Partida Rol por web

- Huir - resumió Darina con voz queda. Nunca había sido un deseo consciente en su vida, aunque era lo suficiente sincera consigo misma como para reconocer que muchas veces hubiera deseado ser otra persona. Cuando era más pequeña, incluso había envidiado a las hijas de las sirvientas: tan libres, sin necesidad de ser comedidas n icuidar sus gestos o su lenguaje. Pero... -. Aunque quisiera eso, aunque pudiera hacerlo... ¿qué dejaría atrás? ¿Qué pasaría con la Casa Tilverton? Me pregunto si no se tergiversarían más los hechos y mi desaparición no sería considerada otro acto de traición por su parte.

Con dedos nerviosos, empezó a deshacerse la trenza de forma distraída.

- Es cierto...perdona. No se porqué se me ha pasado esto por la cabeza, supongo que no soy de los que piensan mucho las cosas. No envidio para nada a nuestro primo William, el pobre... ¿Lo has visto estos últimos días? Parecía que tuviese un palo metido por el trasero! - Jon se levantó y empezó a imitar la forma de moverse de William cuando hacía de Lord Tilverton. - Estoy seguro que lo hará bien, es una de las mejores personas que conozco. En cierto modo, no estamos ni a mitad de camino y ya me parece que llevamos una eternidad lejos de casa...

Sin darse cuenta, había estado mirando fijamente a Jon, sin parpadear. Decidió callarse la pregunta de por qué le había sugerido que se fugara, puesto que él hacía esfuerzos por animar la conversación y había logrado hacerla reir con la imitación del pobre William.

- ¿Por qué has venido con nosotras? ¿No hubieras preferido poder esperar a tu padre o estar con William?

Mientras tanto Aryan saludaba a Brian Piedra, a quien al principio no había reconocido.

- ¡Vaya Brian! ¡Estás muy bien! Me alegra mucho que te hayan escogido. Ojalá yo tuviera alguna posibilidad, dijo mientras imitaba luchar con una espada. Bastante bien por cierto. Después miró a Nym y le silbó para que vinera. Mira lo grande que está Nym.

Aryan se alegraba de tener otra cara conocida cerca y en la que confiar, pues en Desembarco del Rey tendría pocas posibilidades de hablar así tan tranquilamente y sin tener que medir sus palabras.

Brian miró al gato sombra y exclamó:

- No puede ser! Crece muy rápido!- Brian sonrió.- Me alegra que no se separe de ti, es tu escolta personal eh?

- Me temo que a Lady Aryan no le hace falta un escolta, pero de ser así, ese honor sería mio.- dijo una voz a sus espaldas.

Ambos se giraron y descubrieron a Hug Llohart. Esta vez iba solo y sus guardias estaban montando una tienda junto a las otras.

- Mozo, creo que tu señor te busca.. Ah! Aryan, me harías el honor de pasear conmigo hoy?

Brian hizo una pequeña reverencia agachando la cabeza.

- Lady Aryan, ha sido un placer poder hablar con vos.

- Gracias Brian, me alegro que hayas venido dijo con una sonrisa, y le hizo después una mueca a Hug cuando Brian ya se había marchado.

- No seas tan grosero, es un amigo, dijo girándose para acariciar a Nym, ¡Qué fastidio!

Después dando a entender que daría ese paseo con él, se acercó a él y juntos caminaron un buen rato en silencio hasta que Aryan no pudo contenerse más.

- Comprendo que estás aquí para cuidar de mí, seguro que Will te lo ha dejado bastante claro, pero no de Brian, seguramente al igual que tú, es de las pocas personas en las que puedo confiar y con las que puedo hablar tranquilamente. No me quites eso también. Ya en Desembarco del Rey me será imposible hablar con él o ni siquiera mirarle sincrear recelo o ... iba a decir traición pero se contuvo.

- Aryan, comprendes el motivo por el que estoy aquí verdad?- Hug estaba con el rostro totalmente serio- Estoy cansado de estos jueguecitos, en Desembarco del Rey hablaré con Lord Arryn para acelerar nuestro matrimonio, que espero que se lleve en breve, y después tú me acompañarás al Norte, ya es hora de que conozcas mi familia y el sitio dónde vivirás. Nos conocemos desde hace años, pero ya no somos niños, estoy aquí para llevar a cabo nuestro compromiso.

Aryan le miró estupefacta, no te hacía tan impaciente dijo y se dio la vuelta, no quería que la viera poner cara de desear matarle allí mismo. A partir de ahora tendría que aprender a contenerse.

- Me encantará conocer a tu familia y el Norte, siempre que querido ir a visitarlo. Pero todo a su debido tiempo. Primero tengo que probar que mi casa no ha traicionado a la Mano o al Rey. suspiró profundamente. Además, ya sé que no somos niños, pero no me obligues a comportarme como tal. Dame algo de margen, todo esto es... es duro, ¿Sabes? Dejarlo todo no es nada fácil. Tú no eres el que tiene que dejar atrás familia y hogar... y empezar en un lugar nuevo. Suponiendo que consigas que me case contigo, pensó fuertemente. Por cierto, ¿por qué tienes tanto interés en convertirme en tu esposa? Ahora precisamente no soy la mejor opción, podrían acusar a tu casa de traición también.

