Partida Rol por web

-Bien, yo abriré camino y tu cierras ¿de acuerdo?.

Dicho esto, Ernesto se dirije de nuevo a los rehenes.

-Bien, señores. Vamos a ponernos en marcha. Síganme en orden y sin montar jaleo. No esperamos encontrarnos con ningún terrorista, pero de ser así, no quiero que se hagan los valientes. Limítense a ponerse a cubierto y dejen que Merk y yo nos encarguemos de ellos. Si me obedecen, en poco tiempo estarán a salvo.

Dicho esto, Ernesto comienza a caminar por los túneles comprobando que le siguen.

El grupo, encabezado por los dos GIE avanza un poco por el andén y se adentra en los túneles que cruzan bajo las vías. Pereira y Merck avanzan cubriéndose el uno al otro y asegurando el perímetro antes de dar paso a los rehenes, que avanzan a un ritmo lento debido al señor Smitol y su herida en la pierna.

Bajáis las escaleras, Merck primero. Todo está completamente a oscuras. Vuestro equipo de visión nocturna os permite ver todo el corredor con claridad, no hay ningún lugar donde pudiera esconderse una amenaza. Sin embargo los rehenes, a oscuras, están más asustados de lo habitual.

Algunos de los rehenes, el grupo que acompaña y ayuda a Smitol, baja sin pensarlo dos veces, así como el operario de limpieza Luis Hernández. Sin embargo, el señor Sale y la señorita Sturkov parecen paralizados en lo alto de la escalera.

No se ve nada ahí abajo ¿como pretende que bajemos sin ver absolutamente nada? Podrían estar acechando en cualquier esquina, esperándonos. Ya han matado a civiles antes, y su protección no es suficiente. Solo dos de ustedes nos protegen ¿creen que eso es suficiente?

La psicosis se deja oír claramente en su voz. La tensa situación unida a un carácter asustadizo han llevado a la mujer a un estado casi de shock. Será difícil convencerla por métodos corrientes.

El señor Sale, aunque no dice nada, se mantiene junto a la joven en todo momento, sin bajar tampoco hacia el túnel.

El operario de seguridad parece no cansarse de insistir en los mismo:

Vamos caballeros, sean racionales. Esa mujer está aterrorizada y no confía en ustedes. Si me dieran un arma quizás yo tendría más oportunidades de manejar la situación.

Bricks os mira a ambos, especialmente a Pereira, esperanzado en conseguir por fin algo con lo que defenderse de los terroristas.

Tori suspira de nuevo, algo cansada al parecer por los comentarios de algunos de los rehenes.

Pereira, yo no puedo estar en todo, y no puedo darle ningún arma a nadie. Por favor, señoras y señores, sigan nuestras normas y nada más

-Está bien, señor Bricks. En vista de la situación, le entregaré una pistola. Cuento conque su experiencia como agente de seguridad le sirva para mantener la compostura. Sabe manejar una de estas ¿verdad?.

-Señora Sturkoff, tenemos localizados a los terroristas y están en el otro extremo de la instalación, hacia donde se dirigen nuestros otros compañeros, así que resulta poco probable que nos vayamos a encontrar con alguien. Por otro lado nuestros trajes disponen de linternas integradas de alta potencia. No será como si anduvieramos a la luz del día desde luego, pero nos permitirán avanzar con un grado de visibilidad más que aceptable. La otra posibilidad es quedarse aquí y esperar a que la bomba estalle. ¿Usted qué prefiere?.

Pereira le entrega a Bricks una pistola y
Pereira se acerca a Tori y le habla al oido.

-Tori, lo último que necesito es que te pongas tú en mi contra. Si tienes algo que decirme, me lo dices, pero no delante de los rehenes.

¿En tu contra? - le susurra del mismo modo - Tan solo he mandado callar a esta gente, porque voy atenta mirando a todas partes y su murmullo es enloquecedor... aaaay, ojalá pudieramos salir de aquí, vivos claro, y poder tomarme una caipirinha... ayy...

Bricks se apresura a acercarse a Pereira para recoger el arma que este le ofrece. Por supuesto que se manejarla. Puede estar tranquilo, se lo que me hago.

