Partida Rol por web

PRELUDIO

LAS MESETAS GOBLIN
Si uno mira un mapa del reino humano de Veliria, puede percatarse de que hay una región, dibujada con muchas colinas, que se llama mesetas goblin. Cualquiera que haya ido a esa región puede certificar de que el nombre que le pusieron es muy acertado. Es una basta región cálida llena de colinas donde se instalan innumerables cantidades de tribus goblins. Los estudiosos de Veliria tienen la teoría de que la gran cantidad de goblins que se puede encontrar en las mesetas goblins se debe a que pintó el enfieste masivo.

LA COLINA DEL GOBLIN Y EL GOBLIN
Hay una colina, especialmente grande, llamada La Colina del Goblin, que es donde se asentó la tribu más grande e importante de todas, llamada por los humanos "La tribu de El Goblin" (el más lamentable exponente de la creatividad humana). Muchas tribus son dirigidas por esta gran tribu, ya que si no obedecen, lo más probable es que terminen en el olvido.
La máxima autoridad de la Tribu del Goblin es un goblin fornido y grandísimo, al cuál los humanos llaman El Goblin. Algunos eruditos de Veliria creen que El Goblin en realidad no existe. Otros afirman que otros humanos les dijeron que lo vieron. Los que dicen haberlo visto también dicen que claramente es un orco, por la contextura y forma, pero que se hace pasar por goblin para gobernar porque es grande y pasarla bomba. Esta teoría es posible, ya que no es nada fácil encontrar un goblin, incluso en esa región, con suficientes luces como para darse cuenta de que no es un goblin. Simplemente creen que es un goblin grandote.

LA GIAMA
Una característica destacable de esta zona es que las colinas son ricas en giama, un recurso natural que tiene ciertas propiedades que amplifican los efectos de la magia. El giama es un mineral muy codiciado, y desgraciadamente para los goblins, se ha corrido bastante la voz de que en esa zona puede encontrarse el mineral en abundancia.
Con el tiempo las tribus goblins fueron siendo aniquiladas por razas más poderosas que buscaban este importante elemento, y la gran mayoría de las que sobrevivieron decidieron emigrar hacia lugares donde no les quepa de touch. Este es el caso de la tribu cara torcida.

LA TRIBU CARA TORCIDA
Es una pequeña tribu que comenzó con una veintena de goblins, y se instalaron en una colina pedregosa al este de la tribu del Goblin. El primer líder fue Shakal, un poderoso goblin que era buen combatiente y estratega. Eso lo llevó a conquistar otras pequeñas tribus, lo que llevó a triplicar el tamaño de la suya. Al poco tiempo fue destituido por Wooshombi "el brujo".

WOOSHOMBI, EL MANDAMÁS
Ningún goblin en ese momento hubiese creído que Wooshombi, un goblin tan común y corriente (para el estándar goblin) que es al mismo tiempo muy especial por ser tan excesivamente común y corriente (para el estándar goblin), hubiera crecido tan rápidamente en poder, tanto mágico como "político".
El secreto de su éxito se debe a que, por un evento del azar, o por el incomprensible sentido del humor del destino, Wooshombi vivió una experiencia cercana a la muerte -que para una persona hubiese sido una experiencia traumante, pero como los goblins ya son traumados de por si, no les afecta- que, literalmente y en resumidas cuentas, lo hizo tirar poderes.
Ese día, que fue el más importante de su vida, aprendió la mayor de las lecciones de vida:
Los hongos y los rayos te hacen tirar poderes. Una lección tan valiosa que se la guardó para sí mismo hasta el día de la fecha.

De ahí en más, Wooshombi se ganó el respeto de los goblins de la tribu con la efectiva estrategia de someter a los demás goblins tirando poderes todo el dia. Así fue que Wooshombi se convirtió en el mandamás de la tribu Cara Torcida.

EL ÉXODO DE LA TRIBU CARA TORCIDA
Por órdenes estrictas de El Goblin, la tribu cara torcida debe proveer cada semana cierta cantidad de comida y cuero a la tribu de El Goblin. Si no lo hacen, la furia implacable del Goblin caerá sobre la tribu, y les cabrá de touch, lo cuál claramente es un bajón para la tribu. El problema fue cuando dejaron de conseguir comida y cuero, ya que pintó la sequía en la región.
Como ni daba que quepa, Wooshombi tomó la desesperada desición de emigrar de las mesetas goblins. Decidió que sería bueno ir al este, a las montañas, donde el calor de verano no existe y los hongos crecen en abundancia.

