Partida Rol por web

Al servicio secreto de su majestad

El Imperio os necesita

Cargando editor
22/03/2011, 00:26
William Claxton

Subí de al carruaje con una sonrisa ante las palabras de la jovencita que parecía haber arrebatado su papel a nuestro reluciente oficial, pero evite hacer ningún comentario jocoso al respecto, pese a que me resulto terriblemente difícil.

- Oh, señorita Wytham, le aseguro que no me molestara en absoluto viajar con un animal tan magnifico. - dije mientras me acomodaba. Al volver la vista hacia los demas quedo claro que sentían curiosidad por saber que habia ocurrido en palacio, pero ninguno de ellos parecía dispuesto a preguntarlo - Lamentablemente no tenían cafe, y yo no tomo te. ¿Me he perdido algo?

Cargando editor
22/03/2011, 01:04
Christine Wytham

Cuando ya todos habían subido al carruaje, el cochero cerró la portezuela, pero antes de hacerlo preguntó a la joven cuál habría de ser el destino.

-¿A dónde, señorita?
-Hacia el Crystal Palace... Al Número 12 de Farquhar Road
-le dijo con tono amable.

El curtido hombre se llevó la mano al ala del sombrero y cerró la puerta. Apenas unos segundos después el carruaje se había puesto en marcha.

No respondió a la pregunta de Claxton.

Cargando editor
22/03/2011, 21:04
Edward Nelton

Sube al carruaje de la joven dama, expresando su gratitud con una leve reverencia de cabeza y un simple "gracias".Se sienta en unos de los sitios que había, esperando a que el carruaje comenzara su camino, el cual finalmente lo hace.Parecía que claxton pudo unirse a la fiesta en el último momento, y d enuevo volvían a estar todos juntos.

-Bueeeno..- suspira observando al perro atentamente, como si quisiera indagar en sus pensamientos y saber que sentía en esos momentos-.Un gran compañero sin duda.Parece ser fiel y protector hacia su persona.Me pregunto que le incitará a hacerlo, quizás ¿amor? o ¿miedo a ser castigado?- preguntaba a la señorita mirando de nuevo al perro.

Cargando editor
22/03/2011, 21:09
Edward Nelton
Sólo para el director

Notas de juego

Voy a jugar un poco con los poderes.Uso control mental con el perro, incitándole a lamer la cara de Wytham.Si puedes mantener todo esto en privado mejor, sino no tiene gracia.

Cargando editor
22/03/2011, 21:35
Director

Goliat se levanta, se sienta sobre sus cuartos traseros y propina a miss Wytham un épico lametón cariñoso en plena cara.

Notas de juego

...a veces los perros hacen cada cosa XD

Cargando editor
22/03/2011, 23:44
Christine Wytham

-¡¡Nohmmmm!! -se oyó. Christine emitía ese sonido mientras mantenía los labios apretados y arrugaba nariz y ojos ante el lametón que Goliat acababa de darle por asalto.

Lo apartó con la enguantada mano, sin brusquedad. Notábase afecto, pero al mismo tiempo firmeza, en el trato que daba al can.

-¡Goliat! -exclamó, pero ni había alzado la voz, ni lo suyo era un regaño, muy por el contrario, daba más la sensación de que hacía morritos ante la muestra de afecto del perro. El afecto que Christine tenía hacia su mascota era innegable.

Miró a Nelton y sonrió, divertida, con una frescura y jovialidad que sin duda sorprendió a sus compañeros, en especial porque del breve tiempo que llevaban de conocerla no daba la impresión de ser persona muy alegre que digamos.

-¿La respuesta de Goliat le satisface? -preguntó en parte divertida y en parte avergonzada por lo sucedido, mientras que sacaba de su bolsa de mano un pañuelo perfumado, mismo que comenzó a pasarse por el rostro secándose las babas del perro.

Cargando editor
23/03/2011, 00:45
Edward Nelton

-Sin duda alguna, ha quedado muy claro señorita Wytham- le responde con una amable sonrisa cruzándose de piernas y apoyando por completo su espalda en el respaldo del sillón para estar más cómodo, esperando que alguno de los allí presentes lanzara algún tema del que hablar, o simplemente queda espectante de lo que pueda ocurrir allí adentro, mientras miraba el paisaje por la ventana del carruaje.

Cargando editor
23/03/2011, 00:59
John Kwanon

Me acomodo en el asiento lo mejor que puedo, estar con tanta gente en un espacio tan reducido hacia años que no me pasaba.

Notas de juego

pnjotizado

Cargando editor
23/03/2011, 00:43
William Claxton

Observe la escena divertido por la espontánea reaccion del perro, y el embarazo de su dueña.

