Partida Rol por web

Emily, que está en el túnel norte, entre Rafa y los tres mosqueteros persigue-niñas, sigue busca que te busca, pero desgraciadamente no logra encontrar ninguna caja en la que esconderse.

Por último, tenemos a la gente de la estación. En un lado, junto al túnel norte, está Rafa, oculto bajo el andén. En el otro lado, junto al túnel sur, está el Grupo al completo; María, Lucía, Alfonso y Santi. Una de las chicas puede haberse metido bajo las escaleras, mientras los demás estarán escondidos como lo está Rafa, armados con botellas.

Los personajes mencionados escucháis más gritos y agitación en las escaleras, y de repente se escuchan, muy cerca de la salida al andén, una serie de tremendos golpes y alaridos que van in crescendo, hasta que terminan con un silencio aterrador. Afináis el oído en la oscuridad, y sólo podéis escuchar el sonido húmedo, empalagoso, de unas mandíbulas disfrutando de un buen filete.

Sin tener idea de lo que está sucediendo, y sin poder ver más que sombras sobre el andén, (todos habéis apagado las luces), comenzáis a percibir movimientos sobre el mismo. Pasos que se arrastran, sombras que se tambalean y cuerpos torpes que chocan entre sí y se tropiezan de vez en cuando comienzan a desperdigarse, emitiendo extraños sonidos. Diríais que podrían ser humanos, pero hay algo que os hace dudar de ello. Como si en lugar de unos pulmones, lo que impulsara el aire entre las cuerdas vocales fuera un fuelle artificial. El túnel se llena de "eeeeerg" y "bluuuurg" mientras los chasquidos del filete os hacen pensar que alguien se está alimentando de quien fuera que venía hacia aquí, por macabro que parezca.

(Sigue...)

Chuck está en el túnel norte, con su linterna, y con la niña intentando huir de él sin esperanza alguna. Puede intentar hablar con ella, agarrarla, golpearla, dejarla marchar o lo que se le ocurra.

Óliver ha caído sobre Lucho, y ambos están entre dos vías, tiraos como garrapatas en el túnel norte, no muy lejos de Chuck. 

Emily está también cerca, en el túnel norte, y puede ver tanto al trío calavera persigue-niñas como intuir la figura de Rafa, oculto bajo el andén.

Rafa está, sorpresa, oculto bajo el andén. Puede intuir a los cuatro del patíbulo, Lucía, María, Alfonso y Santi, ocultos a su vez al otro lado de las vías, y sobre el andén puede percibir un ejército de extraños y torpes borrachos gimientes, que se están empezando a acercar al borde del mismo.

Y al otro lado, los susodichos ven también el panorama. No hay luz para determinar qué cojones es lo que está pasando, pero los mordisquitos y la agresividad con la que esas cosas perseguían a quien quiera que bajara la escalera no auguran nada bueno.

Tanto Rafa como el Grupo Sur pueden internarse en sus respectivos túneles sin peligro, (esas cosas, sean lo que sean, no parecen haberse apercibido de vuestra presencia). O bien pueden atravesar las vías para llegar al túnel de en frente, lo cual requeriría una tirada de Nervio para no hacer ruido y alertar a la legión que hay en el andén. También pueden subir al andén y presentarse amablemente, aunque algo os dice que no sería muy buena idea.

Habían solo dos decisiones por tomar, o seguir a los tres hombres que corrían como dementes detrás de la niña sin pensar que pudiera haber más allá en las vías; por otra parte esta volver e intentar subir por aquellas escaleras, pero fuera lo que fuera que venía no tenía mucho sonido de ser amistoso y lo más probable es que ya estén a la altura del andén.

La idea de ir hasta allí me carcomía, y la verdad los otros tres se habían adentrado lo suficiente como para alcanzarlos, el más cercano era Rafa; así que lentamente me acerco hasta donde esta Rafa, cuando este a su altura, me agacho un poco y pongo mi mano sobre su hombro intentando mirar hacia donde están los demás sin salir de mi escondite.

No habría escuchado el estruendo del andén de seguir corriendo, al parecer alguien había llegado o mejor dicho "unos cuantos".

Salí de debajo de Óliver y lo ayudé a incorporarse tirando de su brazo, acto seguido me dispuse nuevamente a disparar hacia donde veía el luminoso halo de la linterna de Chuck.

