Partida Rol por web

Caminando lentamente, cubriendo el mechero, llegáis hasta la fuente del aire, una pared con un gran conducto circular cerrado por barrotes de acero, separados un par de centímetros entre sí. Por ese lugar entran ráfagas que apagan el mechero en un descuido.

Cuando volvéis a encenderlo os percatáis de que, bajo el conducto de la pared, alguien ha acumulado varios enseres, un par de mantas, una lámpara de aceite, un par de cajas de galletas, algo de ropa sucia y restos de latas de conservas. También veis las cabezas de algunas ratas podridas y un extraño artilugio que parece servir para hacer un filtrado superficial de agua.

Michael da un grito de terror al ver las cabezas de los animales y, detrás de vosotros, escucháis una respuesta a su grito, un sonido gutural parecido a una risa. Cuando os dais la vuelta veis a un hombre menudo que lleva otra lámpara de aceite apenas encendida en una mano y un machete en la otra. Os sonríe, mostrando una boca desprovista de muchos dientes y con restos de algún tipo de carne.

El Jefazo se encoge de hombros -Alguien debe haber cabreado a alguien que tenía bombas. Era solo cuestión de tiempo que pasara, en el mundo solo ganan los más cabrones. Tenemos una especie de curandero en el grupo, si vienes puedo pedirle que te eche un vistazo.

La solapa de mi abrigo había ayudado a cubrirme la cara. Cuando tras el oscuro trayecto el aire en el ambiente pareció algo más puro, por fin pude soltarla y respirar con normalidad.

El gilipollas que iba en cabeza se paró y pude ver las puertas que había mencionado.

- Entonces... - intenté hablarle al abuelo, pero me sobrevino un ataque de tos - Puto polvo - escupí para aliviar ese maldito sabor a tierra - entonces, ¿esta dama no es su parienta? - dije bromeando mirando a la vieja esperando animarla - ja! ya tengo plan para esta noche.

Le hice un gesto a la morena que había llegado con los viejos para que se acercara y sujetara a la abuela en mi lugar.

- ¿Te importa ayudar a mi novia cielo? Voy con Jack. No es tan mamón como parece, tendrías que verlo con dos tequilas de más.

- Tú, guaperas - dije señalando al tipo del pelo largo, amenazante - Ni se te ocurra acercarte a mi Jaina! - le guiñé un ojo a la vieja.

Solté a la abuela para ayudar a Warsong.

Me había quitado el pañuelo que llevaba a la cabeza para atármelo alrededor de la boca y la nariz y así, mientras caminaba, mitigar el polvo que se colacaba dejándome una molesta sequedad en la garganta que necesitaba calmar cuanto antes, pero estaba claro que eso iba a ser muy difícil.

Caminábamos muy despacio pero, por fortuna, el polvo fue asentándose poco a poco, permitiendo que respirara mucho mejor y, con toda seguridad, a los dos ancianos también les resultaría un alivio. ¡Qué narices! Todos nos sentiríamos un poco mejor sin tener que respirar aquella molesta nube de polvo que se te pegaba en los pulmones provocando, con el caso del "pandillero" un ataque de tos.

Estábamos llegando a... algún sitio. Dos puertas, una decisión que tomar. Mientras parte del grupo se alejaba para ver cuál sería el camino más factible, yo me quedé junto a los ancianos. Tampoco era cuestión de dejarlos solos y, mientras esperábamos a ver qué encontraban, me puse a charlar un poco con ello.

-Pues vaya fin de fiesta que ha tenido. -No me parecía mala idea mantenerlos distraídos-. ¿Y en qué trabajaba?

Genial, con el loco de la estación hemos dado ... se dijo a si mismo Nacer al girarse y encontrar a aquél tipejo machete en mano. De normal lo lógico sería estar asustado..pero Nacer había terminado más de una noche durmiendo con gente como aquella y tratándolos. No sabía el nivel de locura que gastaba aquél personaje... pero se echó la mano al bolsillo y cogió la navaja, sin llegar a sacarla..

- Hola.. joder... que susto nos has pegado tío - dijo con naturalidad - Estamos buscando una salida, con toda la que se ha liado ahí arriba nos hemos perdido y no hay cojones de salir de aquí... ¿alguna idea ? 

En un gesto reflejo alzo las manos, casi como si la pistola estuviese apuntándome a mí, y le muestro las palmas para que vea que no voy armada.

-Tranquilo -avanzo un paso en su dirección-. Soy Gen, y él es Rob. Estamos intentando llegar a la superficie -hablo calmadamente, pero mis ojos recorren la penumbra del túnel por si el chico no estuviera tan solo como parece-. ¿Sabes cómo salir de aquí?

Mientras sujetaba a la señora mayor me fijé en las dos puertas.

Creo que son salidas de emergencia. En cada túnel, cada cierta distancia las colocan por si ocurriera una emergencia. Estas puertas deben dar al exterior. Quizá debieramos seguir alguna. ¿Qué os parece?
 

