Partida Rol por web

Espero pacientemente y con tranquilidad y me giro hacia Derwyddon cuando este comienza a hablar. Su aspecto me parece extraño y venerable al mismo tiempo, como un viejo roble. Como el mar.

Me mantengo claramente al margen de las decisiones ya que no me corresponde de manera alguna y echo un fugaz vistazo a Elaine. Cojo aire, me aclaro la garganta y estiro las falanges y los carpos con disimulo.

La chica a la que han llamado Eleanor te acompaña dentro de una de las cabañas. Es una casa pequeña, con sólo dos estancias. La cocina y el dormitorio.

Mira con aprobación como bebes el agua de la forma apropiada. Cuando terminas, te acompaña a la cama, dejando que te tumbes. Te pone en la frente un paño fresco que hace que te sientas mucho mejor.

-¿Has sufrido un naufragio? Si erais muchos en el barco, deberíamos esperar más naufragos. Pero es raro, no ha habído ninguna tormenta en días.- comenta -¿Tienes hambre?.-

Te extraña su comentario, la tormenta que os hundió debería haber azotado la costa con dureza.

Derwyddon mira al suelo pensativo, con los dos ojos.

-Pero Avalon y yo hemos nacido juntos. Y he visto a ese hombre, muchas veces. Antes y después de hoy. Y no es bueno.- dice en tono criptico.

Elaine, la mujer que lo acompaña, entorna los ojos con impaciencia. Seguramente habrá entendido lo mismo que vosotros, nada.

El anciano empieza a caminar hacia el centro de reunión.

-Elaine.- la llama- ese supuesto druida ha vendido su pueblo a los Oscuros, es hora de hacer justicia.-

Miro a la mujer rubia unos instantes, pues despues mis ojos vuelven a perderse en un punto al orizonte - Si... Algo azoto el barco en el que iba... - O mas bien en el que me tenia secuestrada... - ¿A cuanto estamos de Avalon? Mas bien... ¿Donde estamos? - Le pregunto volviendola a mira y tragando de forma algo forzada - Tengo la garganta algo resentida de la salitre... con liquidos sera suficiente, y ropas secas algo maravilloso.

La mujer te mira extrañada.

-Estás en Avalon.- te contesta-Nuestro pueblo, Biriem, está entre Luthon y Carleon.-

Te trae ropas secas, son de campesina, mucho más humildes de lo que sueles llevar, pero al menos están limpiar y huelen bien. Cuando estás lista, te trae un poco de asado que ha calentado al fuego. Es caza, y te recuerda un poco a las comidas de tu tío.

Al terminar, te coge por el brazo.

-¿Puedes acompañarme?. Creo que debemos acudir a esa reunión.- dice con aire triste y preocupado.

En grupo, os dirijís a la cabaña de reunión del pueblo. Es muy grande, tanto como para albergar a todos los cuidadanos, pero ahora está casi vacía. Ya sólo queda un pequeño grupo de jóvenes y los extraños invitados que han llegado.

El druida del pueblo está hablando para todos. -Debemos permanecer unidos, este es nuestro lugar, el lugar de nuestro padres no podemos abandonarlo, debemos plantar cara y...-

 Y es interrumpido por la mujer pelirroja a la que llaman Elaine, que se pone al lado del druida con gesto serio. Empieza a hablar con voz firme.

- Ciudadanos de Biriem, yo Elaine, hija de Richard IV, he venido a traer la paz a las Islas, a hacer a Avalon un reino unido. Y he hecho tratos con los shide para ello. Pero nunca con la Corte Oscura, nunca perjudicando a mis amados subditos. Pero mi leal consejero, Derwyddon, ha acusado al druida de vuestro pueblo de venderos como sirvientes a los Oscuros. Las sospecha oscurecen mi corazón. Pero no voy a juzgar a un hombre sin pruebas. Aquí tengo el Santo Grial.- dice con la copa en la mano. Una copa que os ha sido descrita en miles de cuentos, en todas las leyendas importantes del pais, y lo teneis ante vuestros ojo-  Alsan, druida de Biriem, bebe del Cáliz Sagrado, jura tu lealtad a Avalon y a su reina legítima, y serás libre de toda sospecha.-

Alsan mira la copa con asco... y a vuestra Reina con odio.

-Nunca, maldita puta.- grita antes de salir corriendo por la puerta trasera.

-Robb, es culpable, corred tras él*. No debe vivir.- ordena la Reina.

Os sentís abotargados. El amable druida de Biriem ha maldecido al pueblo entero, vendiéndo a sus habitantes, el galmour ha vuelto a Avalon, las leyendas caminan por la tierra... todo comienza a parecer tan real como irreal.

Tus sueños empiezan a tener sentido. Esa es la mujer que se sienta en el trono, la mujer a la que Isabella acompaña sin ningún tipo de reparo. Es tú Reina. Y ese hombre, el druida, es importante... para los enemigos de Avalon. Tambien lo has visto, pero al lado de los Montaigneses.

Dirijo una fugaz mirada al pequeño Rob, quien sorprendido por la situación parece haberse perdido en las nubes; chasqueo con montañera fuerza los dedos, que resuenan como el choque de dos piedras, para llamar su atención y le señalo su pistola. Él sabe perfectamente que me refiero a que pocas cosas impresionan más que una ballesta apuntando mortíferamente, aunque no llegue a usarse; que quiero que me siga y me cubra. Por si todo falla. Porque a veces, las cosas fallan y siempre conviene una salvaguarda. Sobre todo si se trata de una salvaguarda en forma de arma apuntando al pecho.