Al alcanzarlo le digo en susurros -Algo raro pasa en el andén, no son fanáticos, eso seguro-.

Voy corriendo por las vías cuando de repente tropiezo con algo y caigo al suelo pegando un salto hacia delante. Por suerte Lucho estaba ahí para amortiguar el golpe -"Lo siento, he tropezado con algo, ¿Estás bien?"- digo en un susurro mientras me levango con la ayuda de la persona que ha amortiguado una posible gran óstia.

También he podido oir el ruido que viene del andén desde el que venimos, un grito agudo después de un gran estruendo y luego silencio absoluto.

Veo que Lucho se dirige hacia Chuk y le susurra algo, yo me quedo en el sitio lanzando miradas hacia atrás y poco a poco me aproximo a la pared para intentar pasar lo más desapercibido posible. No me gusta lo que se puede asomar al tunel y pueda ver mi silueta recortada por la luz de la linterna de Chuck.

Me aproximo a los tarugos que juegan al corre corre que te pillo, intentando no hacer ruido y digo en un susurro -"Yo de ti cogería a la niña de una vez y apagaría la linterna, no me gusta demasiado el ruido que ha venido de ahí atrás"-

En lugar de seguir moviéndose se han quedado a los pies de la escalera. Qué esta ocurriendo que estuvieran bebiendo encajaría en una masa que provoca disturbios pero el ruido es de masticar…

Aferro el cuello de la botella y se me ocurre una idea.

Sí pero antes debes decirlo no sólo te pondrás tu en peligro.

Alargo la mano tocando el hombro de Maria, de la que no me he separado, y con mis labios casi rozando su oreja le susurro.

– Puede que si lanzo la botella en dirección contraria a las escaleras el ruido los atraiga hacía allí y podamos aprovechar para subir. ¿Que opinas?

Sin aun entender que esta pasando ahí arriba ahora el caos de allí llega al anden. Por suerte Maria junto a Lucia, Santi y el maquinista se esconden a los pies del anden que ahora esta lleno de gente, aunque por el ruido que hacen como de estar comiendo hacen que María dude de lo que realmente son. 

María durante unos minutos que se hacen interminables intenta permanecer en silencio sin hacer ningún ruido para que esos seres no los descubran y al final Santi rompe ese silencio susurrándole algo al oído. Maria tras escucharlo se queda pensativa un instante y después les susurra. -Quizá sea mejor lanzar la botella hacia uno de los túneles haciendo que vayan hacia allá y así alejarlos lo máximo posible de la escalera. Maria guarda silencio un instante. -Si lo lanzas hacia el túnel norte, nos dará mas tiempo a llegar a la escalera ya que estamos nosotros junto a este otro. Los demás ya se fueron casi que no creo que sea ninguna problema para ellos. 

Asiento preparándome para lanzar la botella lo mas lejos posible en la dirección que me encara. Antes me dejo la maleta al lado derecho rozando mi pierna.

En un momento dado puede servir para abrirnos paso haciendo un barrido para apartarlos.

– De acuerdo, – le digo buscando con la mano hasta encontrar la suya y sujetársela, – cuando comiencen a alejarse subimos hasta el vestíbulo puede que sólo tengamos esta oportunidad. Si quieres avisar a otros hazlo. Cuando me digas, ya, la lanzo y subimos al vestíbulo.

No la soltare a menos que me lo pida sin ella no creo que tenga una posibilidad en este caos. Dudo que con lo que esta ocurriendo me sirva de nada la reserva del hotel que tampoco podrían validar al ser digital.

- Vale.... Susurra mientras asiente al mismo tiempo su cabeza. Mientras coge con fuerza la mano de Santi busca a Lucia para decirle que les siga.-Cuando te avise nos vamos cagando leches de aquí, Santi va a distraer a los del anden y escaparemos por las escaleras con sumo cuidado ¿Vale? Después hace lo mismo con el maquinista y acto seguido avisa a Santi apretando su mano. - Dios que esto salga bien.....

– De acuerdo, – le susurro mientras comienzo a balancear el brazo. Después de un par de veces la lanzo de abajo hacía arriba para que recorra el máximo espació posible antes de impactar con el suelo o con alguien.