Acto 1 - Engullidos por la oscuridad

Por fin, luego de dos semanas de viaje, la tribu logró llegar a la ladera de las montañas oscuras. Estas enormes montañas serían perfectas para iniciar una nueva vida subterránea como la de sus antepasados. Cinco esclavos llevaban al hombro a Wooshombi y su cómodo trono de huesos, cráneos y pieles. Sus tres fieles guardaespaldas, Raka, Sup y Shargat iban cerca, montados en hienas.
Escalar descalzos en un piso inclinado lleno de pequeñas piedras negras fue bastante dificil (sobretodo para los esclavos) dado que estaban acostumbrados a la suave tierra y césped de las mesetas. Además, incluso los trasgos más hiperactivos de la tribu venían cansados después de tanto viaje y tan poca comida.
Pararon a comer a medio día (hubo que comer una de las 8 hienas de las que disponía la tribu debido a la escasez) y siguieron en un ritmo ininterrumpido durante dos días.
En la segunda noche sólo quedaban 4 hienas y algunos goblins murieron de hambre. Esos goblins se transformaron en comida en pocos minutos.
Por lo menos a esa altura ya no hacía calor.
Esa misma noche encontraron aproximadamente una veintena de hoyos en la dura roca de la montaña. El jefe decidió que mientras algunos arman el campamento, el resto vaya en pequeños grupos a investigar qué había en los hoyos.
Normalmente Wooshombi se hubiera quedado instalado en su trono mientras todo el resto trabajaba, pero el tema era que no tenía más hongos. Los hongos eran muy ricos y le hacían tirar altos poderes. Necesitaba hongos. Era adicto a los hongos.
Se fue con Raka, Sup y Shargat hacia uno de los hoyos en la pared montañosa, a buscar hongos.

Cuando entraron en el hoyo, apenas podían andar parados. Raka era un maníaco y un pirómano enérgico y un poco masoquista. Era todo un personaje que, en casos como ése, venían bien, ya que siempre traía su mochila llena de antorchas y diferentes artefactos de pirotecnia.

Queridísimo jefe, allá el camino se divide como en cinco túneles. -dijo el goblin con una voz aguda y rasposa, sin apartar la vista del oscuro túnel.

Por la derecha... -susurró con una sonrisa.

Ni bien Raka dijo ...cha... se oyó un estruendo, una explosión, que venía como de dentro de la tierra, debajo de ellos.
Luego del gran estruendo, todos los goblins comenzaron a mirarse entre todos sorprendidos, a la luz de la antorcha.
Unos cuatro segundos después comenzó a escucharse cómo se caía debajo de ellos la tierra, y comenzaron a undirse de a poco.
No les dió el tiempo para reaccionar. Sólo recuerdan como comenzó a caer en picada el suelo de tierra debajo de ustedes, y ustedes también. Cayeron un par de metros al vacío, era un lugar oscuro y enorme. Sintieron que era sombra infinita. Cayeron durante unos cuantos segundos eternos y al final se encontraron con el agua, que les pegó fuerte.

Afortunadamente, el agua era honda. Al parecer era una laguna. La antorcha de Raka se extinguió con el agua, pero había una fuente de iluminación.
Miraron hacia unos metros adelante, y lo que iluminaba la caverna parecían ser unos hongos fosforecentes azules y verdes, que dejaban ver la gran caverna en la que se encontraban.

Los hongos estaban contra una pared, al rededor de un gran pasillo todo azulado y verdoso por los hongos brillantes.
Los goblins estaban todos flotando en la laguna honda que había lejos de ese pasillo, a lo oscuro, y vieron que al rededor de ellos había muchas estalactitas y piedra. De hecho toda la cueva era de piedra, excepto el techo de tierra.
Cuando miraron a un costado vieron el cuerpo de Sup aplastado por una gran roca. Totalmente exprimido.

Muy cerca del pasillo que iluminaba la cueva, había tres seres mirando tranquilamente hacia la lagunita donde estaban. Tenían túnicas marrones y capuchas. Tenían, además, una gran piedra gris y brillante. Sin embargo sus rostros estaban oscuros por la sombra. Sólo podía distinguirse el brillo ocasional de un ojo extraño.

-Wiiiiiiiiiiiiiiiiiiiba

Grito como un hijo de puta mientras me caigo al vacío intentandome agarrar de alguna piedra, de Shagart, de Raka, de mí, de algo…pero cuando quiero acordar me termino sobado abajo del agua.

Salgo pataleando a respirar y me encuentro con alto panorama. ¿Dónde mierda es esto?. Miro a mi alrededor. Unos segundos de oscuridad me desalentaron pero…
Pero…
Indescriptible.
Todo un tsunami de maravillosas sensaciones placenteras envuelven mi cuerpo.

…

no lo podía creer

....

Abro la boca de manera absurda. Mis ojos se separan de manera tremenda para mostrar mis pupilas más dilatadas que nunca.

¡Es demasiada emoción junta!

¡Hongos!

Pero…

¡Queee Hooongos!

¡Hongos que brillan!

