Partida Rol por web

Tu cuerpo se torna completamente blanco... blanco y frío como la nieve...

Ya no sientes más el frío que te rodea, ni tampoco te hundes ni un milímetro en la nieve...

En ese momento, una voz, dulce como la miel pero maligna como el demonio resuena en todo el lugar.

¡Elfa! ¿Qué has venido a hacer a este lugar? No puedo estar tranquila en ningún sitio. Lo único que deseo es estar sola... sola y tranquila. Pensaba que nadie me molestaría dentro del volcan, pero veo que no estaba en lo cierto.

No sabe de donde proviene la voz, sin embargo, se agacha al suelo como una reverencia.

Perdone mi intromisión... venía a buscar unas piedras de colores pedidas por el troll de la puerta y me he encontrado con este castillo. Mi curiosidad no ha podido evitar que entrara dentro... ruego que me disculpe. Mi nombre es Eärwen, y soy elfa de Ellesmera.

Al fin y al cabo, no había dicho ninguna mentira.

¿Unas rocas? ¿Dentro de un castillo? La bruja se materializa sobre uno de los picos de los glaciares del lugar mientras lentamente avanza hacia ti.

Esto me huele a mentira... la verdad. Eres una elfa, de eso no hay duda... pero creo que buscas algo mas que unas simples rocas. ¿A Tamurello, quizás?

Sonríe.

¿A Tamurello? ¿Aquí? ¿Cómo voy a buscar a Tamurello aquí? Si ya sé que no está... de todas formas, no, ahora mismo no me interesa Tamurello.

No hace ningún movimiento raro aparte de levantarse y quedarse mirando la chica... y se prepara por si tiene que coger rápido el arco y las flechas.

Tu voz dice una cosa, pero tus actos dicen otra cosa, Elfa. ¿A qué le tienes miedo? ¿A Tamurello? ¿A mí? Sé muy bien lo que estás buscando... por qué no eres sincera conmigo. La verdad es que mi vida es muy aburrida aquí encerrada sin contacto con el exterior, pero bueno, este es mi castigo. No sé como me has encontrado, pero seguramente Tamurello ya sepas que estás aquí. Te dice la bruja acercándose un poco más.

Suspira y mira a la chica como se va acercando.

¿Eres su sanedrina?

Pregunta ya sin vacilaciones, si la chica no vacila... Eärwen tampoco.

Algunos me llaman así... pero para mí, soy una creación del aburrimiento de Tamurello... ¿Has venido a cazarme, verdad? Te pregunta con una sonrisa en sus labios. ¿Puedo hacer algo para que recapacites en tu misión?

No parece mala chica...

¿Por qué tengo que matar a una chica que parece buena persona...? Claro que podría parecerlo, únicamente...

Tengo que terminar a Tamurello antes de que termine esta semana. - le responde, se aprieta el puño con fuerza - Es mi misión... y para ello, tengo que eliminaros a los sanedrines también, ¿me equivoco...?

Sí. Es una posibilidad. Si eliminas a mi hermano y a mi, Tamurello no podría sobrevivir mucho tiempo... y aunque si matas a mi hermano no me molestaría en absoluto, quiero bastante mi vida como para permitir que me la quites... Te dice la bruja, sin dejar de sonreir.

Aunque yo preferiría acostarme con él y envenenarlo en plena noche. No morirá, al igual que con la otra opción, pero desaparecerá durante unos miles de años... también puedes engañarlo si lo deseas... aunque la primera opcion es... más placentera. ¿Te han dicho que le encanta transformarse en animales?

Se la queda mirando... no, no parecía mala.

Pero no puedo permitirme el lujo que Tamurello vuelva... aunque sea en miles de años. Y además no puedo acostarme con él... y tampoco quiero. Pero tampoco quiero matarte a ti.

Suspira... cansada.

Cielo... entonces solo te queda intentar engañarlo con algun tipo de apuesta que te otorgue ventaja. Sólo sé que nunca rechazaría una apuesta... Te dice la bruja.

Con respecto a su regreso... la esencia de los magos nunca se pierde. Al final, tarde o temprano, regresan encarnados en otra persona. Pero bueno, esos milenios sin su presencia... son una bendición.

Arquea una ceja, desconfiada...

¿Y tú por qué intentas darme ideas? Es algo así como tu padre, ¿no? ¿Él no te importa?

¿Mi padre? Querrás decir mi creador. Él no es mi padre... es la persona que utilizó su Esencia para crearme. Después, me utilizó como quizo, golpeándome y violándome cada vez que quizo. No podía resistirme, es mi creador y le debo obediencia. Cuando se cansó de mí, me mando aquí, dentro de este volcán. Su voz parece quebrarse por un segundo. Sola.

Levantó la mirada, buscando sus ojos, su mirada... casi podía palpar su dolor, aunque ella nunca lo hubiera experimentado, aunque sin padres... Eärwen había sido bastante feliz, y nunca se había encontrado absolutamente sola.

No podía matarla.

Entonces... voy a tener que engañar a Tamurello con alguna apuesta. Pero no sé qué se le da mal... él es un mago muy poderoso, necesito jugar con ventaja. ¿Puedes ayudarme? - sonrió son sinceridad. - No voy a matarte... creo que no te lo mereces. No debes pagar tú por los cometidos de tu creador.

No lo sé. No sé en que puede ser malo o bueno. Lo único que sé es que no rechazaría una apuesta, cualquiera que sea. Además de eso, no sé como podría ayudarte yo. No soy muy vieja y mis conocimientos son sólo los que he recibido por parte de Tamurello. Te dice aclarándose un poco la voz.

Asiente.

De acuerdo... entonces... necesito pedirte un último favor... ¿a dónde puedo encontrar 10 rocas de colores?

Y esboza una leve sonrisa.

¿Diez rocas? ¿De colores distintos o del mismo color? Por que aquí abundan las rocas rojas y amarillas... aunque no sé si quieres algún otro color. Fuera del castillo hay miles de ellas, pequeñas y enormes. Puedes coger las que quieras. Te dice la bruja señalando la puerta por donde has entrado.

Le llevaré de varios colores, sí...

Hace ademán de irse, pero vuelve a mirar a la chica. - ¿Hay alguna otra salida que no sea cruzar el volcán?

Sí, es fácil. Solamente sal por esa puerta y... despiensa. No se me ocurre otra forma de salir rápido de aquí. Te dice la bruja. ¡Ah! Y si ves a mi hermano, dale un saludo de mi parte antes de matarle, ¿si?

Descuida... - se gira para empezar a andar hacia la salida, y mira a la chica una última vez - Y estate escondidita una temporada, voy a decir que te he matado... ya se sabe, el honor de los elfos y estas cosas, te vendré a visitar a menudo, ¿sí?

Le sonríe y al recibir su respuesta sale del castillo y empieza a coger piedras de todos colores.

Me van a matar por eso. Soy imbécil si pienso que no se van a dar cuenta de que no me la he cargado. Estoy muerta.