Al oír el estrépito de vidrios espero unos instantes a dejar de escuchar pasos cerca y aferrando la maleta sin soltar a María con la otra mano giro hacía las escaleras que suben al vestíbulo apoyándome en la pared para encontralas en la oscuridad subiéndolas guiándome al apoyar el costado en la barandilla que da a esta.

Llevo la maleta delante a unos escasos centímetros del suelo para notar algún objeto pero principalmente el comienzo de las escaleras. Una vez en ellas la levanto para que no vaya chocando con los escalones.

Después de varios intentos por alcanzar y agarrar a la pequeña, acabé cogiendola del hombro; no con mucha fuerza, pero lo suficientemente para que se parase. Ya estaba un poco cansado del pilla-pilla que se había organizado entre ella y yo. Las otras dos personas que me siguieron, Lucho y Oliver, se tropezaron entre ellos a pocos metros de mí.

Le iluminé la cara a la niña y la puse de cara a mí -Haber niña, escúchame bien- le dije ya un poco cansado y enfadado -Ninguno de nosotros queremos hacerte daño, así que, por favor, no huyas más- le digo con un tono entre pedirselo y ordenarselo -Ya se que el de los pelos largos no da buena impresión, el de la gorra parece panfilo y que a lo mejor yo doy algo de miedo... pero no somos malas personas- le dije a la chica para que se calmase.

Del andén que dejamos atrás suenan una especie de gruñidos ,gemidos y otros ruidos inquietantes y... extrañamente familiares que me hacen volver la vista para atrás. Esos ruidos parecían sacados directamente de un videojuego de los que acostumbraba a jugar -Nooo... no creo que sea eso ¿no?- pensé algo preocupado, intentando pensar una explicación más racional. Hago caso de los avisos de Lucho y Oliver y apagué la linterna. Me intente pegar a la niña un poco más cerca de mi y esconderla detrás mía, como un acto reflejo del instinto por protegerla. -Hay que intentar hacer el menor ruido posible, hablad si es solo necesario- susurre a mis "posibles compañeros de apocalipsis zombie".

Lucia se había mantenido en silencio, no tenia claro que el plan de Maria fuera el correcto, pero al ver que lanzaban la botella y se ponían a correr ella hizo lo propio, estaba claro que no se iba a quedar sola.

Joder! - pensaba en sus adentros - ¿qué coño le pasa a esa gente?

Imposible

El andén lleno de gente, "con mala pinta", no auguraba un buen paseo hacia las escaleras.

Tal vez, estando las fuerzas del orden centrada en la zona del Bernabeu, no sea tan mala idea ir allí a fin de cuentas.

Con ese pensamiento, y preocupado también por la chiquilla, Rafa empieza a moverse en dirección norte, corriendo en un trote que pueda mantener de forma sostenida por la mitad del túnel, esperando no toparse con obstáculos en su carrera, guiándose en parte por los pasos apresurados de los otros chicos y de la niña.

Turno 8

Rafa permanece en la boca del túnel norte, bajo la pequeña proyección del andén sobre las vías, espiando a las criaturas que se remueven y gimen en las sombras, caminando torpemente en todas direcciones. En ese momento lo sobresalta una mano en su hombro, pero tarda sólo un momento en descubrir que se trata de Emily. La joven intenta observar a las criaturas, pero la falta de luz le impide hacerlo, (sólo hay un ligero resplandor que viene desde el túnel norte, de la pequeña linterna de Chuck).

Más al sur Óliver se levanta con la ayuda de Lucho después del pequeño accidente, y el primero exhorta a Chuck para que coja a la niña. El joven de la cazadora amarilla, (un producto de merchandising, derechos reservados), sigue persiguiéndola de cerca.

Mientras, al otro lado, a María se le ocurre una idea: lanzar una de las botellas hacia el túnel norte, y aprovechar la distracción para subirse al andén y coger las escaleras en la oscuridad. Tras una corta conversación entre ella y Santi, el plan queda trazado. (Alfonso y Lucía permanecen en un silencio tenso).

