Partida Rol por web

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Aham - consigo exclamar después de haber terminado de beber un trago - entonces dime, ¿por que camino crees que nos llevará esta reina?, tu sabes mucho más de lo que nosotrs sabemos, ¿que se supone que debemos esperar de ella?

-Sólo se lo que debo saber, que no es mucho. Esa mujer no llevará por el camino del Glamour, que es el que más conviene al país. Y debemos esperar de ella un buen hacer en el trono, por lo menos ha sido instruída para ello  y...- se calla de repente, escuchando algo que viene de fuera.

Aidan, uno de los mozos de la aldea entra corriendo en la casa, sin llamar a la puerta. Como todo el pueblo, os conoceis desde niños. Parece obviar tu presencia, centrándose sólo en Alsan.

-Alsan, tienes que venir.- dice muy alterado.- Los bandidos han cogido a uno de "ellos". No sabemos que le han hecho, pero está herido. No se cura solo ni parece capaz de usar su magia. Si no lo ayudamos, a saber que desgracias nos caerán encima.-

El druida se levanta de un salto, cogiendo un pequeño zurrón y un cayado,listo para salir por la puerta.

Escucho muy atenta las explicaciones del Druida, desde luego, como siempre, sabe lo que decir, pienso escéptica.

De repente entra Aidan tremendamente alterado y Alsan interrumpe su explicación, yo misma me pongo en guardi esperando lo que el chico tenga que decir.

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Entre las casas, Aidan os guía hacia las que colindan con el bosque. Os lleva corriendo hasta un pequeño carro de madera tirado por un caballo, de los que usais para ir a la feria de Carleon.

El joven se acerca para empezar a explicaros. Gira un poco en caballo para que veais el cuerpo del hombre que está dentro.

- Es este.-os explica mientras acaricia el caballo.-Ví como los ladrones lo atacaban en el bosque, pero no hizo nada por defenderse. Huyeron cuando yo me acerqué. ¿Qué clase de bandidos atacan a un sidhe, y qué clase de sidhe no usaría su magia para defenderse?.-

Reconoces inmediatamente al hombre del carromato. Es el sidhe que encontrastes en el bosque. Tiene una herida bastante grande que cruza de un lado a otro del costado. El guante que lleva en el brazo tiene un pequeño corte, atrevés del cuál no ves más que hierro.

-Llévalo hasta mi casa, supongo que allí podremos ver esa herida y saber que está pasando. Gwy, ¿me ayudarás a curalo?.- te pide el druida.

Vaaaaya.... es.... es... - intento decir que reconozco al chico que está ahi. No, si ahora me siento culpable - lo conozco - consigo decir.

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Por supuesto que si, además, como ya te acabo de decir, lo conozco y a lo mejor le cuesta menos hablar conmigo...- le digo al druida con una sonrisa preocupada.

Un instante después me acerco a Alsan y le digo al oido - se llama Lawrence, y creo que no tiene magia, luego te digo más.

Me separo de él y voy a buscar algunas cosas a mi cabaña, cuando vuelvo hay alguna gente más congregada alrededor del carromato, vaya.... pienso fruciendo el ceño, mientras busco a Aidan.

Aidan - llamo - vamos que yo te ayudo a llevarlo.

Aidan y Alsan miran con impaciencia a toda al gente del pueblo congregada alrededor del pobre ser. Alsan una su autoridad para haceros paso.

-Tranquila, lo llevamos en el carro hasta la casa del druída. Yo me tengo que ir a atender a mi hermana, pero después me pasaré a ver como sigue- dice Aidan.

Cuando llegais a la casa del druída, Aidan os ayuda a tumbar al shide en el jubón, mientras cierra la puerta para impedir que entren los curiosos. Se despide de vosotros en cuanto teneis a Lawrence acomodado. Alsan coge una olla y agua y los coloca encima de la cocina de hierro forjado. Después añade unas hierbar, que empieza a estender un olor agradable por toda la estancia.

-Bien, veamos como está nuestro nuevo amigo. ¿De qué lo conoces, Gwy?.- dice mientras se acerca con una palangana blanca y un paño limpio. Levanta lo que queda de la mugrienta camisa, dejando al descubierto un torso y un vientre musculados y firmes. La herida es larga, pero no parece muy profunda. Alsan empieza a limpiarla mientras te escucha.