Me asomo a la ventana y veo huir al druida, que corre calle arriba hacia el límite del bosque donde será mucho más peligroso y más difícil de encontrar. Salto y echo a correr a largas zancadas. Detrás de mí, el pequeño Rob corre todo lo que puede, con pasos más cortos y más rápidos, con la pistola empuñada. Noto que se va quedando cada vez un poco más atrás, pero también el druida está cada vez más cerca. El alcance del arma hará el resto cuando se dé la situación.

Todo por nuestra legítima Reina —pienso esforzándome un poco más en la carrera.

Me aseo quitandome parte de la sal del cuerpo y acepto las ropas de la mujer rubia que tan amable parecia, comi un poco pues aun sentia resentida la garganta y no queria forzar mi estomago, mas bien comia por obligacion...

sin saber porque me llevaron a una reunion en la que permaneci callada y con una ceja enarcada sin entender absolutametne nada de loq ue decian, mire al resto d ela gente que habia alli confusa ¿Estos locos que pretenden?

Las palabras de Alsan resuenan en mi mente y despiertan otras que dijo justo cuando encontramos al Shide...

Cita:

Y no puedo evitar pensar que hay algo que no me cuadra.

Veo como el niño sale corriendo tras Rob, y de forma automática salgo tras ellos, para intentar averiguar algo más

-Ese tipo parece capaz. No me necesitan.-

No sigo al montañes, si me acerco a la tal Elaine, en cambio.

-¿Señora Elaine? No toméis mis palabras por atrevidas, pero he soñado con vos. Disculpad mi descortesía. Mi nombre es Jonh Agathon.-

-¿Cómo sé que no miente...que ese cáliz es real? Aunque mi sueño...pero puede ser solo eso, un sueño....-

Gwy sale corriendo tras Robb, que se lleva al niño con él.

Tras las palabras de Sir John, Elaine lo mira alzando una ceja.

-¿Señora Elaine?. Bonita forma de referirse a una Reina. - dice en tono jocoso- Los sueños son importante en Avalon, ¿qué puede decirme de ellos, Sir?.

Al menos no parece enfadada.

Mientras la Reina habla con Sir, Derwyddon se acerca a Kate.

Derwyddon, el druida que acompaña a la Reina se fija en ti, acercándose a grande zancadas. Con uno de sus ojos, el claro, te mira a la cara. Pero con el otro, el de color rojo, mira tu vientre.

-Si esto sale así, será el fin de todos.- susurra hablando para si mismo. Por fin te mira con los ojos a la cara.

-Si juras lealtad a la Reina, y  que nunca le hablarás de la niña de los mares, prometo salvar a tu hijo de ella.-

-Decís ser la reina...pero es solo vuestra palabra. Dísculpadme si soy receloso pero ¿Podéis demostrar algo de lo que decís?. Si decís la verdad, lo que he soñado, sin duda os parecerá interesante.-

Me mantengo en un tono cortés, pero no sumiso.

Al recor dar mi sueño...a Isabella...me tenso un instante, fugaz.

Estaba completamente perdida en todo aquello, no sabia quien era esa gente, ni donde estaba ni nada... entonces ese viejo se acerco a mi con una propuesta que me hizo apretar los dientes y acercarme a el de forma amenazante, como si de la nada hubiera recuperado todas mis fuerzas...

- Viejo vuelve a nombrar a lo que llevo en mi vientre o a esa niña y tendras que preocuparte de salvar tu vida y no la mia o la de mi familia... - Le digo con sarna en un tono bajo sin separa mis ojos de los suyos.

Salí al exterior. Alsan corre por el prado hacia los árboles, tal y como había supuesto Robb. Aún así, el quedan unos quinientos metros para poder encontrar donde refugiarse.

Lo teneis a tiro.

Estais solos, nadie del pueblo, ni ninguno de los viajeros, se a atrevido a salir fuera.

El "viejo" te mira con aire paciente.

-No tienes elección y lo sabes. Tú niño acabará sirviendo a esa cosa, y acabará por destruirnos a todos. Y si tú no aceptas, sabes que él si lo hará. No pasa nada Kate, todo esto ya está resuelto desde antes que tú nacieses. No te preocupes.- dice en su acostumbrado tono críptico.

Mientras tanto, el hombre noble, un hombre muy atractivo, está hablando con la Reina.

Eleanor, te mira preocupada, intentando saber de qué hablais.

La Reina te mira sonriendo, con una leve inclinación de cabeza. No se parece en nada a tu amada, pero ambas tiene ese aire de dignidad y de sencilla elegancia.

-Sir John, habeis visto un objeto que cualquier avalones* reconocería sin dudarlo. La magia ha vuelto a nuestro pueblo, y los shide de nuevo nos favoreces. Porque Avalon por fin va a ser gobernada por su legítima Reina, yo. Entiendo vuestras dudas, y las aprecio. Un hombre que no duda, no es un hombre. Se que encontraré muchos como vos en mi pais, pero tambien se que terminarán por aceptar a su reina.Acompáñenos a Luthon.-

Mientras hablais, veis como Derwyddon se acerca a la mujer pelirroja que parecía haber sufrido un naufragio, y le susurra algo al oído.