Partida Rol por web

Al verles entrar Undine mira la situación por las camaras que grababan fuera del edificio para ver como estaban los alrededores. Una vez comprovase su situación, si todo estaba en calma, ejecturaría la eliminación de todos los datos que había en la sala de control.

Cuando Marcellette entrase al coche miraría si llevaba algún auricular, había hecho un par de movimientos que la habían extrañado.

La mujer del traje enorme de soldado al verles sale del coche, parecía algo asustada, sobretodo cuando su mirada se posa en Butch, pero intentaba mantenerse serena y abre la puerta de los asientos de atrás para que entren en el coche.

- Entrad rapido, por favor.- Pide con amabilidad mientras les mantenía la puerta abierta. Luego mira a su compañero.

- Este es el coche del comandante, espero que no llame demasiado la atención... Por si acaso es mejor tomar una ruta opuesta a la de los refuerzos.

Butch hace ademán de entrar en el coche y se detiene para deja pasar primero a Marcellete y Julia.

- Por favor.

Julia asiente, no sin antes dedicarle una última mirada de desconfianza al hombre del casco y pasa al interior seguida de Marcellette. Tras eso, Butch entra también, la mujer ocupa el asiento del copiloto y el hombre del casco se pone al volante. 

Una vez en la salida del garaje, la mujer le pasa al hombre del casco una tarjeta de identificación, que este procede a pasar por un sensor y las puertas se abren ante ellos. Tras eso, el hombre no tarda en acelerar no sin antes llamar la atención de un vehículo militar que se acercaba a la zona. En un giro acentuado, el hombre hace que el vehículo derrape para meterse en un callejón perpendicular. Tras eso, para la desgracia y el nerviosismo de todos, la persecución da comienzo. 

Al coche que les había descubierto se le suman dos más, y los SIBOTs comienzan a dislumbrarse en el cielo. Sin embargo, era cómo si aquel hombre tuviera una imagen exacta de la situación de la ciudad en la cabeza, pues con cada giro que daba, la amenaza se atenuaba. Y más pronto de lo que los presentes esperaban, sus perseguidores terminan por perderlos de vista, y el hombre da un último giro para meterse en un callejón. 

Se encontraban en ese momento en uno de las zonas menos avanzadas de Cele, compuesta por edificios en los que residían aquellas familias menos acaudeladas, oficinas de empresas poco prometedoras y negocios sencillos. En concreto, el callejón llevaba a la puertas de un garaje oculto entre dos grandes edificios. Las pintas del callejón y el garaje en sí, indicaban que no había mucha gente que lo usara. Todos los presentes salvo por el hombre del casco parecían estar poco habituados a lugares cómo aquel. 

Karoi había llevado al grupo a uno de los edificios que pertenecía al gremio, el cuál estaba abierto a sus miembros para ocasiones cómo aquella en las que tuvieran que huir de forma forzada. Era un riesgo, y sin duda Wolf no se olvidaría de pasarle la factura, pero Karoi no tenía idea de dónde podía esconder si no a un grupo tan grande. 

Marcellette se moría de ganas de decirle algo a Undine, pero no era el momento. No era momento de divertirse o de convertirse en una alocada fan. Ya habría tiempo para eso. Ahora tenía que entender un poco más la situación.

- Ahem... a ustedes... por qué persiguen a una gran actriz y a un tipo con un... ¿traje tan peculiar?

La manera en que preguntaba Marcellette y la dificultad con que lo dice hacían de esta una conversación algo forzada, y sin duda esa chica tenía algo de dificultad social.

Giro al cabeza hacía Marcellette. Estoy en silencio un tiempo, no parece que entienda la pregunta de Marcellette.

Finalmente, como si fuera la respuesta génerica digo. - Tranquila. Estás a salvo ahora. - Parece que mire un momento a la mujer con el traje de soldado antes de añadir. - La situación está controlada. Pero habría que tomar medidas adicionales para asegurar vuestra seguridad a largo plazo. Para ello necesito información sobre el contexto en el cual os encontrabais antes de que intervinieramos.

Marcellette parece que va a decir algo, pero parece que se corta por completo cuando el tipo del casco mira a Undine. Entonces agacha la cabeza y no dice nada. Cuando les hacen la pregunta, Marcellette sigue con la cabeza agachada y no parece responder.

¿No la había entendido? ¿Había sido poco clara por ponerse nerviosa?

Inconvenientemente, eso la pone más nerviosa aún y le forma un nudo en la garganta. Ese día había hablado con muchos desconocidos más o menos sin problemas, aunque era cierto que se había esforzado mucho para ello, pero ahora... ese tipo del casco le imponía mucho. Le daba hasta miedo repetirle la pregunta. Para cuando le preguntan a ella, su nudo en la garganta era tal que decide no responder mejor. Si lo hace, se echaría a llorar.