Pues... - comienzo mientrar trato de ordenar mis pensamientos - apareció en el bosque antes, cuando estaba recogiendo los conejos de las trmpas.... estaba muerto de sed y le di un poco de agua...

Escurro uno de los paños con que lo estamos limpiando y se lo paso al druida de nuevo - y bueno, fue como un milagro, estaba arrugado y al beber,.... bueno fue como si reviviese.

Luego me conto cosas sobre una reina.....o una bruja, o algo asi, de una isla.... y también me dijo que había perdido su magia - le sigo contando mientras ayudo al druida a cuidar del Shide.

¿Tu que opinas de esto? - le pregunto preocupada.

El druída te mira incrédulo unos segundos.

-¿Será posible?.- dice casi hablando consigo mismo. Debía la mirada para volver a centrarse en la herida. Ahora que está limpia, veis que no es muy progunda, aunque si bastante larga, lo que la hace muy incómoda.

-Conoces la leyenda de la Isla de la Reina Gris, ¿verdad?. Dice que, hace muchos años, miró por el espejo de su cuarto y vió a un sidhe del que se enamoró. Lo atrajo hasta la isla y el sidhe se queedó un tiempo con ella. Pero un día el sidhe se dió cuenta de que no la amaba y le dijo que se marchaba. La bruja se enfureció y lo maldijo con una mano de hierro, además de convertirlo en un ser mortal y dejarlo sin glamour. Cuando el sidhe quiso volver a la corte de los suyos, estos lo expulsaron, porque ya no podía usar su glamour, y ahora era un ser imperfecto que podía envejecer. Nunca pensé que vería a Lawrence.-

Se gira para recoger un poco del agua hirviendo. Vuelva al lado del herido para aplicarle unos paños con la infusión.

Algo así me dijo el, pero yo no le di demasiada importancia, lo único que quería era llegar a casa con mis presas, le di el agua y le di un conejo.... y luego el se fue en sentido contrario al que tomé yo.

Sigo con la historia mientras Alsan se levanta para recoger la infusión y ponerla en los paños calientes para calmar la herida y yo acabo de limpiar al shide.

Entonces.... ¿es realmente el shide de la historia? vaya.... -me paro cuando le tengo cogida la mano y me quedo mirándola durante un instante.

De repente, me doy cuneta de lo que hago y le suelto la mano un poco bruscamente.- ¿como está?, ¿se pondrá bien?

Alsan coge la mano de Lawrence retirardo el guante. Deja al descubierto una mano de hierro oscura, fria y, a la vez, flexible.

-Sin duda, no creo que muchos más como el hayan pasado por semajante desgracia. Pobre criatura.-dice Alsan con compasión.Empieza a recoger todo lo que ha usado para curarlo.-No te preocupes, se pondrá bien. Tiene un golpe en la cabeza, por eso está desvanecido, pero no creo que tarde mucho en curarse.-

Una vez que tiene todo recogido, empieza a cortar unas verduras. -Gwy, ¿quieres quedarte a comer?. Ya que me has ayudado...-

A tu lado, Lawrence se mueve ligeramente inquieto, aún inconsciente.

Por supuesto que si! - exclamo - ademas, tengo aun aqui los conejos, los depellejaré en un momento y cocinaremos alguno, si quieres. Ya sabes que mi madre - mi gesto se contrae ligeramente por lo reciente que aún tengo su muerte -  decía que mi guiso de conejo salvaje era una verdader maravilla, aunque yo creo que exageraba mucho.

Una sonrisa asoma a mi cara mientras acabo de decir estas palabras. Giro mi mirada hadia Lawrence para vigilarlo y observo que aunque a veces se remueve inconsciente, está mucho mas tranquilo que cuando estabamos haciendo las curas.

Comienzo a trocear los conejos que voy a usar para el guiso mientras Alsan acaba de cortar las verduras.

Alsan, por favor traeme una cazuela para el conejo, que esto estará enseguida.

Alsan te acerca la cazuela mientras la casa empieza a llenarse del olor a comida. Lawrence sigue revolviéndose de vez en cuando. El druída le cambia el paño de la frente.

-No parece que esté teniendo sueños muy agradables.- dice mientras prueba el caldo del guiso.-Uhmm, muy bueno Gwy, realmente la fama del guiso es merecida. ¿Vas poniendo la mesa mientras yo sirvo?.-  propone mientras coge unas cazuelas de barro y empieza a llenarlas de comida.