El jefazo de muestra que al menos tiene bien claro de qué va el mundo. Resignado a no poder buscar a mi familia por ahora, lo mejor será reponerme. Me incorporo apoyado contra la pared.

- Sería muy bueno si el curandero pudiera echarme un vistazo a la pierna. Gracias.

La perspectiva de quedarme sólo en la oscuridad de nuevo tampoco me gustaba nada.

Los alimentos que has tomado te revitalizan y continúas tu marcha sin descansar. Tus pasos te llevan a otra estación o lo que debería ser una por los carteles de aviso. La zona está destruida y el techo derrumbado, impidiendo la entrada de luz. Tu linterna alumbra los cadáveres destrozados de varias personas alcanzadas por las explosiones, cuerpos desmembrados e irreconocibles. Tus pensamiento se ven interrumpidos cuando la radio vuelve a emitir sonido, posiblemente por estar en una zona más alta del metro.

-Hay gobierno.... muerto....reagrupar a los supervivientes....haberse detenido -una vez más los mensajes son tan inconexos que apenas te permiten hacerte una idea de lo que la mujer que habla dice. Parece que los sistemas de comunicación han sufrido algún tipo de daño.

La chica morena mira sorprendida y divertida a César -Si, no te preocupes, yo me encargo de todo -dijo con una gran confianza dirigiéndose a la mujer y dejando que esta se siente en el suelo, a su lado -lo ideal sería apagar los móviles mientras esperamos, no debemos gastar más batería de la necesaria. Y vosotros daos prisa, no es conveniente permanecer detenidos.

El anciano Charles sonrió ante la pregunta de Zoe, contento por poder hablar y contaros su historia -Pues yo trabajaba en una oficina bastante grande de la empresa Trigox, de alimentos de primera necesidad. Se dedica a exportar e importar la materia prima que luego vendían a otras empresas para hacer los productos que compramos en la tienda. Cincuenta años he estado trabajando allí, contra viento y marea. Parece que ahora nuestra sucursal se ha ido a la mierda ¿quién creéis que está detrás de los ataques?

El chico niega con la cabeza -¿Salir? Allí fuera están cayendo bombas, no pienso salir, casi no llego a refugiarme aquí. Las bombas son la muerte pero las ruinas que han dejado son una trampa aún peor. No se ni como he logrado salvarme, he tenido suerte y no ha caído ninguna bomba cerca pero he visto como una pareja ha muerto cuando un coche ha explotado al lado de ellos, casi se me cae un edificio encima y algunos de los supervivientes están atrapados por el fuego que hay en toda la ciudad. Lo mejor será permanecer un tiempo aquí. He encontrado unas bolsas de comida pero necesito alguien que me ayude a llevarlas y, que narices, en los túneles se oculta gente peligrosa, según dicen, vuestra ayuda me será útil.

Tienes razón, dicen que los túneles son el hogar de delincuentes y yonkis. Será mejor andarse con ojo.

Hace mucho que solo como carne de rata. Dejad al niño y podréis iros -os responde relamiéndose los labios, sin tratar de responder la pregunta de Nacer.

El Jefazo te ayuda a levantarse y llama a uno de sus hombres para que te ayuden a andar -Sabes, los túneles del metro son otra sociedad con sus propias reglas. El lugar está lleno de cabrones psicópatas, adictos que matan a todo el que se encuentran. Personas cuya cabeza ha perdido totalmente el sentido y se alimentan de ratas o de otras personas. Y también se habla de un asesino que rapta a la gente y experimenta con ellos. Es un lugar peligroso, no es bueno vivir solo aquí.

Viktor a los lados en busca de un arma improvisada, desde un hierro suelto hasta una piedra grande, aquel tipo era un perturbado de gran indole, Viktor era un desgraciado y Nacer parecia un yonki pero ninguno de los dos era tan desalmado para que ese canibal enfermo se quedase con el niño para comerselo.-Oye tio, no queremos nada contigo, dejanos irnos.-Le tapó los oidos al niño y lo medio ocultó tras el.-Mas allá hay un cadáver,ve a dar cuenta de el.-Aquello era algo nauseabundo, pero había que hacerlo para sobrevivir, eso o que Nacer o el sufriera un machetazo seguramente mortal en un intento por acabar con el tipo.

Veo como dos de mis compañeros se encaminan hacia la izquierda. Sigo sujetando a la mujer mayo y le ayudo a caminar hacia esa puerta. 

Ánimo, Señora. Seguro que esta puerta da al exterior.

Pues si que hemos topado con el puto rarito ... Se dijo Nacer tras escuchar las increíbles palabras de aquel tipejo. En el exterior todo parecía esta derrumbándose y allí tenían ya un caníbal, todo genial...

- Ey amigo, que tal si te doy dinero y te compras un buen filete, porque al niño no lo vas a tocar - le dijo entre la serenidad y una velada amenaza.