- No puede negarse que ese animal tiene buen gusto - dije con un tono que por primera vez en las ultimas horas no reflejaba cinismo. - Estan todos muy callados queridos compañeros, nadie diria que vamos a una fiesta. Su animo casi parece mas apropiado para un velatorio. Bien, de acuerdo, imagino que habra que entretener al publico si es lo que el publico pide. - acompañe mis ultimas palabras por una amplia sonrisa - Una vez conocí a un hombre que trataba de enseñar a su burro a no comer. Cada dia le reducía la comida un poco, para que se fuese acostumbrando. Un dia me lo encontré en el mercado, y con lagrimas en los ojos me dijo "que desgracia amigo mío, no bien logre que aprendiese, y se me muere".

Cargando editor
23/03/2011, 01:04
Christine Wytham

Parpadeó estupefacta ante la ¿broma? que acaba de hacer el señor Claxton. La sonrisa había desaparecido de su rostro.

-Tiene usted un sentido del humor bastante obscuro, señor -dijo a Claxton-... Será que soy muy cerrada de mollera o yo que se, porque no acierto en comprender qué gracia puede tener matar a un burro o a cualquier otro animal de hambre.

Apartó la mirada hacia el exterior y se mantuvo así hasta que Goliat apoyó la cabeza en su regazo. Como por arte de magia las facciones de su rostro volvieron a suavizarse. Le acarició la testa y suspiró, sería un largo viaje pese a lo corto del trayecto.

Cargando editor
23/03/2011, 02:26
Eli MacKintosh

Cuando el perro se acercó a darle lametones a su dueña, él no pudo evitar sonreir. Luego, miró a los presentes con cierta curiosidad. Ya estaban trabajando juntos y a penas les conocía de vista. Claxton parecía el más... extravagante. Y quiso romper el hielo, aunque con un chiste bastante inapropiado para una dama, la cual estaba presente.

-El señor Claxton solo quería romper el hielo -dijo- A su manera...

Parpadeó, mirándole. Apoyó luego una mano sobre la empuñadura del bastón, y sus dedos repiquetearon sobre el pomo de forma inconsciente.

-Lo cual me lleva a repetir mi pregunta velada de antes, pero ahora con razón de ser. Ya que tenemos que trabajar juntos, no estaría mal saber que talentos, tanto especiales como mundanos, posee cada cual.

Respiró hondo, manteniéndole la mirada.

-Señor Claxton, haga usted los honores.

Cargando editor
23/03/2011, 08:03
William Claxton

Sonrei ante la pregunta del coronel.

- Oh, bueno, habilidades... veamos, esta mi sentido del humor, mi simpatia natural, y bueno, si hablamos de habilidades realmente utiles, conozco del primero al ultimo todos los burdeles de esta ciudad... aunque dudo que tengamos tiempo para ese tipo de actividades mi querido coronel, lo dejaremos para otro momento si le place...

Hice una pausa larga esperando a ver si la cara del coronel cambiaba de color antes de añadir, ahora con un tono mas serio.

- Sinceramente, señor MacKintosh le agradezco el interes por mi persona, pero aunque puedo parecer dotado de una personalidad exuberante, en realidad soy de naturaleza introvertida... Pero puedo decirle sobre mi pasado que en una ocasión estuve con el Emperador Cesar Augusto, y durante un paseo encontramos a un hombre que se le parecía extremadamente, así que el emperador le pregunto, “oiga, ¿es posible que su madre trabajase en el palacio hace unos años?” y el hombre respondió “no, aunque mi padre si”

Cargando editor
27/03/2011, 01:06
Christine Wytham

Christine fijó sus ojos en Claxton mientras éste hablaba enarcando una ceja tras oírlo. Batió sus largas pestañas con parsimonia y se observó las manos acomodándose los guantes. Goliat se había echado en el piso del carruaje y parecía dormir. La joven Wytham dulcificó la mirada por un instante mientras observaba a su can, cruzó las manos sobre su regazo y volvió a fijar la vista en Claxton. Ciertamente no tenía el dulzor que segundos atrás, pero más allá de resumar algo de indiferencia y hastío, no resultaba hostil.

-Inmortalidad -dijo y miró a MacKintosh-. Eso o goza de una vida tan longeva como la suya, coronel. ¿Me equivoco? -preguntó a éste- Porque cuando se puso usted a hablar de esos cuadros es lo que dio a entender. ¿Estoy en lo cierto?

Cargando editor
27/03/2011, 08:52
William Claxton

Ante las palabras de Cristine comence a reir y aplaudir, como lo haria un niño al que le han sorprendido con un truco durante la funcion.