Por supuesto - digo mientras me levanto de una salto.

La casa esta extremadamente ordenada, por lo que no es nada dificil ver donde esta cada cosa. Me acerco donde están las cosas de cocina y acabo de poner la mesa, corto unos pedazos de pan, pongo unos vasos de madera y los lleno de agua.

Mientras Alsan ya ha servido los cuencos de comida y esta sentado esperando que y me siente, cosa que hago enseguida.

Bueno - digo sin más rodeos, (la diplomacia nunca ha sido mi fuerte - ¿tienes algo más que contarme?)

Alsan sonríe mientras da los primeros bocados al guiso. -La buena fama de tu comida está justificada.- dice hablando con la boca llena. Por unos instantes parece que va a ignorar tus palabras, hasta que empieza a hablar en el tono misterioso que tanto tienta tu paciencia a veces.

-Gwyanna, es mejor descubrir el camino que se nos abre que seguir lo que creemos que nos marca el Destino.- te sirve una buena copa de vino mientras te mira con ojos escrutadores.

En la cama, Lawrencw comienza a quejarse en sueños.

Mientras cojo la copa de vino y tomo un largo trago, intento pensar en las palabras que acaba de pronunciar Aslan.

Interesante, yo nunca me he guiado por el destino. Es cierto que tiendo a creer que lo que nos pasa  puede estar ya escrito, pero no dejo de pensar en que podemos hacer para cambiar eso - le digo, como pensando en alto - pero no estoy muy segura de como.

Mientras, no puedo evitar ser consciente de los quejidos de Lawrence, que sigue dormido. me levanto, y le cambio la venda, antes de seguir con la comida - es un asunto que me resulta dificil, por eso no lo he pensado mucho.

Alsan reflexiona unos segundos antes de seguir hablando.

-Uno suele encontrar su destino en el camino que toma para evitarlo. Por eso no soy partidario de adivinar el futuro ni de las cartas de las brujas de Vodacce*. Debemos actuar libres de perjuícios, haciendo lo que creemos que está bien, no lo que creemos que debemos hacer.- dice mientras se acaba la taza de caldo.

Se acerca a Lawrence con una jarra de agua.

-Gwy, ayúdame a incorporarlo un poco.- te pide mientras retira el paño de la frente.

He acabado mi taza de caldo y estoy escuchando a Aslan con mi vaso de vino casi acabado en una mano, y con el otro brazo apoyado en la mesa y apoyando el mentón en la mano.

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Le digo mientras me levanto de mi silla. Apuro el último trago de vino y me acerco a donde está Lawrence, para ayudar a incorporarlo y que pueda beber un poco.

Alsan te indica que le sujetes la cabeza mientras el le da el agua. Como la vez que lo encontrastes tú, parece tener mucho mejor aspecto una vez que ha bebido. Deja de quejarse y las arrugas de la frente se alisan, dando a su perfecto rostro un aspecto mucho más relajado.

-Curioso, muy curioso.- murmura el druida mientras observa el cambio.-Gwy, ya se que no te gustan pero, ¿te importaría quedarte un rato a solas con el, quiero ir a buscar unas hierbas que creo que le ayudarán?.

Empieza a moverse por la casa, cogiendo un zurrón y una pequeña hoz, casi sin esperar tu respuesta.

No me importa Alsan, que no me atraigan los Shide y su mundo no implica que no tenga corazón, este esta herido y necesita ayuda - le digo con una sonrisa en la boca.

Aparte tendré que recoger y limpiar lo que hemos manchado, no te voy a dejar la casa hecha un desastre.

Alsan se va canturreando una extraña cancioncilla a cerca del O`Banoon. Lawrence parece mucho más tranquilo, a pesar de que se sigue quejando de vez en cuando. Recoges la casa y, justo cuando acabas, aparece el druida por la puerta, de muy buen humor. Lleva en la mano un fajote de una especie de algas pringosas que van dejando un surco verde en el suelo a medida que entra.

-No se como no se me había ocurrido antes. Los shide tiene esa extraña conexión con el agua, seguro que las hierbas de agua dulce le vienen bien. Gracias por cuidarlo, Gwy. Puedes irte si quieres, ya me ocupo yo.-

Sigue canturreando mientras empieza a machacar las algas en un mortero.