Partida Rol por web

¿Entonces cómo diantres estoy otra vez dentro de la habitación si fui bien clara escribiendo que salía? Vamos, que colgué dos post para que la vaina quedara coherente y ahora resulta que eso jamás pasó.

Mira, prefiero que mi pj se quede fuera de la habitación y se quede sola esperando que su can llegue mientras consigues compaginar tiempos, porque así no hay forma que escriba algo coherente y, lo que más importa, con ganas, máxime que detesto escribir como si estuviera dando palos de ciego y así es como me viene ocurriendo de un tiempo a esta parte con esta partida. Trato de rolear con coherencia pero en un parpadeo me encuentro aquí, luego allá, después vuelvo por otro lado con cosas que se supone pasaron antes, luego después, pero nunca con las que están pasando en el momento y así la cosa se me desmadra ¬¬

Mientras te encuentras en la habitación contigua donde teneis atado a vuestro prisionero, y esperando que tu perro aparezca, oyes un ruido amortiguado seguramente por las paredes y quien sabe si algo más, que viene de la planta baja. Otro oido menos experto lo habría confundido con pirotècnia, pero tu estas segura de haber oido un arma de repetición de tipo militar.

Podeis oir ambos un ruido de detonaciones apagado, como si fuera hubiera pirotecnia, pero teneis la certeza que el ruido proviene de dentro de la casa.

Ah, y una nota, la señorita está fuera de la habitación, con el prisionero estais vosotros dos solos.

Sonrió por el comentario, al ver que se levantaba. Una ametralladora automática protegiendo el pasillo, precaución elemental. Parecía que estaban accediendo al lugar más secreto e importante de la casa del inventor.

-Confío en su buen hacer, señor Claxton -dijo, aguardando a que pudiera apagar aquello.

De todos modos, él podía aguantar aquel tipo de cosas. Pero en el caso de las ametralladoras, no terminaba de estar seguro. Demasiadas balas, quizá, en demasiado poco tiempo.

 Oh por todos los cielos!  qué hicieron esos dos allá abajo ahora? No podemos dejar al prsionero sin vigilancia de al menos dos personas. Espero que nos avisen si hay peligro.

-¡Madre mia!-exclama John Kwanon sorprendido-...qué impotencia, no nos podemos mover de aqui-me quedo mirando al espía seriamente-...siempre me pierdo la diversión...

-¿Dónde está? -se preguntó preocupada al ver que su perro tardaba en aparecer. Existía la posibilidad que alguien lo robase o, peor aún, que algún secuaz del alemán le hubiera matado. Cualquiera de las dos opciones agitaba su corazón, en especial la segunda. Goliat significaba para mucho para Christine y el sólo hecho de imaginar que algo malo le sucediera causábale un indescriptible desasosiego.

Decidida estaba a descender los escalones en dirección a la puerta para ir a buscarle cuando el sonido de unos disparos llegó a sus oídos. Se sobresaltó, no por los disparos, sino por imaginar que la víctima de ellos pudiera ser su fiel cánido.

Bajó las escaleras corriendo, pero volviendo a activar el silbato para llamar a Goliat. Desconocía si los disparos provenían de la calle o de algún lugar de la casa, le habían sonado ligeramente lejanos, pero no podía asegurarlo, por lo que, quisiera o no, había de ser precavida pese a que su primer impulso fuera teleportarse a la puerta de entrada para asegurarse que Goliat estaba, pero sobre todo saber por qué no acudía a su llamada. Ni siquiera le oía ladrar.

-¡Mierda! -exclamó escaleras abajo- ¿Dónde estarán MacKintosh y Claxton? ¿Quién habrá disparado? Como le hayan hecho algo a mi perro no habrá lugar en este mundo suficiente para esconderse, lo juro.

Al llegar al recibidor ves que la puerta esta cerrada y goliath está rascando con las patas delanteras para intentar entrar, pero por otra parte, ves una puerta abierta a tu izquierda según bajas de donde frio y cierta humedad, junto con olor de polvora emanan y jurarias que has oido muy, muy lejos la voz de Claxton.

Rápidamente abrió la puerta para que Goliat entrara. El can lucía bastante agitado y ella le habló para tranquilizarlo.

-Shiiiit... ya está, me tenías preocupada -le susurró mientras cerraba la puerta.

Lo cogió del collar y caminó con él hasta la puerta que viera abierta.

-Ven, vamos a investigar.

Ingresó con cautela. Juraría haber oído la voz de Claxton, aunque lejana. Cosa extraña, la casa no se veía tan grande. ¿Aquella puerta conduciría a algún patio interior? Eso explicaría el frío y la humedad, y ni qué decir que el olor era un indicio más que aceptable para afirmar que los disparos habían venido de esa dirección.

Si el tipo de arriba tenía algún cómplice o se trataba de otra persona que también buscaba al profesor, mejor era que no hiciera notar su presencia, así, en caso que Claxton y MacKintosh estuvieran en problemas tendría más opciones de ayudarlos.

Una combinación de atención, reflejos y poder agarrarte del collar de Goliath evita que caigas por un agujero vertical en el mismo suelo de la vivienda.

La puerta da un pozo por el que se puede descender por una escalera de mano empotrada, a unos diez metros de profundidad puedes distinguir la debilmente iluminada figura de un hombre fuerte, podria tratarse de Macintosh, que parece estar mirando más abajo todavia desde la plataforma en la que se encuentra.

El olor de polvora es ahora inconfundible y la fria humedad rezuma del pozo donde te has asomado.

-Uff eso estuvo cerca -exclamó al darse cuenta del accidente que pudo haber sufrido-... Mmmm vas a tener que esperarme aquí.

Entornó los ojos intentando distinguir lo que había más abajo. Estaba obscuro y la ténue luz que le llegaba apenas y era suficiente para distinguir la silueta que había metros más abajo.

-¿Coronel? -pero su pregunta difícilmente llegó a oídos del hombre, al no estar segura de si era él o no, porque bien podría ser algún intruso sin buenas intenciones, poco y nada alzó la voz.

-Mmmm se ve que está sobre una plataforma... sí, puedo teleportarme a su espalda. Si es MacKintosh seguro se caga en mis muertos por el susto y si es un intruso también.

Volvió a amartillar la pistola, dejándola lista para disparar en caso de que fuera necesario y se teleportó a la plataforma.

Según apareces a las espaldas del hombre que veias desde arriba puedes comprobar aun con la tenue luz que se trata sin duda del coronel, que está hablando hacía más abajo desde el borde de la plataforma.

Te das cuenta que detras tuyo hay alguien, por el olor de polvora dirias que armado, y por como apoya su peso sobre la plataforma, dirias que mujer.

¿Que mirran? Tengo monos en la carra o que?

Puedes ver montado sobre un pie de artilleria metalico lo que parece algun modelo automatico de ametralladora. El final de los disparos sin embargo no ha sido producido por el fin de la munición, sinó por un encasquillamiento que el motor automatico (dirias que electrico) intenta forzar para seguir disparando.

- Creo coronel que ahora si puede bajar, aunque no me hago responsable del estado de su vestuario. Hablo con tono socarrón, mientras observo el mecanismo decidido a no tocar algo que realmente no comprendo. Tras unos instantes continuo. - Temo que esto es mas de "su generación" señor, por lo que le voy a dejar el juguete para que se entretenga. Decido dejar el mecanismo y comienzo a observar el resto de la estancia.

Al parecer sus sentidos le fallan, no ha escuchado el ruido proveniente de abajo? O esperaba que eso sucediese, puso ud una trampa abajo? *Dígame la verdad*