Partida Rol por web

El resumen de tu vida es básicamente: eres buena con tu trabajo y te gusta ayudar a los demás. Llevas tanto tiempo centrándote en tu carrera profesional que se te ha olvidado que toda persona necesita algo más que el trabajo para sobrevivir y empiezas a necesitar algo más, es como si tu reloj biológico se negara a que únicamente te dedicaras a tu trabajo.

Últimamente estás menos centrada que de costumbre y tu trabajo ya no te reporta aquellas alegrías que anteriormente obtenías de él. Es como si estuvieras cansada de hacer siempre lo mismo. Hace un par de años decidiste pasarte a la medicina privada, trabajando en un hospital de gran prestigio internacional, lo que todas las revistas de medicina consideraban el mejor hospital del mundo. A parte de trabajar con niños, cosa que nunca has dejado de hacer, te especializaste en cirugía y alguna otra cosa más.

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El despertador está sonando. Son las 5:50 de la mañana y a las 6:30 entras a trabajar. Te levantas como siempre ( ducha, desayuno.. ).

6:15 de la mañana. Suena tu busca, para acto seguido sonar tu teléfono móvil.

Estoy tomando un café bien cargado, ya que siento mis ojos pesados incluso después de la ducha. Le he puesto cuatro cucharadas de azúcar, me gusta bien dulce además de que el azúcar da energía para empezar el día. Estoy hojeando el periódico de ayer, como siempre hablan de continuos desastres, lo miro sin mucho interés, más por el hecho de ocupar un poco mi mente que porque me interese la información que me puedan estar dando.

Miro el reloj, ya va siendo hora de que me dirija hacia el hospital para empezar mi jornada laboral, cuando de repente escucho mi busca. Con un suspiro me dirijo hacia el bolso aunque detengo mi mano, ya que ahora suena mi móvil, así que lo cojo y con las prisas contesto sin mirar quién puede estar llamándome a estas horas.

Diga?

Mientras contesto cojo el busca para ir mirando el número que me ha mandado el mensaje.

El número es el de recursos humanos del hospital.

Hola, es la Doctora Wells?

La voz es de un hombre joven, suena a la típica persona que está acostumbrada a hablar por teléfono..

Qué raro que me llamen de recursos humanos...

Sí, yo misma. Ocurre algo?

Pregunto con una voz un tanto extrañada.

Soy Tom Andrews de recursos humanos, le agradecería que cuando acuda al hospital pasara por mi oficina. Tenemos unos temas que tratar y preferiría que lo hablemos en persona.

De acuerdo, ahora, en cuanto vaya para allí, me paso por la oficina.

Al colgar el teléfono compruebo que el número del busca sea el mismo del hospital, si no es así, llamo para saber quién más puede requerirme a horas tan tempranas.

El número del busca y el que te ha llamado al móvil es el mismo.

Al comprobar que el número es el mismo cojo mis cosas y me dirijo al parking para coger mi coche. Voy con prisas, me sorprende la llamada recibida, es la primera vez que me ocurre y no puedo evitar el sentir un pequeño nerviosismo en mi interior.

Entro en el coche, lo pongo en marcha, y me dirijo hacia el hospital.

Mejor que me tranquilice, voy bien de hora, aunque que raro, qué es lo que querrán? No podrían haber esperado a que llegara allí? No se, hay algo que no me gusta nada...

Llego al hospital, aparco en mi plaza como cada mañana. Al entrar saludo a la enfermera de guardia, y sin pararme como suelo hacer me dirijo hacia el despacho de recursos humanos.

Llegas al hospital, todo es como siempre. Al ser un hospital privado, el Community, no se ve demasiada gente en las salas de espera ni aglomeraciones.. Llegas a la oficina de recursos humanos, la cual no visitas desde la primera vez que entraste por la puerta del hospital.

Te recibe Tom con una amplía sonrisa:

Es un placer volver a verla Dra. Wells. Pase y siéntese. Por cierto, debo pedirla disculpas por llamarla a estas horas.

Buenos días, Tom.

Al entrar le extiendo la mano a modo de saludo cordial, mi mano se muestra firme. Nunca me han gustado los apretones de manos en los que parece más que cojas una trucha.

Y bien, ya me direis para que me habeis llamado con tanta urgencia.

Estrecha tu mano.

Por favor siéntate - Dice Tom señalándote una silla. Nos ha llegado una carta de la junta de la empresa y nos piden el traslado de uno de nuestros médicos a un nuevo hospital de Nueva York.

Me dirijo hacia la silla y me acomodo, esperando qué es lo que Tom me tiene que decir, cuando me comenta lo de Nueva York mi rostro no puede evitar mostrar mi perplejidad.

Nueva York? Sinceramente, no entraba dentro de mis planes. Qué ventajas me ofrecen?

La noticia me ha pillado por sorpresa, pero no puedo evitar el empezar a pensar en los pros y contras de un traslado de esta embergadura.

Oficialmente ofrecen un sueldo de 3500 $ mensuales. Le proporcionan un piso de 150 metros cuadrados a estrenar, bajar sus horas de guardia y una semana más de vacaciones.

Extraoficialmente, la puedo decir que se escuchan rumores de que se ha conseguido reunir a los mejores médicos y científicos en unas nueva sinstalaciones que han construído, de todos los países además, pero a esto no le haga mucho caso que ya sabe que los rumores son rumores.

Y cuando debería presentarme allí? Sinceramente, el sueldo parece bastante suculento, es una oferta que difícilmente pueda rechazar.

Bajo la mirada, titubeo un momento antes de continuar.

Además, por qué me han escogido a mi? Tienes médicos con mucha más experiencia que yo, únicamente llevo dos años en la empresa.

Eres una buena doctora, te dedicas a tu trabajo y espero no ofenderte, no tienes a nadie que impida que puedas aceptar un trabajo en cualquier otra parte del mundo. Dice Tom mirándote.

De acuerdo, cuando debería ir?

Le miro directamente a los ojos.

Para mi es un honor que hayan pensado en mi.

Contengo una sonrisa, en el fondo me siento orgullosa de mi misma, parece que todo el esfuerzo de estos años, por fin está teniendo su recompensa.

Lo antes posible. Si quiere puedo llamar para decirles que acepta y les pregunto que cuando tendría que estar allí. Dice Tom sonriéndote.

Si me hace el favor, cuanto antes lo sepa antes podré arreglar las cosas para el traslado.

Le digo con una mirada de determinación.

Me gustaría poder tener algo de tiempo para despedirme de los niños, y de mi madre.

Una sonrisa dibuja mi rostro.

No se preocupe, en cuanto sepa alguna cosa, llamo a su busca para que cuando pueda se ponga en contacto comigo, vale? Dice Tom poniéndose de pie.