo el bastardo se cubre y apenas puedo hacer que choque su arma con su cuerpo. al hacerle sentir que casi podria haber muerto el soldado se enfurece y me va resistiendo en la contienda

CHAMBERLAC y MARCEL:
 

Los cascos de vuestros caballos y el filo de las espadas limpian el camino de enemigos: corren a esconderse en las casas como ratas asustadas, dejando varios heridos gimoteando en el suelo. Pronto sumaran coraje y volverán.

Para entrar en el ayuntamiento deberéis dejar de nuevo las monturas en la puerta. Dentro se oyen maldiciones, gritos, estocadas y golpes.

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LESNIAK: tienes dos pistolas de principios del siglo XIX. con tu percentaje en disparar 70 puedes recargarlas si te tomas dos acciones completas para cada una. Asíque quizá quieras replantearte tus acciones.

Piensa que os enfrentais tu y el sargento a 4 españoles a pocos metros de vosotros. Ronfort acomete a dos con su sable, dejándote los otros para ti.

Jean-Baptiste mira a Marcel y le pregunta. ¿Tú o yo? No podemos dejar sólo al teniente.

Tú eres mejor luchador que yo, los dos lo sabemos. Por otra parte, ya le salvaste el culo al teniente mientras yo me escurría por detrás de los enemigos, así que tómate un respiro. Te lo has ganado.

Marcel saca la pistola que aún no ha disparado, coge el sable en la otra mano, y con un rápido ora pro nobis, recuerdo de sus dias de seminarista, se santigua con la cruz del sable y entra en el ayuntamiento pistola en ristre, listo para desgraciar al primero que le venga de frente. Se sentiría más seguro si tuviese el arte de su camarada, menos avezado en repartir amor y más en repartir muerte, pero Chamberlac y el teniente ya han tenido lo suyo con estos paletos, y no se dirá de Armand Marcel que parece que quiera rehuir la lucha.

DeChamberlac envaina el sable, pone todos los caballos a punto para salir de estampía, y mientras Marcel sale, se entretiene recargando la pistola que disparó antes.

En todo esto, va controlando que no aparezca ningún español con ganas de bulla, y que el teniente aguente arriba del caballo.

Una vez hecho todo esto, vuelve a sacar el sable, y espera.

Esperais en la entrada del ayuntamiento unos angustiosos segundos. ¡Qué estará pasando ahí dentro! ¿No saben que lleváis prisa? Quizá para haceros más llevadera la espera, alguien os dispara desde la ventana de una casa.

Marcel recibe el impacto en pecho. Los caballos se encabritan.

Fils de pute! grita Jean-Baptiste en dirección al español.

Y sin dudar envaina el sable, saca una de las pistolas del arzón de la silla y dispara hacia la ventana, viendo cómo el español, que se había quedado contemplando su buena puntería, se come el balazo y por ende se aparta de la ventana.

Salopard!, comenta el húsar. Luego se vuelve en dirección a Marcel, para ver cómo lleva la herida.

No hay tiempo que perder, si no salen del pueblo pronto, será su tumba.

¡Marcel, cuida del teniente!, grita deChamberlac.

Jean-Baptiste pica espuelas, carga contra la puerta del Ayuntamiento y al llegar a la misma vuelve a picar espuelas a la vez que tira fuertemente de las riendas, lo que hace que su caballo se alce de manos, para después cocear con fuerza la puerta del edificio.

Marcel: armas en mano, cruzas el pasillo en dirección hasta el ruido del combate. Éste ruge en el salón, donde entre mesas tumbadas, jarras rotas y comida desparramada, el sargento Ronfort les da una lección de esgrima a tres españoles. Dos más ya están por los suelos junto con Lesniak. El mismo sargento tiene un par de cortes, pero no parece notarlo mientras acomete a sus adversarios, dirigiendo estocadas casi tan agudas como sus groseros comentarios sobre la virtud de sus madres.

chamberlac: la puerta es demasiada baja para que la cruces a caballo. Por cierto, llega otro disparo de mosquete, que hace saltar yeso del muro a un palmo de tu cabeza.

Visto que la puerta no da para pasar a caballo, deChamberlac decide cambiar de táctica y caracolea con su caballo por la plaza, procurando buscar dónde se halla el tirador, pero con el movimiento es difícil.

Chamberlac: no es ningún problema encontrar al tirador: hay varios de ellos en una casa a unos 50 metros y se puede ver claramente el humo de sus disparos. ¡Mejor que te pongas a cubierto!