Partida Rol por web

La joven, tras echaros otro vistazo de arriba a abajo, corre el pestillo y abre la puerta del todo, como para mostraros al muchacho que hay dentro. Su voz grave también tiene dejes ingleses; "Cariño, les he visto desde que bajaron al descansillo, no parecen tener nada que ver con...".

(Sigue...)

Y en ese momento, como por arte de magia, el interpelado aparece en las escaleras del piso de arriba, vestido con un uniforme oscuro de la Falange Española y empuñando un pedazo de escopeta de dos cañones de mucho cuidado. "¡Rojos de mierda!, ¡Ahora os tengo a todos, os mataré por lo que le hicisteis a mi padre!", exclama con los ojos estrechos como rendijas, apuntándoos con el arma.

(Sigue...)

Desde donde se encuentra, el Sr. Mendoza comienza a apuntaros a todos con la escopeta. La chica negra pega un chillido, y el muchacho que la acompaña corre hacia ella. Dado que estáis en el descansillo, el hombre tiene ángulo para disparar a cualquiera de vosotros, (incluidos Scott y Selena).

¡Estamos en combate!.

Ahora actuamos por orden de iniciativas. El Sr. Mendoza tiene Nervio 3, así que aquellos que tengáis 1, 2 o 3 actuaréis después que él, o al mismo tiempo. Podéis hacer varias cosas:

- Intentar cubriros. Esto costará una acción de movimiento para llegar al interior de la casa de Scott y Selena o a las escaleras que descienden, y vuestra acción normal para meteros detrás de algo, tiraros al suelo o algo así.

- Intentar llegar hasta él. El Sr. Mendoza está en las escaleras; uno de vosotros, (y sólo uno, son unas escaleras y son estrechas), podría gastar su acción de movimiento para llegar a él y su acción normal para golpearlo de forma normal. También podría intentar arrebatarle el arma, (tirada de Músculo para cogerla, y otra tirada de Músculo, ésta enfrentada, para quitársela). Es muy arriesgado, (ésta es una partida realista, os imagináis lo que puede hacer una escopeta a esa distancia), pero podríais quedar como héroes.

- Cualquier otra cosa que se os ocurra, como cubrir con vuestro cuerpo a otro personaje o algo parecido.

Es vuestro turno... y vuestra decisión.

Cuando la puerta se abre María mueve su cabeza lentamente hacia la abertura de esta y mueve su mano saludando a la la pareja. Al ver que el chico esta nervioso por el vecino de arriba María baja su mano, es normal que lo este ya que ese gilipollas esta loco de remate. 

Por suerte la chica abre la puerta, se dio cuenta que no eran una amenaza así que María le sonríe para agradecerle que confíe en ellos. Por desgracia la suerte les dura poco, el señor Mendoza aparece de la nada y les apunta con su escopeta mientras habla. 

La joven de color suelta un chillido y eso hace que María reaccione rápidamente. AHHH!!! Grita María mientras levanta sus manos para taparse la cabeza y corre hacia el interior de la casa para esconderse. 

Valoro por un instante mis posibilidades de llegar hasta él pero esta demasiado lejos. Me vuelvo hacía los medas y veo a Maria entrando en el piso.

– Rafa aquí no tenemos ninguna posibilidad. – Le digo mientras intento seguir a Maria para esconderme detrás de la puerta con el cuchillo en la mano.

Si entra tendré una oportunidad de degollarlo, pero primero tengo que ponerme a cubierto.

Rafa se alegró de ver que en los pisos había otras personas, y que esas se mostraban abiertas a sumbar esfuerzos, o por lo menos para no cerrar la puerta o directamente pegarte un tiro. Estaba sonriendo cunado de golpe esta se congeló en sus labios cuando escucho la voz del viejales de la escopeta.

