Partida Rol por web

Aaron avanzó tras Faliar en silencio.

El grupo subió las escaleras con cuidado. De nuevo, volvieron a recogerse mientras subían, y el equilibrio fue fundamental. Pero, tras unos segundos, estaban de nuevo delante de aquella extraña puerta, grabada con runas de un metal más oscuro que la noche. 

Desde allí, tal y como pasó la otra vez, se podía ver la catedral desde arriba, como si el suelo fuera de un cristal puro. 

Abrieron la puerta, y se encontraron a Seline de nuevo, sentada en el alfeizar de la ventana mirando al infinito, suspirando. Cuando los vio entrar, corrió hacia ellos gritando.

-¡¡¡¡El Flauros me lo habéis traído!!!! Por fín podré salir de aquí. El lugar es feo, y huele un poco raro.-Sonrió- Ah... y gran trabajo con Raptor. Pensaba que no saldríais de ahí con vida.

Faliar sonrió a Seline y repitió la reverencia; sabía como tenía que comportarse delante de ella

- Lo cierto es que por poco no lo contamos, pero aquí estamos. Ahora, ¿podrías hacernos un último favor? Tenemos muchas preguntas, que esperamos que puedas responder.

-Lo que queráis. Si me liberáis estaré en deuda con vosotros. Así que no podré negarme a contestar nada.-Guiñó un ojo al grupo- Pero, entonces, mejor que me deis el Flauros cuanto antes.¿No? Luego, ya recuperada, podremos hablar todo lo que necesitéis.

Seline extendió la mano hacia Xerine, esperando que depositara el artefacto mágico en sus manos.

Me encantaría dártelo, Seline Dijo Xerine, con expresión inmutable Pero no todos nos fiamos de ti aún. Quint ha insistido en hacerte unas pocas preguntas antes de dejarte libre

Se había limitado a repetir la decisión grupal, sin expresar ninguna opinión personal en sus palabras. Xerine era un muro impenetrable

Seline suspiró, y se sentó. Se le veía visíblemente alterada. Quería el Flauros ya.

-Estaaaaa bien. Aunque si me lo diérais ahora podría curaros.-observó las heridas de Quint y Aaron.-Pero, bueno, contestaré a algunas preguntas hasta que os fiéis de mi. Aunque...¿No os vale con que diera mi propia sangre para combatir a Galael? ¿No era evidente que él era el que estaba causando todo esto?

Aunque... os comprendo. La verdad es que nada os garantiza que yo no vaya a hacer lo mismo.

Empezó a reir, de la broma que sólo a ella le había hecho gracia.

Me alegra que seas tan comprensiva, y espero que no nos guardes rencor por esto. Tenemos tantas ganas de fiarnos de ti como tú de que lo hagamos

Se giró hacia Quint

Tu turno

Faliar se adelantó. Había decidido que quería respuestas, y cuanto antes, mejor.

- Perdona Quint, yo solo tengo una pregunta. Luego ya pregunta lo que quieras

Miro a Seline; dudó unos momentos, buscando las palabras, pero al final se lanzó

- ¿Por que Galael y Raptor parecían conocerme de antes? Galael dijo que yo antes había vivido en esta isla, y Raptor insinuó que ambos habíamos servido al mismo "amo"

-Faliar... te conozco, y a la vez no te he visto nunca.

Seline buscó las palabras con las que más cómoda se sintiera para decirlo.

-Digamos, que hace mucho tiempo, fuimos enemigos. Aunque realmente no eras más que un peón negro en una partida de ajedrez en el que yo era el rey blanco. Raptor era una torre negra, y Galael... era un peón, que al llegar aquí trató de coronarse.

Hizo una pausa, y luego continuó. Casi apartando la mirada.

-Pero... algo ha cambiado. Ya no eres el mismo. No reconozco en tí al peón de ese tablero. Aunque hay ciertas marcas de marfil negro en tu esencia. No me pidas que responda más a ese tema, es algo tabú para mí. Algo que prometía hace mucho tiempo no recordar.

Aaron miró a Faliar de reojo, contemplando su reacción. Recordó las palabras de Xerine en el bosque, justo cuando la música le había salvado la vida y, en cierto modo, se sintió algo estúpido. Por mucho que le doliese la gente no siempre era buena, aunque el guerrero era la viva imagen del cambio.