Así, el ejecutivo coge su botella de ginebra, y la lanza en dirección al túnel norte con fuerza, de abajo a arriba. Al otro lado, Rafa y Emily se extrañan de ver la silenciosa agitación de la sombra de Santi. No saben muy bien lo que está haciendo, hasta que ven a cámara lenta el potente lanzamiento. La botella, un bulto de girante oscuridad, atraviesa el espacio con una fuerza espantosa, y revienta a unos metros del padre de familia y de la chica francesa con un sonido estrepitoso de vidrio roto.

Entonces, todo se descontrola.

Las cosas que había sobre el andén, que ya se estaban arrastrando poco a poco hacia el ramal norte debido al tenue resplandor de la linterna de Chuck, se mueven como un rebaño. Aunque no los podéis ver, los sonidos que hacen recuerdan a una ruidosa estampida de reses con problemas motrices. Mientras se escuchan pasos descoordinados, caídas y revolcones, un rumor sale de una treintena de gargantas, y va creciendo hasta formar un quejumbroso eco que resuena en el interior de los túneles. La masa de carne se aproxima a toda velocidad al lugar del aterrizaje de la botella, atravesando el andén y cayendo sobre las vías con crujidos desagradables y sonidos húmedos.

Rafa, que parece que se veía el percal, se levanta de su posición y se interna en el túnel norte. Él y Émily ven, o creen ver bajo la pobre luz de la lejana linterna de Chuck, una docena de seres humanos consumidos y ensangrentados, como víctimas de un accidente mortal, que les observan con ojos lechosos sin pupilas.

La joven francesa también se levanta, preparada para salir corriendo, cuando seis de esos cuerpos podridos caen desde el andén sobre ella, presas de su irracional carrera. La chica se golpea con la vía en la espalda sin causarse ningún daño serio, pero cuando se levanta y observa a su alrededor se ve rodeada por el olor de la podredumbre. Seis personas desfiguradas la rodean, sus pieles pálidas y cubiertas de varices violáceas, alzando sus garras hacia ella y chillando con voces inhumanas, mientras, un poco más allá, un incontable número de esas cosas se levantan después del costalazo. Una de ellas está masticando, rompiéndose los dientes contra el culo roto de la botella recogida del suelo.

Mientras, al sur, el otro grupo aprovecha la coyuntura para subir al andén. La oscuridad es casi completa, pero cuando las linternas estaban encendidas pudieron ver, más o menos, dónde estaban las escaleras. Así que corren hacia allí como pueden, resbalando en la sangre que cubre las losas. Los chillidos que ahora resuenan en el lugar les impide escuchar la proximidad de más monstruos, así que se mueven a ciegas. Afortunadamente no se encuentran con más de esas cosas en su trayecto hasta las escaleras.

Una vez allí, María, Santi, Lucía y Alfonso corren escaleras arriba en busca de la libertad. O lo hacen hasta que chocan, en la oscuridad, con un grupo de cosas húmedas que despiden un olor salado y penetrante. Sangre. Al poco de entrar en las escaleras, en la oscuridad, los cuatro se han topado con el grupo que se estaba alimentando de la víctima que bajaba las escaleras corriendo, y que ahora, por lo que podéis palpar, no es más que una morcilla abierta.

(Sigue...)

Chuck y la niña a la que persigue se han parado al ver la corrupta humanidad que se estaba derramando sobre las vías. El joven tenía un buen discurso para convencer a la pequeña de que parara, pero ahora sus palabras no tienen mucho sentido. Tras una expresión de horror, la niña sale corriendo hacia el norte con toda la fuerza de sus pequeñas piernecitas.

(Sigue...)

Bien, recapitulemos. De Norte a Sur.

La niña (Nerea) y Chuck son los que se encuentran más al norte, y por tanto más alejados de la masa de zombis. Pueden correr, (esa es la solución que ha encontrado la pequeña), quedarse para ser devorados, o probar cualquier otra solución que se les ocurra. Os recuerdo que la única fuente de luz que tenéis es la pequeña linterna de Chuck, y esas cosas que acaban de caer desde el andén no parecen guiarse por ningún tipo de visión, (al caminar lo hacen agitando la cabeza, mirando al suelo o incluso de espaldas). Así que si os quedáis sin luz tendréis un problema.

