Partida Rol por web

La frente de Walter se encontraba llena de sudor. Pero su ánimo no mermaba. Aquello, de hecho, casi era placentero para él. Al menos hasta ahora. Los innumerables recuerdos de sus horas y horas de lecturas venian a su cabeza a cada rato. Las historias de náufragos siempre habían despertado su curiosidad. Y allí estaba él, en una isla perdida y misteriosa cual Robinson Crusoe. Sin decir mucho continuó hacia la avioneta.

Los supervivientes se acercaron a la ladera del promontorio y comenzaron a descender. Esa parte era menos escarpado que la ladera de la cascada. La avioneta emitía un destello apagado: los rayos eran más débiles y apenas reflejaba el fusilaje. El descenso era más fácil que el ascenso, por las características del terreno y por ser descenso.

Todos querían mirar la avioneta y evitar las extrañas escaleras que entraban en la oscuridad, me pareció bien, no quería que otra serpiente me entrara en los pantalones mientras entrabamos para perder la cordura.

Solo esperaba que mi mala suerte se estuviera echando una siesta o aun estuviera riéndose de mi por el ascenso y esperar que en la bajara no tuviera mayor percance, por suerte baje despacio y exceptuando algún que otro resbalón, que no me hizo perder mi precario equilibrio, llegue abajo sin mas sobresaltos.

-Bueno y ahora, ¿Quien es el primero en meter la cabeza en la boca del dragón?-Pregunte de espaldas al avión y de frente al resto, señalando la chatarra con el dedo pulgar.

-Revisenlo, yo vigilo fuera.

El descenso no parecia haber supuesto dificultad para Rowan.

Muy valiente. Pienso mientras me dirijo a la avioneta.

Bueno, voy a echar un vistazo. Me dirijo directamente a la puerta y pruebo ha abrirla. Me pregunto de donde vendrá esta avioneta. Cuanto tiempo lleva allí que paso con el piloto que la trajo. La verdad haber encontrado la avioneta le da más realismo a este lugar y me ayuda a poner los pies en el suelo. En cierto modo me sentí reconfortado.

Descalza y aún convencida de que podría lograr que el top cubriera algo de sus generosos senos, Ana se tomó su tiempo en realizar el descenso.

Despacito y con buena letra, decía mi madre.

Tras no pocas maldiciones, producto del rasgar de la piedra en la delicada piel de sus pies, la malhadada estrella alcanzó al grupo de hombres, justo a tiempo para ver como John desaparecía en la negrura de la avioneta. Buscó apoyo en el hombro de Charlie mientras sacudía la arenilla que había entrado en los cortes, sonriéndole con complicidad.

—¿Qué, ya hemos mandado a otro valiente al matadero? —le dijo, guiñando un ojo— Gracias por echarme una mano ahí atrás, Charlie. Creí que no lo contaba. Cuando volvamos a Nueva York, recuérdame que te invite a un trago.

Ana trataba de recuperar el buen humor, imaginándose que la avioneta y las escaleras significaban que la isla no estaba tan deshabitada ni era tan desconocida como habían supuesto. La otra alternativa era demasiado aterradora como para considerarla seriamente.

Sonriente ante las palabras de la mujer, demonios era verdad yo no era un heroe eso es para otros, quise contestar con la mayor cortesia una mujer tan bella, ademas seguro que asi mi hermana estaria orgullosa.
-Me encantaria, nunca digo que no a una copa y menos con grata compañia.-La ayude a bajar y quedarse cerca de nosotros.

-Bueno espero que ese tal... John salga con buenas noticias.-Comente en global esperando algo de comunicacion, mientas otros se manchaban las manos.-Por cierto... no es que me apetesca entrar a donde conducen esas escaleras despues del incidente de la serpiente, ¿Pero soy el unico que se pregunta que hacen aqui? De echo aun me pregunto si estamos realmente vivos o esto es un sueño o algo... quiero decir, animales increibles, frutos de colores imposibles... la isla en si es un gran cubo oradrico, ¿No les parece?-La espera siempre era menos pesada con un poco de ocnversacion, por desciciante que esta fuera.

El descenso fue mas sencillo de lo que Walter eseraba. La adrenalina lo hacía moverse mejor. debían ver qué había en aquella avioneta. Cualquier cosa podría servirles en aquella situación.

- Charlie, luego de inspeccionar la avioneta iré hacia esas escaleras. Espero que me aocompañen, estemos vivos o muertos... Sigió los pasos de Jhon.

Me costó bajar la ladera, algún pequeño rasguño en las piernas y en los brazos, típicos de un chaval cuando juega en el colegio.

Cuando llego al lado de mis compañeros, pienso que no soy hombre de acción, aún así, saco mi daga y la agarro fuerte, pensando que puede salir cualquiler cosa de la avioneta. Me dirigo a todos: - Esperemos encontrar alguna radio en la avioneta y ver si descubrimos donde estamos. Luego habrá que encaminarse a las escaleras, eso sí, podriamos pasar la noche cerca de la playa y atacar las escaleras con la primera luz del alba.

Hay que descubrir lo que ocurre en la isla, si o si.