Dicho esto, se apresura a subir de nuevo las escaleras y hablar en voz baja con Sturkov y Sale. La cosa parece ir bien, ya que inmediatamente ambos individuos bajan hasta el túnel, permitiendo continuar la marcha.

Recorréis en poco tiempo todo el túnel hasta alcanzar el otro extremo. Subís las escaleras con cuidado, alerta a cualquier movimiento extraño. Una vez más nada parece estar vivo en la estación.

Justo delante vuestra se abre una puerta de la que veis salir una pequeña nube de humo negro. Os acercáis mientras los rehenes permanecen resguardados en el túnel.

Esos cabrones parece que lo tenían todo bien preparado. Si no recordáis mal, ese camino conducía a los ascensores. La estancia ha sido volada por un artefacto explosivo, dejando únicamente a vuestros ojos un montón de escombros y polvo. Demasiado bien preparado.

El resto del andén está completamente vacío. En el extremo contrario podéis ver la salida de emergencia. Esperemos que los terroristas no tuvieran tiempo de reventarla también.

Bricks ha asomado su cabeza desde el túnel, desobedeciendo vuestras órdenes, y observa el estropicio causado por los terroristas. Como era de esperar, el hombre se siente más confiado ahora que tiene un arma.

La salida de emergencia está en el otro lado. Si salimos por allí aún nos espera un largo tramo de escaleras, pero creo que podríamos conseguirlo.

-No queda más remedio, Bricks. Vamos hacia allí.

Dicho esto, Ernesto se dirige al resto del grupo.

-Vamos, vamos...hay que darse prisa.

Tori asiente, y se apresura más.

Avanzáis por el andén hacia la otra salida de la estación, esperando que se encuentre en mejor estado que el pasillo que conduce a los ascensores.

Merck avanza delante atenta a todos los recovecos de la estación, mientra que Pereira va a la altura de los rehenes. Estos avanzan a ritmo lento con Bricks en la retaguardia. La pierna de Smitol os está retrasando de forma considerable.

Tori llega hasta el corredor y puede observarlo mientras el resto aún sigue avanzando.

Al fondo del corredor puedes ver el inicio de unas escaleras que conducen hasta una puerta de emergencia. Por desgracia, el acceso tiene lugar a través de un puente que atraviesa un túnel de ventilación.

El puente ha sido parcialmente destruido por los terroristas, dejando un agujero de tres metros de lado a lado. Vosotros podrías cruzarlo sin problemas, pero Smitol sin lugar a dudas necesitará de algún tipo de ayuda.

Hay vigas y salientes que os podrían permitir tender varias cuerdas de un lado a otro. Con eso y un arnés Smitol quizás podría conseguirlo. Por otra parte, no tenéis tiempo de sobra. ¿Vale una vida más que las que se perderán si estalla la bomba?

Tori para en seco, pareciendo más seria de lo que acostumbra mientras extiende el brazo y señala con el dedo.

Pereira, ven y mira

Ernesto se acerca lentamente indicando a los rehenes que se mantengan en silencio con un gesto, tras lo cual echa un vistazo hacia donde le indica la soldado Merck.

Tori señala al fondo del corredor. Allí, un puente a través del tunel de ventilación conduce a una salida de emergencia. El problema está en que el puente está medio destruído.

Deslizando su hombro hasta topar con el de Pereira, Tori le susurra - Tenemos un problema, y es que por ahí no cabe Smitol - comenta escueta, dejando que Pereira entienda el resto.

Al fondo del corredor puedes ver el inicio de unas escaleras que conducen hasta una puerta de emergencia. Por desgracia, el acceso tiene lugar a través de un puente que atraviesa un túnel de ventilación.

El puente ha sido parcialmente destruido por los terroristas, dejando un agujero de tres metros de lado a lado. Vosotros podrías cruzarlo sin problemas, pero Smitol sin lugar a dudas necesitará de algún tipo de ayuda.

Hay vigas y salientes que os podrían permitir tender varias cuerdas de un lado a otro. Con eso y un arnés Smitol quizás podría conseguirlo. Por otra parte, no tenéis tiempo de sobra.