Partida Rol por web

La postura os recuerda a la situación pasada, aquella, en la que de la nada os salió un gigante “bravido”, y os hizo tirar de espada, y gastar sangre y sudor.

Se repite la secuencia tan temida, antes comentada.

Merlin os señala un punto en el horizonte, concretamente al este de vuestra posición, grita “Allí”, y se pone a refugio en vuestra espalda. Al igual que antes, tampoco veis nada extraño.

De la nada, o más concretamente de la tierra, pedregosa que pisáis,  brotan  como emergiendo de ella, a borbotones, a modo de torrente de huesos y pellejos verdes,  salen una serie de humanoides pequeños, del tamaño de un niño pequeño, pero de aspecto fiero y musculatura poderosa.

No emerge uno sino varios, que con sorprendente agilidad se abalanzan sobre vosotros.

No parecen dispuestos a parlamentar, solo quieren atacaros, y el número de los que emerge va en aumento. No paran  de salir de la tierra, del mismo agujero todo ellos.

Proseguís vosotros, y esperadme aquí, que tengo labor.

Os encantaría matizarle al druida, y exigirle concreción,  y con gusto lo haríais, pues creéis que en verdad, os habéis ganado ese derecho, pero la horda subterránea, está próxima a vosotros, y os pasará por encima si no os aferráis a la espada, y enderezáis, preparando la acometida.

Si, os viene un tropa de monigotes verdes, algunos montan sobre los hombros de otros iguales a ellos.

Tirad ambos, 2 tiradas de DES. Superad ambas, o de lo contrario empezareis el combate caídos.

Antes de poder suspirar que me lo temía ya está la oleada de hombrecilos verdes viniéndose encima de nosotros cual torrente desbordado. Aún perplejo ante el esepctáculo de semejante portento más la muestra de poder del propio Merlín, poco más que empezar a dar golpes de hoja cual segador quitaría malas hiervas. Me empleo a fondo sabiendo que no debo esperar auxilio del mago una vez nos a dejado el asunto sobre los hombros.

Estupefacto por la escena, aunque el caballero no sabría definir bien por qué, tras vislumbrar el poder de Merlin, pero la marabunta de criaturas verdosas que arremeten contra ellos no deja lugar a los cómos, ni a los por qués.

 Aún así ensimismado por el rayo acometido desde el cielo, el señor de Malderoi reacciona tarde, y se ve sobrepasado por el empujón de aquellos bichos, sufriendo un traspié para terminar en el suelo. 

Lanza su su brazo con la esperanza de ensartar alguno, pero el acero se cuela entre brazos y piernas de color musgoso.

Al sacar un critico en la segunda Des, le he dado una oportunidad con la segunda tirada, que ha fallado, por lo tanto se cae al suelo, Sir Gwilherm de Malderoi .

La masa de hombrecillos verdes se os echa por encima. Sir Gwilherm de Malderoi, no puede con la acometida y cae al suelo. De algunos puede liberarse, y otros por la inercia han pasado de largo solo unos metros, lo justo, para que pueda combatir este asalto solo con 1 bicho verde.

Por tanto, comienza el asalto contra 1  y tumbado( recuerda el -5).

Sir Walter de Lickey Hill, en cambio, pie a tierra los recibe bendiciendoles con su espada. Muchos pasan de largo, por torpeza de ellos, y agilidad de nuestro caballero. No obstante, hay uno de ellos que le planta cara y con las fauces abiertas le encara en modo y forma combativa. 

Luchará en pie, contra uno solo.

En estos escasos dos días, si es que ese tiempo es el transcurrido después de lo que les dijo Merlin, pareciera que la lucha contra los sajones y sus guerreros de élite ahora serían como entrenar con niños. El interminable combate contra el gigante, de fuerza gargantuesca y resistencia colosal, ahora se les presentaban unas pequeñas y grotescas criaturas que a priori parecieran débiles. Pero nada más lejos de la realidad, pues estos recios y deformes humanoides habían echado al suelo a Gwilherm. Quien atónito contemplaba como le sobrepasaban e incluso lo pisoteaban.

Tan sólo una criatura le prestó atención para presentar batalla, suerte o maldición, tan sólo el Todopoderoso conocía la respuesta. Mas el britano no rehusaría el enfrentamiento, y desde su posición tumbada, aprovechando su mayor envergadura y longitud de su espada realizó un barrido. Como el día anterior realizaba la bestia con el enorme garrote. Su intención, rebanarle las piernas o crear la distancia suficiente para poder erguirse de nuevo.

bicho tam 7

des 17

con 9

pv 12

daño +1d6 -1 mordisco

fue 7

si quieres quitarte a tu amigo verde y mordiscoso, deberias ganarle la tirada enfrentada de Fue, si no lo consigues puedes intentarlo la proxima vez, y perder un poco de sangre mientras.

Es probable que se te sumen otros paisanos verdes.