Instintivamente quiso lanzarse a por cobertura hacia adelante, hacia el interior del piso, pero viendo la pareja, a María y a Santi entrando por ahí decidió darse la vuelta para descender un tramo de escaleras y que la losa de hormigón que sustentaba las escaleras obstaculizara un posibli disparo. A parte, así ampliaba los frentos a defender por parte del viajales si iba a por unos o a por Rafa...

Me quedé en el piso, cuidando de Nerea para que no se quedase sola... puff, ellos explorando y yo aquí, no era mi plan favorito, pero alguien tenía que pringar. Al rato de que se fueran, me pareció oír gritos desde fuera, pero para asegurarme abrí la puerta: si, desde luego había un hombre, que no era ninguno de mis compañeros, gritando como un energúmeno.

Fui rápido a la cocina, a coger el cuchillo más grande que había, y me dispuse a salir del ático -Mantén la puerta siempre cerrada, y nunca le abras a nadie que no sea a nosotros. Si ves que alguien va ha entrar, escondete lo mejor que puedas. Ahora vuelvo- le dije a Nerea, no me hacía mucha gracia dejarla sola, pero si mis compañeros necesitan ayuda mejor ir a comprobarlo.

Con el cuchillo en la mano, cerré la puerta del ático y empecé a bajar las escaleras lo más rápido que pudiera sin hacer demasiado ruido; nunca se sabe cuando va ha aparecer algo al que no quieras llamar la atención.

Turno 21

María es la primera en reaccionar; se mete en la casa de los dos ingleses como alma que lleva el diablo, mientras el falangista trasnochado alza su escopeta y empieza a mover el cañón, pasándolo sobre cada uno de los presentes y aterrizándolo en la joven afoeuropea.

El disparo resuena en vuestros oídos como si alguien jugara al billar con vuestro tímpanos, y el cristal de una pequeña ventanilla de ventilación situada en la escalera se quiebra por el tremendo sonido mientras varias postas atraviesan el chaleco, la camisa y el abdomen de Selena, que mira a Ramón sin hacer ningún sonido, con una expresión británica y afectada de "¿cómo se atreve usted, caballero?". Un momento después, mientras la tela blanca que ya apenas contiene sus formas se va tiñendo de rojo, la joven se derrumba de rodillas para terminar cayendo con un sonido húmedo y contundente sobre un charco de sangre, reventando lo que quedaba de su camisa.

(Sigue...)

Scott parece pasmado ante la escena, y retrocede hacia el interior de la casa negando con la cabeza; "No... no...", mientras su labio inferior tiembla visiblemente.

(Sigue...)

Santi pasa al lado del inglés a todo correr, mientras Rafa se dirige hacia el piso inferior a considerable velocidad. El viejo falangista, que parece haber caído en un frenesí asesino, se lanza hacia la puerta y se queda en el marco, sobre el caído cuerpo de Selena. "¡Una patria, un Estado, un Caudillo!", grita apuntando con su escopeta a todos los que han entrado en la casa, (Scott, María y Santi).

(Sigue...)

Es vuestro turno. María y Santi, que están junto a un estupefacto Scott, podrían atacar al chiflado o perderse en las habitaciones de la vivienda para que no les alcanzase la siguiente salva. Por su parte, Ramón parece creer que Rafa ha cogido las de Villadiego y ahora estará trotando escaleras abajo. Eso puede ser así... o no. Rafa puede volver sobre sus pasos, (tardará un asalto), y aproximarse al viejo loco.

Mientras, Chuck, que con toda seguridad habrá escuchado el disparo, también puede dirigirse al lugar. Para ello necesitará dos asaltos, con un cuchillo jamonero que acaba de encontrar en la cocina. 

Me quedo esperando mi oportunidad para intentar acabar con él degollándolo.

Si hubiera dado un paso mas no tendría problemas pero ahora.

Cuando ve que apunta en dirección al que vivía aquí y la Maria me doy cuenta que no queda tiempo.