- Que divertido. Y conveniente, pues empezaba a quedarme sin chistes. - poco a poco deje de aplaudir, peo mi sonrisa no se borro - ¿Jugamos otra vez?

Cargando editor
27/03/2011, 18:36
Eli MacKintosh

Escuchó al señor Claxton, parpadeando. Él no había vivido tanto tiempo, ni mucho menos. Pero aún así, no se había vuelto tan... tan... Claxton tenía un problema de actitud. Aunque si no puedes morir, es normal que te creas que eres superior a los demás. Parpadeó cuando rió, dejando de acariciar al perro.

-Al menos se lo pasa usted bien -dijo.

Miró luego a la señorita Wytham.

-¿Y que hay sobre usted, señorita? Aparte de lo evidente, por supuesto...

Cargando editor
27/03/2011, 18:48
Christine Wytham

Alzó ambas cejas.

-¿Lo evidente? ¿Y es qué es lo evidente según usted, coronel?

Torció el gesto en lo que bien podía interpretarse como una sonrisa.

-Mis habilidades se deben, en su mayoría, a mi crianza. Soy Asesora Financiera -hizo una breve, brevísima pausa. El que una mujer tuviera un negocio propio no era bien visto, pero aquello no era sino una muestra más de cuál era el carácter y determinación de la joven-, así que comprenderá que mi fuerte son los números. Se de tácticas militares y también se cabalgar y disparar con una pistola tan bien como el mejor de sus soldados. Poseo mi propia arma... y siempre cargo con ella. Ahora, si lo que usted quiere es saber qué es lo que me hace "diferente" al común de la gente, pues ahí la lista se reduce a tan sólo una cosa: Teleportación.

Cargando editor
27/03/2011, 20:40
William Claxton

Escuche la respuesta de la señorita Wytham, que al parecer podía llevar cosas lejos, algo me hizo pensar que debía existir algún tipo de diferencia entre su forma de llevar cosas lejos y la del cochero, pero decidí que seria mas interesante descubrirlo que preguntarlo. Tras su respuesta respondí a la observación del Coronel.

- Al menos se lo pasa usted bien. - repetí sus palabras saboreandolas mientras se desvanecían en el silencio - No dude que lo intento, pero resulta arduo y sacrificado. Incluso a veces me veo obligado a inmiscuirme en asuntos que en realidad no me importan demasiado. Usted guarda los recuerdos de lo que presumo ha sido una vida breve y gratificante. Puede que la mia tambien fuese asi alguna vez, pero confie en mi, unos siglos mas, y no comenzara a tener dudas sobre cual es su nombre. Con el tiempo, el gran enemigo es el aburrimiento.

Cargando editor
29/03/2011, 18:46
Eli MacKintosh

Escuchó lo que dijo la señorita Wytham y reflexionó un momento. Como siempre, Claxton rompió sus pensamientos con nuevas disquisiciones, a las que él se limitó a asentir. Debía ser eso, en realidad. Tanto tiempo en este mundo, que se había aburrido mucho.

Luego, miró al hombre de la media melena.

-¿Y que me dice de usted, señor Nelton?

Cargando editor
29/03/2011, 22:07
Edward Nelton

-¡Vaya!, teletransportación, nunca me lo hubiera imaginado.Debe ser realmente interesante poder trasladarse al lugar que se desea- añade a la explicación de Christine para escuchar a Claxton, del cual desde un princpio se había imaginado cual sería su poder por las indirectas que soltaba.

-Veo que mis acompañantes han vivido muchas experiencias, lo cual envidio- terminó por decir cuando el Coronel el dió paso a este para hablar de su peculiaridad.

-Bueno...se podría decir de forma sencilla que soy capaz de controlar las mentes y los deseos de cualquiera que desee- comenta brevemente con una ligera sonrisa y una mirada interesante.

Cargando editor
29/03/2011, 22:36
Christine Wytham

Christine entornó ligeramente los ojos. Miró a Nelton, después a Goliat y nuevamente a Nelton. Entreabrió los labios, por su expresión parecía haber descubierto algo, o cuando menos habérselo imaginado y lo cierto es que por su expresión parecía causarle gracia.

-¿Me va a decir que...? -hizo una sutil seña con la siniestra para indicar a Goliat. Su mirada tenía un divertido brillo- ¡¡Es usted un bribón, milord!! -exclamó, jovial.

Delicadamente se llevó la diestra a la boca, carraspeando con disimulo y volviendo a adquirir una postura y actitud más seria.

-El alcance de mi teleportación no llega a tanto aún -explicó-, puedo trasladarme algunas decenas de metros por vez, pero luego necesariamente he de descansar o de lo contrario corro el riesgo de perder el conocimiento. El desgaste energético que me significa es considerable.