Partida Rol por web

Ey Hudson, ¿tienes miedito como siempre?, ¿quieres tu vasito de leche?-Digo mientras me relajo en mi asiento.

La sensación de ingravidez apenas inquietó a Bishop. El tiempo de descenso se concentro en comprobar todos los sistemas del vehículo de asalto con el que iban a explorar el planeta y llegar hasta la colonia.

En ocasiones, sus compañeros se burlaban de su minuciosidad, pero eran este tipo de rigurosos controles los que en las ocasiones más complicadas podían marcar la diferencia entre cumplir la misión o fracasar.

Las voces de fondo, con las típicas bromas de Vasquez al resto de marines sonando por encima del resto, servían como ruido blanco junto al bufido de la nave, que inexorablemente se avalanzaba sobre el planeta...

En cuanto la nave se desenganchó, mi cuerpo volvió a sentir esa sensación que antaño se sentía cuando montabas en una cochambrosa montaña rusa qeu se caia a pedazos. Nuestros cuerpos, a pesar de estar perfectamente sujetos, se zarandeaban en el asiento en el poco espacio que les quedaba, las tripas se revolvían y la cabeza daba más vueltas que en una noche loca de copas. Y a persar de todo... ¡EL CABRÓN DE HICKS SE HABÍA VUELTO A DORMIR! En serio, lo de este hombre no es normal ¿Como coño lo hace? Yo con una jaqueca de cojones y él durmiendo plácidamente.

Intento concentrarme en un punto para evitar el mareo cuando la voz de Vasquez se alza sobre el ruido de hierros renqueantes y maquinas silvantes. Oir una tontería funciona como un bálsamo y olvido momentaneamente el mareo.

-Eso sería un detalle por tu parte, pero solo si me lo traes con delantal y uno de esos gorritos tan monos de chacha.-

Tan pronto como termino la frase, el mareo vuelve a apremiar. Estoy harto de esto, juro por Dios que esta es la última vez que me subo a una puta nave de descenso

Eso se lo dejo a la nueva blanquita. No se quien te gustará más...pero bueno, me la suda.-Digo mientras observo el reloj de dentro del APC.

Está visto qeu Vasquez me va ha hacer el viaje mucho más apacible, eso es algo uqe siempre se agradece.

-Sabes que no puedo resistirme a tu feminidad y a tu delicadeza- La nave da un fuerte tumbo que me hace callar de golpe, que ganas de llegar -Pero no te preocupes, te llevaré al viaje de graduación si así lo quieres-

Una nueva sacudida, tengo el desayuno en la garganta. menudo viaje final si termino echando el desayuno sobre mis compañeros. No lo consentiré, el cachondeo les duraría demasiado, ya lo veo en mi lápida "El muy imbecil vomitó como un novato en su último salto orbital". Es curioso pensar en algo tan futuro y ver a mis compañeros junto a la lápida. Supongo que es absurdo negarlo, aunque odio este trabajo, he hecho buenos amigos y espero seguir en contacto con ellos... bueno, con Vasquez sería para pensarselo.

Otra sacudida fuerte, me estoy empezando a cabrear

-Pero que coño hace el piloto ¿Chocar contra cada roca espacial que encuentra?- No hay nada como compartir el cabreo para que se pase. Noto que mi cuerpo se relaja y la comida vuelve al estomago, al menos por ahora

Al empezar en descenso trague saliva y cerré los ojos con fuerza, la caída libre y la carencia de gravedad me ponía los pelos de punta, nunca me he acostumbrado y nunca lo haré. Solamente me mantenía aferrado a los arneses con la cabeza mirando al techo y los ojos cerrados, rezando porque termine pronto. Por desgracia el piloto se había empeñado en chocarse con cada trozo de piedra perdida y eso no ayudaba a calmar los nervios y encima entre el ruido y golpes se escuchaban los putos ronquidos de Hicks, creo que ahora es cuando necesito alguna de las frases sosegadas de Bishop.-Bishop tio, di algo. Habla maldita lata.