Solo salir del garaje la mujer se había alterado más de lo que ya estaba. Pese a que intentase ocultar su temor le faltaba ponerse a rezar mientras esa persecución seguía. Había logrado tranquilizarse al llegar a los callejones y perder a sus perseguidores.

Finalmente suspira aliviada y mira hacia atrás ahora ya más serena para poder hablar con ellos. Llevaba gafas de sol así que no se podía ver bien su expresión, pero su mueca de desconcierto y extrañeza ante las palabras de Marcellette era evidente.

- Como dice mi compañero, ahora que estamos en una situación más segura... ¿Álguien podría ponernos un poco en situación? Porque esto no tiene el más mínimo sentido...- Sonríe un poco incómoda e insegura.

- Yo... - Mira a Butch con cierto temor.- ... Pensaba que esto... Era un secuestro... Por favor no se enfade... - Dice disculpandose ante el carnicero. - ... Pero ahora resulta que es su protector y ya no logro ver quién es la verdadera amenaza...

- ¿Su objetivo era secuestrarme?

Butch estalla en carcajas, para un instante para volver a mirar a Undine y el piloto y vuelve a reir.

- No me lo puedo creer, he sido secuestrado y ni me he dado cuenta.

- ¿Que!? - Se sorprende por el malentendido. - ¡No no! Pensaba que ella... - Señala a Marcellette. - ... Había sido secuestrada por usted.- Aclara apresurada.

- Quería ayudarla pero... resulta que son... - Les mira ambos. - ¿Compañeros?... - Lo dice como pregunta porque no lo tenía claro.

Marcellette asiente enérgicamente con la cabeza, y termina mirando aún hacia abajo, sin decir nada.

Tras la confusión Butch se recompone.

- No tengo motivo ninguno para secuestrar a lady Marcellete, hemos sido enredados en el mismo lío, simplemente, compañeros supongo es una buena forma de ponerlo, la realidad es que tampoco la conozco demasiado.

Mira a Julia de reojo.

- Y a su amiga tampoco.

Vuelvo a mirar a la chica con el traje de soldado y pregunto volviendo la mirada a Butch. - ¿Conoceis la razón por la que ese grupo de soldados os estaba perseguiendo? -

- P-porque...

La primera palabra de Marcellette sale con un hilo de voz, pero justo seguido tose un par de veces y luego habla más claro, aunque algo flojo.

- Porque sabemos demasiado... Quiero decir, que sabemos algo que no quieren que sepamos. Algo horrible...

Mira entonces a la mujer del traje de soldado y al tipo del casco con cara de culpa.

- Quizá piensen que ahora vosotros también lo sabéis. Lo siento...

Tras escuchar las palabras de Marcellette la mujer la mira preocupada.

- Tecnicamente no saben que os hemos salvado nosotros.- Explica por si eso le servía de consuelo.- Y en todo caso no debes disculparte, ninguno de vosotros nos pidió que os ayudasemos. Lo hemos hecho por voluntad propia.- Dice con voz suave y amable. 

Aunque luego se queda pensando en las palabras de la joven chica y se iba preocupando un poco más. - Algo horrible..? Se.. puede saber el qué?... - Se notaba que aquello le provocaba curiosidad y temor a la vez.- No creo que saberlo nos ponga más en peligro que el hecho de haberos salvado... Y nos ayudará a saber en qué situación nos hemos metido para así poder tomar las precauciones correspondientes. - Se iba serenando al hablar, pidiendo aquello con educación y serenidad pese a que fuese un tema delicado.

Julia, que se había mantenido en silencio, se adelanta un paso y le pone una mano en el hombro a Marcellette cómo para detenerla. Mira al hombre del casco y a la soldado con desconfianza, aunque no era la primera vez que lo hacía. 

- Antes de entrar en detalles sobre nuestras teorías, quizás sería conveniente saber la identidad de quienes nos han salvado. Al fin y al cabo, estoy segura de que vosotros ya sabéis quienes somos, y... - Mira a la soldado. - Si Marcellette tiene el buen oído que la caracteriza, tambien se quién eres tú, pese a que no acabo de entender porque alguien cómo tú viene a ayudarnos. - Mira al hombre del casco. - Pero sea lo que sea... Lo que de verdad me importa es que no me siento cómoda con alguien que evidentemente pretende ocultar su identidad. 

Fijo la mirada en Julia. -Mi objetivo es asegurar vuestra seguridad. Conocer mi identidad no contribuye a este objetivo.  Además en caso de que después alguien en esta sala decida hablar con las autoridades, no conocer mi identidad permite que la espada de damocles no esté sobre mi cabeza. - Me quedo un momento en silencio y añado. - Podeis llamarme "Mr Orange" si quereis referiros a mi. -