Tengo el cuchillo en mi mano derecha para poderlo degollar e intentaré sujetar antes el cañón de la escopeta desviándola hacía el techo.

Mientras se metia hacia el interior del piso María escucha el disparo, el ruido hace que tropiece y caiga al suelo. Mierda! María se gira y se mira para ver que no es ella la que recibió el disparo, pero antes de poder ver si tiene algo, ve como la otra mujer cae al suelo herida. -Joder,joder,joder..... 

​Por un segundo todo parece ir a cámara lenta, la chica esta en el suelo, Santi se esconde a un lado de la puerta, el loco se aproxima a la puerta y el guiri se queda bloqueado. En ese momento María se pone en pie y coge al guiri de su mano para llevárselo arrastras a la primera habitación de la casa que ve. -Vamos, vamos!!!!!

Rafa, a pesar de todo el estrés que siente en estos momentos, no puede evitar sentir cierto alivio de no haber centrado la atención del loco. Ahora, fiel a su idea inicial, la de dividir la atención del viejo, y ahora con menos cartuchos en la escopeta, Rafa asciende a la planta, sigilosamente e intenta acercarse sin ser visto por el viejo... la idea es intentar placarle y arrancarle el arma.

Un estridente ruido me pone nervioso: el sonido de un disparo. Los gritos de ese psicópata resuenan más cerca mía -No me jodas... ¿pero que mierda estará pasando ahí abajo? ¿Se están enfrentando a Tejero?- pensé preocupado, y pensando en las palabras que ese loco dijo.

Me apresuro a bajar más rápido las escaleras -Ahora si que necesito llegar a tiempo...- pensé mientras bajaba a toda pastilla, poniendo el cuchillo en posición de apuñalar por si las moscas. 

Turno 22.

María, que ve a Scott totalmente inmóvil, reacciona antes que nadie, y en un inexplicable ataque de altruismo agudo, (quizás el atractivo del muchacho tenga algo que ver), lo coge de la mano y tira de él hacia una de las habitaciones para quitarlo de en medio.

Contra todo pronóstico su intento fracasa, (la chica puede ser muy persuasiva), y Scott da un tirón en el último momento, con la vista fija en el fardo ensangrentado que antes era su compañera.

(Sigue...)

"Yo... debería hacer algo... no puedo dejarla así...".

(Sigue...)

El chiflado entra en el recibidor de la casa con una expresión de locura en sus ojos, y se encuentra de frente con Scott y con María tirando de él. Santi permanece a su espalda, escondido, y Rafa está volviendo sobre sus pasos para sorprenderlo por la espalda, (llegará en el siguiente turno). Chuck también va hacia allá, (y tardará un turno más).

En ese momento el viejo falangista alza la escopeta y apoya la culata del arma contra su hombro, apuntando a Scott. "¡Por el Imperio hacia Dios!", grita con fuerza antes de disparar. Scott permanece inmóvil, y Ramón pega el cañón de su arma sobre su cabeza y jala del gatillo.

clic.

clic, clic.

Parece que el cartucho llevaba tanto tiempo cogiendo polvo que la pólvora se ha humedecido, y el joven caballero inglés conserva la cabeza en su sitio.

(Sigue...)

En ese momento Santi aparece desde detrás de la puerta armado con un cuchillo, y coge al anciano por detrás intentando degollarlo como en las películas. Lo malo es que, aunque es un señor mayor, el fulano le saca una cabeza y es bastante más corpulento, así que aprovecha cuando su atacante duda a la hora de cortar, (ha colocado la mano sobre el cuello y se cortaría algún dedo), para sacárselo violentamente de encima.

(Sigue...)

Ramón Mendoza pega un grito de rabia, y ante la incapacidad de recargar la escopeta, (está rodeado de Rojos enemigos de la patria), coge el arma por el cañón y se prepara para partir cráneos con ella como si fuera un bate de béisbol. "¡Viva Cristo Rey, herejes!".

(Sigue...)