Bajo la cabeza mirando al suelo, no quiero que vean mi rostro sudoroso por el miedo.

Asi pues ignoro las blasfemias de Hudson mientras la nave da tumbos.

Observo a Ghorman y su actuación-Eh jefe, ¿Quiere usted también algo de lechecita del papi Hudson?-Digo con un tono de fingida e irónica sumisión.

Si quiere cobrar cuando esto termine y no dedicarr el resto de su vida a la higiene de retretes mas le vale callarse la boca, vasquez, yo no hago descuentos a señoritas.
Digo sin levantar el rostro del suelo y con muy mal humor.
Una cosa es que se chullen entre ellos y otra muy diferente que me chuleen a mi.

El descenso la puso tensa. No por el acto en sí, estaba más que preparada para eso. Era por la posibilidad de volverse a encontrar con aquellos seres. Aún ni siquiera sabe por qué no dio media vuelta para abandonar a esos imbéciles cuando oyó  que podían encontrarse con la criatura. Será el haber perdido a su hija y su trabajo en poco tiempo, que hace que quiera salvar a esas almas perdidas y evitar que mueran.

Pero eso no significaba que participaría en sus niñerías. Mantenía la boca cerrada, concentrada en su descenso. Agradecida de que al menos Dallas la acompañe, solo alguien que vivió lo que ellos dos está preparado para lo que puede ocurrir. Aunque si no ocurre, mejor.

La nave entró en contacto con la atmósfera del planeta y se vio inmediatamente sorprendida por fuertes ráfagas de viento que zarandeaban el aparato de acá para allá. A pesar del fuerte bamboleo, Ferro seguía llevando el control de la nave con sorprendente habilidad, apenas impresionada por las terribles condiciones atmosféricas del lugar.

-Se recoge ionización en el casco -informó el copiloto.

-Entendido -contestó Ferro-. Tenemos turbulencias. Vamos a bailar un poco -escucharon los demás por el sistema de radio.

"Bailar un poco" era un eufemismo para la sensación de encontrarse dentro de una batidora que se agitaba hacia todas partes. La nave temblaba como si se fuera a desgarrar en cualquier momento y enviar a todos volando por los aires. Todos mantenían una expresión de dura concentración para evitar echar el desayuno excepto Hicks, claro está, que seguía durmiendo a pierna suelta con la boca abierta.

Después de unos minutos que se hicieron eternos la voz de Ferro volvió a escucharse.

-Alcance uno, cero, cuatro. Aproximación final -el aparato abandonó el cúmulo de nubes tormentosas y se acercó a la superficie. Las turbulencias cesaron y Ghorman pudo acercarse a los monitores de control para comprobar las cámaras de seguridad y el soporte vital instalados en cada uno de los marines. Hudson también abandonó su puesto para revisar por última vez todo el equipo. 

-¡Bailar dice! estamos metidos dentro de una puta centrifugadora y para colmo ¡Hicks sigue dormido!-

El descenso parece eterno y la turbulencia bestial. Vaya un último paseito espacial, casi podría apostar que lo han hecho a propósito. para que me lleve un buen recuerdo del cuerpo de marines. La papilla amenaza nuevamente con salir si no hago algo. Hago lo que mejor se me da, hablar.

-¡Oye! ¿Seguro que Hicks está vivo? ¿O es que alguna de vosotras señoritas le ha tenido ocupado en esas largas noches de hiper-sueño?-

El mareo remite... por un tiempo, me acuerdo de toda la familia del piloto mientras espero que la nave tome tierra. Por fin, el momento llega y con él, el inicio de la misión. Es hora de ponerse serios. Tras levantar los sistemas de seguridad y desengancharme los cinturones, me levanto y comienzo desde mi derecha a comprobar el equipo de todo el mundo, cámaras, radio y armamento. Lo hago mecánicamente, como en cada misión y lo hago bien. Seré un bocazas pero no pienso permitir que maten a nadie porque yo la cague. Si alguien tiene que hacerlos sufrir, que ese sea mi berborrea. Cuando termino con todos me dirijo al sargento, por primera vez desde que comenzara la misión, de manera seria y profesional.

