Partida Rol por web

Los ruidos que se escuchan mas arriba hacen que Maria se ponga nerviosa y no pueda saber que es en el suelo. Sin decir nada se pone en pie y mira a sus compañeros. Justo en ese momento Lucia algo mas nerviosa comenta que alguien viene en la dirección en la que se encuentran ellos  y justo después se dirige hacia el anden.

Mierda! Exclama María mientras coge sus cosas y va en la misma dirección de Lucia. Podríamos escondernos en el tren de nuevo y cerrar la puerta para que no nos vean.

Al oir los ruidos poco conciliadores, se me quitan absolutamente las ganas de seguir en ese andén que, por lo que parece, pronto se va a llenar con más "gente". Gente que al parecer huye de algo o que tiene muchas ganas de " una juerga bestial".

Al mirar hacia atrás para avisar a mis compañeros, consigo ver la sombra de la niña que sale corriendo por el túnel norte -"Joder, y ahora la niña se larga"-. Miro al resto de compañeros con una rápida mirada y, sopesando las opciones entre quedarme a formar un petit cumité de recepción y largarme corriendo, salgo corriendo.

-"Yo m.. m.. me largo de a.. a.. aquí, no q.. q.. quiero esperar a a a ver quién baja por las es.. escaleras."- digo tartamudeando por los nervios mientras empiezo a correr en pos de la niña iluminando el camino con el móvil.

Mi intención es alcanzar a la niña, intentar inmobilizarla para que no se haga daño ni alerte a compañías no deseadas hasta que se calme (espero que lo haga), y luego buscar un lugar seguro para averiguar qué está pasando.

Huelga decir que en este punto la preocupación por mis familiares/allegados es más que alarmante, tan pronto como pueda tengo la intención de intentar contactar con ellos

¡Joder! ¡Todo empeora por momentos!

La situación amenazó con sobresaturar a Rafa, a pesar de lo apremiante de su situación, pues los que bajaban podían ser muy peligrosas; la niña que huía por el túnel también le preocupaba, así como el llegar a casa para abrazar y proteger a su familia. Pero no podía hacerlo todo a la vez.

Sin perder más tiempo sacó su teléfono y mandó un whatsapp cagando leches a Yulia.

"Cierra la puerta con llave, no salgas. Problemas en la calle. Vendré a buscaros, pero tardaré. Os quiero."

Acto seguido puso el teléfono en silencio y se lo guardó en el bolsillo.

Rafa, pegado a las escaleras, se apartó rápido de estas. Miró con una mezcla de miedo y rabia las escaleras, quería ir por allí, pero no era sensato. Pero en cualquier caso se tenía que poner en marcha.

Rápido se fue hacia la entrada al túnel por el que habían venido todos, y poder donde huía la niña, dirección norte, y bajó entre las vías, primero sentándose en el andén y luego bajando*, luego apagó el foco y miró hacia las escaleras por las que se escuchaban ruidos, atento a lo que tenía que bajar por ahí. Mientras permanecía oculto, pero con un ojo puesto en la oscuridad de las ruidosas escaleras, sacó el móvil y al parecer hizo algo con él antes de guardarlo a toda prisa. 

-Okey Luciano, no se te ocurre qué decirle a la criatura pero al menos estate atento para agarrarla si sale corriendo como loca-.

Como Luciano sabía que ese desenlace era ampliamente posible sale a toda carrera detrás de la pequeña. Hubiese deseado que alguien le alcanzara una linterna antes pero era muy tarde y solo tenía el "modo linterna" de su teléfono móvil para expulsar a las sombras de delante suyo.

-La puta madre que me remil pario, ¿Cómo puede correr tan rápido con patas así de cortas?-

Tiene una idea y considera que va a ser más fácil encontrarla si escucha su carrera y respiración agitada. Al parecer algunos del grupo lo seguían desde la distancia.

El muchacho escuchó lo que los demás gritaban, era conciente del peligro que se les acercaba pero no pretendía abandonar a una infante a su suerte en tal contexto.

La cosa se iba a poner fea; la niña salía corriendo, esto quizá le era familiar y por esa razón bajo aquí a buscar refugio, tal vez le siguieron el rastro hasta llegar aquí y lo que van a hacer esas personas no es nada bueno; a no ser que sean más personas intentando refugiarse de lo que sea que esté pasando allá arriba.

Las decisiones rondan mi cabeza y siento que estallara en cualquier momento, no tengo ni la menor idea si correr hacia donde fue el chico con gorra o ir en dirección al metro nuevamente o quizá una idea muy descabellada subir, cosa que no la veía tan factible.

Lo primero que se me ocurre es buscar un cubo de basura y esconderme en él; no sé porque vino a mi mente ese momento cuando era chica y jugaba con mi padre a las escondidas, siempre me regañaba por esconderme en el cubo de la basura, no sé porque lo hacía pero era un buen lugar, a nadie le daría la sospecha de buscar ahí. Busco de manera rápida un cubo, caja o algo con lo que pueda cubrirme o introducirme para esconderme; en caso de que no encontrara nada por el estilo optaría por correr en la dirección que se fue la niña.