Los siguientes son Lucho y Óliver, a los que acaba de acercarse Rafa. Pueden salir corriendo sin problemas, y también pueden ver a Emily, un poco más allá, rodeada por seis de estas cosas. En el siguiente asalto será atacada por ellas, (6 ataques), y la multitud que hay un poco más allá llegará correteando entre caídas y rugidos.

Emily puede intentar correr con su acción de movimiento tirando por Nervio, -1 por cada dos zombis que la atacan, (es decir, sólo puede escapar con un 1 en 1d6, lo mínimo). También puede intentar golpear con las manos desnudas a alguno de ellos. Lo tiene jodido, porque detrás vienen una multitud, que el siguiente asalto estarán también en combate.

Por otro lado, en las escaleras están Santi, María, Lucía y Alfonso, que acaban de interrumpir la merienda a siete (7) zombis. El botellazo roto fue un buen distractor para los que pululaban por el andén, pero ante un buffett libre como el que hay en las escaleras estos amistosos monstruos prefirieron seguir comiendo. Pueden intentar huir, (otra vez, Nervio con -1 por cada dos zombis, lo que en la práctica significa sólo un 1 en 1d6 para huir), y pueden intentar liarse a ostias.

Es vuestro turno, y vuestra decisión ;)

No, ¿pero qué era esto, quienes eran estas personas y por qué estaban así?, ensangrentados; me encontraba más desorientada de lo que estaba en un principio y al parecer estaba en serios problemas, la primera reacción que tuve fue intentar levantarme correr y alejarme pero cuando me encuentro de pie me entero de que estoy rodeada por aquellas bestias.

Un aviso, un segundo de planeamiento, dos neuronas conectadas o un gramo de ética... Todo eso habría sido muy útil hacía un instante.

Podría haberse preparado para esto pero la situación.

-Mierda, mierda, mierda- pensó en un instante.

Estaba corriendo, como un cobarde, pero hacia los zombies que rodeaban a la francesa. No estaban tan lejos pero los pocos metros de carrera fueron suficientes para acumular energía cinética.

El impacto de su cuerpo contra la masa putrefacta pasó la energía al cuerpo muerto, los notaba torpes pero duros así que buscó empujar a uno sobre otro como un efecto dominó para darle una oportunidad a la muchacha.

Si todo funciona perfectamente le doy la mano y la ayudo a incorporarse, luego corro hacia donde Chuck.

Si no funciona pero no quedo comprometido corro, en dicho caso lo siento Emily.
 

Si fallo pues veremos cómo n.nU

Parece que las cosas funcionan y vamos saliendo con las linternas de los de detrás cuando de pronto les da por apagarlas y chocamos con un grupo de ellos en las escaleras.

– Merda.

No, no puede ser parecen criaturas de la serie esa con el nombre parecido a los hermanos de Star Wars. Sino fuera por lo del móvil pensaría que nos hemos metido en medio de un rodaje.

– No podemos detenernos o subirán los de abajo, ¿vamos?

Coloco la maleta para protegerme del mas próximo mientras intento subir corriendo o lucho si María se queda. De momento sigo sujetando su mano.

No puedo permitirme separarme de ella y menos ahora.

Al llegar a la escalera y encontrarse de frente con mas de esas personas o seres María se queda paralizada por unos segundos sin saber que hacer. Esta en medio de Santi y Lucia así que la opción de salir corriendo fue descartada desde el primer pensamiento que paso por su cabeza.

Santi le habla y en ese momento María reacciona. Se aproxima al oído de Santi. -Voy a intentar algo, quizá podamos deshacernos de ellos sin tener que enfrentarnos, pero si la cosa se pone mal, golpéalos con tu maleta para tirarlo por el lado de la escalera al anden.

​Después se gira y se aproxima al oído de Lucia. Prepárate para correr hacia arriba voy a intentar distraer a estas cosas. 

Sin decir nada mas María suelta la mano de Santi y mete su mano en su bolso. Cuando coge su teléfono pega su bolso a su cuerpo y toquetea desde el interior para no dejar salir la luz del teléfono. Maria conecta la linterna de su iphone, después bloquea el teléfono para que no se vea luz en la pantalla y por ultimo tapa con sus dedos la luz de la linterna. - Prearaos... Susurra y justo después lanza el telefono hacia las vías por delante de Santi de manera que la luz del teléfono no les enfoque a ellos.