Todo suponiendo que Seline les estuviera contando la verdad, claro, aunque parecía que así era.

Toqueteó algo en su bolsillo con expresión distraída y siguió escuchando lo que Seline tenía que decirles.

Quién lo habría dicho Murmuró Xerine, mirando a Faliar y alzando una ceja. Parecía que la situación la resultaba bastante divertida El noble guerrero, luchando codo con codo con Galael y Raptor

Faliar adquirió un semblante grave y sombrío. Ignoró el comentario de Xerine, y volvió a dirigirse a Seline

- Entonces... no mentían... Y no me puedes decir quien era el rey negro, ¿verdad?

Seline arrugó la cara... como si la mera mención de esa figura le hiciera daño. Luego, negó con la cabeza.

Faliar suspiró. No estaba enfadado, pero si un poco decepcionado.

- Entiendo... En fin, gracias. Al menos me ha servido para confirmar algo que venía sospechando desde hace un tiempo

Se apartó del grupo y se quedó atrás del todo, sumergido en sus propios pensamientos.

La respuesta de Selene hizo que Quint mirara sorprendido a Faliar. No se podía decir que el chico no tubiera dudas, pero quería creer que los faroles de Galael y Raptor acerca de su amigo eran mera casualidad. Por un momento pensó en acercarse a él, pero luego pensó que era mejor que estuviera solo un rato, hasta aclarar sus ideas.

-Entonces pasemos a la siguiente pregunta. ¿Quién eres en realidad? O más bien... ¿Qué?

Seline rió ante la pregunta de Quint. Parecía tan serio, tan decidido, tan autoritario. La verdad es que su expresión no era nada amigable. Al fin y al cabo, había estado escuchando lo que ocurría ahí abajo, y sabía que el chico era el único que no confiaba en ella.

Seguía en el suelo, sentada, y colocando su cabeza sobre sus manos, dijo a Quint.

-Un sueño. Soy un sueño. Vivía en el mundo de los sueños, si es lo que vas a preguntar a continuación. La Vigilia. Un mundo, donde todo lo que imagines puede ser real, como te digo, el mundo de los sueños. Yo, soy un sueño muy poderoso, un sueño que ha adquirido conciencia propia. Galael venía de ese mundo, al igual que Raptor. En ocasiones, el frágil velo que oculta este mundo del otro se rompe... y... pasan cosas inesperadas.

Miró el artefacto.

Creo que podría contaros todo mucho mejor si me liberarais antes.

-Si vienes del mismo sitio que Galael, entonces entenderás por qué quiero saber en qué te diferencias de él antes de darte nada. ¿Por qué te capturó esa tal Tol Rauko? ¿Y quiénes son?

-Y antes de contestarte a ninguna pregunta más, también quiero que entiendas, niñito, que una vez muerto Galael, es cuestión de tiempo que la barrera se debilite. No te preocupes, tengo suficiente tiempo para esperar, no creo que vaya a morir aquí. ¿Tendrás tú tanto tiempo para esperar?¿O acaso tratarás de hacer lo mismo que Galael y mantenerme aquí encerrada?

Su voz sonaba dulce e inocente, pero sus palabras no lo eran tanto. Miró a los ojos a Quint mientras hablaba, como si quisiera traspasarle el alma.

-No vuelvas a compararme con ellos. Nunca haría lo que ellos han hecho. Está en tu mano creerme o no, pero creo que el trato era que me dabais el artefacto. Si luego queréis información, es probable que la tengáis...

-Aún no has contestado a ninguna de mis preguntas.

Quint se cruzó de brazos.

-Hagamos un trato. Contestas a dos de mis preguntas a tu elección, te doy el trasto y luego contestas a las otras dos. Ya que tienes tanto tiempo como dices, no te importará esperar hasta haber contestado dos míseras preguntas de un "niñito"...

-¿Qué eres?

-¿Qué es la vigilia?

-¿Qué es Tol Rauko?

-Y... -Los ojos del chico se desviaron un momento de Seline hacia atrás.- ¿Qué es esta catedral?