- Claro que primero debe aclararse la situación de vuestra Casa, pero dudo que la cosa vaya a más, cuando Jon Arryn escuche a tu madre seguro que no habrá ninguna acusación más, no debemos olvidar que aparte del Señor del Nido de Águilas, es la Mano del Rey. Por otra parte, nuestro matrimonio sigue siendo conveniente para nuestras familias. Debo admitir que me gustaría que te comportases más como una dama de tu posición, pero tu fuerte carácter no me desagrada y con el tiempo ya se pulirá.

Jon miró a Darina y después volvió la vista hacia el campamento.

- Volvamos ya al campamento o irán en nuestra búsqueda preocupados.- sonrió a Darina aunque su sonrisa tenía un matiz triste.- Hubiese querido esperar a mi padre, ciertamente, pero creo que aquí seré de más ayuda. William tiene al maestre, y creo que estará mejor con sus consejos que con mi nerviosismo...no precipitase yo una guerra...

Fueron avanzando y divisaron ya las primeras tiendas.

- ¿No te desagrada? ¿se pulirá? Si pretendes que me convierta en una dama ñoña y aburrida, creo que no vas a conseguirlo, ya puedes ir pensando en buscarte a otra... seguro que hay más damas que son convenientes para ti y para tu casa. dijo enfadada y se alejó sola con Nym.

¡Será! ¡Espero que ...! grrrrrrrrrrrr se enfureció consigo misma por todo lo malo que se le ocurría ahora mismo con respecto a Hug Llohart. Comprendo que desee el matrimonio, incluso que sea por el bien de su casa, pero que quiera convertirme en una de esas remilgadas. Eso no lo consentiré nunca.

- Tienes razón, volvamos. Y sabes, a mí sí que me ayudas estando aquí. Aprecio tu compañía y tus ideas de fuga - comentó con una leve sonrisa, intentando distraer al muchacho -. Eres como un soplo de aire fresco en un día especialmente caluroso.

El carácter abierto y simpático de Jon realmente aliviaba las preocupaciones y el ambiente tenso en el que se había sumido desde que habían dejado atrás la Casa Tilverton. Seguía sin sentirse feliz y sabía que el pánico y las dudas volverían a ser sus compañeras de cama esa noche pero Jon había logrado que durante un rato pudiera observarlo todo como si no fuera del todo real, como si tuviera control sobre la situación.

Aryan se alejó un poco de la zona más concurrida del campamento y sobretodo se alejó de Hug Llohart que había conseguido sacarla de sus casillas... de nuevo...

Paseó un rato con Nym para despejarse y tratar de no gritar o montar algún numerito de los suyos. Ahora ya no estaba en casa, y no tenían porque soportarla. No podía permitir que su genio la pudiera poner en apuros, a ella o a su familia.

Al cabo de un rato Aryan vio a Jon y a Darina que estaban regresando al campamento.

- Es agradable saber que soy de ayuda- decía Jon.

Aryan no quería molestarles, además no estaba de humor para las bromitas de Jon, sus piques eran bien conocidos por todos.

Pero era demasiado tarde para esconderse y huir no sería bien visto, no allí, quizás en casa... Aryan suspiró. Deseaba tanto volver a casa y olvidar aquel viaje, además de a Hug Llohart, por el que ahora mismo no sentía ningún aprecio.

Sonrió a su prima, a sabiendas que notaría su disgusto, pero no le importó poco más podía hacer.

- Deberíamos volver para ir a la posada, querida Darina. Jon ¿Vendréis con nosotras?  se mordió la lengua en cuanto lo dijo, pues sabía que Jon aprovecharía para echarle en cara que no podía estar sin él, o que siempre necesitaría un hombre que la cuidase, etc, etc...

Iba a contestarle a Jon con una sonrisa en los labios cuando apareció su prima. ¿Querida Darina? ¿Vendréis? Enarcó una ceja mientras miraba en derredor, por si había algo que provocara esa formalidad en su prima. Por si a caso le siguió el juego, aunque ella misma debería actuar siempre así.

- Lady Aryan. Tenéis razón, deberíamos ir ya - a pesar de sus palabras, su cara era un interrogante.

Jon estuvo a punto de echarse a reír pero se contuvo.

- Me temo milady Aryan que tengo que quedarme con los hombres de vuestro señor padre.- dijo alegremente.- Creo que Lady Elisabeth os está buscando.- y señaló hacia las tiendas dónde la madre de Aryan estaba preguntando por ella a los caballeros juramentados de la casa Tilverton.

Jon se despidió para ir a ayudar a algunos de los hombres en la preparación de las hogueras para la noche. En parte Aryan se imaginó que el ambiente de la noche entre los soldados y caballeros debería ser más buena que en una posada en medio de un camino, pero la decisión estaba tomada.

Lady Elisabeth se acercó donde ellas estaban:

- Ser Ulric dice que partiremos hacia la posada en breve, será mejor que vayamos hacia el carruaje. Hija...¿has hablado con Ser Hug?- dijo la madre de Aryan.