Partida Rol por web

"ATENCIÓN. NAVE FUERA DE CONTROL. SE RECOMIENDA EVACUACIÓN. IMPACTO EN DOS MINUTOS."

Por si alguien tenía dudas, aquella voz no dejó lugar a ninguna de ellas. La nave estaba herida de muerte y se dirigía al encuentro y colisión con la estrella y la Sevastopol, mientras afuera, Snow, Jack y Amber aún estaban de camino. Pero ahora el objetivo no era otro que salir de allí.

La Torrents había iniciado un curso errático que la llevaría a la destrucción, con ellos dentro, a no ser que saliesen de allí.

Pero si acaso no era suficiente, un extraño ruido os hizo girar la cabeza. De la parte superior del techo del pasillo, camuflado entre los cables y las tuberías, una figura conocida descendió al suelo, mientras la nave se hacía añicos y vuestras esperanzas también.

El salto estaba siendo bueno, pero algo no iba como debía. La Torrens, en lugar de mantenerse, se estaba acercando peligrosamente a vosotros, a la Sevastopol... y a la estrella.

Estaba sin control.

Parecía claro que ni Gaby ni Jerico habían conseguido recuperar el control de vuestra nave, y ahora se dirigía hacia vosotros para aplastaros y arrastraros con ella a la destrucción que, sin duda, les esperaba a ella y a la estación.

De repente, entrar en la Torrens ya no era tan interesante como antes; más bien... evitarla.

- ¡No hay tiempo! - Gritó la piloto. - ¡La Torrens está dañada, es imposible repararla en tan poco tiempo! - Argumentó. - Jerico... ¿crees que podrías tratar de desatascar los cepos de la lanzadera? - Le preguntó. - Yo mientras tanto, trataré de recuperar el control de la na...

No acabó la frase, uno de aquellos seres se había colado en la Torrnes y ahora amenazaba con acabar con todos ellos. En esos momentos, la opción de retomar el control de la nave era una completa pérdida de tiempo, pues si alguno de ellos se entrentenía a hacerlo, acabaría siendo presa de aquel ser. No, sólo quedaba a alternativa de correr y trata de escapar en la lanzadera. En esos momentos echaba de menos a Snow, incluso a Jack.

- ¡Corred! - Gritó Gabriella, quien sabía que enfrentarse a aquella cosa en una batalla cuerpo a cuerpo era de todo inútil. 

Y fue en el preciso momento en que dijo aquello cuando salió corriendo, pero sin dejar de mirar hacia aquella cosa. Al girar la cabeza, se encontró de frente contra el afilado saliente de un componente de la nave y se dio de morros directamente contra éste. Gabriella acabó en el suelo, aturdida y dolorida. Estaba perdida, pero eso no lo sabía ella en esos momentos, pues el golpe había sido duro y había perdido por un momento la consciencia de donde se encontraba y contra que se enfrentaba.

Matame Erica y acaba con mi sufrimiento!!!! XD

Maldito capullo!! grite al ver como Snow tiraba de mi para... tenerme mas cerca de él y es que su obsesión por mi trasero ya comenzaba a ser enfermiza pero al ver como la Torrens se abalanzaba hacia nosotros para hacernos tortilla sabia que el quedarme con él no era una buena idea.

Que tendra esta cara que todos la quieren?? me preguntaba mientras estiraba a ese imbecil para que la Torrens no acabara con su amargada vida

-¡NO JODEEEER!-chillé dándole un fuerte puñetazo a la consola con ambos puños enfurecido y saturado por los desastres que se sucedían uno tras otro-está bien, intentaré soltarlos-dije con la frente perlada de sudor y con las pocas esperanzas que me quedaban esfumándose a cada segundo que pasaba, no quise decir nada, pero con aquellos fallos en cascada, no me extrañaría que aquellos cepos no se abriesen, pero debíamos de intentarlo todo, agotar todas las opciones, así que volví a teclear sobre la pantalla.

-Increíble, la hostia que le he dado a la consola y funciona-mascullé pero entonces Amanda entró en modo fatalista, que por otro lado era lo más realista y me abrazó, me pilló desprevenido, pero la entendía así que respondí a aquel abrazo lleno de desesperación y casi despedida-Vamos Amanda...aún nos queda una oportunidad, esa lanzadera puede ser nuestra salvación si consigo...no, ¡no puede ser, puto bicho!-exclamé al ver aquella bestia aparecer ante nosotros. Como acto reflejo me solté de Amanda y la puse tras de mí protegiéndola mientras sin perder de vista aquella bestia, terminaba de acceder a aquellos cepos-Si joder-mascullé para luego mirar a Amanda-Ve con Gabby, la lanzacera está suelta podréis salir a recoger a los demás que siguen en el exterior...yo intentaré distraer a esa cosa..-mascullé mientras miraba a aquel monstruo fíjamente, sabía que sería mi fin, pero ellos debían de escapar, aunque fuera lo último que hiciera en mi vida.

Finalmente, Jerico logró soltar los cepos de la lanzadera, y esta se estremeció junto con el resto de la nave. No había tiempo que perder, así que Sarah y la doctora, Amanda, y Gaby os metisteis dentro de un salto, uno detrás de otro, dejando la escotilla abierta para que entrase en último lugar el ingeniero.

Jerico se quedó fuera, pero todavía había tiempo de entrar. Claro que la criatura no le había pasado desapercibido todo lo que estaba sucediendo y se dirigió hacia Jerico rápidamente, golpeándole con sus brazos y lanzándolo contra la mampara más próxima. 

El dolor en la espalda al chocar no fue tan duro como el convencimiento de que iba a morir. Delante tenía a un monstruo que parecía tener más vidas que un gato y no era precisamente gatos lo que comía. Era personas como él mismo.

Mientras tanto, desde el interior de la lanzadera visteis a las tres figuras, Snow, Amber y Jack, que se acercaban a vosotros, o más bien, que estaban a punto de estrellarse con la Torrens.

Gabriella, aún aturdida tras el último porrazo, se colocó a los mandos de la lanzadera. Sólo de pensar en que pudiera volver a cagarla, ya empezó a sudar la gota fría. Veía los controles de la lanzadera. Los conocía a la perfección. Nada podía salir mal. Entonces, trató de poner en funcionamiento el transporte y lo logró. 

La sonrisa duró sólo un momento, pues enseguida, la lanzadera fue atraída por la órbita de la estrella y de forma violenta empezó a desplazarse hacia ésta. Gabriella golpeó el panel de control. No entendía nada de lo que estaba sucediendo. Se creía una buena piloto, pero lo cierto era que estaba demostrando todo lo contrario. Sin duda era su final. Ya no podía hacer nada por salvar a sus compañeros ni por salvarse a si misma.

Se puso en pie, se llevó las manos a la cabeza y casi catatónica trató de poner la mente en blanco esperando su final. Esperaba que al menos no fuera dolorosos y que fuera rápido. Barret se había rendido. Lógico, pues cada cosa que tocada era un nuevo estropicio.

- Lo siento... - Dijo muy bajito. - ...lo siento de verdad....