Sabía que esto se iba a poner feo y la verdad no quería ser herida o muerta por un simple descontrol de unos cuantos hinchas alocados por el licor y las drogas.

Maria al llegar abajo sigue a Lucia y se pone junto a ella. - Vayamos a escondernos al tren, nos podríamos meter donde el maquinista o escondernos bajo el tren y esperar a que todo esto acabe. Maria mete la mano en la bolsa donde tiene las botellas de bebida y le da a Lucia una de las botellas de ginebra. - Con esto nos podemos defender si la cosa se pone fea.

​Después mira hacia donde esta Santi. - Rápido ven con nosotras dos y escondámonos.

Lucia coge la botella y se la mira con algo de confusión, aunque aquella no era situación para ponerse a debatir. Coge la botella.

- Vale, nos esconderemos ahí mejor. ¡Vamos! - dice apremiando al grupo a seguirlos hacia el tren.

Al ver que la gente se dispersa me quedo con el grupo en el que va Maria. – Si no te importa iré contigo, no conozco para nada Madrid. ¿Sabes si hay mas salidas en esta estación? ¿O si comunica con otras? Así a lo mejor encontramos una salida.

Maria sonríe cuando ve que Santi se une a ellas dos. Estaba claro que tener un hombre junto a ellas era bueno y su fuerza podría serles de gran ayuda. - Hay varias salidas a distintas calles incluso conexión con el tren de cercanías. Pero seria bueno poder llegar a la salida que esta justo enfrente de los nuevos ministerios. Justo allí esta el ático de mis padres y allí estaríamos seguros. Maria mira en dirección a las escaleras. Pero ahora lo mejor es escondernos y según veamos lo que pasa intentar llegar a esa salida.

-Genial, lo que nesecitaba, que la niña se me escape- pensé al verla huir por el túnel. Parece que esa niña ha dividido al grupo en dos: uno persigue a la niña por los túneles (si fuera en otro contexto, que un grupo, la mayoría hombres, persiguieran a una niña pequeña asustada, se vería muy mal); el otro grupo parecía dirigirse al tren donde estábamos antes... que no entiendo porque.
¿Yo? Me uno al grupo que está buscando a la niña. Ella seguro que sabe que está pasando por ahí arriba... además, no soy de las personas que dejan a una niña sola en el metro sin padres. Puedo ser borde, pero no mala persona. Empecé a correr por el tunel norte con la linterna por delante. Al menos, esta vez en el grupo puede haber alguien que sepa hablar con niños en vez de mi.

Nos hemos quedado aquí quietos mientras los ruidos siguen en la escalera. – No es mala idea esconderse pero en medio del anden no creo que sea la mejor opción. ¿Probamos por otra salida? De todas maneras sin la llave de Alfonso no podríamos encerrarnos en el metro.

No tengo ni idea de como es esta estación pero en algunas si se podría hacer.

– Se me ha ocurrido una cosa que podría ser una locura o la única opción de llegar a la salida. Quedarnos escondidos debajo de la escalera dejando pasar la avalancha y luego subir sin hacer ruido nosotros.

Es una locura, pero podría funcionar. Maria guarda la bolsa de comida dentro de la bolsa de ropa para no llevar tantas cosas, después se coloca su bolso a modo de bandolera y con la otra mano coge la otra botella de ginebra para defenderse si fuese necesario. Después ofrece la bolsa con las tonicas a Santi. Si quieres utilizarla como defensa cógela, si no la dejare aquí. 

Mira a Lucia. - ¿Que te parece la idea de Santi?

En mi búsqueda por el cubo donde refugiarme escucho las palabras de Santi y de cierta forma hacen que vuelva en mí, no ha terminado de hablar María para resollar a lo lejos, -Me pargece buena idea, in la oscurgidad quizá no si den cuenta de nosotrgos- espero alguna respuesta y decidida a quedarme con los demás, a lo mejor no era buena idea quedarme sola. 

Asiento cogiendo la bolsa de tónicas con la mano derecha después de pasarme la maleta a la izquierda. – Vamos deprisa antes de que lleguen abajo y nos vean.

Llevo la maleta a pulso para evitar el ruido de las ruedas. Soy consciente que si dura este caos puede que difícilmente pueda comprarme otra ropa pero si tengo que correr la dejaré.

Aunque siempre puede servir de llave maestra para entrar rompiendo el vidrio de una puerta sin cortarnos.

Turno 7.

Lucía, alarmada por los sonidos que se escuchan desde las escaleras, echa a correr sin demasiada dignidad y usa sus trabajadas habilidades para localizar algo que le interese a la hora de defenderse; desgraciadamente, mientras atraviesa el andén y baja por la escalerilla hasta las vías no ve más que un par de bolsos, un frasco de colonia roto bajo uno de los bancos de piedra y sangre por todas partes. Aquí no hay nada que se pueda usar como arma.