1º asalto para Sir Gwilherm de Malderoi: 1 bicho

Esperolo Sir Gwilherm de Malderoi a la figurilla verde, espada en mano. Queria darle la bienvenida a espadazos, pero NO logro tal proposito con el primero, que raudo se le acercó. Sus primos, llegaban tras él. Tambien se sumaran a la fiesta.

al fallar con la espada, y con la Des, desde el suelo uno de ellos se ha tirado encima, y con pericia, encuentra un hueco entre su armadura para morder

daño: 5 de daño para Sir Gwilherm de Malderoi 

siguiete asalto, 

1. le vienen 1d3 de bichos
2. que tire des por cada uno de ellos para esquivarlos DES. si saca la tirada de des, lo ha evitado, si la falla, solo le queda despacharlo con la espada o se le echara encima con sangrantes intenciones. 1d6-1 daños
3.  hacer un conteo de los aciertos con la espada( muertos) y de los mordiscos recibidos. +3 P.Exp x muerto +1 pexp por cada punto de vida perdida +1d20 para el ganador de ambos a bichos muertos= acertados.

me preparo para aprestarme al combate con confianza, tanto es así que me entretengo en realizar un par de giros malabares con la espada a modo de calentamiento antes de meterme en faena. Entonces el ser de color verdoso se lanza sobre mí con una fiereza y rapidez que me sorprenden dado su tamaño, hasta el punto de recuperar mi espada por lo pelos antes de que caiga de mi mano. Sin tiempo para recuperar la guardia maldigo mi osadía e intento apartar los dientes mugrientos del bichejo con mi escudo, dudando de que pueda lograrlo.

1º asalto para Sir Walter de Lickey Hill : 1 bicho

Esquivo la pequeña masa verde y saltarina el espadazo del caballero, pero luego fue el caballero, al que tocó esquivar a la fierecilla verde. Hizolo, y no recibió daño.

2º asalto: Descripción.

No habia motivos para la alegria, pues la horda verde se acercaba brincando y saltando de maneras amorfas e imposibles. No era momento de contemplar piruetas ni acrobacias, era tiempo de despacharlos y seguir con vida.

• Esta vez os llegan 2 bichos más a cada uno, sumando sir Gwilherm, el que tiene aferrado encima.
• Tirad  por cada uno de ellos (2) para esquivarlos DES. Si sacais  la tirada de des, los  evitais, si la fallais, solo os queda despacharlos con la espada o se os echaran encima con sangrantes intenciones.
• Sir Gwilherm de Malderoi ademas de las 2 tiradas anteriores, debera tirar una enfrentada de FUe contra la del bichejo, si la falla le muerde, si la gana se lo quita de encima.

Esquivo los cuerpos de los seres verdes que pretendían caerme encima con una par de buenas fintas y girando sobre mí mismo recupero la guardia dispuesto a esnartarlos como a uvas maduras. Empieza a ser un número abrumador, pero creo que los prefiero mil veces antes que un gigantón como el de la otra vez. ¿Dónde demonios nos lleva este condenado Merlín?

Gwilherm se zafó a golpe de escudo de la criatura que quería volver a probar su sangre, y por el contrario sólo pudo saborear la suya propia. De soslayo, observó como más de aquellos homúnculos verdes se le echaban encima y rodando por el suelo pudo evitarlos en el justo momento que se abalanzaban sobre él. 

La suerte o la pericia estuvo a su la esta vez, o quizás algo más. Cuánto duraría... quién podría decirlo.

_Madre de todos los hombres, permitiste que un simple servidor viera tu rostro, me inflamaste con tu llama otorgándome nueva vida, fuerza y fe incondicional. No soy digno de pedirte nada, pero si en verdad tu misericordia es infinita sabrás perdonar a este pecador que vuelve a rezarte, a suplicarte que no me fallen las fuerzas ni el tino en el manejo de mi espada. Pues sin duda, estas bestias no son de este mundo, y tampoco pertenecen al Reino de los Cielos. Por lo que el Infierno es de donde pertenecen, y con tu ayuda y la de Dios todopoderoso les enviaré de vuelta. Amén._

 P.D: Walter, según entiendo. Si no te zafas por Des, tienes otra oportunidad con la espada. Si también fallas, es cuando se te suben a la chepa y te pegan un mordisco

Entiendo que si los esquivo no tengo que detenerlos a golpe de espada y siguen su camino, pero por si acaso no te he entendido bien tiro un ataque por si hiciese falta.

Correcto, y buena es la precaución

Como no has dicho nada al respecto, lo roleo desde el suelo. No se sii debía hacer las tiradas con el -5, o si por sacar las tiradas ya consigo incorporarme. Así que ahí lo dejo, tumbado en el suelo como un perro. XD

Como norma general, despues de estar un asalto tirado en el suelo, al siguiente te levantas, por lo que no era necesario el menos 5

2º asalto: Desenlace

Estuvieron despiertos et despabilados ambos caballeros, ante la lluvia de verdes saltarines y saltadores.

Algunos tras la esquiva, dejaban tras de ellos un vomito igual de verde que ellos. No se puede esquivar a la vez vomito y bicho, por lo que buena parte de la papilla, acabó en el cuerpo de los caballeros.

No estaba en el pensamiento de estos, enredarse con limpiamientos, pues no tocaba. Alli lo que tocaba era seguir repartiendo espadazos y ejercer de reflejos y destreza, cosa esta que hasta el momento estaba siendo lograda por los escoltas de Merlin.

La cosa estaba lejos de parar y otra horda verde se les aproximada. Hay que decir tambien, que sir Gwilherm, destrabó a su hombrecllo verde del cuerpo.