-Equipo comprobado y listo señor-Tras lo cual me retiro.

Como queriendo recordarme el divertido viaje de antes, una pequeña arcada resuena en mi garganta. Trago algo de saliva antes de centrarme en alejar el sentimiento

-Vete a la mierda-

Ahora estoy preparado para lo que me echen.

-De acuerdo Hudson -contestó el sargento-. Muy bien, tren arriba ¡Dos minutos, nenes! ¡Animo!... ¡Y que alguien despierte a Hicks!

Los soldados se soltaron de los anclajes y se colocaron en posición mientras la nave descendía más y más. Ferro pulsó unos botones y las alas se desplegaron mostrando su mortífero armamento.

-Girando a siete, cero, nueve -informó la piloto- ¿Dónde están las malditas señales luminosas?... Ah, ya las veo.

Ante el aparato apareció por primera vez la colonia humana de Hadleys Hope y que todos pudieron ver a través de los monitores situados en el tanque. Ahora mismo sobrevolaban el procesador atmosférico. Una máquina totalmente automatizada que se encargaba de la terraformación del planeta. Más allá se veían las luces de la colonia propiamente dicha. No se veía actividad visible y los cierres antitormenta estaban sellados. La nave dio una vuelta lenta al complejo para inspeccionarlo. Desde allí, la estructura parecía intacta y seguían teniendo energía. Ferro se dirigió a la plataforma de aterrizaje donde se posó con una suave sacudidad. Inmeditamente Bishop puso en marcha el tanque APC que recorrió el tramo rocoso que le separaba de la entrada entre sacudidas.

-¡Diez segundos nenes, atención! -informó el sargento- ¡Muy bien, esta vez quiero una dispersión de verdad!

El vehículo se detuvo frente a la entrada abierta del complejo y Apone abrió la compuerta del tanque. Afuera llovía torrencialmente.

-¡Vamos, moveos! ¡Fuera, fuera!

Algo me golpeó en el hombro, unos dedos que agitaron mi cuerpo, lo que me indicó a un nivel inconsciente que era una persona lo que me agitaba, y no el traquetó del salto de entrada en la atmósfera. Aquello tuvo al virtud de despertarme de golpe, gracias a la fuerza de la costumbre, adquirida tras múltiples saltos a lo largo de mi carrera militar. Con esa misma costumbre, mi cerebro se despejó y mis sentidos volvieron a activarse como el motor de un avión que recupera potencia tras caer a plomo un rato, sin propulsión, y retoma su rumbo.

Tras el instante de paz interior otorgado por el sueño, escuché las indicaciones Ferro y las posteriores órdenes de Apone. Me preparé para el despliegue, colocándome en cabeza para liderar la salida tal como se esperaba de mi posición como cabo. En cuanto la puerta del APC se abrió alcé mi arma y salté hacia un lado, cubriendo mi avance y dejando espacio libre para el que me seguía. Alcancé una posición segura, comprobé que estaba despejado de peligro e hice una seña con la mano para que mis compañeros siguieran el despliegue.

- Objetivo a las 12 en punto -dije por el trasmisor general, llamanado la atención sobre un acceso cerrado que había delante nuestro nuestro, a varios metros- ¡Hicks a las 9 en punto! ¡Despejado! ¡Avanzad!

Cuando todos estuviéramos fuera del APC, comenzaríamos un avance cubierto, por parejas, con apoyo de unos a otros. Los Smartguns de Vasquezy Drake avanzarían hacia el objetivo, controlándolo, mientras el resto les cubríamos. Seguramente Frost o Hudson se me pegarían. Llevaba tanto tiempo con esos dos, que ya sabíamos como movernos sin decirnos nada. Una mirada de complicidad era suficiente a estas alturas de profesión...

Los soldados bajaron del APC mientras los observaba. Por suerte yo no tenia que mover un dedo hasta que hubiesen confirmado que no habia ningun peligro, asi que me conforme con disfrutar de las maniobras observando por encima del hombro de Gorman las pantallas que mostraban las imagenes que veian los Marines.