Mientras la latina señala a la niña y exige que alguien vaya tras ella, María, que corre a su lado, propone que el grupo se refugie en el tren del que han salido, internándose en el túnel en dirección sur. Óliver, por su parte, también corre, pero en dirección contraria, perdiéndose en el túnel norte mientras tartamudea con dificultad. Rafa lo sigue, después de bajar a las vías, mientras Álfonso, el único que queda en el andén, decide sumarse al grupo sur y volver en busca de su vehículo.

(Sigue...)

"Tiene que ser..." resuella, algo desorientado, "Algún tipo de atentado, o algo... será mejor marcharnos de aquí, eso es".

(Sigue...)

Al bajar Alfonso casi choca con Lucho, que se ha lanzado a correr por las vías como el participante de una maratón, seguido por Emily, que camina algo confusa buscando cubos de basura o cajas de embalaje como si fuera Solid Snake. Desgraciadamente, en el metro sólo hay unas papeleras. Están en el andén, ancladas a la pared, y si consiguiera arrancarlas apenas llegarían para ponérselas de sombrero, lo cual sin duda desconcertaría al peligro que parece acercarse por las escaleras, pero definitivamente no serviría para ocultarla.

Decepcionada por la falta de contenedores y por el hecho de que todos sus intentos de acceder a la red de datos del móvil son infructuosos, (y eso es algo que os sucede a todos, parece que las comunicaciones están fuera de servicio), la joven se cruza con Rafa, el único que se ha quedado asomado a la espera de lo que pudiera surgir de las escaleras, y se mete en el túnel norte.

Mientras tanto Chuck se ha quedado con aspecto de pánfilo, agachado donde antes estaba la niña. Viendo que el grupo se disgrega, echa a correr hacia el ramal norte y se cruza, de nuevo, con el curioso padre de familia que permanece asomando su cabeza calva por encima del andén.

(Sigue...)

Ahora hay dos grupos definidos; los llamaremos "Grupo Norte" y "Grupo Sur" por razones obvias.

El GN está formado por Chuck, Emily, Lucho, Óliver y Rafa. De ellos, Chuck, Óliver y Lucho están a la carrera, tropezando y persiguiendo a la pequeñaja que ha salido corriendo. Emily está en el túnel, tras ellos, pero su búsqueda de cajas, cubos y contenedores la ha retrasado un poco. Por último, Rafa está en la boca del túnel, escondido y a la espera.

El GS está formado por Lucía, María, Alfonso y Santi. Aunque al principio su idea era llegar hasta el tren, después de repartir sabrosos garrotes de ginebra deciden intentar esconderse bajo las escalerillas de bajada a las vías, (las escaleras que suben hacia los pisos superiores no tienen ningún bajo, son escaleras de piedra, o mecánicas). Lo cierto es que las escalerillas no son un gran escondite, (apenas podría caber una de las chicas, los demás tendréis que ocultaros cubiertos por la proyección del andén sobre las vías), pero menos da una piedra.

Rafa, desde el otro lado de las vías, puede intuirles pulular y acomodarse allí abajo en la oscuridad. Y ellos también pueden intuirle a él.

Por otra parte, a Emily, que está en el túnel norte, le parece escuchar lo que está diciendo Santi en el túnel sur, pero tras sacudir un poco la cabeza se da cuenta de que la telepatía no es una habilidad frecuente entre los franceses, y que en realidad no ha escuchado nada. Así que por ahora se queda con el Grupo Norte.

(Sigue...)

Aunque se están formando dos grupos diferentes, todavía estáis un poco a la vista. Así que por ahora marcaremos como destinatarios de los mensajes a todo Cristo, si me perdonáis la expresión. Primero, vamos a ver qué pasa con los shadow runners.

Chuck, Óliver y Lucho corren en la oscuridad persiguiendo a la niña, a través del túnel norte. La niña está frenética, pero al fin y al cabo es una niña, y no es que corra mucho. Sus tres perseguidores, en cambio, son recios muchachotes acostumbrados al ejercicio físico, ya sea por entrenamiento policial, por afición al paintball o por esa obsesiva fijación con los zombis que sufre Chuck.

En todo caso Lucho estaba bastante lejos, y pierde fuelle antes de conseguir alcanzar a la niña, obligado a detenerse. Óliver, por otra parte, no está muy fino últimamente, y tropezando en la oscuridad cae encima de él haciendo que los dos terminen en el suelo, (seis).

Sólo nos queda Chuck, que consigue alcanzar a la niña y la ilumina correteando frente a él con su pequeña linterna. Como no ha dicho que la detenga de ninguna manera, los dos siguen corriendo alegremente como si jugaran al pilla-pilla. La niña gira de cuando en cuando su carita asustada, y agita los brazos resollando cansada.

(Sigue...)