¡Brillaaaaaaaaaaaan!

Me imaginaba a mi mismo corriendo al son de un piano con ese hongo azul, girando alrededor de su luz, bendiciendo la existencia y el alto mordiscón que le iba a dar.

Mejor paro de flashar.

Es mío.

Nadie se le acerca.

Miro a mi alrededor.
Encuentro a Shagart y a Raka. Fa, por lo menos siguen vivos. ¡Que suerte! ¡Que suerte…hay hongos!
Che…¿Y Sup? –Lo ve debajo de una piedra- ¡La puta ma…!- ¿Qué hago? ¡Re que gastaba energías en putear cuando podía estar consumiendo hongos!
Acto seguido comienza a nadar como un desesperado para el lugar donde estaban.

Yargat, que se caracterizaba por ser un aventurero eficiente que rara vez mostraba alguna expresión facial y no era especialmente charlatán, salió lentamente del agua, bajo la sombra de una estalagmita, y te dice con su voz gruesa, susurrando:
Esos sujetos... ¿esos nos habrán hecho caer acá? ¿serán unos brujos? -decía, siempre con su entrecejo fruncido, pero esta vez con los ojos saltones y la respiración agitada, producto de la furia.

Aún en el agua, con la cabeza afuera y bajo la sombra de la misma estalagmita, Raka se reía agitado.
¡Uuuuuuuuuuhh! -dijo sonriendo haciendo la voz aún más aguda - ¡Los cosos vienen para acá! ¡me parece que se arma la fiesta ahora! ¡jajaja!

Miraste y lentamente, moviendo la gran piedra, comenzaron a acercarse. En un punto, pararon de acercarse y los tres seres pusieron sus manos en la piedra, y esta comenzó a brillar con fuerza.

-Chaaaaaaaau. ¿Qué mierda hacemos? -Dice bajito, mirando nervioso, mientras busca un lugar donde esconderse y seguir mirando, tratando de que no lo vean y, si ya lo hicieron, de tener cobertura frente a algún posible peligro.

Das miradas fugaces a los tres seres que estaban tocando la piedra, que ahora brillaba mucho. En ese momento te diste cuenta que era una gran piedra de giama. Los tipos estaban intentando amplificar sus poderes mágicos.
No se, ¡No se! ¡¿Nos mandamos?! -dice Raka con una retorcida sonrisa macabra.

Volvés a mirar a los sujetos, y ahora al parecer la energía de la piedra se estaba pasando a sus cuerpos, se veía como brillaban sus venas durante algunos segundos.
Luego, mientras te quedabas ahi mirando atontado, veías cómo los tres levantaban las manos oscuras y comenzaban a moverlas de forma extraña. Lentamente comenzó a formarse delante de los encapuchados una piedra flotante con fuego al rededor. Era muy pequeña, pero se iba agrandando.

Intento romprer la concentración de los vagos tirandoles poderes. 

Parecía que los encapuchados estaban intentando lanzar un mismo hechizo en conjunto. Wooshombi apareció repentinamente de atrás de una estalagmita y lanzó de sus manos una bola brillante que fue a gran velocidad hacia uno de los encapuchados. La bola se fue haciendo más chica en el transcurso, y cuando impactó en el encapuchado ya era bastante pequeña, pero de todos modos le rompió un poco la túnica y le golpeó con fuerza. El encapuchado lanzó un leve grito agónico.
Los otros dos seguían intentando hacer el hechizo. La esfera marrón de fuego se iba haciendo cada vez más grande.
En un momento, cuando ya era bastante grande, salió disparada a gran velocidad hacia Wooshombi.
El goblin tuvo el acto reflejo de tirarse al agua para esquivarla.
La esfera golpeó de lleno en las estalagmitas que estaban ahí al lado, y ni bien colisionó con la estalagmita, explotó con mucha fuerza.

Un pedazo de estalagmita que salió volando golpeó en la cabeza de Raka, y éste se hundió en el agua.
Yargat cayó al piso por la explosión, pero no se hizo mucho daño.

Yargat se levantó inmediatamente del suelo rocoso y se descubrió. Salió corriendo a gran velocidad mientras al mismo tiempo sacaba su bello machete de la espalda.
Es hora de cortar unos cuellos. -dice medio agitado, entrecortado.
El goblin corrió a una buena velocidad y los alcanzó rapidamente.

Los encapuchados pegaron un salto del susto e intentaron ponerse en guardia de alguna manera.

Raka tardó un momento en recuperarse. Emergió del agua y salió corriendo, medio mareado, hacia los sujetos misteriosos. Sacó las dos dagas que tenía enfundadas en las piernas, y le lanzó una al encapuchado del medio. Logró clavarselá en una pierna, pero como no fue lanzado con mucha fuerza, no le hizo una gran herida.