- Espero que sus hombres tengan cuidado con el equipo, Teniente.

No habia animosidad en mis palabras, mas bien al contrario, mi intencion desde el principio habia sido llevarme bien con Gorman y con los demas, pero era mi obligacion proteger los intereses de la compañia. Para eso me pagaban.

El aterrizaje fue como todos, aparatoso.
-Es increíble que Ferro realmente tenga el titulo de piloto.-Con este amargo pensamiento trague saliva y una vez se abrió la compuerta al exterior. Espere a que todos salieran antes de pisar el barro de aquella colonia.

-Perfecto el culo del negro siempre el ultimo.-Me autocompadecia mientras caminaba agazapado y apuntando hacia delante.
Hicks estaba despierto de nuevo y por su manera de moverse estaba claro que esa siesta no le había afectado lo mas mínimo, ese cabrón tenia unos nervios de acero, perfecto para estas cosas, a veces me pregunto hasta que nivel es humano, eso me recordó que Bishop estaba con nosotros y gire la cabeza para saber donde se encontraba.

Pero las palabras del cabo me obligo a continuar.

Bishop terminó de desabrocharse el arnés de seguridad del asiento y se levanto con tranquilidad. Lo cierto es que pese a la mejora de sus sistemas para imitar en lo posible a un ser humano, su comportamiento en algunas situaciones de tensión no difería del que tendría dando un sencillo paseo por un prado soleado.

Caminó junto a sus compañeros hasta la entrada del vehículo de transporte que los llevaría a todos hasta la colonia.

 Respiré con tranquilidad al aterrizar. El sudor frío me recorría el cuerpo y no era precisamente por el descenso, era por el pánico horrible que trataba de controlar ante la idea de verme cara a cara con una de esas pesadillas babosas... Me pongo en tensión y me preparo a seguir al grupo de cerca procurando no molestar y seguir las indicaciones que nos den...

En cuanto el sargento da la orden, mi cuerpo reacciona instintivamente, sujetando con firmeza el arma y situándome junto a Hicks, como en tantos otros saltos. Al salir del tanque APC lo primero que nos da la bienvenida es una intensa lluvia que inmediatamente reduce nuestro campo de visión.

-Joder que potra tenemos, primero turbulencias y ahora una lluvia de cojones. ¿Qué será lo próximo?-

Aunque mi faceta bocazas quiere hablar, la detengo de inmediato, no es el momento de bromear y debo estar concentrado en la misión. No me cuesta ningún esfuerzo, en momentos serios, se estar a lo que hay que estar. Tras avanzar varios metros, vemos nuestro objetivo,  un acceso cerrado al interior de la colonia. Inmediatamente llevo mis manos a mis herramientas.

-Hora de trabajar-

Tras esperar a que Vasquez y Drake aseguren la zona, me aproximo en una carrera hasta los controles de la puerta. Tras probar suerte dándole al botón, compruebo, tal como pensaba, que no funciona, por lo qué extraigo de mi cinturón mi revienta-cerraduras, un artilugio preparado para derivar energía de los sistemas, desactivar controles de seguridad y permitirme abrir la puerta. Solo tardo unos instantes y cuando la maquinita me hace el típico bip bip, sé que he tenido éxito.

-Compuerta abierta-

E inmediatamente me retiro para dejar que mis compañeros aseguren la entrada antes de introducirnos finalmente en sus intrincados pasillos

En cuanto comienza la marcha, me muevo la primera junto con Drake, con mi Smartgun lista preparada para cualquier indicio enemigo. Cada esquina que giramos y veo limpia exclamo-Libre-indicando que mis compañeros pueden avanzar.

Me coloco frente a la puerta de entrada esperando a que el cabeza hueca de Hudson abra la puerta, no estoy nerviosa ya que estoy entrenada para situaciones mucho peores que esta. Me preparo para lo que pueda salir de ahí dentro con el dedo en el gatillo, lista para cualquier cosa. -Vamos chicas, esto es un paseo para nosotros