Ambrose observó la entrada del jefe en la casa y aprobó la actuación con una sonrisa
- Esto va a ser demasiado fácil, habrá que estar atento.
Ethel asintió a su hermano y se acercaron a hablar con Fiodor.
Fiodor y Franco se encuentran charlando en una zona apartada de la fiesta. Hay gente que se acerca a ellos, saluda, y conversan un poco antes de volver a la fiesta. Veis que hay dos jóvenes oficiales de las SS cerca de ellos, uniformados y muy serios; llevan las pistoleras a la vista. Seguramente sean guardaespaldas.
Si alguno quiere escuchar a hurtadillas, Astucia + Percepción
Astucia + Compostura, perdón (eso es la percepción)
Motivo: 3
Dificultad: 1
Tirada (3 dados, se repiten 10s): 10, 1, 8, 7
Éxitos: 2, Éxito
Añado 3 dados más y premio
Motivo: compostura
Dificultad: 1
Tirada (3 dados, se repiten 10s): 1, 10, 8, 3
Éxitos: 2, Éxito
otros 3 ^^
Motivo: Astucia + Compostura
Dificultad: 1
Tirada (7 dados, se repiten 10s): 2, 5, 7, 1, 1, 4, 9
Éxitos: 1, Éxito
Motivo: escuchar a hurtadillas
Dificultad: 1
Tirada (4 dados, se repiten 10s): 8, 5, 4, 4
Éxitos: 1, Éxito
Franco y Fiodor no están hablando de nada relevante; conversan sobre como se está desarrollando la guerra, el gobierno de España, y cosas así (Franco siempre a través de su intérprete, claro)
¿Que opciones tenemos? A ver, estoy muy perdido y se me ha ido un poco el hilo de lo que carajos hacemos en la fiesta entonces no se muy bien que hacer xD
Ofrecía copas con pocas palabras y una sonrisa, manteniendo a una multitud considerable entre él y Albrecht. A medida que disminuía esa distancia crecía su propia incomodidad, atento a los ojos y las caras, los gestos y las palabras. Se acercó más y más se sentía abrumado, sospechoso, aterrado, vigilado.
Antes de que pudiera notarlo, Domenico se había alejado de Franco y su anfitrión, respirando pesadamente, incapaz de deshacerse de la sensación de que varios pares de ojos le seguían de un lado a otro. Había fallado estrepitosamente en su búsqueda, pero al menos no se había delatado. Allí residía su esperanza. Allí, y en sus compañeros. Salió en busca de Ambrose, ya que le pareció demasiado arriesgado entablar contacto con la pareja encubierta.
-¿Has descubierto algo?- le preguntó, tan sutilmente como se lo permitía su naturaleza. -Intenté acercarme, pero... no oí nada interesante. ¿Tienes alguna idea?-
Ambrose continuaba con su habitual pose correcta y autosuficiente.
- No, aquí no hablan más que chorrimemeces. Tal vez si empezamos a emborracharlos suelten prenda, pero eso ya es tu especialidad ¿aparte de matarratas sabes hacer cócteles?
Ethel dió un pequeño pellizco en el brazo a Friedich para que comenzase a hablar con aquel horrible español y con Fiodor. Quizás entre los Assasins no hubiese distinciones de sexo, pero entre los nazis si. No era ella la que tenía que empezar a hablar
Friedrich asintió al tiempo que daba un respingo ante el pellizco de Ethel. Se acercó a Paco y a Fiodor con su mejor sonrisa. Decidió irrumpir en su charla insulsa para presentar sus respetos. Herr Albrecht- dijo con una inclinación de cabeza. General Franco- se inclinó a su vez. Mi esposa y yo queríamos presentarles nuestros respetos. Nos preguntabamos a qué se debía la demora de nuestro querido anfitrión, aunque ha quedado claro a qué se debía. Ha debido ser difícil montar esa puesta en escena, pero hemos quedado gratamente sorprendidos. Cambió un poco el tono de voz, menos oficial, y poco más distendido pero aún educado. Casi creíamos que habría otros asuntos que requisiesen su atención y no le permitieran venir. He oído que los franceses y los ingleses están presionando mucho, tratando de arrebatar las conquistas de nuestro glorioso Reich...
Albrecht te da la mano y te presenta al General, que también te tiende la mano
- Si, lo cierto es que los ingleses están ofreciendo una buena resistencia, pero teniendo a Rommel al mando de las fuerzas en África, será pan comido. Tobruk caerá enseguida, ya verá.
Ethel mostró su mejor sonrisa a sus interlocutores y a pesar de que lo que deseaba era retorcer el pescuezo a aquellos dos hombres (especialmente a Fiodor, pues no conocía al enano español) ninguna de estas emociones apareció en su rostro. Con una leve inclinación saludo a los hombres.
Herr Albrecht...general...
No lo olvides, siempre tras tu prometido...siempre tras el hombre
Cierto, adoro a Wagner...nada como su magnifica obra para anunciar la victoria de nuestra gente.-añadió dulce y aduladoramente- sólo espero que la victoria sea rápida
Albrecht mira a Ethel con una sonrisa y los ojos se le iluminan por un instante
- Vaya, señorita. Creo que no nos han presentado -dice al tiempo que le coge la mano y la besa con delicadeza
En mismo instante en el que aquel hombre tocó su mano, Ethel sintió deseos de golpearle, pero mantuvo la compostura tras su "perfecta sonrisa de comercial"
Yo lo mato...le clavo la maldita daga en el cuello y lo desangro como a un...
Tiene usted razón- respondió separando la mano en el mismo instante en el que la soltó y agarrando el brazo de su acompañante- ¿Aún no le has dado la noticia, cariño?