El grupo de supervivientes baja la cuesta repleta de vegetación con relativa dificultad. Está cuesta abajo y hay bastante raíces como para impedir resbalar ladera abajo de forma incontrolada. En menos de un cuarto de hora el grupo llega al mismo nivel que la avioneta, unos cinco minutos más los supervivientes llegan exhaustos con algún que oro rasguño y con el estómago rugiendo, pues ya ha pasado el mediodía y el tiempo de sobremesa hace tiempo.
El pequeño avión no está en condiciones de volar. Su morro está enterrado en el suelo de la jungla y sus alas yacen partidas en las proximidades. La puerta ha sido literalmente arrancado de sus goznes de cuajo y está a un lado, cerca del fusilaje del avión arrugado como si de un papel se tratase. A unos pocos metros de la puerta puede encontrarse ropas de aviador ensangrentadas y rasgadas así como pequeños trozos de carne seca.

- Si teníamos alguna esperanza de poder arreglarlo, olvidaros, es imposible, tanto por fallos mecánicos, el motor se encuentra destrozado, como por fallos estructurales, las alas no hay más que verlas. Me percato del detalle de la puerta y lo comento al grupo.

- Otro secreto más que añadir a esta isla ¿quién habrá sido el que ha arrancado la puerta de cuajo del avión? el piloto lo dudo, ya que después del aterrizaje no tendría ni fuerzas para desabrocharse el cinturón de seguridad. Para mis adentros me guardo la incógnita, de que es lo que hizo caer al avión en esta isla.

Silbe al ver el estado del aeroplano.
-Hasta yo puedo ver que esto no tiene arreglo.-El doctor tenia razón, pero había una cosa que llamo mi atención de sus palabras.

-Bueno, ¿Estos cacharros tienen un sistema de seguridad que la puerta sale disparada hacia afuera si no se puede abrir no? No estaba muy seguro, pero lo veía lógico viendo el estado de donde antes estaba la puerta.-Si no fue el piloto, supongo que alguien mas esta en la isla con nosotros.-En ese momento miro a Walter.-Y supongo que estará allí.-Volví la cabeza para señalar las escaleras.

- No creo que haya muchos modelos así Charlie. He pilotado alguno de estos Electra y no tienen puertas así ¿La radio esta operativa?

El interior de la avioneta está en completo desorden. Hay un reguero de sangre coagulada desde el interior hasta los restos de aviador. Los supervivientes registran con la esperanza de encontrar algo que les sirva, y si que lo encuentran.
Hay una radio que está intacto pero la avioneta no tiene corriente. Hay además un botiquín, un revólver con 6 balas, una pistola de bengalas,algunas mantas y una garrafa de 20 litros de agua.

Que cantidad de sangre, dan ganas de vomitar. Intento que Ana Vixen no veo el interior de la avioneta, puede resultar demasiado grotesco para una mujer. Cada nueva escena que vemos en esta isla me da más ganas de continuar y discernir el misterio que nos rodea.

He encontrado unas pilas y algunos cables dentro de la cabina, y a primera vista la radio se encuentra intacta, yo creo que si me dais algo de tiempo puedo hacer que funcione. Es la unica manera de hacerla funcionar, ya que la bateria de la avioneta se encuentra totalmente descargada (o rota).

También he visto dentro un botiquín y alguna arma creo, lo mejor será que lo dividamos entre la gente que no vaya armada, no?

Rowan hecha un vistazo al interior de la avioneta.

- Un poco de agua no nos vendrá mal, la verdad. no me fio de nada de lo que venga de esta isla.

Me agacho y saco el bisturí de mi maletin para rascar una muestra de sangre. Queria comprobar que era humana aunque ya estaba casi seguro de que si. A mi mente venia la mente de una enorme criatura arrancando la puerta del avión de cuajo y devorando al piloto. Sin quererlo empece a sudar y a temblar.

Subamos las escaleras. digo con hilo de voz. Dr. Walter, Charlie cojan alguno de ustedes el arma o Ezequiel. Estoy seguro que haran más con ella que yo. Pronto tendremos que buscar algo que comer o un lugar donde refugiarnos. Si os parece bien creo que la avioneta nos resguardara un poco del frío. Todo depende de los escrúpulos que les dormir sobre la sangre. Realmente estaba temblando lo peor era no saber a que nos enfrentamos. Ezequiel pruebe a ver si consigue arreglar la radio. Rowan, yo y otro más podríamos ir a ver si encontramos algo que comer. No me hacia mucha gracia separarnos pero que más opciones teníamos, si queriamos sobrevivir teniamos que organizarnos. Ademas cuanto menos personas vayan a cazar mas facil sera que la presa huya, o, que el predador nos encuentre.

- Yo tomaré la pistola si les parece. En mi juventud hice el servicio militar. Algo recordaré de cómo tirar... Podríamos usar la avioneta para dormir dentro hoy. Es mas seguro que estar a la intenperie, y solo hay que cuidar la puerta. Iré a ver si consigo algo para comer.

- Creo que deberiamos  investigar esas escaleras.

Grito a pleno pulmón para que escuchen todos:

-¡Señores, he conseguido que funcione la radio! o por lo menos a priori eso parece, oigo el típico zumbido saliendo del altavoz. Gracias a las pilas que estaban dentro del avión y un poco de maña, he creado una fuente de energía para la radio, pienso que el fin de esta aventura puede estar cerca.

En mi opinión deberíamos de intentar contactar con alguien a través de la radio y sobre todo pasar la noche en la avioneta, acercarnos a las escaleras estando tan avanzado el día, me da mala espina.

Aún así muero de ganas de descubrir el secreto de esas escaleras.